Capítulo 2

-SHINEE!!!!!!!!!-

- ¿Pero qué diablos?, ¡Maldita sea!!!, ¿Quién putas eres tú?, ¡Carajo!!!, ¡Lárgate!!!, ¡Me cag#$%&/ en la put#$%&/...!!!!-

Nunca en su vida había escuchado tantos insultos salir de una sola boca, ni siquiera se sentía ofendida, aun no podía quitar su mirada del rubio.

- ¿Te vas a quedar ahí parada?, ¡Te dije que te largues!!!-

-Y bueno... ¿Cómo por qué debo irme?, ¿eh?, es mi apartamento-

- ¿Qué mierda dices? - No hubo respuesta, - ¡Oi! –Seguía en silencio, - ¡¿Quieres dejar de mirar?!!!

- ¿Ah?... ah sí... bueno, no es mi culpa, tu eres el que sigue ahí parado, en todo el buen sentido de la palabra- esto último se lo dijo con un tono juguetón.

-Eres una vulgar- Bakugou tomo la toalla de su cabello y se la amarro a su cintura –¿Quién putas eres tú?, ¿Por qué diablos estas aquí? y ¡¿Cómo lograste entrar?!-

-Mmmmm a ver, soy Utsumishi Camie, es todo un gusto, ¿Qué por qué estoy aquí?, bueno fam es mi apartamento, y entre usando las llaves que me dieron en la recepción-

Todo eso lo había explicado, no solo con una tonta sonrisa, sino de la forma más tranquila y descarada, haciendo que nuestro rubio amigo le hirviera más la sangre.

-Deja de decir que es tu apartamento, ¡Yo vivo aquí!!!-

-Pero es la verdad fam-

Casi hace que Bakugou se coma el documento que le plantó en su rostro, era su contrato de alquiler. Leyó cada párrafo hasta que llegó a la parte importante –¿Apartamento 4, piso C?, ¿Qué carajo? –

- ¿Ves? - le dijo con una sonrisa llena de satisfacción

Él no sabía que responder, tenía los ojos llenos de incredulidad, ¿Por qué ella tenía un contrato de su apartamento? Estaba confundido y furioso, más viendo lo tranquila que estaba la chica... ¿Chica?... Espera, aún está desnudo delante de ella –Mierda-

-Arreglaremos este desastre, iré a ponerme ropa, ¡y no mires!!!- Esto lo dijo porque como la toalla era tan pequeña no cubría completamente su parte trasera.

-Hai, Hai, cierro mis ojos, mira-

Bakugou rodó los ojos, dio media vuelta y se dirigió a su habitación a cambiarse, no se dio cuenta que por el rabillo del ojo la castaña lo visualizó un poco, poquito nada más. –Vaya, ese es un trasero que podría morder-

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Minutos más tarde salió de su habitación vistiendo uno pantalón largo tipo chándal negro y una sencilla camiseta blanca de tirantes. Se dirigió a la sala donde se encontraba la chica, la cual parecía estar muy concentrada releyendo lo papeles del arriendo. Al llegar junto a ella le hizo tirados sus respectivos documentos, lo cual hizo que del sobresalto saliera de su ensoñación. Al leerlos se dio cuenta que efectivamente indicaban el piso C, apartamento 4.

-Vaya, creo que tenemos aquí un big problema-

-Gracias por lo obvio, y ¿A quién putas llamas? – preguntó Bakugou al ver como la castaña agarraba su celular.

-Bueno, no es como si el de mantenimiento nos pudiera ayudar, ¿cierto? –

Eso definitivamente sonó más a sarcasmo que a otra cosa, haciendo, pospuesto, que nuestro rubio se molestara más.

-Fam, obviamente llamo al casero, hay que arreglar esto, ¿no? -

-Pff, como sea, ¡y deja de llamarme...-

- ¡Shhh! - lo calló Camie para poder hablar

¿Pero qué putas le pasaba a esa idiota callándolo?, ya la poca paciencia que tenía se le estaba agotando.

-Sí, hola, disculpe la molestia, mi nombre es Utsumishi Camie, soy del apartamento 4C. Quería informarle de un pequeño problema que hubo en el contrato de alquiler, o más bien, en los contratos, ¿sería usted tan amable de comunicarle al encargado que necesitamos que venga urgentemente para buscar una solución?... ¿Dice que viene inmediatamente?, de verdad se lo agradezco-

- ¡¿Y?!

-De verdad careces de paciencia, tranquilo fam, ya viene para acá-

-Genial- se limitó adecir el rubio fastidiado


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-Gracias por venir, señor...-

-Toshinori, cofcof, Toshinori Yagi, mucho gusto-

Era un adulto en sus cuarentas, si no es que ya entrando a sus cincuenta, muy delgado y pálido, a decir verdad, se veía un poco enfermo. Aunque su sonrisa reflejaba un poco de calidez y bondad.

-Si claro señor Toshinori- le respondió amablemente la chica. – Verá, lo llamamos aquí porque al parecer hubo un error con el alquiler de este iluminado apartamento. Tanto mi persona como la de este chico –mencionó señalando al rubio-, ambos tenemos el mismo contrato, tanto para el mismo piso como para el apartamento, y sinceramente no sé qué habrá pasado, pero le puedo asegurar que él y yo somos dos perfectos desconocidos-

Luego de explicarle detalladamente la situación, la castaña le acerco ambos papeles al casero para que él mismo se diera cuenta de cómo estaba toda la situación. Más que sorprendido, estaba visiblemente muy confundido y angustiado.

-Oh yo, yo no sé qué decir, nunca había pasado algo así-. Su congoja era evidente, sostenía los documentos con total preocupación.

-Vaya, ahora me siento más especial, ¡No necesitamos que diga una sola mierda, solo haga algo rápido!

- ¡Bakugou!, ¡esa no es la forma, todo problema tiene una solución, tranquilízate fam!!!- le regaño la castaña

- ¡Tu no me digas que hacer!!!-

Camie suspiró pesadamente, así no era como se suponía empezaría su nueva vida. -Y bien señor, ¿Sabe que fue lo que sucedió? –

-Cofcof, Si claro, al leer sus contratos puedo darme una idea de lo que pudo haber sucedido- respondió con un poco de pesar.

-Verán, el contrato de la señorita Utsumishi está hecho y firmado por mi padre, eso fue el 16 de mayo. En tanto el del señor Bakugou fue realizado por mi persona el 19 de mayo, unos días después. Lo que creo que pudo haber sucedido es que mi padre ya es un adulto muy mayor, y aún no domina del todo la tecnología como tal, y actualmente usamos un nuevo programa para el ingreso de datos de cada inquilino. Así que es muy probable que al ingresar incorrectamente los datos de la señorita Utsumishi, el programa me permitió hacerlo con los del joven Bakugou, sin saber que el apartamento ya no estaba disponible. Sinceramente pido mil disculpa- explico el adulto con una reverencia al final

- ¿Y por qué dejan que un anciano se haga a cargo de todo esto? – pregunto el chico

-Bueno, mi padre es el dueño absoluto de todo esto, él colocó cada ladrillo, y diseñó cada rincón de este lugar. Para él este edificio es su vida, y ama lo que hace, no por nada en su juventud se le llegó a conocer como "Gran Torino"- explicó el viejo Toshinori muy orgulloso.

- ¡Ahhh eso es totes hermoso! –

- ¿O sea que es por culpa de ese viejo que estamos en esta situación?, ¡Ahora mismo me va a oír!!!

Bakugou se dirigió a grandes zancadas hacia la puerta, para sorpresa de los otros dos presentes.

- ¡Espera Bakugou!!!- Camie corrió y se puso al frente de la puerta con los brazos extendidos para así poder bloquearle el paso. – No hay forma, o sea, no es aceptable que vayas y le grites a un abuelito, ¡¿Qué diablos te pasa?!, hay formas más civilizadas de arreglar esto!!!

- ¿Ah sí?, a ver tu geniecita, ¿Por qué no nos iluminas un poco con una de esas soluciones, ¿eh? –

El señor Toshinori estaba conmocionado y preocupado por la actitud de Bakugou, ¿de verdad había dejado que un chico así viviera en sus aposentos? Aunque su motivo se justifica, su reacción dejaba mucho que desear.

Camie por otro lado conto hasta 10, era obvio que también le preocupaba todo este lío, pero necesitaba mantener la cabeza fría.

-Señor, ¿hay algún otro apartamento libre? –

-Lo siento jóvenes, pero estamos llenos, de hecho, no solo nosotros, dudo que pueda haber algo disponible cerca de la universidad, en un par de días empiezan las clases y ya todo debe de estar ocupado-

-Bueno, es lo que temía- Volvió a ver a Bakugou con una mirada profunda y llena de resignación. Se preparaba para asimilar lo que estaba a punto de decir.

- ¡Que ni se te ocurra!!!-

-Creo que vamos a tener que vivir juntos por un tiempo-

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El silencio que reinaba sobre la habitación se había hecho eterno. Por un lado, Camie no podía creer lo que había sugerido, Bakugou no podía creer la estupidez que ella había sugerido, y el señor Toshinori, no menos sorprendido, miraba a ambos chicos, los cuales no parecían asimilar la extraña y descabellada idea.

- ¿Acaso estás mal de la cabeza?, ¿O es que no te llega suficiente oxígeno a las pocas neuronas que tienes? –

-Oye, para tu información soy un cerebrito, y sí, mi cabeza está totes genial-

- ¡¿Y por qué propones algo tan estúpido?! –

-Mmmmm, bueno ¿y tú que propones?, ¿irás a vivir bajo un puente? - cuestionó decidida, tenía sus manos fijas sobre su cintura y su mirada fija en el chico.

- ¿Ah?, ¿Disculpa?, ¿Cómo que soy yo el que tiene que irse?, ¡Tú lárgate!!!-

-Dude!!!, ¿No escuchaste lo que dijo el señor Toshinori? Yo fui la que vio el apartamento primero, yo pagué primero por él, y además del dinero del depósito di 2 meses más de adelanto, y si eso no te convence, mi contrato está firmado por el tierno abuelito, que es el dueño prioritario-

Su sonrisa, esa maldita sonrisa llena de burla y satisfacción. - ¿De dónde mierdas sacas dinero para pagar 2 meses de golpe? –

-Tengo un buen trabajo fam jeje-

Bakugou quedó congelado, volvió a ver al encargado, el cual, con un poco de nerviosismo le enseñó efectivamente las facturas de pago por 2 meses que se encontraban engrapadas detrás del contrato de alquiler.

-Mierda- se dijo para sí mismo. Prácticamente le hizo arrancadas de las manos tales documentos, se sentó de golpe en el sillón en tanto mantenía sus ojos rubí en esos putos papeles y su boca aun no podía cerrarse por completo debido a la impresión, realmente tenía una expresión de espanto.

Al mejor estilo del nerd de Deku sólo se lograba percibir un susurro saliendo de sus labios, - ¿Por qué pasaba esto?, el solo quería su puto espacio, quería librarse de los extras de sus amigos de los cuales tuvo que convivir por 3 largos años en los dormitorios de la U.A, ¿por qué?, ¿por qué?, ¿por qué?, ¿por qué?, ¿por qué? –

-Bien- interrumpió Camie mientras nuestro chico seguía divagando en su mundo. Se sentó al lado del él, en tanto colocaba su mano bajo la barbilla de este y hacía que cerrara por completo la boca. Bakugou ni siquiera reaccionó a esto, lo cual fue gracioso para ella.

-Hay un par de cosas que debemos discutir acá señor Toshinori-

-La escucho señorita- respondió con una sonrisa al ver la escena frente a él, eran como el agua y el aceite, a decir verdad, no sabía cómo se las iban a ingeniar esos dos para convivir juntos.

Levantó su dedo índice para empezar a hablar – Primero, supongo que al final de cada semestre hay estudiantes de último año que dejan libre alguno de sus apartamentos, ¿Cierto? - . Él asintió. –Pues bien, quiero que en el momento en que eso pase nos informe inmediatamente para que podamos hacer uso de él. –

-Segundo, -prosiguió levantando también su dedo medio, - Queremos un nuevo contrato que este a nombre de ambos, donde se indique específicamente lo anterior, y que se nos dará prioridad por encima de cualquier otra persona, y que una vez que esta cláusula esté cumplida se volverán a hacer contratos por separado-

-Y tercero- hizo lo mismo con el dedo anular – debido a que hay dos depósitos pagos, obviamente uno de ellos quedará como reserva para el próximo apartamento. Y ahora quiero hacer énfasis a que Bakugou pagó 1 mes y yo 2, por lo que la próxima mensualidad será en 3 meses, es algo que prefiero recalcar ¿todo bien con eso? - finalizó la castaña

-Oh vaya señorita, usted si sabe cómo hacer negocios y resolver los conflictos, no tengo problema en hacer todo lo que usted indicó. Y claro que tengo en cuenta los pagos adelantados-

-Bueno sí, pero ya no depende de nosotros- Miró hacia quien muy posiblemente se convertiría en su nuevo roomate - ¿Escuchaste algo? –

Este la veía fijamente, no era tan idiota como creía. Pero estaba molesto, de verdad no quería tener que vivir con una desconocida, sabía que sería un dolor en el trasero. Pero tampoco quería dejar el lugar, era perfecto, la cocina lo era, ideal para él, además quedaba cerca del maldito trabajo y de la universidad, y lejos de sus fastidiosos amigos. Por otro lado ¡ya había desempacado todo el puto equipaje!, se sentía atrapado.

Tomó un largo suspiro y habló - ¿De verdad quieres hacer esta mierda? –

-No estoy como, tu sabes, gritándolo con bombos y platillos, pero es la única solución lógica y cordial que conozco-

- ¡¿No te da miedo vivir con un desconocido?!, ¡y además soy hombre, no conoces nada de mí, eres demasiada confiada!!!

-Bueno, tienes tu punto, pero...-

- ¡¿Pero?!

-Tu sabes que uno de los requisitos para alquilar este lugar es presentar tu hoja de delincuencia, así que creo que si tú estás aquí es porque estas libre de pecado... por el momento. Además....

- ¿Además? - No le parecía razón suficiente

-Alguien que le guste la cocina, o más bien que ame cocinar, no puede ser mala persona, ¿no crees? - condujo su mirada hacia los libros de cocina que anteriormente había visto, y le ofreció una noble y gentil sonrisa.

Bakugou no pudo articular ninguna palabra  sorprendido por lo que acaba de escuchar. Sintió una opresión sobre su pecho, hacía mucho tiempo que no escuchaba algo así, además por primera vez no percibió burla o sarcasmo por parte de ella, lo que decía era real.

Por un momento sintió un poco de vergüenza, volteó su rostro para que no se notara, y se limitó a responder - ¿Estuviste fisgoneando mis cosas? –

-Jajajaja, algo así, gomen- le contestó divertida mostrando su lengua

- ¿Y entonces joven Bakugou?, ¿Cuál es su decisión? - interrumpió Toshinori

Aún había algo de esa estúpida idea que lo inquietaba, y no decidiría nada hasta aclararlo –Y dime, ¿Cómo arreglaremos el asunto de la mudanza cuando esté el otro apartamento listo? – Al parecer Camie no entendió muy bien a que se refería, - ¡Joder!!!, ¡¿Cuál de los dos ser irá?!-

- ¡Ahhh, eso!!!, no te preocupes, yo lo haré, si con eso te logro convencer jeje-

Bakugou arqueó una ceja indignado, aunque diga lo contrario, esa tonta realmente estaba disfrutando la situación.

-Es más, señor, ¿podría poner entre las cláusulas que yo, Utsumishi Camie, me comprometo a ser quien se mude una vez haya un apartamento libre?

-Por supuesto señorita, con todo gusto-

De nuevo ambas miradas se conectaron, ella esperaba la respuesta definitiva, y él, bueno él solo se replanteaba lo que estaba a punto de decir. Se arrepentiría de esto...

-Está bien, o lo que sea- bufó el chico

- ¡Bien!, el problema está totes arreglado- exclamó tirándose hacia el respaldar de sillón y estirando sus brazos.

-Bien jóvenes, entonces prescindiremos de ambos contratos e iré a redactar uno nuevo para que puedan firmarlo y quedar en paz... Y de nuevo, les agradezco por todo, si me disculpan- Hizo una reverencia y se marchó del lugar, dejando solos a los nuevos compañeros de habitación.

Camie tenía en su rostro una enorme sonrisa llena de satisfacción, nuevamente hizo de las suyas y logró dar un finiquito a todo esto, ya solo quedaba firmar dicho documento.

Se le ocurrió una buena idea para pasar el rato, aunque no sabía por dónde empezar, por un momento se quedó tan ida pensando en cómo romper el hielo que no se había percatado que hacía rato que se quedó viendo a Bakugou.

- ¿Qué? ¿Tengo algo en la puta cara? –

-Bueno, es que estaba pensando... que tal vez...-

-Vas a quemar las pocas neuronas que te quedan-

-Oye fam, deberías como dejar de insultar ¿no?, al menos gracias a mi pudimos arreglar este inconveniente. ¿O es acaso que tú pensaste en algo mejor? –

Touché

-Pff, como si me importara- sabía que la castaña se la había aplicado de nuevo, pero él jamás lo aceptaría.

-Bueno, como sea, ya que vamos a vivir juntos deberíamos conocernos mejor, ¿no crees? –

- ¿Ah? –

-Sí, mira, yo empiezo. Como ya sabes mi nombre es Utsumishi Camie, tengo 19 años y estudio Administración de Empresas en la Universidad de Tokio...-

-Eres una más del montón- bufó

- ¿Eh?, ¿A qué te refieres fam? –

- ¡Todo el mundo estudia administración de empresas, es una puta carrera saturada! –

-Eso no es cierto fam, pero sigamos mejor. Pienso poner énfasis en economía y finanzas, además de eso me encantan los perros, amo, entre muchas otras cosas la comida, me encanta dormir, está en mi naturaleza, además tengo este lindo trabajo que...-

Blablablá, era lo único que Bakugou escuchaba por parte de ella –Joder como habla-

Se mantenía en la sala sólo por esperar al casero y así firmar el susodicho papel, aunque bien podría ir a su habitación y esperar, pero no quiere que la intrusa se fije en sus cosas, así que lo mejor era mantenerse donde estaba. Su mente volvió en sí al escuchar que lo llamaban por su nombre.

- ¡BAKUGOU!!!-

- ¡¿Qué quieres?!!!, ¡No me grites!!!-

- ¿No me estás escuchando? –

- ¡No me interesa!!!-

- ¡Al menos dime algo de ti! –

Esta chica sí que era fastidiosa –Soy Bakugou y estudio Gastronomía- le mencionó sin el más mínimo interés.

-Pero si eso ya lo sé fam, ¡vamos, dime algo más! ¿Quieres? –

- ¡Y es lo único que tienes que saber, lo demás no te interesa!!!-

-No eres nada genial dude- No le quedo de otra más que quedarse sentada y cruzadas de brazos, dando tiempo a que trajeran los papeles.

Tuvieron que esperar varios minutos, que parecieron una eternidad, pero al fin escucharon como el señor Toshinori llamaba tras la puerta. Ambos sentían un gran alivio, Camie porque ya quedaría en firme el acuerdo al que llegaron, y Bakugou porque al fin podría largarse a su cuarto. Una vez firmado el contrato de alquiler, el co-propietario se dispuso a retirarse, no sin antes volver a agradecerles a los jóvenes por entender y aceptar las disculpas, bueno, al menos la castaña, y no hacer más grande el problema.

-Bueno, parece que totes salió bi...-

Iba a terminar la oración cuando al volverse se dio cuenta que su nuevo compañero no estaba. De fondo escuchó el fuerte golpe de una puerta cerrándose.

No sabía cuántas veces había suspirado hoy, pero definitivamente era algo que haría con frecuencia.

-Estos serán los 6 meses más largos de toda mi vida-

















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