22.5........
Las cosas comenzaron a ir en picada....
Aquel chico que tanto amaba ahora estaba en lo más profundo de la tristeza y desesperación.
Desde que regresó del viaje a Japón con su padre se enteró de la muerte de varias compañeras y amigas, pero lo que más le dolió fue perder a sus mejores amigos.
Había perdido a las 2 personas más cercanas a él luego de su familia.
....
La chica no lo entendía.
Analizaba todas las fotos que había tomado de su amado, siempre preguntándose porque cada vez estaba en peor estado, si cada vez había menos gente que se interpusiera con sus planes.
Entendió que quizás podría obligarlo a ser feliz....
Quizás podría obligarlo a ser sólo suyo....
De su propiedad....
....
Aquel niño se encontraba caminando por la calle, no pensaba en nada más que porque pasó todo eso, tenía miedo de ser el siguiente, angustia de que la siguiente víctima fuera una de sus hermanas, pero siempre había alguien que lo apoyaba, una vecina que iba a la preparatoria y sus padres siempre se la pasaban trabajando.
Hace ya un rato que no sabía de ella.
Y desearía que se hubiera quedado así.
Alguien lo agarró por atrás y le puso un trapo con cloroformo, quedando completamente inconsciente.
....
Una ligera risa se escuchó de la nada.
Abrió los ojos y lo único que veía era negro, algo le imposibilitaba ver.
Trató de mover el brazo pero no pudo, estaba atado a una silla.
Se retorció pero no logró nada.
Con temor en su voz preguntó "¿Q-Quién está ahí?". No hubo respuesta porque no salió la pregunta, estaba amordazado y solo se escuchaban intentos de palabras.
El miedo cada vez se apoderaba más de su cuerpo, apenas podía formular palabras.
Sintió como aquella persona misteriosa jalaba la silla, abría una puerta y entraba junto con él.
Intentó gritar pero la mordaza no lo dejaba.
Lágrimas se hicieron presentes.
Frustración y miedo era lo que más sentía.
Repentinamente paró.
Lo desató de la silla y agarró con fuerza.
Fue aventado en algo suave, una cama.
No tuvo tiempo de reaccionar, pues alguien se subió encima de él.
Otra vez esa pequeña risa se escuchó.
Su corazón latía a mil por hora, pero no podía hacer nada.
Sus pantalones fueron arrancados a la fuerza, al igual que sus boxers.
Sintió que el peso se iba hacia su cara. "Descuida, te haré sentir muy bien" pronunció en un susurro la secuestradora con un tono sensual y algo siniestro.
-Abre la boca.- Ordenó la mujer.
-Mhhfmhf-
-Cierto, todavía te tengo amordazado.- Mencionó con ironía.
Le quitó la mordaza con un poco de brusquedad.
-Ahora sí, abre la boca.-
-¿Q-Qué me-me qui-quieres ha-ha-hacer?- Preguntó asustado.
-Te voy a dar un dulce, no soy tan mala.- Dijo en un tono un tanto juguetón.
De algún lado le sonaba esa voz, pero seguía sin recordar donde.
No tuvo opción más que recibir y tragar el "dulce".
Repentinamente un sofocante calor se hizo presente en su cuerpo al punto de ser molesto. Sintió como su "cosa" crecía repentinamente junto con un fuerte calor en la cara.
La chica sonrió maliciosamente y se acercó.
-Oh, ¿Qué pasa por aquí abajo?- Preguntó con un poco de sorna.
-¿Q-Qué me diste? ¿Por qué siento tanto calor?- Preguntó desconcertado.
-Nada, sólo es un estimulante, y al parecer funcionó muy bien.- Mencionó complacida.
A partir de allí comenzó su tortura.
Se sintió traicionado al enterarse de que esa chica que consideraba su amiga ahora lo estaba obligando a esto.
Desde ese día se volvió el esclavo y juguete sexual de aquella chica.
Todos los días era obligado a ir a su casa para complacerla, si no lo hacía era golpeado, cortado, apuñalado.. Maltratado....
Tenía que fingir, hacer como si todo estuviera bien, estaba amenazado, y el principal rehén era su hermana menor.
Sumido en la desesperación no pudo hacer nada más que aceptar.
Dejó de interactuar con las personas.
Una simple marioneta para complacencia de la chica.
Pedofilia.
Sociopatía.
Ninfomanía.
Ella no era una persona cuerda.
No era una persona estable.
Sabía que algo le había pasado pero no tenía el valor de confrontarla.
A pesar de hacerle todo esto aún era su amiga y se preocupó por ella....
A veces odiaba esa parte de sí, ser tan noble e inocente....
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