Capítulo 8
Al otro día...
Ansioso e impaciente, yacía sentado en aquella misma cafetería, bebiéndose su café cargado preferido y con la ilusión que volvería a verme ese día.
Por alguna razón, tenía ganas, de nuevo, de ir al Costanera Center, y sin más, tomé mi bolso y mi libro y me subí al primer vagón, el que me llevó hacia allá.
No entendía porque, pero el corazón me latía rápido y con una bonita sensación. Me sentía contenta, como si fuera a ver a alguien en especial.
Vi el enorme Costanera Center frente a mis ojos y con entusiasmo, caminé hacia él y entré.
Me peiné un poco el flequillo con los dedos, y con ganas de beberme una rica taza de té, me dirigí a la cafetería de la cascada de colores.
Concentrado, leía aquel libro de amor, que había comprado en aquella biblioteca, y con las ansias a flor de piel, sentía que las manos le sudaban.
Miró con amor y cariño una rosa, que había comprado y la tomó con delicadeza.
_ Espero hoy volver a verla. Volver a verte mi amada Stephanie...
Torpe, me había desorientado en encontrar aquella cafetería, y molesta, fruncí el ceño y advertí, por una tienda, que iba en la dirección correcta.
La gente me saturaba. No me agradaban para nada los lugares con mucha multitud y ya un poco fastidiada, vi la cafetería, y feliz, me dirigí a ella.
Por suerte era viernes por la tarde, y contenta de que así lo fuera, no tenía que preocuparme de que tenía que volver a mi trabajo, ya que los viernes trabajaba hasta las dos de la tarde.
Entré a la cafetería y busqué con la mirada una mesa, que estuviera junto a la cascada de colores.
Vi una y casi corrí a tomarla, y con una sonrisa de oreja a oreja, me senté...
Esperé a que me tomaran la orden y, como mi placer culpable, miré con atención la cascada escurrir junto a mí; escuché escurrir su agua y soñé con él, con Joey...
Bebió de su café, mientras continuaba leyendo, cuando de pronto, levantó la vista y sonrió con destellos y amor. Su corazón se le aceleró fuera de control.
<< ¡Es ella! >>
<< ¡Vino de nuevo! >>
<< Mi amada Stephanie >>
Yo leía mi nuevo libro de amor, mientras esperaba a que me trajeran mi té y él me observó atento.
Su corazón le latió con fervor e ilusiones, y sin dejar de mirarme, tomó la rosa y se me acercó.
_... Hola...
Escuché su suave voz saludarme, levanté la mirada y quedé perpleja. No lo pude creer y Joey mirándome con ternura, el corazón se me aceleró por completo, e inevitable, le sonreí cautivada.
<< ¡No es posible! >>
<< ¡Eres tú! >>
<< Joey >>...
Vi que tenía una linda rosa y él me sonrió y se puso un poco nervioso, lo que me pareció muy tierno.
_ Hola...
Sentí que las mejillas se me enrojecieron, él las contempló con ternura y volvió a sonreírme.
_ ¿Puedo sentarme? – más le sonreí.
_ Sí, claro.
Se sentó junto a mí y yo lo miré con destellos y mi eterno y gran amor por él.
Aún no lo podía creer, y sorprendida, él lo advirtió y esbozó una tierna sonrisa y con cariño y ternura, me pasó la hermosa rosa.
_ Ten, es para ti.
Lo miré perdidamente y la emoción me salió por los poros y el corazón se me aceleró de alegría y de amor.
Con cariño y pérdida en él, se la recibí y Joey me miró cautivado.
_ Muchas gracias. Me encantan las rosas.
_ Son tan dulces y bellas como tú – lo miré sorpresiva. No podía dejar de sonreírle.
_ Tienes una muy linda y dulce sonrisa, tal como cuando me sonreíste la última vez que nos vimos...
El aliento se me retuvo.
<< ¡La última vez! >>
<< Lo recuerda >>
<< Me recuerda. Sabe quien soy >>
Torpe, le pregunté...
_ ¿Qué haces aquí?... – sus ojos brillaron.
_ Vine a buscarte a ti niña mía. Regresé solo por ti – lo miré perpleja y el corazón otra vez se me aceleró y mi sonrisa volvió a irradiar.
_... ¿Por mí?... No lo entiendo...
No dejaba de sonreírle de emoción y Joey contempló con cariño mi sonrisa.
_ ¿Realmente no lo sabes? – me sonrió con ternura y yo más nerviosa me puse. Me sentía tan feliz y emocionada, que casi no podía creerlo. Mi amor por él era infinito, a flor de piel, y él perdido en mí, lo podía percibir, lo que más le embelesaba.
Yo sin esperarlo, él tomó mi mano.
_ Si estoy aquí es porque te amo. Estoy profundamente enamorado de ti mi Stephanie – más me emocioné.
_ Mi Joey.
_ Me enamoré de ti desde la primera vez que me regalaste tú tierna sonrisa, y ahora que por fin nos hemos encontrado, quiero pasar el resto de mis días a tu lado – lo miré perdidamente y él no dejaba de sonreírme con amor.
_ Joey, mi Joey...
Estaba tan emocionada, que casi no podía hablar y él de pronto pensó en algo y se desanimó.
_... Sé que tienes una vida, un trabajo... o un novio quien te debe amar mucho – lo miré, y él triste, tomé su mano.
_ No... Tuve a alguien, pero me destrozó el corazón – me miró fijo y yo le sonreí – Eso ya es parte del pasado. Creí amarlo, pero me di cuenta que nunca fue, porque es a ti a quien siempre he amado – me miró con destellos – No me importa si tienes que irte y viajar, por tu trabajo, porque yo siempre te esperare.
_ Stephanie.
_ Te amo Joey. Te amo mucho.
Ambos nos sonreímos con emoción e ilusiones, y Joey sin contenerse más, se levantó y me abrazó con todo su amor.
Mi corazón se estremeció de dicha, y apoyada en su pecho, se me cayeron las lágrimas y el más me abrazó.
_ Niña mía. Mi amada Stephanie. No sabes cuánto tiempo llevo esperando este momento. Solo quería tenerte así en mis brazos.
_ Mi Joey – me sonrió y acarició mi mejilla.
_ No pienso irme, no sin ti. Te amo.
_ Y yo te amo a ti. Mi amado Joey.
Nos miramos amándonos perdidamente y Joey me besó.
Tomados de la mano, salimos más que felices del Costanera Center y yo con la rosa en la otra mano, Joey me miró y me sonrió todo pleno y con ilusiones.
_ Por fin estamos juntos mi amada y querida Stephanie...
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