Cadenas invisibles

Akutagawa había armado todo un espacio para Atsushi y su pierna, el albino se la pasaba en la sala la cual había luz y el mafioso trabaja también en ella, ¿ya cuantos días iban? Siete días eran los que llevaba con el mafioso, el albino había aceptado su destino de estar encerrado – Akutagawa ¿puedes pasarme otro libro?

- Es el segundo del día – dijo el azabache levantándose

- No puedo hacer nada más que leer – dijo el albino esperando el libro

Akutagawa llego hasta el mueble donde se sentó y le entrego el libro – parece que no te molesta más mi presencia

- No, - respondió el albino – incluso eres relajante

- Aunque al principio no me dejabas bañarte -dijo el azabache

- ¿Qué esperabas? – pregunto el albino y suspiro mirando al techo – aunque tus baños son relajantes – dijo el albino y el azabache sonrió sin ser visto

- Lo sé – dijo para tapar su boca y toser

- ¿compraste el medicamento? – pregunto el albino

- Si Jinko – respondió el azabache

- Akutagawa ¿podemos salir al jardín?

- La última vez que lo hicimos intentaste huir también – dijo molesto el azabache

- No intentaré huir esta vez, lo prometo – dijo el albino y tomo el brazo del azabache – ya solo pienso en quedarme aquí...

- Lo siento Jinko, no confió en ti para volver a dejarte salir

- Entiendo... - suspiro el albino algo deprimido - ¿podemos hacer algo más?

- ¿Qué quieres hacer? - pregunto

- No lo sé... es-es que...

- "Es que" ¿Qué? – pregunto el mafioso

- Sol-solo quiero que te quedes aquí a mi lado – dijo el albino sin mirarlo y ligeramente ruborizado

- Si, lo sé – dijo el azabache y acaricio el cabello del albino – solo debo ir a trabajar unas horas y volveré – dijo para después acariciar su mejilla - ¿vas a querer algo?

- Una creppa de frambuesas

- ¿algo más?

- ¿no puedes traerme ropa?

- Ya te dije que no, con la mía basta

- Y-ya se pero...

- Jinko, te recuerdo que eres mi prisionero

- Ah, s-si – dijo el albino para evitarle la mirada – te esperaré

- Lo sé - dijo el azabache levantándose – te acercaré otro libro ¿Cuál quieres?

- El quesea, quizá una revista, no creo terminar esté antes de que regreses - sonrió el albino

- Bien – dijo el azabache dejándole revistas cerca – regreso en tres horas

- Si, lo sé – suspiro el albino mientras veía al azabache irse

Atsushi se quedó leyendo mientras el mafioso salía, Akutagawa había atravesado todo el bosque rápidamente con Rashoumon y llegado a uno de los pasadizos de la mafia, allí en pocos minutos se encontró con Chuuya quien le dio su misión – por cierto Akutagawa, -le llamo haciendo al mafioso voltear a verlo – sé que dijiste que encontraste a un familiar pero no puedes tomarte tantos descansos – decía el pelinaranja

- Lo siento, agradezco su ayuda Nakahara-san , es que no es solo un familiar – dijo el azabache

- Lo sé, Gin no comento nada – dijo mirando fijo al azabache - ¿entonces?

- Es mi esposa – dijo el azabache - le pediría guardar el secreto por el momento

- Bien, solo haz tu trabajo – dijo el pelinaranja

- Gracias Nakahara-san

A la hora que el mafioso había partido Atsushi comenzó a sentir mucho sueño, miro a sus alrededores encontrándose con la revista y solo para distraerse comenzó a ojearla, encontrándose con ella un reporte sobre "El síndrome de Estocolmo, bueno o malo" el albino se vio interesado por el artículo, leyendo

"es un proceso psicológico que experimentan algunas víctimas de secuestros o toma de rehenes. Consiste en la generación de vínculos afectivos o de empatía entre la víctima y el secuestrador"

- Vaya – dijo sorprendido el albino – incluso hay personas que se casan con sus captores - decía el albino para luego bostezar – la mayoría es por una buena causa... no estaría mal, supongo

El albino continuo leyendo hasta haberse quedado dormido, Atsushi había soñado con aquella vez que se quedó en el bosque mal herido, Akutagawalo había ido a salvar, incluso lo mantenía con vida y a salvo pero entre su sueño se vio en un momento de pura oscuridad y al ver a los alrededores solo habían cadenas, el aire le faltaba, se sintió ahogado y comenzó a llorar, sin darse cuenta, despertó encontrándose con el azabache de frente quien lo intentaba despertar - ¿A-Akutagawa? – pregunto el albino con lágrimas, las cuales el mafioso limpio con sus dedos

- ¿tenías pesadillas?

- S-si – respondió el albino sin querer verlo

- Está bien... todo está bien, estoy aquí – dijo el azabache y el albino lo miro fijo para después sonreír

- Si... no sé qué haría sin ti – respondió el albino – Akutagawa... déjame quedarme por siempre...

- Bien, puedes quedarte todo lo que quieras – dijo el azabache besando la frente del albino provocando un leve sonrojar en el albino

- En serio... ¿lo que sea? – pregunto mirando los labios del mafioso

- Si, lo que sea – dijo el mafioso atrapando a Atsushi con Rashoumon.

Mientras tanto en la Agencia Armada de Detectives estaban llevando el caso de la desaparición de Atsushi, no había rastros del chico, mucho menos evidencia, incluso Rampo dudaba de saber dónde estaba exactamente, sin mencionar que la mafia andaba dando mucho de qué hablar, no podían concentrarse bien en el caso de Atsushi, fue cuando Dazai se vio más que encadenado ante la presión de no poder encontrar a Atsushi ¿Qué era lo que estaba sucediendo? ¿Por qué no tenían rastros del albino? Acaso... ¿el gremio? O peor Fyodor, Dazai esta vez no tenían respuesta ante sus incógnitas. – la mafia tiene presa a la ciudad con tantos ataques – se quejó Junichiro y Dazai lo miro

- ¡ESO ES! – grito Dazai – se dónde buscar a Atsushi-kun – miro a Rampo – lo tiene Akutagawa, el perro de la mafia

- Ya veo... de ser así, probablemente en el bosque abandonado – dijo mirando a Tanizaki – dame un mapa

- S-si –respondió el pelirrojo mientras tomaba un mapa del bosque y Rampo lo observo

- Bien... Está en el norestes, a 892 pasos del roble más grande central

- Entendido – dijo Dazai y miro a Kunikida

- Ve tú, lleva a Kenji – dijo Kunikida

- Bien

- Dazai – le llamo Rampo quien se encontraba encima del escritorio con piernas y brazos cruzados, dejo de ver el mapa y miro al castaño – Será difícil

- ¿Por qué?

- Bueno ese niño... Parece estar en mayor peligro del que pensé – dijo Rampo mirando a la agencia.

.

Atsushi seguía el ritmo del mafioso, Akutagawa había atrapado al albino entre las fauces de Rashoumon, lo había llevado consigo a la habitación y dejado en la cama con delicadeza, Atsushi no podía negar sentirse bien ante los las caricias del azabache, y mucho menos a los juegos de mordidas que daba en su oreja y cuello, aquello tenia al albino más que sonrojado – Aah – suspiro Atsushi mientras el mafioso pasaba sus dedos por las piernas del albino, era tan delicado que apenas las yemas de sus dedos lo tocaban y le hacían sonrojar y suspirar, los besos continuaban provocando que el albino sintiera como su miembro apretaba sus boxers ¿y qué decir del mafioso? Estaba igual, más que extasiado por tener a Atsushi solo con una de sus camisas, desajusto el pañolete de su cuello mientras continuaba besando el cuello del albino – A-Akutagawa... haces cosquillas – dijo el albino, el azabache había podido ver perfecto el medio pecho del albino y suspiro profundo

- Ya quiero quitártela – dijo tomando aquella camisa por la parte baja para irla subiendo mientras acariciaba la piel del albino

- Es-es-es-espera Akutagawa – decía el albino nervioso

- ¿Qué nervios puedes tener si ya he tenido que bañarte... Tú lo pediste

- L-lo se... so-solo e-es

- Jinko – le llamo tomando sus mejillas haciendo que el albino lo mirara fijo – solo concéntrate en mí, me necesitas ¿verdad?

- S-si... - dijo el albino abrazando al azabache – yo... no sé qué haría sin ti – dijo una vez más y el azabache sonrió

- Buen chico, sigamos – propuso el mafioso y el albino trago saliva, le miro y el mismo se quitó la camisa que Akutagawa le ponía mañana con mañana – bien – sonrió el azabache – déjamelo a mi

Akutagawa continuo besando el cuello del albino hasta llegar a su pecho, allí bajo lento y suave haciendo al albino gemir por los actos de su contrincante, Akutagawa había llegado a los pequeños y dulces botones rosas de Atsushi de los cuales no se preocupó con hacerlos pasar a un estado rojizo, el azabache usaba sus dedos en el pezón izquierdo mientras sostenía la pierna derecha de Atsushi, no quería que el albino la moviera pos espasmos, claro que su pezón derecho no se quedaba sin atención, pues lo había tomado con su boca. Como el mafioso imagino, Atsushi tenía espasmos haciéndolo dar pequeños reflejos de sus movimientos, no podía sostener bien la pierna del albino así que no dudo en llamar a Rashoumon para sostenerla – debemos ser cuidadosos – dijo el azabache – o pasaras más tiempo sin poder moverte – dijo sonriéndole a Atsushi – claro que yo puedo hacerlo todo por ti

- N-no me importa lastimarme más – confeso el albino mirando al azabache

- ¿seguro? – pregunto volviendo a ponerse a la altura del albino, viéndolo a los ojos una vez más

- Seguro... – hablo el albino como si en un sueño hipnótico estuviera, el azabache sonrió ligeramente una vez más

- Lo bueno es que tenemos a Rashoumon, - dijo acariciando las mejillas del albino – Rashoumon siempre te protegerá de todo mal que te quiera alejar

- S-si – respondió Atsushi cerrando sus ojos

Akutagawa estaba más que orgulloso de sí mismo, todo había resultado perfecto al plan, cerro sus ojos tomando los labios del albino, aquel beso que comenzó por un delicado rose de labios y fue abriendo pasa a desencadenar los profundos secretos del azabache, la lengua que había introducido era una de ellas, que usaba para remarcar el punto donde Atsushi perdía la facilidad de respirar y era atormentado por aquella única sensación, la lujuria. Sus bocas se separaron al igual que sus lenguas pero su saliva les seguía uniendo, el rostro de Atsushi ligeramente sonrojado escribía un poema ante los ojos grises cual lluvia en otoño, las palpitaciones como un colibrí que danzaba entre flores y el roció de las flores aumentando el olor... Todo, era perfecto. Despojo al albino de su única prenda, sin poder quejarse, el azabache le dio sus dedos de su mano izquierda al menor el cual dejo entrar a su boca y lleno de su fina saliva mientras el bajaba ligeramente sus pantalones – con eso bastará Jinko – le sonrió el azabache mientras acomodaba al albino en su cadera, la saliva del albino aun corrió por su comisura izquierda mientras el sonrojar aumentaba en el albino

- ¿Do-dolerá? – pregunto el albino inocente

- Lo más seguro que sí te duela – dijo el azabache aunque rápidamente alzo su mano derecha la cual seguía disponible y tomo su mechón largo junto con le mejilla del pequeño albino – pero intentaré ser lo más suave posible, no puedo hacer más, si lo deseas tienes que pagar el precio

- Y... y-yo estoy dispuesto a pagar – dijo el albino sonrojado

- Bien – acaricio la mejilla del albino – comenzaré

Akutagawa había introducido lentamente su primer dedo, acariciaba suavemente las paredes del albino mientras este comenzaba a quejarse – Akutagawa, se si-siente raro – hablo el albino quien apretaba las sabanas de la cama con sus dedos

- Estarás bien, pasará en cuanto te acostumbre, concéntrate en otra cosa

- ¿Como que? – pregunto

Akutagawa no respondió con palabras si no con acciones iniciando una vez más otro beso, esté lo planifico mejor, haciendo que el albino le abrazará de la espalda, no dejo de acostumbrar al albino, incluso aprovecho un momento de espasmos para meter un segundo dedo, a su mano libre le daba el trabajo de acariciar el cuerpo debajo de él, Atsushi estiraba su pierna buena, sus espasmos crecían cada vez más pero Rashoumon mantenía su pierna derecha firme y sin poder moverla ni siquiera un centímetro, esto también le daba ventaja al mafioso para acomodarse, Atsushi se vio perdido en un limbo donde comenzó a querer ver más de la piel del azabache que enseñaba de su cuello y algo de su pecho – quiero más – dijo el albino mientras deslizaba la gabardina del azabache

- No Jinko – dijo deteniéndole – confórmate con lo que tienes – agrego

- Pero... Quiero más de tu piel – dijo el albino algo melancólico. Akutagawa tomo la mano del albino y la beso

- Mi habilidad depende de mi ropa, si la quitas, Rashoumon soltará tu pierna y tendremos que detenernos

- En-entiendo – sonrió Atsushi – realmente eres muy dedicado...

- Lo soy – dijo el azabache volviendo a acostarse prácticamente encima del albino – porque eres tú, Jinko

Atsushi sonrió una vez más ante las palabras del azabache, ¿Cuándo le había dicho tales cosas tan lindas? ¿Cosas tan amables? ¿Cuándo había cocinado junto alguien? ¿Quién le daría un baño relajante? ¿Masajes? ¿Cuidados? ¿Cuándo había... sido capaz de imaginar si quiera algo parecido? ¿Cuándo se había sentido así? Y... ¿desde cuándo se sentía así? Aquella calidez que solo el azabache le daba. Atsushi se vio inmerso en sus pensamientos, su corazón latía fuerte, parecían no salir sus palabras, solo sintió el miembro del azabache provocarle, acariciando su intimidad, pues este rozaba y rozaba aumentando la lujuria del albino quien termino por abrazar al azabache – por favor, Akutagawa... - pidió – para ya – rogó

- Bien – Respondió el azabache mientras acomodaba mejor al albino cerca de sus caderas, quedaba ligeramente alzado, comenzó a entrar y con ello Atsushi comenzó a quejarse, igual a un niño que le pondrán un poco de alcohol en la herida, ese sonar cual sartén hirviendo y un poco de llanto para terminar el conjunto – tranquilo, lo hago lento – agrego el azabache mientras entraba más y más profundo provocándole al albino punzadas en toda su columna vertebral, sintió como aquel miembro entraba en él y abría sus paredes anales

- Aku...tagawa – le llamo adolorido mientras el azabache se quedaba quieto y recuperaba su respiración, el azabache trago saliva y limpio el sudor de su frente mientras tocia ligeramente y Atsushi miro perfectamente como el baño de sudor corría por el cuerpo del azabache - ¿es-estas bien? – pregunto el albino haciendo al azabache sonreír

- Estoy bien, si tú te preocupas por mí, estoy bien. – dijo mientras se acercaba más al albino volviendo a quedar pegado a su rostro - ¿tu estas bien?

- Estoy bien – dijo el albino tranquilo

Akutagawa afirmo aquello, comenzó a moverse obteniendo los gemidos del albino, una y otra vez el vaivén hacia mover sus cuerpos, Akutagawa llevaba una gran concentración al tener que usar su habilidad al mismo tiempo, escuchar los sonidos lascivos de Atsushi estaba matándolo pero cuando comenzó a aumentar junto con el ritmo, el descontrol llego y aunque Rashoumon se mantenía el mafioso no podía contenerse, arraso con las paredes del albino haciéndolo gritar más y más, lo hacía pedir más y rogar por paz, el primero en terminar fue Atsushi y Akutagawa le siguió después de unos segundos, el azabache una vez más se acomodaba en el pecho del albino mientras recuperaba su respiración, y Atsushi se enfocó en el cabello del azabache, su rostro estaba en su pecho, podía sentir su respiración entre cordada en su pecho – Akutagawa, ¿realmente merezco algo como esto? – pregunto y el azabache lo miro, ambos sudados y cansados, beso al albino una vez más y le sonrió mientras acaricio su mejilla una vez más

- Mereces incluso más – dijo el azabache, los ojos del albino se llenaron de lágrimas y sin pedir o negar, comenzó a llorar. Se sentía amado.

Mientras ambos chicos habían decidido descansar,la agencia comenzaba adentrarse a aquel extenso bosque     



¡Holaaaa! No tengo mucho que decir, esté fanfic me gusta mucho pero realmente me tengo que meter en un papel de victima muy sumisa para lograr escribirlo, como no va con los sentimientos de los demás fanfics me cuesta involucrarlo con los demás para escribir y avanzar sus caps, pero me encanta, espero que a ustedes también 

¡Gracias por leer!

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