Capítulo 1| Yo ganaré

 "Nunca llegas a conocer completamente a una persona. No, hasta que te traiciona."

Una frase con la que me identifico mucho, una frase que me ha enseñado tanto a lo largo de mi historia, y que aún en la actualidad me sigue enseñando mucho.

Hoy es un día común, no hay nada nuevo que pueda presumir, me estoy levantando para ir al estúpido instituto, como siempre con treinta minutos de atraso, nunca llego a tiempo aunque haga el mejor esfuerzo. Gracias ya este es mi último año y no tendré que soportar más a esos estúpidos profesores y a los estúpidos chicos problemáticos que se creen más rudos que mis amigas y yo.

¿Ya dije la palabra estúpido?

En este momento me encuentro desayunando un rico cereal para irme al instituto y en eso veo a mi tía Laura llegar a la cocina con una enorme sonrisa en el rostro.

— ¿Cómo estás linda? —cuestionó entusiasmada, como normalmente hace.

—Bien. —le respondí cortante, como siempre hago.

—Prepararé tu postre favorito de cena, llegas temprano por favor. —informó menos entusiasmada.

Asiento pero sé que no llegaré temprano, siempre salgo tarde de casa y llego igual de tarde, así soy yo, tristemente. Me levanté para irme en autobús, ya que mi bebé, digo auto, está en el taller. Ya en el autobús con los audífonos en mis oídos escuchando New Rules de Dua Lipa, siento que hoy será un gran día, a pesar de que hasta el momento no encuentro nada que presumir y todo es simplemente igual a todos los días, sólo cambia eso, esa pequeña sensación de que hoy pasará algo que quizás lo cambiará todo por completo.

El autobús estacionó indicándome que ya habíamos llegado, me bajé y caminé por los pasillos del instituto, ganándome las miradas de todos. Nada raro. Muchos nos miran a mí y mis amigas como las más conocidas y codiciadas por ser chicas malas, frías y rudas, no somos chicas muy normales por decirlo así, o como algún tipo de chicas que actúan como unas fresitas, pues no, somos solo chicas rudas con una gran popularidad.

Luego del recorrido habitual, tomé asiento en el césped del patio, donde siempre nos sentamos mis amigas y yo, una voz me sacó de mis pensamientos justo en ese momento.

— ¡Hey!, ¿Cómo está mi perra favorita? —saludó mi amiga Sofía con una sonrisa radiante.

Sofía es una chica rubia en rizos, una chica alocada de ojos color miel, totalmente hermosa a los ojos de cualquier ser humano, los rasgos de su rostro son delicados y su alegre personalidad solo le añade más a que muchos se interesen en ella, nos conocemos desde que inicié en el instituto, desde entonces se ha convertido en una amiga cercana.

—Más zorra que tú... No bebé, eso es imposible. —respondí riendo con ella, mostrando mis hoyuelos.

—Mi vida, tengo noticias. —comentó.

Se sentó junto a mí aún con esa sonrisa de diva que la caracteriza.

—Habla. —musité mostrando interés.

—La primera noticia es que nuestros chicos malos están más guapos que antes, se rumorea que estuvieron trabajando bastante esos músculos durante las vacaciones de este año —rodé los ojos con diversión y Sofía continuó—; la segunda noticia es que los profesores dicen que aun no pueden creerse que nos vayamos a graduar, están impactados y obviamente muy emocionados que ya salgamos para dejar de fastidiarles la existencia —reímos—; y la tercera noticia es que los chicos están ganando demasiada popularidad así que tenemos que hacer algo, urgente. —me mira ahora con seriedad y asiente pensativa.

Nuestra popularidad. No es que me importe mucho el hecho de ser conocida por muchos, o que me importe algo lo que piense la gente y bla bla bla, si no que más bien es un caso de rivalidad, cuestión de ganarles siempre a nuestros rivales.

—Bueno... a la primera noticia sé que es verdad, que están bien guapos, e imagino que volvieron más fornidos, pero no son nuestros, ni lo serán y lo sabes —Sofía asintió riendo—; a la segunda con nuestro historial hasta yo estuviera brincando en un pie de saber que ya nos largaremos de aquí y a la tercera ya pensaré algo, ¿Sí? —volvió a asentir y nos pusimos de pie para ir a nuestra primera clase.

Las primeras clases fueron aburridas, como todas, presté atención a lo necesario y luego le dije a mi cerebro que se reiniciara un rato mientras me dormía en un par de clases. En la clase de matemática me dispuse a mensajear con mis otras tres amigas por WhatsApp y el profesor me cachó y me sacó del salón, menudo aguafiestas, yo vengo a enviar mensajes en vez de estudiar y él me saca del salón, repito, aguafiestas.

Cuando salí hacia el pasillo para pasear un rato –ya que obviamente no tengo nada que hacer–, pude divisar al otro lado del pasillo a los chicos problemáticos, como le decimos mis amigas y yo. Cuando pasé junto a ellos con mi tumbado de diva empoderada me miraron raro, como si de un extraterrestre se tratara, luego uno de ellos se acercó a mí.

— ¡Jhonson!, viniste más guapa y ruda que el año pasado. —comentó Mateo mirándome con picardía.

Él es un chico muy guapo a decir verdad, del grupito de "Los chicos malos" con los que tenemos rivalidad. Es de tez blanca, ojos tan azules como el mar, cabello castaño, alto y algo fornido, esa clase de chico que sin duda sería tu crush, pero es un imbécil igual que su grupo.

«Menudos imbéciles»

—Gracias Mateo, pero no acepto cumplidos que vengan de ustedes. —espeté con tono amargo y rodando los ojos.

—Como sea niña, tú te lo pierdes —sonrió coqueto y yo rodé los ojos de nuevo—, ¿Qué haces fuera del salón?, las niñas buenas como tú deberían estar en clases. —enarcó una ceja y se cruzó de brazos como si él fuera un padre regañando a su hija de siete años por comerse la torta de refrigerador.

—Me sacaron es lo cierto, ¿Te importa? —solté de manera fría y brusca. Cruzándome de brazos y mirándolo desafiante.

—No en absoluto, yo no tengo nada de qué preocuparme, pero en cambio, creo que a ti debería importarte otras cosas. —dice en un dejo burlón.

— ¿Cómo qué cosas Corwell? ¿De cómo aprendiste a dar un buen beso con lengua? —cuestioné con sarcasmo y él rodó los ojos.

—Hablo de tu popularidad Jhonson. Tu pequeño grupo de niñas haciéndose las rudas está perdiendo mucha popularidad gracias al grupo de Lucas, ósea, a nuestro grupo, ¿Qué se siente ser la segunda querida Emma? —espetó burlándose de mí.

Con sinceridad, no me importa lo que diga este imbécil o cualquier otra persona sobre la faz de la tierra que no tenga importancia para mí, pero en el momento en que me atacan o hieren mi rivalidad, entro en modo la reina roja "¡Arránquenle la cabeza!". Todo esto de la ridícula popularidad y llamar la atención es todo rivalidad, jamás me dejaré vencer por alguien nunca más, eso lo decidí hace mucho tiempo.

Ahora explicándoles un poco más de ese grupito para que no anden tan perdidos. Lucas Morris, ¿Quién es? Bueno... es un chico alto, delgado pero fornido, de esos medio desnutridos que a pesar de todo... a nosotras nos encantan esos flaquitos, su tez es blanca, su cabello rubio y tiene unos hermosos ojos grises que podrían fácilmente parecer humo o neblina espesa, es un chico problemas, mujeriego, mentiroso, egocéntrico que siempre trata de llamar la atención, ¿Está jodidamente sexy?, sí, créanme que sí, pero, ¡LO ODIO!

De todos los imbéciles en el mundo, Lucas Morris se gana el primer lugar por ser el mejor. Entró a un concurso de imbéciles y le dijeron "No perro, no aceptamos profesionales".

—Ya eso es problema mío como lo dijiste, y para no preocuparte por nada creo que le das mucha importancia a mi hermosa existencia en este mundo, así que en conclusión a todo guapo, no te metas donde no te han llamado Corwell, ¿Ok? —me acerqué a él para estar frente a frente, sintiendo su respiración en mi rostro, lo miré fijo y enarqué una ceja, el sonrió con suficiencia.

—Como quieras preciosa. —dijo encogiéndose de hombros y siguió su camino hacia su grupo que se encontraban a unos metros mirándome con burla.

Repito, menudos imbéciles...

Después de un rato de esperar a que salieran mis amigas, estábamos ya sentadas en el jardín comiendo helado y hablando un poco, como ya era de costumbre para nosotras. Tengo cuatro amigas, Blair, Ashley, Ángela y Sofía, todas son unas problemáticas como yo, la única que es un poco menos problemática es Ashley, pero aun así es una chica muy ruda.

— ¿Alguna tiene una idea para subir nuestra popularidad? —preguntó mi amiga Blair la cual es la más cercana a mí.

Blair es una chica de mi estatura, como de unos 1,70 de altura, como yo, su cabello es castaño, sus ojos son de un tono color miel, una chica hermosa, ella y yo nos conocemos desde jardín de niños y sabemos prácticamente todo la una de la otra.

—Yo pensaba en hacer alguna broma a un estudiante de los nuevos, saben que eso llama la atención. —dice mi amiga Ángela y se encoge de hombros.

La apodo mi chica fiestera, porque ama las fiestas. Muy obvio claro.

—Eso lo hemos hecho muchas veces, ya pasó de moda. —les digo y ellas asienten pensativas.

— ¿Y si armamos una pelea falsa entre nosotras? —se une Ashley entusiasmada.

Ella entre nosotras es la única que tiene "Sentimientos", sé que suena raro, pero es así.

—Recuerda que eso lo hicimos el año pasado, dos veces. —recuerda Sofía, la miramos y asentimos.

— ¿Y si hacemos un fiesta hoy como sabemos hacerlas? —propongo sonriendo con malicia, mis amigas me miran y sonríen conmigo.

Literalmente parecíamos el Guasón y el payaso de "It" riéndonos.

— ¿Dónde sería? —preguntó Blair.

— ¡En mi casa!, tengo mucho espacio lo saben, ni mis padres ni mi odioso hermanastro están. —propone Sofía entusiasmada.

—Buena idea, Ashley irá con Sofía a decorar y arreglar lo de la música, Ángela se encargará de enviar mensajes anunciando la fiesta, mientras Blair y yo buscamos bebidas para llevar a tu casa. Blair y yo estaremos allí puntuales. —les digo a cada una, para luego despedirme de Sofía, Ashley, Ángela y luego salir del instituto.

Blair y yo salimos riéndonos de chistes y de memes que veíamos en nuestras redes. En el camino íbamos cantando músicas a todo pulmón, vamos en el auto de Blair así que tenemos libertad de hacerlo.

Pasaron unos quince minutos y llegamos a mi casa, empezamos a enviar mensajes –para ayudar a Ángela con el anuncio de la fiesta– y buscar algo de ropa para ponernos. Luego de unos largos veinte minutos de búsqueda en mi armario, encontramos unos lindos vestidos.

El de Blair es uno de color piel que se acopla muy bien a su cuerpo, el mío es negro –mi color favorito– con un gran escote y estilo cola de pato, más corto al frente y largo atrás, es atrevido pero no tanto, ese tipo de vestido que dice "estoy prendida en fuego mi cielo" pero también "soy una chica elegante y tranquila".

Nos arreglamos, Blair tenía una coleta alta y se puso unos tacones blancos y su maquillaje bien ligero, yo sólo peiné mis rizos para darles forma, me coloqué unos tacones blancos altos y que me hacen sentir como una jirafa en una montaña empinada, y pinté mis labios de rojo, no me gusta usar tanto maquillaje la verdad.

—Te vez sexy grrr. —miré a Blair con cara de "¿Qué rayos? ¿Estás loca?" y ella rió.

—Ya vámonos rarita. —reímos a carcajadas, como las dementes que somos.

Blair y yo bajamos con mucho cuidado de no sacarnos los dientes en las escaleras. Blair me había dicho que en su casa había unas cajas con alcohol, que sus padres las tenían guardadas para eventos, así que decidimos pasar por su casa para ahorrarnos el ir a una licorería e inventar que tenemos la edad perfecta para comprar. Pasamos por su casa tomamos tres cajas y nos fuimos a la fiesta. Al llegar la casa ya estaba repleta y me di cuenta de que habíamos llegado tarde.

Típico de mí.

Tomé las cajas con alcohol y las puse en una mesa para que Sofía las sirviera, es todo una diosa preparando bebidas. Me dispuse a bailar con mis amigas, estaba ansiosa de que me anunciaran la llegada de ellos, los chicos problemas.

Desde que llegué al instituto tengo un gran historial repleto de malas conductas, tal como mis amigas, lo gracioso de la situación es que empezamos a volvernos "famosas" por decirlo así, gracias a nuestras maldades. Pero la rivalidad de los grupos empezó de tres años para acá, desde un día que ambos hicimos la misma maldad y para zafarnos teníamos que decir que el grupo contrario tenía la culpa, ellos decían que habíamos sido nosotras y nosotras decíamos que habían sido ellos –habiendo sido todos–, el desenlace fue que todos terminamos castigados, y desde ahí empezó nuestra rivalidad.

Después de un rato de seguir bailando y recordando, nos anunciaron lo que yo tanto quería, los "chicos problemas" habían llegado, yo quería hablar con el líder, pues nada más y nada menos que Lucas Morris. Caminé por todos lados hasta que por fin vi el grupito coqueteando con unas chicas y me acerqué.

—Gran fiesta, ¿No Morris? —digo de forma burlona mirando a Lucas y caminando hacia el de manera atrevida.

— ¿Ésta es tu manera de ganar popularidad Jhonson? —cuestionó riendo como si de un chiste se tratase.

—Puede que sí, puede que no, no creo que te importe Morris. —le espeté cruzándome de brazos y sonriendo con suficiencia.

—Pues si me importa niña, esto de la popularidad es un juego muy difícil de mantener y no me dejaré ganar por alguien como tú. —dice con énfasis en la palabra "niña" y se acerca a mí con una sonrisa ladina.

—Puede que sea un juego rudo Morris, pero hay algo que yo sé perfectamente, niño —hice énfasis en la palabra tal como él lo hizo—, eso, es que yo ganaré. —le di la sonrisa más falsa que pude dar y me giré para irme, caminando como toda una diva.

Después de un rato me fui a mi casa porque Sofía estaba muy ebria, tanto que empezó a cacarear como una gallina, Ashley y Ángela igual, pero ellas decidieron maullar como un lobo, así que me fui con Blair, la única cuerda del grupo.

De los chicos problemas sólo supimos que se fueron antes de que terminara la fiesta, a lo que yo reí como una demente al saber que Lucas captó lo que quería decirle, "En mi territorio tu no juegas sucio, yo sí".

Blair me dejó en mi casa y luego se fue a la suya. Al llegar a mi casa me duché, me puse el pijama y me acosté en mi cama a tratar de conciliar el sueño el cual logre fácilmente, pues son las 3:12 de la mañana.

Mañana le daré su merecido a ese imbécil de Lucas Morris, no lo soporto y no creo poder hacerlo jamás, mañana verá que aunque este juego sea rudo, yo ganaré...

***

Nota de la autora:  Hola rikuras. Este ha sido el primer capítulo de el gran torbellino que se viene. Espero disfrutes la lectura.

Coméntenme -> ¿Que tal el primer cap?

¿Ya les está gustando algún personaje? 

Comenta sin miedo, respondo comentarios. Espero les esté gustando. Gracias por leerme ;)

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