Capítulo quince

En la noche antes de dormir, llegaría una notificación de Luna.

Quedé sorprendido porque sinceramente pensé que no me enviaría mensaje jamás. Después de que me dejara en visto la última vez, era seguro que no volveríamos a seguir en contacto, pero por alguna razón Luna quería seguir conociéndome.

¿Con qué intenciones quería seguir contactándose conmigo?

El ver su mensaje me dio gusto, decía: "Hola, ten linda noche descansa".

Le contesté el mensaje con un simple "Tú también ten linda noche, hasta mañana".

Era hora de dormir, mañana sería un día agotador y tenía que estar con toda la energía posible.

No quiero hablar mucho de lo que paso en la marcha, realmente fue muy agotador, pero estaba Kat conmigo y eso lo hizo un poco más ligero. Pasamos todo el día caminando de un lado al otro.

Vi a una que otra celebridad en los carros alegóricos, por esa parte fue una experiencia única.

Entre la caminata mi amiga y yo teníamos que buscar a Luna. Ella les estaba ayudando a sus padres a vender desayunos, por esa razón se encontraba en la marcha.

Cuando nos vimos no me encontraba de la mejor manera, estaba ya cansado, hambriento, estresado. El ver a Luna me hizo sentir un poco mejor, pero no ayudó en mucho.

Trataba de mostrar una sonrisa, muy a duras penas, para que no se notara lo mal que estaba. Platicamos como 10 minutos, no fue la gran cosa. Nos despedimos muy normal, un beso solamente. Esta vez me quede con ganas de abrazo, pero no había problema, el beso era suficiente.

Pasó el día y llegué a mi casa en la noche. Lo único que quería era dormir.

Subí a mi cuarto, me recosté y desperté al siguiente día.

Al abrir los ojos, mi primer reacción fue tomar mi teléfono y enviarle un mensaje a Luna de buenos días. S.R notaba algo extraño en la situación y quería decirme algo al instante, pero me levanté de inmediato y seguí con mi día antes de que me sermoneara.

Estuve mensajeándome con ella en el transcurso del domingo. El conocernos un poco más y saber que pensábamos de igual forma en algunas situaciones, hacía que estas ganas de que me volviera a gustar incrementaran.

Pasaron un par de días y las conversaciones eran increíbles, trataba de vivir el momento y no hacerme ilusiones con Luna. Pero a quien quería engañar, Luna volvía a convertirse en la chica que me gustaba ¿O es que nunca dejó de serlo?

Era martes por la noche, nos encontrábamos hablando de lo soñolienta que era Luna. Casi todos los días que la fui a ver a la tienda de música estaba con una flojera y un sueño tremendo, decía que le costaba mucho descansar y por eso no dormía bien.

Así que mi corazón de adolescente enamorado le escribió: "No importa Luna, con sueño o sin sueño así me encantas".

Ella respondió: "Que lindo Saúl, creo que conociste mi lado huevón y mi lado payasa, pero soy buena persona".

Sabía que no era mala persona, solo que le costaba abrirse con las personas que apenas conocía, clásico comportamiento de chica introvertida, el cual me gustaba.

"Tienes razón, no sabía que una combinación así me iba a encantar y ve jaja" le respondí a su mensaje.

"Cuando descubras mis demás combinaciones a ver si te sigo gustando" respondió.

Mi corazón latía demasiado rápido. "Pues esta combinación no fue muy buena y me gustó. Qué puedo esperar de las que si son buenas".

"Mmm pues tienes razón" contestó cortante.

"Si, de hecho, me puse a pensar y no se versión viste tú de mi".

"Pues igual una que conocí más a fondo y me gustó" respondió ella.

Rescato esta conversación en especial porque a partir de ese momento estaba dispuesto a darle una segunda oportunidad, a volver abrir mi corazón. S.R obviamente no estaba contento con mi forma de pensar.

Un error es una buena oportunidad para hacerlo mejor y yo estaba más que seguro que Luna lo iba a ser mejor. Además, no hay que negarnos a dar segundas oportunidades, a veces pueden ser mejores que las primeras.

Llegó un punto en el que estaba decidido a volver a ilusionarme, a subir a la nube y llegar a fantasear en una relación con Luna, pero S.R me mantenía en el suelo. A el obviamente no le agradaba mucho que siguiera manteniendo contacto con Luna después de lo que sucedió aquel martes en la tienda de música.

Así que en esos días estaba en un dilema, yo quería volar a lo más alto pensando en que Luna sería la indicada. S.R por otro lado quería que viera la realidad y no me arriesgara en una chica que había estado cerrada en conocerme.

Pero lo que sucedería a los pocos días daría resolución a todas estas confusiones.

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