Calidez...
Había pasado una madrugada terrible donde ni el dolor por la pierna o por el desconcertó de lo que el mafioso haría le dejo dormir, la mañana siguiente llevo al amanecer, lo miro de arriba abajo y miro como se acercaba con aquel mofin entre las manos y un bote de jugo – come algo – dijo el mafioso
- Te dije que no pienso comer nada
- Morirás antes que llegue Dazai-san
- ¡No quiero! - grito el albino
El mafioso se sentó a su lado, llamo a Rashoumon cuales telas se enredaron en los brazos del albino dejándole inmóvil, sintió los dedos delgados del mafioso tomando sus labios, pensó en morderlo pero notó que Rashoumon protegía sus dedos, obligado y humillado se vio en la tarea de comer aquel mofin junto a un jugo de arándanos – Aku...tag...awa – le llamo cansado, el agarre de su mandíbula y los esfuerzos por no comer le habían lastimado una vez más
- Sin el tigre eres realmente débil – menciono el azabache – igual a un gatito recién abandonado
- No soy un gato – menciono molesto
- Tengo trabajo que hacer abajo, vamos
- No puedo bajar escaleras – se quejó el albino
- Lo sé
Rashoumon le había enredado una vez más ahora en su cuerpo, sosteniéndole en el aire y yendo detrás del mafioso - ¿Por qué no puedo quedarme en cama? – preguntó el albino
- ¿para que vuelvas a escaparte? Tengo suficiente con tu pierna – se quejó el mafioso
Akutagawa se había acomodado cerca de la sala, en una mesa grande y redonda, mientras al albino lo había dejado en el sofá largo de la sala, Atsushi lo observaba fijo, ¿Qué podía hacer? Fue cuando le escucho – si tienes hambre avísame – dijo el mafioso - ¿o estás aburrido?
- estoy aburrido
- Entiendo – suspiro Akutagawa, se levantó y Atsushi pensó que sería golpeado pero lo que obtuvo fue...
- Ten – dijo el mafioso extendiéndole un libro
- ¿un libro?
- Entretente, cuando termine mi trabajo cocinaremos – dijo volviendo a su mesa
- Akutagawa – le llamo y el mafioso solo lo miro – tu... ¿no quieres matarme?
- Por ahora no, ¿lo olvidas? No puedo matar en seis meses, solo quiero que Dazai-san aprecie mi buen trabajo
- ¿no sería más fácil solo quedarte sin matar? Dazai-san... Ya no piensa como antes
- Tonterías Jinko – hablo molesto
Atsushi se resignó, estuvo leyendo aquel libro que el mafioso le había dado hasta que se levantó y le golpeo con el mismo libro al empujarlo a su cara – ¡oye! – se quejó Atsushi
- Vamos a cocinar
- No puedo levantarme
- Tendrás que cortar todo sentado
- Oye esto no es mi culpa
- Lo es, y como te reúsas comer tus medicamentos debo hacerme cargo de ti
- Entonces libérame y la doctora Yosano me curara
- Luegito – dijo burlón
Akutagawa cargo al albino como si este fuera una princesa, Atsushi obviamente se quejó aunque no notó el sonrojar en sus mejillas, Akutagawa se burlaba de él mientras, llego hasta la cocina para dejarlo sentado en una silla - lo vez, nada cuesta
- Me siento humillado
- ¿de nuevo?
- Por lo menos podrías darme mi ropa – se quejo
- Ah cierto, se rompió
- Claro que no
- Enserio, use tijeras y uuy se rompió – dijo Akutagawa
- En serio... - se quejó Atsushi – odio estar así vestido
- Ya, ya – dijo el mafioso dejándole unos vegetales – córtalos, no haré todo yo solo
- ¿Por qué me das un cuchillo? Podría atacarte
- Cualquier cosa que intentes hacer con eso, Rashoumon lo detendrá lo sabes – sonrió el mafioso – y quizá me lleve tu pierna de nuevo
Atsushi trago saliva y se limitó a obedecer al mafioso, se sentía pisoteado, humillado, ni siquiera podía usar su ropa, por su parte, escucho al mafioso tararear una canción mientras cocinaba y si lo pensaba mejor, todo estaba muy bien ordenado, y el bosque era muy extenso, por eso no había podido salir... ¿Cómo se transportaba él? ¿Acaso Rashoumon podía ser usada como una telaraña o algo parecido? Fue tanto el misterio para el albino que olvido la voz del mafioso por unos instantes – ¡Jinko! – grito el mafioso haciendo al albino dar un pequeño salto por el susto y por lo tanto lastimarse por el movimiento. Akutagawa de inmediato envolvió su pierna en Rashoumon aliviando el dolor de Atsushi, lo cual cuando reacciono miro al mafioso sorprendido
- ¿po-por qué hiciste eso? – pregunto el albino
- Jinko... - tocio ligeramente – fue mi culpa que te exaltaras y no quiero tener que curarte de nuevo – dijo molesto
- En-entiendo
- Te decía que si cortas así te lastimaras los dedos
- No sé cortarlos mejor
- Córtalos más delgados
- Si los corto más del delgados me cortare los dedos
- No seas cobarde, te digo que lo harás
- Akutagawa si lo hago mis dedos serán cortados
- Yo te cortare los dedos si no haces las cosas como te digo
Atsushi trago saliva, parecía tener un deja vu, aunque no era así, el mafioso se acercó al albino, sostuvo sus muñecas delicadamente y le enseño a cortar las rebanadas cortadas sin lastimarlo – lo vez, es sencillo
- S-si respondió el albino
Akutagawa sonrió al ver la nuca del albino, podía ver que se encontraba sonrojado, aquello no le molestaba en lo absoluto, continuo cocinando y Atsushi rebanando, hasta que Akutagawa tomo lo que hizo el albino y continuo el mafioso solo, el albino observo claramente al azabache, incluso sentía que se estaba volviendo loco al ver unas pequeñas sonrisas salir de él – incluso alguien como él puede sonreír tan lindo – pensó Atsushi mirando al mafioso
Akutagawa termino de cocinar, solo iba a servir y en aquel movimiento se dio cuenta, Rashoumon seguía protegiendo su pierna, se sintió avergonzado pero la hora de comer había llegado, el mafioso dejo el plato de Atsushi frente a él y el mafioso se sentó al lado de él con su respectivo plato – provecho – dijo el mafioso comenzando a comer. Atsushi volvió a sonrojarse ¿Qué era ese ambiente tan fresco? Parecían más que enemigos, eran como amigos... no, algo más... como ¿Familia?
El sentimiento de dolor y contracción llego a Atsushi al pensar en una familia ¿Cómo podría pensar en algo en lo que es ignorante al 100%? pero aun así... no pudo evitar que las lágrimas se acumularan, aunque Akutagawa vio aquello, ignoro el significado pensando solamente en la pierna del albino, hizo a Rashoumon liberarlo ligeramente y el albino lo volteo a ver – si te duele solo debes decir – expreso el mafioso haciendo que el albino sintiera calidez
- ¿Por qué me encierras? - pregunto una vez más
- Porque si no te iras – confeso
- No me iré, no puedo – dijo el albino – por lo menos podrías dejarme ver la luz del día
- Bien – dijo el mafioso.
Llamo a Rashoumon, esté rápidamente abrió ventanas dejando a Atsushi impresionado, una vez más esa calidez llenaba su corazón sin poder entenderlo – gracias – dijo el albino
- Solo dilo – dijo el mafioso comiendo – y come o te quitaré todo
- S-si – respondió el albino comiendo
Atsushi se podía sentir mejor, la comida era rica, la luz le abrazaba, sentía calidez y sentía... Algo que no podía entender del todo.
¡Hola a todos! Este chico tiene muchas sorpresas, así como está escritora, ¿alguien notó lo de las rebanadas cortadas? ¿alguien? no ... Eso sería triste, díganme que si por que yo amo esa escena... La primera que me diga de donde es le daré un regalo especial...
Ahora dejando de lado el drama, espero les esté gustando... Yo amo escribir esto por un lado por que le encaja perfecto a sus personalidades, no lo había descubierto hasta ahora.
¡Gracias por leer!
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