Capítulo 37| Un regalo para ti. [+18]

NOTA: Si eres menor de 18 o no te gustan las escenas fuertes, te pido que por favor no leas el cap, pero como se que les vale madres, espero les guste el cap y me dejen sus votos y su comentarios ;)

***

Emma Jhonson.

El chico castaño de muchos tatuajes me miraba a mí y a Blair con una ceja enarcada, Blair está pálida y con la respiración agitada, está nerviosa.

― ¿Qué colores te gustarían y cuáles no? ―cuestionó el castaño mirando a Blair aun con una ceja enarcada.

―Me gustaría que tuviera negro, rojo y algo de verde, nada de amarillo o naranja. ―el chico me sonrió y asintió.

El chico salió y me dijo que esperara un momento.

Si se preguntan dónde me encuentro, pues... Haciéndome un tatuaje. Después de todo el caos con las imbéciles del grupo de Cody, nos reconciliamos y convencí a Blair de venir conmigo, ella también quiere hacerse uno, pero esta tan nerviosa que hasta tiembla. Ya han pasado cinco días desde ese mal entendido; Gracias al cielo no pasó a mayores, no me imagino a Mateo peleando en contra de Lucas, eso hubiera sido horrible.

Yo me haré una par de rosas entrelazadas entre si y dentro de todas ellas estará la letra "L", me lo haré en mi antebrazo derecho, sé que quedara hermoso, me han dicho que Dan es uno de los mejores aquí en Washington. Blair se tatuara en su muñeca una corona y bajo de ella dirá "Queen". Escuche que Mateo también se hará uno, pero el de él dirá "King", no sé si Lucas se hará uno, solo escuché de Mateo, así que espero que a Lucas le guste mi tatuaje.

El chico regresó con la plantilla del dibujo que pedí, me dedicó una mirada y me indicó que colocara mi brazo sobre una mesita de color azul. Encendió una maquinita y Blair se sobresaltó, lo que me hizo reír un poco.

―Si solo te asustas por el sonido de la máquina, no quiero imaginarte haciéndote el tatuaje. ―Blair rodó los ojos y rió.

―No estoy asustada, solo estoy nerviosa. ―se encogió de hombros.

―Claro. ―dije con ironía y el chico empezó.

La primera punzada dolió, pero luego empecé a acostumbrarme. Esto lo hago por Lucas, este será uno de sus regalos, quería hacerme un tatuaje desde hace mucho tiempo, y ahora tengo un motivo para hacérmelo, uno de ojos grises y cabello rubio, llevando por nombre Lucas Morris.

Hoy es su cumpleaños, más tarde Mateo lo llevará al lugar de la fiesta para darle la sorpresa, esperamos que todo salga bien...


Lucas Morris.

La pelirroja cubierta de tatuajes miraba a Mateo con una ceja enarcada, el cual se encontraba pálido y casi hiperventilando.

― ¿Qué colores quieres que tenga y cuales quieres que evite a toda a costa? ―la pelirroja lo dijo en tono burlón.

―Me gustaría que tuviera rojo, verde y negro, evita por favor al horrible color naranja y el amarillo. ―sonrió y asintió.

La chica salió y nos indicó que la esperáramos un momento.

Se preguntaran donde coño estoy, bueno... Después De la absurda pelea creada por los idiotas de Cody, Lisa y Sofía, nos reconciliamos y ya han pasado cinco días. Hoy es mi cumpleaños y me haré un tatuaje, no será pequeño, serán rosas entrelazadas y dentro de ellas estará la letra "E", me las haré en mi antebrazo derecho para que resalten en mi piel blanca y todos lo vean. Mateo también se tatuara, pero el muy niña solo se hará algo pequeño en su muñeca, que será una corona y bajo ésta la palabra "King". Oí que Blair también se haría uno, pero no escuché nada de Emma, así que espero le guste mi tatuaje.

Sé que mi tatuaje quedará excelente, me han dicho que Anais es una de las mejores de Washington. La chica regresó con la plantilla del dibujo que le pedí, me indicó que colocara mi brazo sobre la mesita azul que se encontraba junto a mí y así hice, encendió la maquinita y Mateo se sobresaltó.

―Si ya estas asustado por el sonido de la máquina, no quiero imaginarte cuando la aguja toque tu piel. ―Mateo rodó los ojos y me miro con diversión.

―No estoy asustado, solo algo nervioso. ―se encogió de hombros.

―Claro. ―dije con ironía y la pelirroja empezó a tatuarme.

Al principio dolió un poco, pero poco a poco me fui acostumbrando.

Siendo sincero, este tatuaje me lo hago por Emma, antes ya había querido hacerme uno, pero ahora tengo el motivo perfecto para hacérmelo, un motivo de ojos verdes, cabello negro en rizos, que lleva por nombre Emma Jhonson.

Hoy es mi cumpleaños y espero pasarla bien junto a ella...


(...)


Mateo me miraba con una sonrisa, me había colocado una camiseta de color rojo, algo raro en mí, yo nunca uso camisetas de colores, me coloqué unos jeans negros y mis zapatos negros también.

―Te vez precioso amigo. ―rodé los ojos y Mateo empezó a reír.

―Esto lo hago porque quiero cambiar Mateo, ya no quiero volver a ser el mismo insensible, me gusta sentir y que mis sentimientos vayan hacia esa linda chica de ojos verdes. ―Mateo sonrió ampliamente.

―Me alegra que al fin hayas encontrado a esa persona ideal para ti, sabía que en cualquier momento la encontrarías. ―asentimos pensativos.

―Tú también la encontraste Mateo. ―el asintió con una sonrisa totalmente iluminada por el amor hacia su chica castaña.

―Bueno ya es momento de irnos, Evan dice que quiere revivir esos viejos tiempos, así que iremos a un lugar especial. ―Mateo salió de mi cuarto y yo lo seguí.

Mateo me dijo que Evan quiere revivir los viejos tiempos el día de hoy, creo que iremos a algunos de los lugares donde íbamos antes, o no sé, pero todo lo está llevando con mucho misterio.

Subimos a su auto y nos pusimos en marcha. El camino me parecía conocido y al reconocer a donde nos dirigíamos, miré a Mateo con una ceja enarcada y el solo sonrió de lado. No puedo creer que me llevara al lugar donde hace días peleé con él, bueno no se también porque Evan querría regresar aquí, pero al parecer ellos ya superaron ese día, ese día cuando Cody y yo nos peleamos hasta más no poder, a penas teníamos nueve años cuando pasó.

Recuerdo que íbamos caminando los cuatro cuando descubrimos esta mansión, teníamos en ese entonces ocho años, estábamos tratando de alejarnos de la ciudad y de los problemas, aun siendo niños queríamos alejarnos de todo, cuando de repente encontramos esta enorme mansión abandonada, entramos y ese se convirtió en nuestro refugio. Hasta un año después que Cody y yo cumplimos nueve y pasó lo que pasó, desde ese día nunca más regresamos a esta mansión, por lo menos no todos juntos como antes. Pero creo que ya es momento de sanar.

―Lucas, ya llegamos. ―levanté mi vista y vi la mansión totalmente oscura, como siempre.

Bajamos del auto, Mateo llegó a la entrada de la gran mansión, tocó la puerta dos veces –lo que me pareció raro– y luego la abrió. Entramos y todo estaba oscuro y en total silencio, pero de la nada todo se iluminó y todos mis amigos gritaron un fuerte "Feliz cumpleaños".

Miré a todos, Evan y Ángela tenían una enorme sonrisa, como la de Ashley y Ángel, luego Blair y Mateo se juntaron, sonriéndome igual, pero al girarme un poco y ver a mi chica con un hermoso vestido rojo con encaje negro, me iluminó al momento y me hizo sonreír a más no poder.

Ella corrió hacia mí y nos abrazamos con una fuerza brutal, luego nos separamos un poco y nos besamos, no importándonos la mirada de los chicos sobre nosotros, era un beso cálido, suave y lleno de sentimientos.

―Feliz cumpleaños Lucas Morris. ―dijo al separarse de mí con una sonrisa radiante.

―Gracias linda Emma.

Nos separamos un poco y miré que tenía una venda en su antebrazo derecho, sorprendiéndome que fuera parecida a la que yo tenía en mi antebrazo derecho.

―No me digas que tú también... ―ella sonrió.

―Si Lucas, me hice un tatuaje. ―sonrió de manera infantil y empezó a retirar las vendas.

Quedé impresionado cuando lo miré, no es un pequeño tatuaje como el del muy niña de Mateo, cubre casi todo su antebrazo.

Ella miro mi antebrazo y yo también empecé a quitarme las vendas. Miramos nuestros antebrazos juntos, es como si la misma persona los hubiera hecho, claro que las rosas tienen sus diferencias, pero sin importar eso parecen exactamente iguales. Al igual que el mío, el de Emma tiene una letra y sonrió con suficiencia al ver que es mi inicial la que tiene en el antebrazo.

―Un regalo para ti. ―me guiño un ojo y yo sin importar nada la volví a besar.

Me sentía en las jodidas nubes, solo Emma me hace sentir así, solo Emma puede hacerme sentir de este modo y amo que sea así. La vez que besé a Lisa para darle celos a Emma fue algo horrible, Lisa sabe besar, pero no se sentía cálido, fue algo repugnante y horrible, nada como besar los hermosos labios de mi Emma.

―Vamos a divertirnos Lucas, todo esto lo organizamos para ti. ―Emma me guio hacia los chicos.

Todo estaba decorado con negro y azul, había también unas farolas rojas y había pequeños bombillos amarillos y blancos iluminando el lugar. Esto parece como si lo hubieran planeado desde hace mucho, conociendo a Emma puede que la respuesta sea afirmativa, sé que lo han planeado desde hace mucho.

La música empezó a sonar y allí empezó la diversión.


(...)


― ¡Una más Morris! ―gritó Evan tendiéndome una copa.

Ya perdí la cuanta de cuantas copas me he tomado, pero no estoy ebrio, no soy de esos que con tan solo tomarse dos copa ya están en el suelo vomitando y cantando las mañanitas. Hoy quiero divertirme y al saber que tengo a mi chica rizos junto a mí, me hace más feliz. No quiero emborracharme, quiero pasarla bien con mi chica problemas.

―Quiero enseñarte un lugar Emma. ―ella me sonrió y se puso de pie.

La conduje por la casa, subimos las escaleras de la gran mansión y llegamos a un largo pasillo, caminamos unas cuantas puertas y entramos donde yo le indiqué, cerramos la puerta y quedamos a oscuras por un momento. De todas las habitaciones de esta mansión abandonada, ésta siempre ha sido mi favorita. Me gusta el color de las paredes, azul, aunque ya la pintura esté casi toda caída, pero lo que más me gusta de éste lugar, es el balcón de esta habitación, muestra una vista hermosa, directo al mar, y eso quiero enseñarle a Emma.

La tomé por las muñecas y la jalé hacia mí, llevándola conmigo al balcón, ella al mirar todo quedó asombrada, con una linda sonrisa adornando su rostro. En el balcón se encuentra una mesa sencilla junto con una sillas a conjunto, es como si la familia que habitó aquí usaba este lugar para tomar el té o distraerse.

―Esto es hermoso. ―dijo con la mirada perdida en la hermosa vista.

―No más que tú. ―dije y la arrinconé en el balcón.

Pegué mi cuerpo al de ella por detrás y ella soltó un pequeño jadeo. La giré y nuestras miradas se entrelazaron, ambas miradas oscurecidas por el deseo que nos invadió de repente. La empujé hasta subirla sobre la mesa. Una de mis manos fue directa hacia sus caderas para pegarla a mí y la otra pasó por detrás de su nuca, para besarla con desenfreno.

Nuestros cuerpos se unieron hasta que ya no pudieron más y mis besos descendieron hasta su cuello, ganándome otro par de jadeos por parte de Emma. Amo besar cada parte de su piel, ella es toda una escultura y me hace sentir en el cielo, en la galaxia o que se yo, pero con solo el tocar su hermosa piel y besar sus lindos labios, me transporta a otro lugar.

La mano que estaba en su nuca bajo hasta su trasero y lo apreté con fuerza, sacándole un gemido muy profundo y excitante a Emma. Luego con esa misma mano la bajé un poco más y la colé bajo de su vestido, Emma me miró directamente con los ojos muy abiertos cuando mi mano empezó a darle caricias en los muslos hasta su parte sensible.

―Te quiero Emma, nunca lo olvides. ―volví a besar su cuello, embriagándome con su olor y sus lindos gemidos, no conteniéndose a mis caricias.

Retiré mi mano de allí y subí un poco su vestido, abriendo un poco más sus piernas y colocándome entre ellas, moví mis caderas hacia adelante, rozando su sexo con profundidad y ella soltó un gemido. Ella llevó su vista hacia mi pantalón y abrió un poco sus ojos verdes oscurecidos y dilatados.

―Lucas junior despertó. ―sonrió con picaría.

Le sonreí y nos besamos con más profundidad, mi lengua se entrelazaba con la suya y nuestros jadeos creaban una hermosa sinfonía. Entre caricias subí su vestido hasta su cintura, dejando ver sus lindas bragas negras, ella con manos temblorosas empezó a desabrochar mis pantalones.

Cuando acabó con su trabajo, yo los terminé de bajar, quedando en bóxers, ella me miraba con deseo y no había palabras, ambos sabíamos lo que haríamos, su respiración estaba entrecortada. Coloqué mis dedos en el comienzo de sus bragas, la besé con intensidad y suavidad a la vez, luego la miré, pidiéndole permiso, ella asintió y yo empecé a bajarlas despacio, dentro de besos y con su ayuda. Miré su sexo y ella se sonrojó.

―Emma... ―la llamé con voz ronca, ella me miró con sus labios rojos e hinchados entreabiertos―. ¿Eres virgen?

Ella abrió los ojos con nerviosismo, pasó sus brazos por mis hombros y se pegó a mí, susurrando en mi oído un "Sí". Muchas veces me dijeron que Emma no aparentaba ser virgen, todos la miraban como una chica ya experimentada, ya sea por su manera de vestir o por su manera de actuar, pero siempre blasfemaban de ella diciendo que parecía ser una chica que había perdido la virginidad a los catorce o menos.

Más de una vez me enojé con varios chicos que hablaban así de ella, nunca me agradó que lo hicieran ni que lo hagan, la manera de vestir, de hablar o de ser no dice nada de nadie, y ahora que la tengo aquí frente a mí, abierta de piernas y diciéndome que es virgen, hace que me caliente más y sobre todo quiera patearles el culo a todos esos que una vez hablaron mal de ella.

Saqué del bolsillo trasero de mi pantalón un preservativo, bajé mis bóxers y me lo coloqué, ella me mirada mordiéndose el labio inferior. Regresé a ella, hice otro movimiento con mis caderas, incitándola a más, ella gimió y aferró sus uñas a mis hombros, me acerqué a ella para susurrarle cosas al oído.

―Me hubiera gustado que hiciéramos esto en un mejor lugar, uno donde hubiera una linda cama, en un lugar donde se viera la luz de la luna y una vista hermosa como esta. ―besé su cuello e hice un par de chupetones en él, y seguía haciendo movimientos con mis caderas para que ella siguiera gimiendo mi nombre.

―No importa el lugar Lucas, todo es perfecto si estás conmigo.

Y con esas palabras me adentré en ella, gruñendo por el placer y con mucho cuidado de no lastimarla, la miré y ella tenía los ojos cerrados con fuerza, esperé un momento hasta que se acostumbrara y empecé a moverme con sumo cuidado.

―Lucas... ―gimió mientras hacía mis movimientos.

Esto es un momento que quiero recordar para siempre, la chica que amo está entregándome su virginidad y eso me hace sentir jodidamente bien, como el imbécil posesivo que soy. Poco a poco empecé a moverme un poco más rápido, pero sin llegar a ser brusco, Emma soltaba grandes gemidos y repetía mi nombre entre hermosos jadeos excitados y perdidos en la pasión.

Cada estocada era un te quiero, un nunca quiero perderte y muchas cosas más. La miro, como tenía sus ojos cerrados y se dejaba llevar por el placer, tan hermosa, tan delicada y tan mía. Nos fusionamos como uno, me entregué a ella, como ella se entregó a mí.

Mis piernas se tensaron, al igual que las de Emma y sé que estoy a punto de llegar. Estampé mis labios contra los de Emma con ferocidad y ella clavó sus uñas en mis hombros, luego de un momento a otro llegamos ambos con unos fuertes gemidos, ella gimiendo mi nombre y yo gimiendo el de ella.

«Esto fue perfecto»

Nuestras respiraciones estaban agitadas y nuestros cuerpos estaban sudorosos y temblorosos, la besé y pegué mí frente a la de ella, ambos teníamos los ojos cerrados, hasta que los abrimos al mismo tiempo y nos miramos con profundidad, una intensidad que solo ella y yo podíamos darnos.

―Te quiero Emma. ―le robé un beso.

―Te quiero Lucas. ―ahora ella me besó con suavidad y ternura, un beso lleno de sentimientos y cariño puro.

Salí de ella y me quité el preservativo, lo tire detrás de la mesa sin que Emma se diera cuenta y me subí mis bóxers, luego me coloqué el pantalón y me arreglé un poco la camiseta. Emma ya se había puesto sus bragas y cuando intentó bajarse de las mesa se tambaleo un poco, así que la tomé antes de que cayera.

―Se siente muy incómodo. ―me miró con una sonrisa de lado y totalmente sonrojada.

―Pronto se irá el dolor ya no te sentirás incomoda. ―le di un beso y entrelacé nuestras manos.

Caminamos tomados de la mano, regresando con nuestros amigos, los cuales, raramente se encontraban todos mirándonos con una ceja enarcada.

― ¿Paseando un rato? ―preguntó Mateo con picardía, logrando que todos rieran.

―Un paseo muuy caliente imagino. ―dijo Evan subiendo y bajando sus cejas, haciendo que todos volvieran a reír.

―Como si estuvieran en una playa, o mejor, teniendo sexo ―gritó Blair y todos la fulminaron con la mirada, incluyéndome―. ¿Qué?, quedamos que los molestaríamos un poco. ―espetó mirando hacia los demás.

Ellos rieron y luego al ver mi mirada seria enmudecieron.

―Ya basta con sus chistes, no molesten más ni a Emma ni a mí. ―sentencié y todos hicieron con si cerraran un cierre en sus bocas.

Emma y yo caminos hasta un sillón que habían puesto y allí nos sentamos, ella sobre mi regazo.

―Gracias por hacerme el primero Emma. ―besé su mano, que aún se encontraba entrelazada con la mía.

―Era un regalo para ti, aunque para mí también, quería que tú fueras el primero. ―se acercó y besó la punta de mi nariz.

―Gracias por darme el mejor cumpleaños de todos. ―me sonrió y me abrazó por el cuello.

No podría ser más feliz, lo que siempre quise y soñé, amo a Emma Jhonson y espero pasar el resto de mi vida con ella, ella es mi todo y la mujer que siempre quise para mí, ella ha podido arreglarme, ordenar mis horribles pensamientos y me ha hecho olvidar las desgracias que me envolvían.

La vida me la regalo y ella es el mejor regalo de todos.


***

Hace calor aquí, ¿No creen?

¡Nuevo cap!

¿Que les pareció?

¿Que les parece los nuevos tatuajes de Emma y Lucas?

¿Que les pareció esos locos comentarios de los chicos cuando Emma y Lucas aparecieron?

Espero sus respuestas ;)

ANUNCIO:

¡Faltan 3!

SPOILER:

¡Se viene la bomba!

Betzabeth A.

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