El laboratorio de Pine

Eran las 11:30.
Estaba esperando en la puerta del Instituto a que llegase Pine y los otros 9 alumnos afortunados.
Se que llegué media hora antes, pero mi lema es mejor que sobre a que falte y el tiempo no es excepción.
A las doce, bien puntuales, estaban el Profesor Pine y los otros 9 alumnos con suerte.
Pine vino conduciendo un Onix con una Pokemontura.

Pine: Hola chicos... Este es Onix, nos llevará a la parada de autobús, donde también estarán los entrenadores seleccionados por mi hermanastra, la Profesora Acacia. Montad sin miedo y agarraros fuerte

Todos nos montamos y disfrutamos del paseo en Onix.
Muchos coches y otros Pokemon se relacionaban en la carretera.
Lo mismo ves a un hombre en un monovolumen que a una mujer en un Mudsdale.
Finalmente llegamos a la parada de autobús y bajamos de Onix antes de que Pine lo guardase en su pokéball.

Pine fue hacia una mujer pelirroja de ojos azules y piel muy pálida.
Era la Profesora Acacia

Acacia: Así que ellos son tus elecciones

Pine: Si. Son los únicos contra los que Metapod no trató de defenderse

Acacia: Bien, bien... Los míos pudieron agarrar los cuernos de Gogoat sin que el se resistiese

Pine: Entonces tenemos entre manos a jóvenes promesas... -Se gira hacia nostros- Chicos, subid al autobús

Todos obedecimos al Profesor Pine y entramos al bus.
Entre la gente de la elección de la Profesora Acacia, estaba Urko, uno de mis mejores amigos.

Urko: Sabía que estarías aquí

Jairo: Hola Urko-Me siento a su lado- ¿Alguna idea de lo que haremos en el laboratorio de Pine y Acacia?

Urko: No, ni idea. Supongo que nos enseñaran el laboratorio

Jairo: ¿Te imaginas que nos dejan jugar con los Pokemon que están estudiando?

Urko: Sería genial... Imagínate acariciar a un Vulpix o a un Zigzagoon... Deben de tener el pelaje suavisimo

Pasamos el viaje en autobús hasta Madrid hablando de lo que nos gustaría hacer.
Mi leyenda había comenzado, había entablado contacto con mi primer Pokémon en toda mi vida.

Por fin llegamos al Laboratorio de Madrid.
Era un sitio enorme, habia una bóveda llena de vegetación y una gran piscina.
Supongo que en ellas habria infinidad de Pokemon distintos.
Bajamos del autobús y seguimos a los profesores por el laboratorio.
Nos explicaban la función de cada máquina y finalmente nos dieron una noticia genial.

Acacia: ...Y esta máquina sirve para curar a los Pokemon. Hoy en día puede verse en cualquier centro Pokémon

Pine: Y ahora, os diré el verdadero motivo por el que os e traído aquí... Hoy, vais a recibir vuestro primer Pokémon

Pelirrojo: ¿¡De verdad!?

Chica mona: No es una broma... ¿No?

Acacia: No. Ningún tipo de broma. Pasad a la bóveda y esperadnos. Os diremos como se os dará a vuestro primer compañero

Yo estaba tan alegre que no escuchaba lo que trataba de decirme Urko.
Una sonrisa de oreja a oreja se materializó en mi rostro y me temblaba el cuerpo de la emoción.

Pasado un momento estábamos en la bóveda esperando a que los Profesores viniesen a decirnos que hacer.

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