Chapter 10


Podía ver el hermoso amanecer desde su posición sobre el techo. No se movió de ahí en toda la noche velando el sueño de la azabache, por suerte no hubieron más pesadillas. Se levantó de su lugar para volver a entrar por la ventana del pasillo, camino hasta la puerta de su habitación, podía entrar por la ventana otra vez pero estaba la posibilidad de que ya esté despierta. Aunque era poco probable, de todas formas creía que podía asustarla entrando por ahí.

Abrió la puerta despacio evitando hacer ruido, no mucho, lo suficiente para ver hacia la cama. Ahí estaba justo como la había dejado antes y profundamente dormida, debía estar cansada así que volvió a cerrar y la dejaría dormir un poco más. Fue hacia las escaleras y bajo sin prisa para ir a la cocina a preparar el desayuno para sus ninjas como siempre acostumbrada. De a poco fueron llegando los jóvenes y a estos los recibía con la orden de no hacer mucho ruido para no despertar a Pucca. Acataban la orden sin protestar, respetaban a la azabache, siempre fue muy amable con ellos.

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Dentro de la habitación del dueño de la casa, la joven azabache iba despertando lentamente, por suerte no entraba mucha luz la ventana aún, así que no le molestaba. Se quedó mirando un punto fijo, por un momento había olvidado dónde estaba. Dió un estirón a todo el cuerpo y bostezó, se sentó sobre la cama frotando sus ojos con cansancio. Se quedó pensando en algo que había pasado anoche, como ya era costumbre, tuvo una de esas habituales pesadillas pero fue diferente esta vez, una calidez la envolvió de repente de un momento a otro dejando atrás la horrible pesadilla. No podía explicar cómo se sentía, solo que le pareció extraño y a la vez tranquilizante y protegida.

No quiso darle más vueltas al asunto y se puso de pie para ir al baño a hacer sus necesidades y salir ya cambiada, no tuvo deseos de hacerse su habitual peinado, prefirió solo cepillarlo y dejarlo suelto. Salió de la habitación y camino por el pasillo por el que vino hasta las escaleras para bajar tímidamente buscando a quien sea que estuviera ahí. Sintió un espléndido aroma que venía de alguna parte, siguió el olor y llego a lo que era la cocina encontrándose con todos los ninjas.

Ninjas: ¡Señorita Pucca! - exclamaron alegres de verla haciendo voltear a su maestro que se encontraba de espaldas.

Puc: Buenos días. - saludo amable acercándose.

Ninj1: Ojalá haya dormido bien.

Ninj2: Siéntese. Debe tener hambre.

Ninj3: El maestro Tobe prepara el desayuno.

La chica vio al mencionado preparando mucha comida, algunos ninjas lo ayudaban porsupuesto, eran muchos para hacerlo él solo.

Tob: Después de desayunar iremos de vuelta con tus tíos. - aviso el mayor recibiendo un leve asentimiento de la azabache.

Ninj2: Sta. Pucca, si me permite preguntar, ¿Cuál es el motivo de su visita? - dijo de manera educada el joven ninja. La verdad era lo que todos se estaban preguntando. ¿Por qué su maestro había traído a su guarida a la Señorita? Con disimulo todos estaban esperando la respuesta.

Puc: Ah... Pues es... complicado. Yo... - no sabia que decir.

Tob: No es momento de hacer preguntas. Coman. - de nuevo, salvada por Tobe que ponía platos para todos. La chica le dió una mirada agradecida, el azabache le sonrió con disimulo.

Los ninjas hicieron caso a su maestro y se dedicaron a degustar el desayuno. Conversaban amenamente de trivialidades, Pucca mayormente escuchaba, reía de vez en cuando por las ocurrencias de los jóvenes aprendices. Se sentía muy cómoda entre ellos, era un ambiente familiar y cálido. Como buen hermano mayor, Tobe los regañaba a todos por algunas de aquellas ocurrencias, sin duda eran una gran familia a pesar de no haber lazos de sangre.

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Estaban todos en la entrada de la guarida despidiendo a la invitada que sería acompañada por su maestro.

Ninj1: Esperamos verla pronto, Señorita. - dijo amablemente.

Puc: También yo. Gracias por permitirme quedarme. - dijo a todos inclinándose. - Y lamento si cause molestias de algún tipo.

Ninj2: Oh no. No a sido molestia para nada.

Ninj3: Visítenos cuando quiera.

Puc: Lo haré. Gracias otra vez. Espero verlos en el restaurante también.

Ninjas: ¡Claro que sí! - afirmaron todos alegres. Porsupuesto que irían a donde cocinan la comida favorita de toda la aldea.

Tob: Vamos. - dijo el mayor llamando la atención de la azabache quien asintió sonriente.

Puc: Nos vemos. - saludo agitando su mano ya a unos pasos de distancia. Los ninjas le devolvieron el gesto alegres. - Que amables son. - comento a Tobe emprendiendo camino.

Tob: Desde que deje la villania intentamos ser amigables con los demás. Fue extraño al principio. Todos desconfiaban de nosotros, y con razón. - contaba recordando cuando decidió dejar la mala vida del villano de la aldea.

Puc: Recuerdo cuando fueron por primera vez al Goh-Rong para solo almorzar en vez de causar problemas. Dada estaba muerto de miedo. - soltó una pequeña risa.

Tob: Si. Tú fuiste la única que se atrevió a hablarnos. - recuerda con nostalgia. - Aunque para ser honesto, no entiendo por qué lo hiciste. - dijo con extrañeza.

Puc: Porque entendía que no iban para causar problemas. Solo querían almorzar, los fideos no se les niega a nadie, y menos a alguien que busca redimirse. - decía como solo ella podía hacerlo.

Tob: Eres demasiado amable. - pensó en voz alta.

Puc: ¿Eso es malo?

Tob: Si... Y no. - la chica lo vio sin entender. - Es como un defecto tuyo que a la vez es una virtud. Ves los positivo de las personas ciegamente, lo cual es bueno pero no sabes que puede salir mal de esa amabilidad. - explico. No lo dijo pero el ejemplo más obvio era Garu, le dió su corazón ciegamente y él lo apuñaló en cuanto tuvo oportunidad.

Puc: Debería cambiarlo. ¿Verdad? - sonrió nerviosa.

Tob: Claro que no. - dijo firmemente.

Puc: Pero...

Tob: No te confundas. No tienes que cambiar como eres, tu eres así. Jamás te diría que lo hagas. Solo... Debes ser un poco más desconfiada, para protegerte a ti misma. - aconsejó.

Puc: Gracias por decírmelo.

Tob: No es nada. Solo fue algo que pensé. Lamento si te ofendí. - a veces creía que hablaba de más.

Puc: No, para nada. Me alegra que lo digas. - dijo sincera. Él la miro comprensivo. - Tobe.

Tob: ¿Mm? - dijo para avisar que la escuchaba.

Puc: N-No estoy segura de poder... hablar sobre esto.

Tob: Mira, nadie te está obligando a nada. Pero hacer esto será lo mejor. Estaré contigo si quieres y te sientes más confiada para hablar, aunque tus tíos estarán también así que... Bueno, solo es una sugerencia.

Puc: Pero ya hiciste mucho por mi. No puedo pedirte algo así. - apreciaba tanto las atenciones del ninja pero sentía que no era correcto.

Tob: Tu no estás pidiendo nada, yo me ofrecí. Estaré feliz de ayudar y apoyarte en todo. - dijo con una sonrisa amable.

Puc: No deberías tomarte tantas molestias solo por mi.

Tob: ¿Molestias? Pucca, todo lo que hago es puramente lo que yo decido. - la chica estaba impresionada, este hombre es verdaderamente increíble. - Además, con tal de ayudarte, haría lo que sea. - agregó sorprendiendo a la azabache, ya lo había dicho ayer.

El camino siguió sin prisa, casi todo en silencio, Tobe le daba palabras de aliento para alejar el miedo e inseguridades de la azabache, lo que ella apreciaba de verdad. A las 7:50 de la mañana empezaron a divisar la comisaría, llegaron temprano, sin embargo pudieron ver a lo lejos a los tíos de Pucca esperando en la entrada.

¿?: ¡Pucca! - llamo alguien que se acercaba a paso veloz.

Puc: "Ching." - no quería verla aún. Se preocupo un poco pero de inmediato sonrió como de costumbre y saludando.

Chi: ¿En dónde estuviste? No te ví en todo el día ayer. - volteo a ver quien la acompañaba. - Ah. Hola Tobe, lo siento, no te había visto.

Tob: Hola, Ching. No es nada. Y sobre ayer, es mi culpa, estuve con Pucca porque le pedí que me ayudara en algo. - dijo como excusa ya que sabía que Pucca no quería decir nada aún.

Chi: Ah, entiendo. Me alegra que esté todo bien. ¿Sabes algo? - pregunto algo pícara hacia la chica extrañando a ambos. - Alguien estuvo preguntando por ti ayer. - cantureó divertida. No había que ser genio para saber que se trataba de Garu.

Tobe apretó los puños detrás de su espalda. El desgraciado noto que no estaba.

Chi: No sé dónde este ahora pero en cuanto lo veas atrápalo mientras puedas. - animaba la chica con la gallina en la cabeza, la azabache hizo un gran esfuerzo y mostró algo de ilusión como chica enamorada. - Tengo que irme pero, ¿Volamos cometas más tarde? - Pucca asintió. - Genial, nos vemos. Adiós, Tobe.

Tob: Adiós. - dijo sin mucho ánimo. La azabache al verlo noto que tenía la mirada ensombresida. - Entre más pronto terminemos con esto, mejor. - comento algo molesto regresando al camino junto con ella.

Llegaron por fin a la puerta de la comisaría encontrándose con los chefs.

Chefs: ¡Pucca! - abrazaron fuertemente a su sobrina, esta se los devolvió gustosa. - ¿Cómo estás, mi niña? - pregunto Lingüini.

Puc: Estoy bien. Tobe cuido muy bien de mi.

Ho: Gracias, Tobe. - dijo el menor de los tres y los otros hicieron lo mismo.

Tob: No fue nada.

Lin: Bueno, será mejor que entremos. - todos asintieron y entraron, Tobe los acompañaba.

Pudieron ver el movimiento de la mañana en el establecimiento, policías caminando de aquí para allá, entrando y saliendo. No habían muchos, era un pueblo pequeño, no pasaban muchas cosas pero habían suficientes.

Pol1: Buenos días. ¿En qué puedo ayudarles? - los recibió un policía joven.

Lin: Buenos días. Estamos buscando al oficial Bruce.

Pol1: Lo llamaré enseguida. ¿Puedo saber el motivo?

Ho: Queremos hacer una denuncia.

Pol1: Entiendo. Pueden esperar por allá. - señaló la zona de espera.

Dom: Muchas gracias. - el amable policía se marchó y los demás fueron a sentarse para esperar.

Pucca estaba algo inquieta, no se sentía preparada para lo que iba a hacer. Jugaba con sus dedos buscando distraerse cuando vio una gran mano posarse en las suyas, levantó la vista y vio a su tío Lingüini que la miraba con amor.

Lin: Todo va a estar bien. Tómate tu tiempo para hablar. - la chica asintió levemente.

Sus tíos y Tobe le decían algunas cosas para evitar que se sintiera nerviosa pero Pucca estaba ida, no podía escucharlos, todo lo que tenía en la cabeza era que quería que todo terminase de una maldita vez.

Pol1: Señores, Señorita, el oficial Bruce los recibirá en su oficina. - aviso el joven y los mencionados se levantaron, aunque la chica se tardó un poco en reaccionar pero se levantó al fin siguiendo a los chefs con Tobe a sus espaldas.

Agradecieron al joven policía y fueron hacia la dicha oficina. Al llegar se encontraron con el oficial.

Bru: Buenos días, Chefs, Tobe, Pucca. Cambio. - hablo motoramente como es habitual.

Dom: Buenos días, Oficial. - saludaron todos y se sentaron frente a él.

Bru: Me comunicaron que quieren hacer una denuncia. Cambio. ¿Sucedió algo en el restaurante? Cambio.

Lin: Quisiera que así fuera. Es sobre Pucca. - en ese momento Bruce noto que la menor no sonreía como de costumbre, parecía algo asustada.

Bru: ¿Qué sucedió? Cambio. - pregunto tomando más seriedad.

Pucca estaba indecisa, ¿Debía hablar ahora? ¿Qué pensarían de ella cuando todos supieran? Tiene miedo de lo que llegue a pasar.

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Hola peques!!! Cómo andan???

Lamento cortar en este momento. No se desesperen jajajajaja

Ojalá les haya gustado tanto como a mí. (*´ω'*)

Voten y comenten! (~ ̄³ ̄)~

Nos leemos luego 👋😘

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