5. Excitados

La carcajada de antes, fue suficiente para hacerlo ruborizar e incluso pude sentir como su erección se bajaba.

Lo tomé por la mano y lo llevé hasta el cuarto de baño, llené la tina y agregué jabón líquido, le di besos en las mejillas y en las manos...

—Déjame encargarme de todo. —Le decía intentando calmarlo.

Retiré su calzoncillo, lo metí en la bañera y tendiéndole la mano le pedí sentarse.

Bajé la intensidad de las luces, puse música relajante, tomé una botella de vino llena, que había dentro de un pequeño mueble cerca de la bañera. Serví dos copas, le entregué una a él y le di un gran sorbo a la mía. Ambos bebimos, nos sonreímos uno al otro. Las burbujas ya estaban rebalsando la tina, me metí junto a él y tomamos un par de copas más cada uno, hasta que el vino comenzó a hacer su efecto desinhibidor —me di cuenta de eso porque nuestros penes que antes se habían bajado volvieron a estar muy duros—. Cerré el grifo porque la bañera ya estaba muy llena y nos volvimos a besar, volvimos a acariciarnos con premura, con deseo y de un momento a otro, ambos nos pusimos de pie en la bañera.

Luego de compartir miradas y un par de besos, fui bajando lentamente deslizando mis labios por su cuello, pecho, pezones y así planeaba continuar, recorriendo todo su hermoso cuerpo. No pude evitar entretenerme un poco lamiendo sus brazos, sus bíceps y volví a la tarea de chupar sus deliciosos pezones, porque cada toque de mis labios tenía mucho efecto en él. También lamí su ombligo, cuando iba bajando y con mi mejilla rocé tanto su pene que las gotas de presemen me rodaban por la cara, lamí sus testículos y seguí hasta su culo. Volví a su pene, chupé su glande —muy despacio— rozando con mi lengua el borde palpitante.

Lo saboreé con gusto y en ningún momento deje de mirarlo a los ojos mientras lo hacía.

Gun estaba nervioso, pero extasiado. Se sostenía con las manos de la pared para no caerse por el placer que estaba atacando todo su ser. Entonces, comencé a chupar su miembro grande y grueso que me cabía completamente en la boca, lo chupaba incansablemente sin sacarlo y llenaba mis mejillas con él.

Gun estaba tan excitado que no lograba contener sus gemidos.

—Me encanta —alcanzó a decir— Me vas a hacer terminar. —gimió.

Me detuve y me puse de pie, tomando su mano para guiarla hasta mis testículos.

—¿Quieres probar? —le pregunté.

—P-puedo intentarlo —dijo nervioso pero excitado, mientras se ponía de rodillas y se metía torpemente todo lo que pudo de mi pene en la boca, hasta casi ahogarse.

«No es tan grande, tampoco es muy grueso; pero sí más que el suyo.»

Comenzó a imitar las cosas que yo le había hecho y sinceramente para ser su primera vez, no lo hacía nada mal, aunque supongo que el morbo que me producía estar con el hombre con el que había soñado tanto era favorable. Y era tanto ese morbo que estuve a punto de terminar, pero a decir verdad, Gun no era el primer hombre hetero, con el que había estado, sabía que no todo lo que quisiera hacerle tenía que hacerlo antes de que se viniera o corría el riesgo de que el sentimiento de culpa imposibilitara un segundo round.

Hice que se pusiera nuevamente de pie, nos besamos y me dijo que le había encantado el sabor de mi polla en su boca. Sonreí, le di vuelta y bajé, deslizando mi lengua por su húmeda espalda y cuando llegué a sus nalgas, las mordisqueé un poco, separándolas levemente, mientras iba metiendo mi lengua hasta lograr chuparle el culo.

Poco a poco comencé a dilatarlo. Él seguía nervioso pero no hacía ni el más mínimo intento de pedir que me detuviera, o de salir corriendo. Su culo se contraía, pero bastaba con volver a pasar mi lengua y acariciarlo, para que lograra arrancarle un nuevo gemido.

Le pregunté si hasta ese momento había hecho algo que no le gustara, y él respondió que no, así que esa fue mi señal para continuar.

Le pedí que confiara en mí, él cerró los ojos y simplemente se dejó llevar. Ambos estábamos completamente excitados.

𝕰𝖛𝖎𝖎 𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ

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