CAPITULO 24
Cap. 24
Le cuento a April toda la historia, desde el comienzo. Le reveló la verdadera identidad de Aiden y de quién es su padre, le cuento mi primera noche en Port Ángeles, mi escape y accidente, que Aiden me salvo, le cuento mi primera vez con él y la cena en casa de Magnus. Me desahogo y le cuento la manera en que me siento por haberlo incriminado y metido a la cárcel, ella solo guarda silencio y frunce levemente el ceño, no me juzgará o es lo que supongo yo.
—Y eso fue lo que paso. —Culmino—
—Wow...
—¿Es lo único que dirás? ¿wow? —Me cruzo de brazos—¡April, acabo de contarte algo serio!
—Lo estoy analizando, Blake. —Me mira con sus grandes ojos azules—¿Sufres de síndrome de Estocolmo?
—Así parece.
—Lo más importante de todo esto ¡es que tuviste tu primera vez! —Estalla en risas—Ya no eres una monjita, amiga.
—¡April! —La empujo—Enfócate en lo importante.
—Me enfoco, sé que te enamoraste de él y lo enviaste a la cárcel. Esto es como las telenovelas cincuentonas que veíamos a los quince en mi casa. —Sonríe—¿Quién más sabe de esto?
—Nadie. —Musito—Sólo tú, April. Y no debes decir nada, promételo.
—Prometido.
Un golpe en mi balcón nos sobresalta a ambas.
—¿Y eso que?
—No lo sé...
Camino con cautela y abro el balcón.
—¡Blake! —Gritan en un leve susurro—
Asomó la cabeza con desconfianza hacia abajo.
¡¡¿Pero qué demonios?!!
—¡¿Chris?! —Exclamo al verlo lanzar otra piedra—¡¿Y tú que?!
—¿Estás sola? Voy a subir. —Dice empezando a escalar por el árbol que da a mi ventana—
—Con mi mejor amiga.
—Mala suerte, ya estoy subiendo. —Se sujeta al barandal y pasa sus piernas por él—Hola.
—¿Qué tal? —Me cruzo de brazos—
April aparece detrás de mí.
—¿Blake, que fue...? —Ella ve a Chris—¿Quién es él?
—Ah. —Los miro a ambos—April, él es Chris mejor amigo de Aiden, Chris ella es April, mi mejor amiga.
Chris le sonríe seductoramente. Mi rubia amiga me jala del brazo.
—¡Oh por Dios! Olvidaste agregar a tu historia que estaba guapísimo. —Muerde su labio—
—April, no. —Niego con la cabeza, me giro de nuevo en dirección a Chris—¿Qué haces aquí? Alguien pudo verte.
—Vine hablar contigo. —Se cruza de brazos—Eres una hipócrita, Blake. Asumí que amabas a Aiden, pero eres una mentirosa, lo condenaste a quince años de cárcel ¡Carajo! No creí que lo que dijo Aiden esa noche fuera cierto, lo traicionaste.
Muerdo mis labios y limpio el sudor de mis manos.
—Primero que nada, baja la voz. —Miro hacia el otro balcón, el de Luke—No estoy sola del todo. Segundo, tú no sabes nada... no hace falta que me digas esas cosas porque ya las sé, pero si supieras la verdad me entenderías.
—¿Qué verdad? —Frunce el ceño—
Suspiro. Ya no vale la pena ocultarlo.
—Magnus me obligo hacerlo, me amenazó. —Bajo la mirada—Lo hice para proteger a Aiden, Magnus prometió pagar la multa y sacarlo lo antes posible.
—Ay, reinita. ¿Cómo pudiste ser tan ingenua? —Me toma de los hombros—
Sus palabras me confunden y me llenan de miedo.
—¿Qué quieres decir?
—Aiden no saldrá de la cárcel. —Confiesa—La razón por la que me atreví a venir es porque escuché al jefe hablar con Tristán, un colega. Magnus dijo que no daría ni un solo centavo por sacar a Aiden de la cárcel, que se merecía eso y más por enamorarse de ti, él te engaño, Blake.
Magnus... maldito infeliz.
—Soy una tonta. —Paso las manos por mi cabello—
—Un momento, ¿no podemos hacer algo para sacar a Aiden de ahí? —Agrega April—
—Pues, el juez dijo que su multa costaba treinta y cinco mil dólares. —Recuerdo—
Chris ríe sarcásticamente.
—¿De dónde sacaremos esa cantidad de dinero? —Se cruza de brazos—El señor Smith no es un buen jefe.
—Puedo conseguir el dinero. —Él me mira—La caja fuerte de mi papá es una opción. Mañana sacaremos a Aiden de la cárcel.
—Bien. —Asiente el rubio—Pasaré buscándote como... ¿a las 3pm?
—Un momento, guapo. —Interrumpe April—Creo que, como mejor amiga de Blake, mi monjita no tan monjita, yo debería de cuidarla y ayudar en este plan.
April juega con su cabello. Sé lo que haces, rubia.
¡Está coqueteando!
—¿Me explicas? —El pobre me mira confundido—
—Quiere ser parte del plan.
—Ah. —Chris ríe y le silba a April—Rubia, ¿quieres acompañarnos mañana?
—¿De verdad? —Sonríe—
—Claro, una hermosura como tú no puede quedarse sin diversión. —Chris muerde su labio—Las veré mañana.
Chris baja de mi balcón de la misma forma en que subió. Se pierde en la oscuridad de mi patio, espero nadie lo vea.
April suspira viendo justo por donde se fue Chris.
—Ya sé lo que haces. —Le digo cruzada de brazos—
—¿Qué? —Pregunta inocente—
—No te hagas, te conozco. —Camino a mi cuarto—Estabas coqueteándole.
—Puede ser. —Se lanza a mi cama—Es un adonis.
—Las dos sabemos que no eres mujer de un solo hombre. —Enfatizo—Tú misma has dicho que eres un espíritu libre.
—Sí, pero el espíritu libre puede probar a ver cómo le va.
Ambas reímos.
April se queda a dormir, le presto un poco de ropa y cuando el reloj marca media noche, comienza nuestra operación.
—¿Crees que tus papás se darán cuenta? —Susurra April detrás de mí—
Los pasillos de mi casa están desiertos, Luke duerme en su cuarto y las mucamas a esta hora ya no están, es ahora o nunca.
Bajamos las escaleras en silencio hasta llegar al estudio de mi padre, la caja fuerte se encuentra escondida detrás de un cuadro con un león pintado, lo bajo y encuentro lo que buscaba.
—April, vigila. —Susurro—
Tomo la perilla y doy dos vueltas a la derecha y tres a la izquierda, la caja se abre dejando ver dólares y lingotes de oro. Tomo el bolso que traje y comienzo a meter cuatro capas de dólares, creo que es suficiente, no tengo tiempo de contarlos.
—Vámonos.
Tan pronto llegamos a mi habitación, nos sentamos en el suelo y comenzamos a contar el dinero.
—Nunca había tenido tanto dinero en mis manos. —Dice mi amiga emocionada—Debes estar muy enamorada para hacer algo así.
—Lo estoy. —Sonrío tontamente—
—Me alegro por ti, no era lo que esperaba, pero si me da gusto. —Ella sonríe—Debe ser un gran chico a pesar de ser un criminal. Bueno, su primer encuentro no fue el mejor, pero yo te lo dije.
—Acertaste. —Me río—Fue difícil al principio, pero luego encantador. Me enamoré de su humor, de su ternura, es atento muy atento. Sus ojos son de un azul tan profundo que cuando me miraba con lujuria me sentía controlada por ellos, él se convirtió en mi complemento, nunca me imaginé sentirme así.
—Wow... definitivamente ya no eres mi monjita. —Sonríe—Y dime ¿es bueno en la cama?
—April. —Me sonrojo—
—Eso no ha cambiado. —Me pincha—¡Anda! Como tu mejor amiga exijo todos los detalles de la primera vez que te la meten, ¡dime!
—Sí, es bueno en la cama. —Muerdo mi labio—Demasiado.
—¿Crees que Chris también sea bueno?
—No lo sé, averígualo. —Le guiño un ojo—¿Te gusta o solo es por diversión?
—Te seré sincera, una chica como yo es difícil de enamorar. —Se encoje en hombros—Es guapo y sexy, eso no lo negaré, pero veremos qué pasa.
—April, tienes derecho amar y a enamorarte. —La miro con pena—
—Eso no es para mí, Blake.
April se levanta y se acuesta en mi cama.
Siento pena por ella, una chica tan joven y bella que ha pasado por muchas cosas y debido a eso se ha cerrado a cualquier idea del amor, espero Chris logre cambiar eso, sé que la cuidará.
***
April es un personaje importante, no la pierdan de vista ☺
La siguiente parte es el final del maratón.
Deja tus comentarios, los leeré con gusto.
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