51. Visita inesperada

Miku venía regresando del trabajo, Yuki iba a regresar con ella pero se había quedado otro poco para terminar de limpiar; la castaña estaba un poco distraída pensando en todo lo que había vivido últimamente, por lo que chocó con una señora.

Miku: ¡Lo siento! -Se disculpó rápidamente mientras le ayudaba a levantar las bolsas que se le cayeron-.

???: Oh querida, ¡No te preocupes! -Agachándose junto con Miku-.

La castaña se fijó en lo que había en la bolsa. Eran dulces que jamás había visto, varios ingredientes de cocina y otras cosas que no había visto nunca.

Miku: (Que raro...) Disculpe de nuevo, señora.

???: Que educada muchachita, tranquila.

Miku: ¿Desea que la ayude?

???: Bueno, si no es mucha molestia, por favor.

Miku: ¿A quién busca? -Preguntó cargando una bolsa-.

???: A mis hijos, viven en estos departamentos.

Miku: Vaya, yo vivo en estos edificios también.

Comenzaron a subir las escaleras.

Miku: ¿Y sabe dónde viven sus hijos o quisiera que le ayude con eso?

???: No te preocupes mija, yo sé dónde viven mis chamacos.

Miku: (¿Mija? Eso sólo lo dice-)

Yuki: ¡Mamá! -Corrió detrás de ellas y la abrazó- Pensé que vendrías mañana. (Cap. 45)

???: Bueno, quise estar otro día con mis hijos, ¿Qué no puedo? Jeje.

Miku: ¿Yuki? :0

Yuki: ¿Miku? Oh, creo que ya conociste a mi madre, jeje.

???: ¡Así que tú eres la encantadora Miku! ¡Un placer!

El cumplido sonrojó un poco a la castaña.

A partir de ahora, cada que alguien hable español pondré una abreviatura. Cabe recalcar que la mayoría del tiempo la familia habla español entre ellos, solamente cuando están con otras personas hablan japonés.

???: -Esp- Así que ella es de quien tanto me han hablado tus hermanas, porque tú no te dignas ni un poquito a decirme nada de tu trabajo, chamaco grosero.

El chico tosió un poco avergonzado.

Yuki: -Esp- Perdóname, es sólo que han pasado demasiadas cosas últimamente.

???: Ajá. -Volteó a ver a Miku, hablando en japonés- Me contaron que son quintillizas.

Miku: E-En efecto, señora.

???: Deja las formalidades, puedes llamarme Dulce.

Miku: E-Está bien, Dulce-san.

Yuki: En fin, ¿Cómo has estado, ma?

Dulce: Muy bien hijo, les traje algunas cosas.

Yuki: -Esp- ¡¿SON TAKIS?! -Preguntó emocionado al ver la bolsa morada-.

Dulce: -Esp- Sí, cómo olvidar que son tus favoritos. Obvio traje muchas más cosas, espero que tus hermanas no se lo acaben pronto.

Yuki: -Esp- Me aseguraré de que no. ¿Puedo agarrarlos?

Dulce: -Esp- ¡Por supuesto!

Yuki: Disculpa Miku, es una costumbre hablar con mi madre en español, jeje.

Miku: No-No hay problema.

Tras ayudarle a su madre y a la chica a meter las cosas al departamento, el chico abrió la bolsita y comenzó a comer bastante ansioso, pues hace años no comía dulces de su patria.

Yuki: Ah~ Saben deliciosos~. Oye, ¿Quieres uno?

Miku: ¿Seguro?

Yuki: ¡Por supuesto! Solamente ten cuidado, porque pican un poquito.

Dulce: -Esp- ¿Y tus hermanas? -Preguntó mientras la castaña agarraba una fritura al rojo vivo-.

Yuki: -Esp- Creo que salieron de compras o algo así.

Miku: ¿Estás seguro de que se puede comer esto?

Yuki: Yo los comí durante años cuando era pequeño y no me pasó nada. Aunque bueno, supongo que comer tanto de esto me insensibilizó la lengua... -Comentó, haciendo que la poca seguridad de la chica se perdiera, y de cierta forma explicando por qué su sentido del gusto estaba tan jodido-.

Muy dudosa se metió a la boca la fritura. Tras comerlo no sintió nada, hasta sabía bien... O al menos eso pensó durante los primeros 5 segundos.

Su cara se puso roja y comenzó a sudar, intentó tomar una bocanada de aire en un fútil intento de disimular el evidente ardor que sentía.

Yuki: ¿Estás bien? (¡Mierda! ¡Había olvidado la poca tolerancia del oriental promedio a lo picante!) Te traigo un poco de leche.

Miku: G-Gdacias. -Pronunció con dificultad al sentir su lengua adormecida-.

El chico sirvió rápidamente un vaso de leche y se lo entregó, a lo que la chica lo comenzó a beber un poco apresurada.

Yuki: ¿Mejor?

Miku: S-Sí, muchas gracias. -Dijo aliviada-.

Yuki: Jaja, tienes suerte, yo aún recuerdo como si me hubiera pasado ayer la primera vez que comí esto.

Miku: ¿Qué pasó?

Yuki: Bueno, digamos que me comí unos cuantos de golpe, creo que 10, y bueno, supongo que ya sabes lo que pasó.

Miku: Auch.

Yuki: Seeehhh.

El chico siguió contando ilusionado sus historias de la infancia mientras la castaña lo veía con un brillo particular en sus ojos. Todo esto mientras la madre veía atentamente.

Estuvieron varios minutos así, hasta que alguien tocó la puerta.

Yuki: ¡Voy!

Abrió y se encontró con Itsuki.

Yuki: Hola Itsuki.

Itsuki: Hola Usagi-san, ¿Cómo estás?

Yuki: Muy bien, ¿Y tú?

Itsuki: Bien, gracias. Disculpen la intromisión.

Entró y se dio cuenta de la señora y de Miku, ah, y de los "exóticos" dulces que había en las bolsas.

Yuki: Itsuki, te presento a mi madre.

Itsuki: Buenas tardes. -Saludó haciendo una reverencia-.

Dulce: ¡Hola querida! -Saludó cortésmente- Se nota que son hermanas. -Le dijo a Miku-.

Miku: S-Sí.

Itsuki: ¿Qué es esto? -Preguntó curiosa agarrando los Takis-.

Miku: Itsuki, n-

El peliblanco, que tenía una sonrisa juguetona, le hizo una seña a su novia para que no dijera nada.

Itsuki: ¿Se come?

Yuki: Claro. ¡Adelante, pruébalos! Eso sí, ten cuidado con el sabor.

Y pasó lo mismo que con Miku.

Yuki: Jeje, ¿Quieres un poco de leche?

Itsuki: ¡P-Pod favod!

La chica lo bebió apresuradamente.

Itsuki: ¡¿Cómo puedes comer eso sin que te pase nada?!

Yuki: La comida de allá tiene sabores fuertes. Con el tiempo te acostumbras a cosas como el picante. En fin, ¿Cómo están tus hermanas?

Itsuki: Bueno, ha estado un poco agitado con lo de Ichika.

Yuki: Ya me lo esperaba.

Dulce: ¡¿Quién quiere escuchar historias de la infancia de mi Yuki?!

Yuki: -Esp- ¡¿Qué haces mamá?!

Dulce: -Esp- Tranquilo, sólo es en lo que llegan tus hermanas.

Yuki: -Esp- ¡Me vas a avergonzar frente a mis amigas!

Dulce: -Esp- Tarde o temprano se iban a enterar... Mejor temprano, ¿No?

El peliblanco suspiró resignado, se acomodó en un sillón y se puso sus audífonos mientras cerraba los ojos.

Miku: ¿R-Realmente está bien, Dulce-san?

Dulce: ¡Por supuesto! No se preocupen.

Itsuki: Entonces sí quisiera escuchar por favor. -Dijo emocionada mientras se sentaba en uno de los sillones-.

Miku: Yo igual.

Ella movió las piernas del chico y se sentó en el mismo sillón que Yuki, sosteniendo "discretamente" su mano.

Dulce: Bien. Yukihiro tenía unos 5 años. Su mejor amiga lo había acompañado desde que nacieron prácticamente, así que ambos eran muy cercanos. El caso es que un día estaban jugando como siempre en el cuarto de Yuki y yo subí a ofrecerles galletas, pero escuché como Caro, así se llamaba su amiga, le decía: "Cuando seamos grandes nos vamos a casar."

Miku notó que el chico sólo pretendía escuchar música, pues notó como apretó ligeramente el agarre en su mano al escuchar el nombre de su difunta amiga.

Dulce: En su voz se escuchaba la ilusión, y supongo que Yuki también lo escuchó, porque le respondió que sí. Más tarde los dos llegan sosteniéndose de la mano y su amiga sostiene una hoja de papel, me la extendió diciendo "Promesa de casamiento cuando seamos grandes", debajo había una raya que ponía "Testigo"; claro, todo estaba mal escrito, pero aún así era tierno.

El agarre se intensificó otro poco, obviamente sin llegar a lastimar a la castaña.

Miku: ¿Qué pasó después?

Dulce: Bueno, eso es algo que a mí ya no me corresponde contarles, pero desafortunadamente eso no sucedió nunca. -Mencionó un poco melancólica, después de todo, Caro era como otra hija para ella-.

Itsuki: Que triste. Ellos se hicieron una promesa y no pudieron cumplirla. -Mencionó decaída-.

Dulce: Pero no se entristezcan chicas. Les voy a contar la vez que Yuki casi quema la cocina cuando me ayudó en una cena de navidad.

....

Lilith: ¡Ya llegamos!

Alice: Hola chicas. Hola ma....

Lilith/Alice: ¡¿MAMÁ?!

Dulce: -Esp- Hola pequeñas. -Saludó con un tono maternal-.

Las dos se abalanzaron a abrazarla.

Alice: -Esp- ¿Cómo has estado?

Dulce: -Esp- Muy bien. Viajé recientemente.

Lilith: -Esp- ¡¿Viajaste sin nosotros?!

Dulce: -Esp- Sí, incluso les traje algunas cosas. Están en la cocina.

Mientras ellas tres platicaban junto a Itsuki, Miku y Yuki preparaban la cena.

Yuki: Bien, luego de freír las tortillas hay que sacarlas, ¿Ok?

Miku: Sí.

Hubo un pequeño silencio mientras seguían cocinando (son enchiladas).

Miku: ¿Estás bien?

Yuki: Sí, no te preocupes. Ahora pásame los platos por favor.

La chica se los dio.

Miku: ¿Seguro? Noté que te afectó que hablara tu mamá de tu amiga.

Yuki: .... Bueno.... ¿Recuerdas lo que te conté? Cuando estaba enfermo.

Miku: Sí...

Yuki: Ella era esa amiga que desapareció cuando vine a Japón por primera vez. -Habló mientras comenzaba a servir las enchiladas- Es doloroso para mí recordarla porque siempre me pregunté qué hubiera pasado si me hubiera quedado. Lo más probable es que aún así hubiera pasado todo, pero al menos no sentiría la culpa de no haber podido despedirme, de no haberle dado un último abrazo por estar confiado en que la vería de nuevo al regresar.

Miku: Ha de haber sido doloroso para ti.

Yuki: No sólo para mí. Así como las ves de alegres, mis hermanas y mi mamá sufrieron bastante su pérdida. Ella era como una más de la familia.

Miku: Ya veo... Lo siento mucho.

Yuki: No te disculpes, de todas formas no creo que le moleste verme feliz contigo, jeje.

Miku: Espero. ¿Todavía tienes ese papel?

Yuki: Ha de estar entre mis cosas. ¿Por?

Miku: Curiosidad.

Ambos llevaron los platos a la mesa en tres vueltas.

Todos: Itadakimasu.

Itsuki: ¿Por qué nuestra comida es roja y la de Lilith, Alice y Dulce-san es verde? -Preguntó curiosa-.

Yuki: Porque las nuestras tienen una salsa diferente.

Itsuki: Sí, pero ¿Por qué?

Yuki: La suya pica más que ésta y es más ácida, pero como yo no siento ese ácido me sabe más salada, así que mejor como de las rojas.

La platica era bastante animada, continuó por un buen rato. Ninguna de las otras tres hermanas llegó, por lo que pensaron que estaban ocupadas o algo así.

....

El peliblanco se encontraba tomando aire fuera del departamento. Había salido hace un rato ya y la castaña se ofreció a salir a ver si estaba bien.

Miku: Está muy tranquilo.

Yuki: Sí. Disfruto sentir el viento en mi cara mientras veo la luna.

Miku: No se me había ocurrido nunca hacer eso. Supongo que te acompañaré de vez en cuando.

Yuki: Me agrada la idea.

Miku: ¿Realmente estás bien? Digo, ya me dijiste que sí, pero aún así siento que algo te sigue afectando. -Dijo un poco preocupada-.

Yuki: No te preocupes. En serio. -Volteó mientras le enseñaba una sonrisa cálida-.

Miku: Confiaré en ti. -Se puso encima de la espalda del chico-.

Yuki: Jeje. ¿Estás cómoda?

Miku: Bastante.

Tras unos cuantos minutos así, decidieron volver a entrar, no sin antes darse un pequeño beso.

....

(Esto último ya es por completo en español, ya saben, no hay otro personaje presente que no sea familia.)

Dulce: Hijo, ¿Por qué no me dijiste que esa chica es tu novia?

Yuki: ¡¿Qué?! ¡¿C-Cómo sabes?! -Preguntó sorprendido y avergonzado a la vez-.

Dulce: Bueno, soy tu madre, así que aunque me quieras esconder algo, más temprano que tarde voy a saber.... Y a tus hermanas y tu amiga se les escapó.

Yuki: ... De alguna forma lo veía venir.

Dulce: Jeje. Me alegro de que ya tengas novia, después de todo has pasado por mucho. Yo apruebo tu relación.

Yuki: Gracias ma. Te amo. -La abrazó-.

Dulce: Yo igual, mi pequeño. -Sonrió mientras correspondía el cariñoso abrazo-.

Ambos se fueron a sentar con Alice y Lilith, que estaban viendo una serie.

Alice: Ahora que lo pienso, me sorprende que aún no hayan hecho... Ya saben, el amor.

Las tres se rieron, mientras que Yuki se ponía rojo.

Yuki: S-Sé que es una broma, pero ustedes más que nadie saben que eso es un tema delicado. -Habló un poco molesto-.

Dulce: Jeje, tranquilo mijo. Estoy segura de que ella te apoyará.

Yuki: S-Sí....

Y llegó el momento de dormir. Como ya era muy tarde, Yuki le ofreció su cuarto a su madre para que durmiera, él dormiría en el sillón.

Estando acostado comenzó a divagar en sus pensamientos.

Yuki: (¿Y si ella quisiera hacerlo?) -Creo que no fue buena idea que Alice le hiciera el comentario burlesco, ya comenzó a sobrepensar- (Ya ha visto mis cicatrices, pero ¿Y si le dan asco? ¿Y si no puedo?) -Se rascó el pecho, sintiendo una de sus tantas cicatrices-.

Sus pensamientos pasaron de "¿Le darán asco mis cicatrices?" A "¡¿QUÉ MIERDA VOY A HACER?!". Entró en pánico con un simple "Te amo", no se quería imaginar qué pasaría si llegaban a eso.

Y así Yuki pasó su madrugada de Viernes sin dormir. :D

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top