Mejor amigo
Atrapado en mi soledad y en mi fuerte carácter llega una nueva persona a mi vida. Sentado a mi lado, me di cuenta que se sentía tan solo como yo, a mi no me comprendían y el solo era "el nuevo", basto ese motivo para empatizar el uno con el otro, con conversaciones básicas y juegos de lo más infantiles nos fuimos adentrando sin querer en eso tan raro y escaso llamado amistad. Fue mi complemento, esa persona que es lo opuesto a ti, porque donde yo veía oscuridad el traía la luz, donde yo lloraba el reía, cuando yo estaba triste, el estaba feliz. Poco a poco te das cuenta que a tu lado tienes una persona que solo desenreda ese nudo de emociones negativas que uno se crea, empiezas llamandolo compañero, terminas llamandolo amigo, siempre demostrando que nuestra amistad está por encima de todo y de todos, no parábamos de vivir momentos que solo nosotros conocemos. Sin darme cuenta me había convertido en su confidente y el en el mío, se convirtió en mi diario donde escribí mis mejores y peores experiencias, donde único podía plasmar lo que en realidad sentía, el lugar en el que cada problema que escribía tenía una solución llamada consejo, fue mi paño de lágrimas y a su vez el portador de mis alegrías, ya se había convertido en el más imprtante. Ni discuciones, ni golpes ni enfados, ni berrinches lograron quebrar nuestra conexión. Llegó el día en el que me di cuenta que todo mi mundo se derrumbaría, el día en el que miles de millas se interpusieron entre nosotros, una despedido llena de lágrimas mutuas, en mi mente solo rondaba la idea que ese abrazo iba a ser el final de nuestra inquebrantable amistad, un abrazo de diez segundos que partía mi alma en tantos pedazos fue posible. Él en avión, hacia un nuevo mundo y yo en auto de regreso al mio. Ese día no hubo momento alguno en el que no dejé de llorar, no era capaz de terminar una frase sin que se quebrantara mi voz, no podía pensar, solo sabía que había perdido al que en aquel entonces era mi único y mejor amigo. Solo sentí que mi mundo había acabado en ese momento, hasta que me di cuenta que no, esa amistad no la iba a ahogar ni el más grande de los mares. Seguimos siendo tan amigos como antes y espero que así siga siendo porque me veo incapaz de no tener a esa única persona capaz de dominar mis demonios. Solo me queda darte las gracias por llegar a mi vida, por ser el único que me entiende y que a pesar de lo distinto que pensamos sigamos siendo mejores amigos.
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