Capítulo Final.

Personajes Utilizados en esta historia no me pertenecen, los créditos son para sus respectivos creadores.

—Tal vez mientes, o tal vez no —continuó murmurando, por su parte el chico intentó mantenerse sereno ante la dama de tez blanca, realmente era aterradora, parecía de alguna manera ver a través de él, ¿y si solo era él quien tenía ese número?, ¿y si realmente ella no tenía ningún uno en su repertorio?. —Dos dados, debo admitir que esto ha sido más emocionante de lo que me esperé, realmente eres un misterio. —continuó diciendo mientras mantenía ocultos los dados que ella tenía. —Me pregunto si ya sabes lo que ocurrió con bulma, su apellido era Takabami, mi familia despojó a la suya de todo, incluso su apellido, ahora quiere hacerse con uno mucho más importante, me pregunto qué es lo que haría si deshago todo lo que ha conseguido... —Continuó murmurando con un tono curioso y señalando a Gokú con su celeste mirada, aquí corroboró lo que Bulma le había dicho, comprendió que las atrocidades de esta mujer no solo se limitaban a lo que ocurría en la academia.

—Me pregunto si tienes un par de Dos o Un par de Uno, resulta un poco interesante. —indagando sacó a flote sus suposiciones, el cuerpo de gokú se puso rígido, decir que estaba a completa disposición de esta mujer se quedaba corto, realmente ella estaba en otro nivel, tan así era su angustia que las manos que sostenían el recipiente temblaron, pero no era momento de ceder completamente, debía confrontarla hasta el último respiro que le quedaba.

—Y me pregunto si tienes un par de tres o un par de uno o ambos... —Confrontó Gokú.

—Qué interesante... Será todo si es así —Declaró Kirari con una sonrisita. —Te parece bien? —preguntó con un tono burlón.

—Están locos, planean terminar todo en esta ronda! —exclamó Itsuki por cómo las cosas se mostraban, si bien lo querían podían extender todo a un juego más, eso es lo que cualquiera pensaría, sin embargo olvidaba que el placer de apostar y tomar riesgos es lo que precipita muchas decisiones, ese es el estilo que muchos eligen y podría encontrar a yumeko.

—con pocos dados, el riesgo de ser el mentiroso son altos, Gokú está en graves problemas... —Comentó Mery, sus manos temblaban también, porque no quería ver derrotado a su amigo, no deseaba verlo ser parte del acuario que la presidente había creado, aún así, en el fondo de su corazón confiaba de que Gokú ganaría.

—Son kun, muéstrame que eres más que esto... —Susurró Yumeko, escondiendo el cosquilleo que en sus piernas se daba, sin entender cómo un simple juego de adivinar causaba tanto en su ser, tal vez sea su deseo de desafiar a esos dos, o de los riesgos que tomaban, ya nada era claro y esperaba con ansias la conclusión de todo.

—Entonces descúbrelo de una vez por todas Kirari-chan —confrontó Gokú. —que sean tus últimos dados contra los míos! —exclamó, realmente esta chica lograba provocarlo, su amiga bulma realmente la había pasado mal como para que esta mujer no sintiese remordimiento alguno, pero aún así, continuaba admitiendo que Kirari estaba en otro nivel, uno al que posiblemente él no podría acercarse, solo tenía la suerte y al final en eso se resumía todo y comprobó lo que yumeko decía, pues era diferente a ella al odiar su suerte y a la tortura que la incertidumbre que le precede, odiaba creer que podría perder, realmente lo detestaba.

—Que interesante, que sea así entonces Son-kun —habló y luego, gokú apartó mostrando su miserable dos y su dado de uno, la angustia simplemente se incrementó ante esa revelación, pues solo se necesitaba de una unidad más para que él perdiera y cuando los ojos de la Momobami miraron sin expresión aquel resultado y luego sonrió solo transformó todo en un mal presagio.

—Qué mala suerte... —afirmó y retiró su recipiente, todo indicaba que la apuesta de gokú habría perdido cuando se reveló un tres en una de esas caras, muchos se angustiaron y algunos más se excitaron por la angustia e incertidumbre que allanaba sus corazones, sin embargo, más allá bajo las espesas sombras que apartaban la luz, pudo verse un único punto en la cara del último cubo, este era el fin de la apuesta y Gokú había ganado, la suerte no le habría abandonado.


—La presidente se queda sin dados, Son Gokú ha ganado este juego —informó la vicepresidente, dejando un corto lapso de silencio en ese recinto, la angustia se transformó en incredulidad y la incertidumbre se desvaneció.

Itsuki desde las alturas fue la primera en celebrar con un fuerte grito, alguien había derrotado a la presidente y aquel no era otro más que Son Gokú quien incrédulo no dejaba de observar el resultado, por un momento se vio sumergido y perdido en la apuesta que la presidente había hecho y un extraño alivio quitó el estrés de su cuerpo.

—Realmente ha ganado... —susurró Saotome sin poder creerlo, luego se exaltó cuando los ojos del Son la señalaron, insinuando que lo había logrado, había ganado una vez más.

—Lo sabía... este ha sido un espectáculo impresionante. —Comentó Yumeko después, sin poder despegar la mirada de su chico.

—Vaya, Son-kun, realmente lo has hecho... —Dijo Kirari. —Has ganado —continuó y sin decir más se puso en pie, tranquila y serena sin mostrar cólera por haber perdido, ni resentida con la suerte que le desfavoreció, al final de eso se trataba este juego, era la suerte quien dictaba el resultado.


—Lo de hoy fue interesante... —Dijo yumeko mientras caminaba acompañada de Gokú momentos después.  —¿Crees que la presidente es aterradora? —indagó ella y Gokú soltó una risita mientras rascaba su cabeza.

—Lo es —dijo él— Si hubiese sido otro juego, yo no habría podido ganarle, sabíamos qué números teníamos, pero la cantidad exacta era lo más complicado, fue ella quien se arriesgó al final y no consiguió acertar —explicó Gokú, yumeko soltó una risita mientras continuaron avanzando, hasta que llegaron a un lugar que seguramente dividiría sus caminos.

—Todo cambiará a partir de ahora —Comentó Yumeko, ambos detuvieron sus pasos y giraron para verse.

—Ya no necesitarás pagar para borrar tu plan de vida —comentó Gokú, con un tono bajo.

—Nunca lo consideré —respondió yumeko.

Fue un momento extraño el que mutuamente les envolvía, Gokú necesitaba decir algo y el rostro de la azabache le decía que también querías saber las palabras que se atascaban en su boca, insinuando que sabía que buscaba decir algo.

—Hay un lugar al que tengo que ir. —Comenzó, con dificultad en cada palabra que pronunció. —Me iré muy lejos y posiblemente no te vuelva a ver —confesó y el rostro de la dama pasó de ese tono amable a mostrar algo de incredulidad. —Yo vine aquí para aprender muchas cosas, y aunque no logro entenderlas a la perfección, siento que puedo ser un poco más listo que antes... —desviando la mirada continuó, se vio incapaz de continuar mirando la castaña mirada de esa que era una hermosa ludópata.

—Eso es repentino... —susurró la chica, dejando evidente su incredulidad cuando por un momento el silencio invadió sus labios. —Supongo que cada quien tiene sus prioridades —comentó después volviendo a sonreír. —¿Me vas a dejar sola después de lo que pasó? —con algo de melancolía ella cuestionó en un débil susurro.

—No-no es eso! —contestó gokú inmediatamente agitando sus manos. —No es que no me importes Yumeko-chan, es solo que... —reprochó nerviosamente, sin embargo la dama comenzó a reír juguetonamente por la reacción del pelinegro.

—Solo bromeo —Contestó ella. —¿Lo que haya pasado, es porque lo queríamos no? —ella indagó y sostuvo las manos del joven. 

—Yo... no estoy muy seguro de lo que puede pasar. —él respondió. —Yo debo irme, pero no evito querer quedarme con Yumeko-chan, con Mery-chan y con bulma —confesó rascando su cuello. —Pero aunque sea así, no podría darte una buena apuesta, te gusta jugar y te encanta apostar, yo tengo miedo de perder y no sé si podría continuar.

—Deja todo eso y quédate conmigo, tal vez podríamos descubrir eso más adelante —exclamó yumeko y entre sus dedos un pequeño brillo plateado se mostró. —Yo lo sé perfectamente, y si estás dispuesto, quiero que apuestes contra mí una última vez —ella propuso y sobre la uña de su pulgar dejó posar la moneda que se lanzaría.

—Yo... no puedo —Contestó él en voz baja.

—Si quieres quedarte aquí entonces qué es lo que vas a buscar? —ella continuó indagando, sin embargo, de la boca de gokú no salía alguna clase de respuesta, no porque no quisiera, es que simplemente no podía. —Aguardaré por tí, y tú tendrás que volver para nuestra apuesta pendiente, si pierdo... bueno, supongo que viviré con ese vacío . —declaró la chica.

—No voy a buscar nada —Respondió él ignorando lo último que ella dijo. —Tú, si estabas dispuesta a continuar con el plan de vida, te habría gustado estar con alguien como yo? —él preguntó, se notó nervioso.

—Al principio, pensé que en cualquier momento mostrarías lo que verdaderamente querías conseguir, porque no eras alguien que apueste por placer, pasaste a ser un misterio, después ya no tuve dudas y no las encuentro cuando te veo —respondió ella. —Tienes miedo de perder, pero no retrocedes ante una cifra que se eleva, ese es un misterio. —contestó y luego lanzó el objeto hacia el aire y lo atrapó nuevamente dejándolo bajo la palma de su mano.

—Si lo dices de esa forma parece que soy algo extraño —respondió él rascando su cabeza. 

—Eso es lo interesante en tí. —Respondió ella. —Sabía que no podría esperar que te volvieras loco, que te entregaras a la locura, juegas por algo o alguien más, de alguna forma, ser parte de eso se sentía bien... —susurró y procedió a revelar el resultado, sin embargo antes de que pudiese, la mano de gokú atrapó la suya y evitó que mostrase la moneda, entonces Yumeko soltó una risita.

 —¿por qué quiero que te quedes? — hizo esa pregunta, antes de que Gokú pudiese formularla. —Supongo que no lo sé —contestó. —Tal vez sea simplemente un capricho, esto no se trataba de eso? — continuó hablando, y desistió de continuar con la apuesta, porque el gesto que unía sus manos corroboraba que tal vez, ella continuaba siendo prioridad para gokú.

—tal vez es porque no puedo hacer algo para igualar tu valor, eres una deuda que no podría pagar, tú eres mi apuesta.



La noche fría, un mensaje alertó el teléfono de saotome quien no conseguía conciliar el sueño y no podría después de leer un mensaje que anunció una gran suma de dinero añadida a su cuenta, era lo correspondiente en la apuesta contra kaede Manyuda, sin embargo, era más de lo que correspondía su porcentaje, pero pronto se enteró que todo el dinero que pertenecía a Gokú se le había sido cedido, pudo concluir muchas cosas en ese momento, pero había algo seguro y es que Gokú no iría al instituto el día de mañana, ni el siguiente ni ningún otro, tampoco se enfadó con él por no despedirse correctamente porque ya el adiós se había dado, el único lamento que invadió su corazón fue no haber podido confesar sus sentimientos, no volvería a ver a Gokú y tendría que cargar con eso por toda su vida.


Mi apuesta - Capítulo final.


bueno shavos, aquí el capítulo final de esta historia.

¿confuso? Sí, ¿Malo? Seguramente, ¿No sirvo para los Fics? eso es seguro, pero aún así, debo decir que me encantó escribir esta historia de apuestas y romances que en un inicio fue apoyada por Sebastian400 y bueno, esta es la conclusión.

Agradezco a todos los lectores que llegaron hasta aquí, no habrá segunda temporada porque cometí ese error con Un dios pecador y no supe darle un final antes de continuarla innecesariamente, así que espero que les haya gustado y sobre todo...





¡Grácias por leer!

































































































































Epílogo.


Se encontró en lo alto de una colina, esperando a que el ser que le envió a este lugar apareciese para llevarle de regreso, Se había despedido de las personas más cercanas a él con excepción de bulma, por alguna razón no pudo ser capaz de decir la verdad, ni de aclarar esa extraña sensación que precedió después de que ella confesó que le quería, no lo entendía, tal vez simplemente estaba acostumbrado a tratar con ella de otra forma, quién sabe, al final simplemente huyó de ella.

—No te preocupes, ese fastidio desaparecerá muy pronto —Una voz informó, de repente los ojos del Son se abrieron al sentir una extraña presión tras su espalda, repentina y abrumadora que le petrificó en un instante y entonces, cuando intentó sentirle la sorpresa fue aún mayor.

Se quedó inmóvil mirando hacia la nada, solo pudiendo escuchar unos pasos acercarse hacia él y sus fuerzas regresaron cuando aquella cabellera se apareció lentamente por un costado suyo, más baja pero con esa forma peculiar era inesperadamente familiar.

—¿No te parece curioso?, nuestra presencia es como un mal olor corporal, no podemos percibirlo, pero los sentidos ajenos lo reconocen —Contestó y Gokú no evitó anonadarse por lo que sus ojos presenciaban, pues era un infante, pero era él, una versión suya más joven.

—¿Quién eres tú? —indagó el mayor completamente confuso, una brisa apareció y como un débil huracán rodeó a ambas personas, luego de ello una profunda calma se presentó, él no le giró a ver, simplemente observó al frente.

—Este no es el único sitio que existe —Respondió el niño. —Así como hay una bulma en este mundo, debe haber más de nosotros por ahí —continuó respondiendo, sin contestar a la pregunta que el mayor había formulado.

—en este mundo no existimos, es un poco extraño si te pones a pensar ¿no? —él continuó murmurando  sin girar a ver a su similar, se mantuvo estático y mirando al frente. —Tu camino no ha hecho más que comenzar, aún tienes mucho que hacer, muchas batallas que librar, y no recordarás este sitio hasta un segundo antes de perecer —con cada palabra que este niño otorgó, dio más la impresión de ser algo completamente extraño, El mayor se mostró incrédulo por cada cosa que escuchaba.

—Es como si supieras mi futuro... —Dijo Gokú y el niño asintió para su sorpresa.

—Tu futuro... —Susurró melancólicamente. —Tendrás familia e hijos, te enfrentarás a grandes enemigos,  incluso a Dioses, sentirás su ira y poder, al final todo se perderá cuando ellos traigan el fin a todo lo existente, cuando el fuego consuma los mundos y las bestias devoren todo y así como este día y como en un pasado muy lejano, olvidarás todo lo que ocurrió. No volverás a recordar a Yumeko, ni a Mery ni a esta bulma, ni hoy, ni mañana, solo hasta que tu miserable vida pase frente a tus ojos antes de tu final —él respondió, con ese tono lúgubre que no le recordaba a él mismo a esa edad, era tan extraño como poderoso y si era así ¿Qué demonios era realmente? ¿Decía la verdad? ¿Olvidaría a Yumeko? —No te preocupes, yo podría solucionarlo... —Sugirió después, casi como si hablase al viento y no a la persona que tenía a su lado, miraba a la nada, pero a su vez parecía encontrar algo en la lejanía.

—¿Y cómo es que puedes saber todo eso? —indagó el mayor rascando su cuello, sin embargo, un temor abrumante invadió su cuerpo cuando esa persona se giró hacia él, donde simplemente pudo ver un brillo destellar ferozmente en esa oscura cuenca, un miedo que le congeló como nunca nadie antes había podido y no por ver directamente la cara de ese niño, si no por ver un futuro en el cual ni Yumeko, ni Mery se encontraban.







—Lo sé, porque puedo verlo —

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