Capítulo 4| La cita.
Hoy mi día está empezando muy raro, llegué temprano al instituto y para completar un viernes. Ni yo me lo creo, quizás sea porque enojada hago las cosas más rápido o no sé qué rollo pase conmigo hoy, pero aquí estoy temprano y esperando a que llegue alguna de mis amigas.
Esto se está volviendo una locura, bueno más loco de lo que ya estaba mi vida. Enumerando todo, Cody me besa, mi hermana quiere volver, hoy tendré una cita con Lucas y espero todo salga bien y yo no termine sacándole un ojo a Lucas con un tenedor, o peor aún (para él claro), yo partiéndole una silla en la cabeza o...
—Hola hermosa. —saludó Mateo sacándome de mis pensamientos violentos.
—Hola. —respondí de manera cortante.
—Como no ha llegado nadie y veo que tienes cara de perro, ¿Te gustaría acompañarme a la cafetería? —propuso sonriendo y yo rodé los ojos y le saqué el dedo medio.
Reí.
—Okey. —dije con fingido fastidio y empecé a caminar con él.
—Lucas me dijo que tendrán una cita, ¿Emocionada? —cuestionó subiendo y bajando sus cejas, de manera picara.
—No, ni un poco, esa "cita" será sólo para saber que decir en caso de que nos pregunten sobre nosotros, está bajo el plan, no hay nada que pueda presumirte. —digo viendo a lo lejos a Cody, que se encontraba en una esquina fumando con sus amigos.
Tenía la mejilla levemente morada y sonreí mentalmente de saber que fui yo la que le dejé la mejilla así. Pero luego me puse nerviosa de solo recordar lo que paso ayer y aun rodaba esa pregunta dentro mi mente ¿será la cita de hoy una trampa? Y volvía a recordar de nuevo sobre lo que pasó. Su sonrisa torcida, sus ojos rojos, sus labios sobre los míos.
— ¿Conoces a ese chico? —cuestionó Mateo refiriéndose a Cody, lo cual seguía causándome mala espina. ¿O será que estoy muy paranoica? Pues yo creo que sí, me estoy volviendo loca.
—No, en realidad no. —espeté agitando mi cabeza para alejar los recuerdos de ayer.
—Pues dicen que es de la mafia y que le gustan las chicas como tú. —comenta viendo al frente.
— ¿Como yo? —pregunté mirándolo confusa y muy nerviosa.
—Sí, malas y sin corazón. —bromeó y reí sin ánimos.
Al rato llegaron nuestros amigos y cada quien se fue con su grupo, Lucas aún no había llegado y no se me hace raro ya que tanto él como yo llegamos muy tarde.
(...)
En las primeras clases entregué algunos informes y cosas pendientes, puedo ser una chica mala y eso, pero siempre estoy al pendiente de entregar mis trabajos. Ahora estoy sentada un poco lejos de las chicas con Lucas en el jardín donde siempre estamos.
— ¿A dónde vamos a ir más tarde? —pregunté mirando a Lucas.
—A un hotel —bromeó pero yo no reí—. ¡Hey! vamos una sonrisa solo estaba bromeando.
—Es enserio, ¿A dónde vamos? —insistí aun seria.
Tengo que saber donde posiblemente muera por infiel.
—Qué prefieres... ¿Comer helados o ir por un café?, o no me digas que te gustan los restaurantes, flores y chocolates como en las películas románticas —dijo los ultimo con una mueca asqueada y yo reí—. No me mal interpretes, digamos que tengo otras maneras de hacer sentir bien a las chicas, tengo otras cosas que les puedo ofrecer, a mi estilo pero creo que funcionan. —sonrió y por primera vez sentí que hablaba con sinceridad.
—Amo los helados, así que iremos por unos helados. —digo sonriéndole también y nos colocamos de pie para irnos a nuestras ultimas clases.
Aproximadamente casi tres horas después...
Al salir de mi última clase se supone que vería a Lucas en la salida, pero no está, así que me senté en una banca que está en el estacionamiento a esperarlo.
—Te ves bella de espalda. —escuché una voz masculina y cuando me giré observé a Cody con dos de sus amigos.
Nuevamente tuve esa sensación extraña, no sé porque este chico me causa tantos nervios. Agité mi cabeza y alejé sea lo que sea que quería molestarme mentalmente.
— ¿Qué quieres? —pregunté de manera fría.
—Calma, sólo quiero saber qué harás mañana. —musita con una sonrisa coqueta.
— ¿De qué hablas?, es sábado, me divierto con mis amigas. ─digo como la cosa más obvia— ¿Por qué quieres saber? —su mirada no demuestra nada más que burla y malicia y eso me hace desconfiar mucho, se me hace a veces muy fácil leer personas, pero él es tan... Complicado.
—Nada, quería invitarte a salir un rato y recordarte un poco de lo que paso ayer. —me sonrojé y el pareció darse cuenta, porque sonrió ampliamente con suficiencia.
Me odié en ese momento, no me sonrojé porque de recordarlo haya sentido algo lindo en el estomago, no, me puse roja de la rabia, no quería tener nada que ver con este chico.
Iba a responder, pero alguien lo hizo por mí.
—Vaya, dejo sola a mi novia por un minuto y ya hay buitres. —se escuchó otra voz masculina, perteneciente a Lucas.
—Hola amigo Lucas, tiempo sin hablar contigo. —habla burlón Cody y ahora yo me siento una intrusa.
—No soy tu amigo y quiero que te alejes de mi novia, no me hagas buscar otros métodos para alejarte. —Lucas dijo en un tono duro y serio, que me puso la piel de gallina.
«Uy, esto se va a poner feo amigos»
—Esa no es tu decisión y además no creo que tu novia se quiera alejar de mí, no sé porque amigo pero algo me dice que ella me quiere muy cerca —me miró fijamente con seriedad y yo lo miré en forma de amenaza, que ni se le ocurra abrir la boca o lo estrangulo—. Y por cierto Morris, no me importan tus tontas amenazas. ─espetó Cody aun con ese tono divertido, luego sonrió de lado de manera maliciosa y se fue dejándonos solo a Lucas y a mí.
— ¿Qué fue eso? ¿Celos? —bromeé tratando de molestar a Lucas para bajar tanta tensión.
—No, ya vámonos. —me dice de manera tajante y creo que está molesto por lo que sucedió con Cody o quizás ya sabe lo del beso, ¡Ahg malvada vida!
Caminamos un poco y encontramos la moto de Lucas, nos subimos y nos fuimos a mi heladería favorita, me pareció un lindo gesto que Lucas me preguntara cual era mi heladería favorita para hacer nuestra cita ahí, pero igual sigue siendo un imbécil.
Cuando llegamos a la heladería no estaba muy llena así que escogimos una mesa rápidamente. Nos sentamos y en eso llega la mesera a pedir nuestras órdenes.
—Buenas tardes, su orden por favor. —preguntó una chica rubia muy linda en verdad, y no le apartaba el ojo a Lucas.
—Quiero uno de chocolate, ¿Y tú qué quieres? —me preguntó Lucas.
—También uno de chocolate, por favor. —digo mirando con diversión hacia la mesera quien tomo las ordenes, le guiñó un ojo a Lucas y se fue.
A la verga, si fuera novia de Lucas en verdad, yo creo que el lapicero con que anotó nuestras órdenes hubiera sido la manera más linda de hacerla giñar un ojo.
—Bien hagamos un juego... —sonrió Lucas, mostrando sus lindos dientes y la linda sonrisa que tiene el muy imbécil—. Pregunta por respuesta, consiste en hacer una pregunta, si no es respondida se le pondrá un reto a la persona cuestionada, pero eso sí, nada de lo que se diga aquí lo puede saber más nadie —explico y yo asentí, aunque con miedo porque quizás aquí me suelte lo del beso—. Yo empiezo, ¿Cómo fue tu infancia?
—Una mierda ─espeté con frialdad y rodé los ojos, pero más aliviada porque creo que ya puedo confirmar que no sabe nada ya que si lo supiera hubiera sido lo primero que preguntara—. Otra pregunta esa dio asco.
— ¿Te toca un reto querida Emma? —dice con diversión.
—No me jodas —dije apretando la mandíbula y con ya un mal humor—. Suelta.
Lucas miró por todo el lugar y luego una sonrisa amplia se formó en su rostro.
— ¿Ves aquella chica de allá? —miré la dirección que me señalaba, donde se encontraba una chica castaña en rizos como yo, tenía el rostro hundido en un libro y sus ojos marrones brillaban de emoción, creo que ese libro la tiene muy entretenida.
—Sí. —espeté sin apartar la mirada de la chica.
—Tu reto es ir y pedirle su número telefónico, dile que a tu hermano —se señaló—, le gustaría hablar con ella.
Reí— ¿Sabías que las chicas que leen libros tienen altas expectativas con los chicos? ¿Y esa es tu manera de ligar con esa chica?
—No importa. Es eso o decirle que eres lesbiana y te gustaría una noche de pasión con ella. —abrí los ojos como platos y al instante me levanté en dirección a la chica, Lucas sólo reía.
La chica estaba tan centrada en su libro que no se dio cuenta que me senté a su lado.
—Emm, hola. —la chica de ojos marrones me miró un poco desconcertada pero medio sonrió.
—Hola. —la chica sonrió.
—Sé que sonará raro pero... Sabes qué... Necesito tu número, mi hermano quiere ligar contigo. —la miré insistente ella frunció el ceño y me miró como si yo estuviera loca, luego se levantó y se fue.
Rayos que amargada. ¿O creo que yo fui muy directa?
Me levanté y me senté de nuevo con Lucas, que reía a carcajadas sin parar.
La chica que nos atendía llegó con nuestros pedidos, nos los entregó, le dio una última mirada a Lucas y se fue. Lucas comió un poco del helado y dijo— Bien tu turno.
—Igual, ¿Cómo fue tu infancia? —sonreí con burla al ver la cara de pocos amigos que puso.
—No quiero un tonto reto, así que... Mi infancia fue igual de mierda que la tuya... —tomó una bocanada de aire para empezar a hablar—. No hay mucho que pueda o quiera contar pero como quieres saber sólo diré que mi padre era un mal nacido que me hacía la vida imposible. —cuenta, por lo que dijo y por su mirada obviamente noto que no me está contando todo, por su mirada misteriosa sé que lo que me dijo es sólo el comienzo de algo horrible, pero lo ignoré totalmente. No quiere hablar. No lo obligaré.
—Mmm... ¿Color favorito? —pregunté desviando el tema.
—Era mi turno pero bueno. Negro —sonrió de lado y continuó—. ¿Tu color favorito?
—El negro, violeta y el azul. —enarcó una ceja─ ¿Qué? —cuestioné sin entender su gesto.
Rió y dijo— Uno, pensé que dirías un solo color, pero creo que no te decides por uno así que ajá. Dos, pensé que el color favorito de una chica tan fría como tu sería el gris o simplemente el negro.
—Deja de ver películas clichés, Lucas. —rió nuevamente y le seguí.
—Te toca. —asentí.
— ¿Sabor favorito? —me miró con una sonrisa pervertida al escuchar la pregunta.
—Aun no he probado tus besos Emma —rodé los ojos y el estalló en carcajadas—. Poniéndome serio, el sabor del chocolate es mi favorito, ¿El tuyo?
—También, amo el chocolate y la torta tres leches que hace mi tía Laura —sonrió—. Me quedé sin preguntas por los momentos, ¿Tienes alguna? —asintió.
— ¿Desde cuándo empezaste a ser una chica problemas? —reímos como dos tontos.
No quería decirlo y él lo notó, pero no quería otro reto, así que tendría que decirlo y ya, sólo era una pequeña parte de mi pasado.
—Desde que mi madre se fue —respondí de manera fría y él me miró con detenimiento, examinando cada parte de mi rostro— Y ¿tu? —cuestioné dándole una sonrisa de boca cerrada, para desviar todo sentimiento.
—Desde que cumplí once y me di cuenta que mi vida es una mierda... Y no vale la pena. —susurró lo último algo frío y cortante.
—Si sigues hablando así, creo que algún día me llegará una nota de suicidio de parte tuyo. ─reímos y el negaba mientras reía.
Le di un último bocado a mi helado.
—Veo que somos muy parecidos. —comenté mirándolo fijo a los ojos, esos ojos grises como una tempestuosa tormenta.
—Si lo somos... —nuestras miradas se entrelazaron, hasta que la chica que nos atendía apareció.
—Aquí está la cuenta. —dijo de mala manera y yo le sonreí con burla.
Después de una pequeña pelea entre Lucas y yo, ya que yo quería pagar pero él quería pagarlo todo él, el ganó la pelea y pagó.
—Bueno creo que debemos irnos ya. —se puso de pie sonriendo victorioso y yo lo seguí de mala manera.
En el camino íbamos en total silencio, no pensé nunca en mi vida tener muchas cosas en común con Lucas, bueno ¿Quién pensaría tener tantas cosas con su enemigo? En verdad hay muchas cosas que el aún no sabe de mí y creo que aún hay muchas cosas que yo no sé de él. Pero aun así me siento un poco conectada con ese imbécil, llamado Lucas Morris.
Pensando no me había dado cuenta que ya habíamos llegado. Me bajé de la moto y lo miré fijamente, la luz de la noche le daba un poco más ese toque de Bad boy atractivo que a muchas nos gusta.
—Lucas, gracias por nuestra "cita". —dije haciendo comillas.
—No es nada, y es muy raro que diga esto y jamás, ni en mis pesadillas me imaginé diciendo esto, y espero por favor no le digas a nadie que dije esto... pero la pasé muy bien contigo. —respondió dándome una sonrisa y luego haciendo una mueca de desagrado hacia mí, a lo cual yo reí.
—Okey nos vemos, el lunes, ¿Sí? —asintió.
—Claro princesa amargada —dijo y se acercó a mí para darme un beso en la "mejilla", pero cuando yo me acerqué el movió su rostro rápidamente y me robó un beso corto en los labios—. Me lo debías. —musitó guiñándome un ojo y sonriendo victorioso.
—Imbécil. —susurré, el rió y se fue.
Entré a mi casa y mi tía no estaba, pero dejó una nota que decía: "Pequeña estoy en casa de una amiga, llegaré un poco tarde, hay comida en el horno para calentar, besos. Te quiero.", la leí y luego me fui a dormir, no tenía ganas de comer.
Hoy fue un día divertido, aun no puedo creer que tenga tantas cosas en común con Lucas, y aun sigo intrigada con saber más de su pasado, quiero saber porque es así, que tan malo fue lo que vivió para decidir como yo llevar una vida despreocupada y llena de odio a todo lo que respire. Pero de todo el día de hoy, me encantó como me llevé con Lucas, espero y en un futuro sigamos tratándonos así y nos podamos entender.
***
!Primera cita!
¿Que les pareció?
¿Creen que Lucas y Emma se querrán algún día?
Espero sus respuestas...
Betzabeth A.
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