Chapter 5
Estaba aterrada. No sabía que hacer, se encontraba totalmente indefensa. No podía hacer nada, así que solo cerro los ojos asustada esperando lo que sea que viniera e irse con su mente a cualquier otra parte.
Sintió una mano posarse en su brazo que la hizo estremecer.
Puc: "Piensa en otra cosa. Piensa en otra cosa." - se repetía constantemente.
Tob: ¿Que haces ahí?
Puc: "¿Que? ¿Tan bien lo hice? Pero, ¿Por que Tobe?" - abrió los ojos con temor y vio entonces con la escasa luz el rostro del hombre que le habló. No podía ser que su mente imaginara tan bien que pudiera ver rostros que no eran. - ¿Tobe? - se arriesgo a decir.
Tob: ¿Quien más puedo ser? - pregunto divertido. Pero no le causó ninguna gracia a ella al darse cuenta de lo que ocurre.
Puc: ¿Que haces aquí? Te dije que no vinieras. - decía mientras salía de debajo de la cama.
Tob: Si, pero yo nunca dije que no vendría. ¿Asi es como tu duermes? ¿Debajo de la cama? - pregunto serio. - Pucca, ¿Pensaste que era Garu? - ahora parecía enojado. No porque pensara que era alguien más, si no porque a ese alguien le tenía miedo.
Puc: Te tienes que ir. Ahora. - miro la ventana. En cualquier momento llegaría.
Tob: No pienso irme y dejarte sola con alguien que te hace daño. - dijo seguro cruzandose de brazos.
Puc: No puedes ayudarme. - dijo suavemente mirando siempre abajo.
Tob: Eso no lo sabes. Déjame ayudarte. ¿Que clase de amigo sería si no lo hiciera?
Puc: ¿Y si es algo que no tiene arreglo? - pregunto.
Tob: Todo tiene arreglo. Por más malo que sea. - la escucho reír pero fue una risa vacía.
Puc: Estoy rota y no tengo arreglo.
Tob: Eso no es cierto. Estoy seguro que...
Puc: Me esta violando. - le soltó bruscamente.
Tob: ¿Que? - se negó a pensar que había escuchado bien.
Puc: Lo que dije. - levanto la vista. - Casi todas las noches viene y me viola. - dijo entre dientes. - Todos los días tengo que estar con esta estúpida sonrisa en la cara porque me amenazó con que si decía algo a quien sea de esto, me iría peor. - fruncía el seño y respiraba irregular, estaba enojada, asustada y nerviosa. - Ahora dime que tengo arreglo. - le retó.
Ya había desenredado los brazos y ahora se encontraban inertes en sus costados. Tenía los ojos abiertos como platos y su cara había palidecido un poco. No quería creerlo, pero era muy pesado para ser una broma. Algo que le llamaba la atención era que la peli negra a pesar de que seguramente estaba rota como decía, no parecía que se estuviera desmoronando, pero, ¿Quien podría soportar algo eso y seguir de pie? Esta chica que tenía en frente era realmente fuerte. Sin embargo...
Tob: Claro que tienes arreglo. - aseguró. - Es difícil, no voy a mentirte, pero no te dejaré sola. - dijo tan serio que sorprendió a la azabache.
Puc: Y si te dejara, ¿Que harías de todos modos? ¿Que ganas con eso? - estaba muy dolida, ya no podía confiar tan fácilmente en alguien.
Tob: ¿Que qué ganaría? Esto lo hago por mi propia mano y voluntad. Eso hacen los amigos.
Puc: Pero, ¿Por qué quieres ser mi amigo? Jamás nos llevamos bien. Te hice la vida imposible de niños. ¿Aun así quieres que sea tu amiga? - no creía que alguien fuera amable porque si, menos Tobe, no porque pensara que no había cambiado, ya no era el villano que fue y claro que quería su amistad. Pero no se sentía merecedora de eso ni mucho menos.
Tob: Si. - no hubo una pizca de duda en esa respuesta.
Estaba totalmente sorprendida, no se esperaba ni una respuesta similar. Pero no hiba a flaquear ahora.
Puc: Si de verdad quieres ayudar... vete y no digas nada.
Tob: ¿Que no diga nada? Es una broma, ¿Verdad? No puedo irme y hacer como que nada paso. ¿Como esperas que desde ahora vea a Garu y no sienta deseos de matarlo? - era increíble que le pidiera algo como eso esperando que aceptara.
Puc: Yo que se. Evitalo. Ya es tarde para mi.
Tob: No, no es tarde. - dijo tratando de no gritar. Le agarro la muñeca y lento la manga. - ¿Quieres seguir con esto? - intentaba que entrara en razón. Ella apartó la mano con brusquedad y bajo de nuevo la prenda.
Puc: Tu no sabes nada. Solo vete y dejame sola. - lo empujó llevándolo hacia la ventana. - No puedes ayudarme. Nadie puede. - dijo pensando en voz alta.
Tob: ¿Quieres que me valla? Bien. - lo sabía, claro que se iría. - Pero esto no se quedará así. - no dijo nada más y se fue por donde vino.
¿A qué se refería? ¿Acaso iba a volver? Sacudió su cabeza en busca de alejar ese pensamiento, que si bien quería que pasase, no debía hacerse ilustraciones.
Gar: Debo decir... - su sangre se helo al escuchar esa voz. - ... que me dejas sorprendido. Nunca había visto una escena similar. La verdad jamás creí que habría alguien tan patético. - no se atrevía a voltear. Si lo hacía sentía que se iba a arrepentir. - Pero luego ví eso y confirmo que ustedes dos son lo más ridículo que existe. - se rió burlón.
No decía nada ni se movía. Él se encontraba recargado en la pared en medio de la oscuridad.
Gar: Me divertí tanto que hasta me diste algo de pena. ¿Y te digo algo? - se carcajeo un poco. - No pensé que fueras a rechazarlo. Creí que serias más zorra. - apretaba los puños enterrando las uñas en sus palmas. - Como premio no seré tan rudo hoy. - dijo como si se tratara de una frase seductora.
Puc: "Un premio mejor sería que te fueras." - pensaba furiosa. ¿Piensa eso como algo amable de su parte? - "¡Maldito!" - le gritaba en sus adentros.
La noche apenas iniciaba. Ahora si, hora de viajar e irse de esta realidad que odiaba.
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Se fue. No recordaba ni una vez que lo hallan hecho en la cama. Esta vez no se sentía tan adolorida, no significa que se hubiera sentido bien en algún momento, pero si fue... Soportable, de cierta forma. Fue al baño a meterse en la bañera y se quedó ahí por un tiempo.
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Despertó como siempre, sin ánimo. Se levantó, hizo su típico peinado, ensayo sus falsas sonrisas y salió de su habitación directo a la cocina con sus tíos. Cuando llegó percibió un ambiente algo tenso, muy raro en el lugar ya que siempre se encontraba muy alegre. Los tres hombres que parecían estar hablando de algo serio se giraron al notar la llegada de su amada sobrina, esta los miro con intriga. ¿Que podía ser tan grave para que sus alegres y amables cuidadores estuvieran tan serios?
Dom: Pucca, por favor, siéntate. - esto ya le estaba asustando. No recordaba la última vez que su tío Domblin habló tan fríamente. Usualmente era el más adorable y jovial de los tres.
Aun así hizo caso y se sentó en la gran mesa. Los cocineros le siguieron, no tenían muy buena cara, además parecían molestos.
Ho: Pucca, realmente no se como abordar este tema. - empezó a decir.
Dom: Ni siquiera tengo el valor de preguntar. - admitió.
Lin: Primero que nada, ¿Tienes algo que quieras decirnos? - su sobrina al igual que sus hermanos se sorprendieron por tal pregunta. Ella solo negó lentamente con la cabeza. - ¿Estas segura? ¿Nada? - no sabía que estaba tratando de encontrar pero ella solo fingió demencia y volvió a negar.
No será que...
Puc: "No no no, es imposible que lo sepan." - parte de ella quería creerse pero algo no andaba nada bien aquí. Tragó duro, nerviosa.
Lin: Muéstrame tus manos. - no se andaba con rodeos, quería tener una idea segura de que sus sospechas eran ciertas.
La azabache palideció. Sus manos empezaron a temblar. Lo sabían. O tenían una idea. ¿Pero como?
Lin: Pucca, damelas. - le exigió. Ella seguía haciéndose la tonta preguntando con gestos a qué venía todo esto. - No lo hagas más difícil, muéstrame las manos. Ahora.
Dom: No seas tan duro con ella.
Lin: No lo soy. Solo quiero la verdad. Merecemos eso al menos. - dijo sin querer echarse para atrás.
Dom: Pucca, cariño. Por favor, muestra las manos. - le suplicaba con tristeza y un deje de esperanza para que la verdad no fuese la que están pensando.
Miro detenidamente a los tres hombres frente a ella, no tenía escapatoria. Supo desde un principio que no podía ocultarlo por siempre. Vio sus manos por debajo de la mesa y con mucha fuerza de voluntad los dirigió lentamente hacia el mayor, puso las palmas boca abajo en un desesperado intento de seguir escondiendo sus marcas pero no tardaron en ser tomadas por esas otras grandes y rasposas manos que a pesar de todo la trataban con amor. Dejó de mirarlos en cierto punto del pánico que tenía. Una de sus mangas fue suavemente subida revelando así las cortadas y algún que otro moretón. Aun no levantaba la cabeza, no quería ver sus rostros llenos de decepción, sin embargo no lloraría. Soportará cualquier cosa que venga sin que una sola lágrima baje por sus mejillas. Se tragaria toda la amargura que llevaba. Escucho que alguien se levantó de su asiento pero no le importó, seguía callada y totalmente inmóvil, tal vez ya no quería ver más y solo se fue, pensar eso si que dolió, pero no los culparía, a ninguno, estaban en todo su derecho a odiarla si llegara el caso. Escucho que quien se había ido volvió y este al sentarse dejó algo sobre la mesa, no le tomó importancia hasta que sintió como le pasaban algo que le ardió bastante las muñecas haciendo que levantse la cabeza al fin. Si, dolía pero lo que hacían era pasar alcohol en las heridas desinfectandolas. Abrió los ojos sorprendida, no se esperó eso.
Ho: Cuando terminemos vamos a hablar. - las tres últimas palabras le hicieron un hueco en el estómago que difícilmente podría volver a llenarse.
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Hola pequeees! ❤
Que onda? Les gusta hasta ahora? Espero que si.
Díganme no más si algo no les parece.
Gracias por el apoyo!!! (❁´◡'❁)
Nos leemos luego 👋😘
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