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01 de septiembre de 2000,
Busan, Corea del Sur.
03:45 am

El hombre suspiró abriendo la puerta de su casa, entró con cuidado de no hacer ruido y dejó su abrigo colgado en un perchero.

Agotado, subió las escaleras rumbo a su habitación, deseando con todo su ser lanzarse a su cama y dormir un largo rato.

Se tocó el cuello e hizo una mueca de molestia, le dolía bastante esa zona. Luego le pediría a su vecina anciana, la señora Lee, si podría hacerle un masaje.

Mientras caminaba a su habitación, pasó por la habitación de su hijo de apenas 3 años de edad.

Habitación por la cual, escuchó voces que venían de ella. Algo curioso y confundido, se acercó y pegó el oído en la puerta.

-papá dice que no debo comel muchoss dulcess poque poque me aian mal a la panshita, pelo él no tiene poque enteiarce ¿No?-

Escuchó la tierna vocesita de su hijo el cual estaba hablando con lo que parecía ser un "amigo imaginario"

Sin embargo, lo que escucho a continuación lo dejó helado

-¡Bueno bueno! ¡No te enojes mami! ¡tolo ela un chiste!- dijo el pequeño mientras reía con ternura.

El hombre abrió la puerta casi de inmediato, al hacerlo, encontró a su hijo sentado sobre su camita y en sus manos, tenía una bolsita con dulces.

El pequeño al ver a su padre, escondió la bolsita detrás de su espalda de forma rápida.

-¡Papá! ¡Llegaste!- dijo muy emocionado para luego salir corriendo al encuentro de su padre, abrazándolo por las piernas.

El hombre sonrío muy levemente, acarició los cabellos oscuros de su pequeño.

-bebé...¿Que haces despierto a esta hora? Es muy tarde- pregunto aún acariciando su cabello, el pequeño levanto la mirada y observó a su papá con esos ojos negros tan bellos.

El mayor sonrío..."iguales a los de su mamá" pensó con tristeza.

-no podía dolmil poque el moustlo feo quiso entlal de nuevo a mí habitashion, pelo ta toy bien papi, poque mamá me plotegió- contó el niño señalando hacía su cama.

El hombre dejó de acariciar su cabeza y lo miró impactado, el menor sonrío en grande para luego soltar una risita.

-ta mamá, no sheas mala con papá, el no es tonto, es muy incleible- dijo mirando a su cama con una mueca de desaprobación, sin embargo, allí no había nada

No había absolutamente nada...

Un escalofrío recorrió el cuerpo del hombre, al escucharlo decir eso, su garganta se secó al igual que sus labios.

-papá...¿Quien es ella?- dijo de repente el pequeño señalando detrás de él, justo delante de la puerta con una mirada de curiosidad

El mayor miró hacía todas direcciones buscando lo que señalaba su pequeño, más no encontró nada.

-¿Q-quien Jungkookie?-

El nombrado hizo un pucherito, volvió a señalar, ahora con el rostro asustado y sus ojitos cristalizados

-l-la niña de v-veshtido atul...p-papa, me da miedo, tiene los o-ojos neglosh y y...- su boquita se abrió en horror, comenzó a temblar y a llorar, mostrando el terror que su corazoncito sentía.

El hombre no entendiendo muy bien que era lo que pasaba, lo tomo de las mejillas e intentó hacer que lo mirara.

-jungkook...¡Jungkook! ¡Ey! ¡¿Que pasa?!- dijo mientras lo sacudía tratando de llamar su atención.

-sangle...sangle...¡¡PAPÁ TIENE SANGLE EN LOS OJOSH Y LA BOCA!!- gritó horrorizado- papá plotegeme p-pofavol, p-pofavol- suplico escondiéndose detrás de él, completamente asustado.

De repente, el llanto de jungkook cesó y un completo silencio se adueñó de la habitación.

Confundido y aún sin saber lo que había pasado, se dió vuelta y se agachó a la altura de su hijo quien estaba con la cabeza gacha

-¿Jungkook?- lo llamó, más al no recibir respuesta, llevó una mano al rostro del pequeño y alzó su mentón.

Sin embargo, al hacerlo, lo soltó de inmediato para luego soltar un jadeo de horror puro.

Los ojos del niño estaban completamente negros, su rostro estaba pálido y no mostraba ninguna emoción, sus mejillas estaban cubiertas de sangre al igual que sus labios.

-¿J-jungkook?- preguntó con miedo el hombre.

El pequeño no respondió, en cambio, se dió vuelta y comenzó a caminar hacía el balcón de forma lenta. El hombre lo siguió con la mirada.

-¿Jungkook?- caminó detrás de él de forma cautelosa, el niño no le respondió.

Jungkook se acercó al balcón, se subió a la baranda y con cuidado, se sentó allí, miró al hombre por sobre su hombro y sonrío de forma tétrica.

Al mayor le dió un escalofrío al ver esa sonrisa y un malestar insoportable se alojó en su pecho.

Algo no iba bien...

Jungkook cerró sus ojos, abrió sus brazos y...saltó al vacío.

-¡NOO!- exclamó el hombre tras salir corriendo y atraparlo justo sujetando el cuello de su pijama con fuerza.

Con mucho esfuerzo, logró subir el cuerpo de su hijo al balcón nuevamente, ya estando arriba, lo tomó de los brazos y lo sacudió con un poco de fuerza.

-¡¿EN QUE DIABLOS ESTABAS PENSANDO JUNGKOOK?! ¡¿ACASO QUIERES MORIR?!- Exclamó aún sacudiendo su cuerpito, el nombrado no respondió.

-¡Contéstame!- exigió, el pequeño lo miró, parpadeo un par de veces.

-p-papa...-susurro débilmente para luego, sin previo aviso, cerrar los ojos y caer inconciente en los brazos de su progenitor quien lo atrapó justo a tiempo para evitar que se golpeara

El hombre quedó mirando hacia la nada.

-¿Qué mierda acaba de pasar?- preguntó al aire para luego mirar a su hijo inconciente en sus brazos.