Capítulo diecisiete

Es difícil de explicar qué se siente tener un ataque de ansiedad. Franco Escamilla lo describe bien, dice que es como si sintieras que te vas a morir, pero no te mueres.

Es prácticamente eso. Pasa cuando pensamos mucho en el futuro. En aquel momento pensaba es la escuela, en mis amigos, en mi negocio, en Luna. Era un golpeteo sin cesar.

Desde hace tiempo S.R hacía todo lo posible para que me mantuviera en la Tierra y así no pensar en el futuro. Pero aquella noche se le salió de control todo. Vinieron varios pensamientos a mi cabeza y pasé un rato así.

En ese instante decidí enviarle audios a Luna para explicarle como me sentía.

Grave error, por más me sintiera en confianza con ella no era correcto que a la una de la mañana le dijera que tenía una crisis. Sabía que ella sin problema me ayudaría a tranquilizarme, pero no quería que eso pasara muy seguido.

Le llegaron como tres audios y cuando estaba a punto de mandar el cuarto, S.R me puso de nuevo en mi lugar e hizo que borrara lo que había enviado.

Mientras se me pasaba el ataque de ansiedad, la paz volvía a mí.

Me iba quedando dormido, cerré los ojos y de repente sonó mi teléfono.

Era un mensaje de Luna: "Saúl oye me mandaste notas de voz o es mi imaginación".

Que gran tonto soy, se dio cuenta de los audios. Le respondí de inmediato: "Si te mandé unas, perdón. Es solo que tenía una crisis existencial y quería desahogarme con alguien, pero decidí borrarlas".

Al parecer no lo tomó a mal. Ella tampoco podía dormir y nos dimos algunos consejos para tranquilizarnos.

Le dije también que parte de mi crisis tenía que ver con ella. Luna respondió que si pensaba cosas buenas o cosas malas. Yo respondí que esa era la cuestión, no sabía si eran cosas buenas o malas.

Y era en serio, yo quería saber qué pasaría con ella, qué era lo que pensaba de lo nuestro y en una posible relación. Es muy fuerte cuando te da un ataque de ansiedad.

Ella respondió: "Mira Saúl te voy a ser sincera". Debe saber querido lector que esa frase viniendo de una mujer no es para nada una buena señal.

Después de ese mensaje se tardó algunos minutos en mandar lo que sentía por mí.

En un panorama general me contó que tenía miedo, pero no sabía exactamente a qué. Que cuando ella fue de vistita a casa de Kat conoció mi forma de ser y era un chico increíble, que en verdad existía una atracción entre ella y yo. Además, me piropeo mis ojos, algo que nunca me habían dicho

Todavía su mensaje no acababa ahí. También mencionó que ya había encontrado la verdadera razón por la que tenía miedo a intentar algo conmigo: su temor era enamorarse, como nunca había tenido novio hacía que ese miedo se hiciera presente.

Estaba muy tranquilo por el hecho de saber que yo de verdad le gustaba. Lo demás, a mi parecer, creo que era lo de menos.

Le comenté a grandes rasgos los pensamientos que tenía de ella después del martes en la tienda de música, pero al pasar el tiempo me di cuenta de que le daría una segunda oportunidad.

Además, le dije que no se preocupara por su miedo, yo no iba a presionarla ni mucho menos. Que mi intención no era jugar con sus sentimientos, mi intención era sacar la mejor versión de ella y que ella sacara la mejor versión de mí. No éramos malas personas y creo que nos merecíamos una oportunidad en el amor.

Me respondió que hasta la hice llorar con lo que le había escrito. Comentó también que claro que nos merecíamos algo bonito y que lo de nosotros lo sería, pero me quería pedir un tiempo para que lo de los dos funcionara y conocernos un poco más.

Hablamos después solo para despedirnos y desearnos una buena noche.

Así fue como tuve una de las peores y mejores noches de mi vida.

Quién diría que los malditos ataques de ansiedad servirían para algo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top