Capítulo 3 - Brillo Rojizo.

personajes utilizados en esta historia no me pertenecen, créditos a sus respectivos creadores.

--vaya, que rico!.-- el saiyajin exclamó con emoción, comía algún bocadillo extra en la azotea, pues mary siempre le criticaba por comer tanto, pero siempre se las arreglaba para comer a escondidas de ella, además no quería regresar al salón de clase, pues la rubia siempre le obligaba a aprenderse esos juegos de cartas y fichas que poco o nada le llamaban la atención, eran muy complicados.

sus ojos negros solían ver lo lejos de la ciudad, debía admitir que el entorno de la escuela era mucho más tranquilo que estar allá donde se le obligaba a estar frente a muchas personas, gente que gritaba su nombre y cada segundo el flash de las miles de cámaras llenaba de fastidio sus ojos, no es que le molestara todo lo anterior, es solo que no podría acostumbrarse a esa vida que bulma le consiguió.

tal vez fue causa del destino, o solo su figura llamó por completo su atención, porque en la entrada de la academia pudo verla por primera vez, su negro cabello se mecía con una delicada brisa, en aquel entonces solo se sintió curioso, pues un estudiante no debe estar en ese sitio, pero recordó que él también estaba en un lugar prohibido de acceder, por ello mismo sólo se limitó a seguirla viendo, su desarrollada vista le entregó una vaga imagen de la mujer, que aunque estuvieran alejados casi sintió que también le miraba.

momentos después el guardia de la academia dejó entrar a la estudiante, tal vez llegó tarde, o tal ves se perdió, quien sabe, después de todo eso era lo que solía pasarle a él, solo siguió observándola hasta que se perdió por completo de su vista, no podría saber de quien se trataba, porque aún después de tantos meses no conocía a nadie más que suzui o saotome, tampoco es que le importara, no obstante aquella forma de pensar desaparecería pronto, pues aquella extraña chica cambiaría por completo su vida.

--debería regresar?.-- pensó, mary  se habría enfadado por desaparecer así como así, no es como si el no asistir a clases fuese grave, pues eso poco o nada le importaba, pero la rubia le había dicho que si no ganaba apuestas su estatus en esa academia decaería, claro que después de lo acontecido aquel día se habían vuelto amigos, pero simplemente no podía estar todo el tiempo apostando y tratando de aprender los complicados juegos, eso le aburría demasiado, pero tener este lugar era una salida de escape, no parecía ser un problema, pues la chica que le miraba desde cierta ventana nunca le había dicho algo ni acusado con alguien, supuso que estaba bien.

su vida no había sido descubierta aún, bulma parecía cumplir con su palabra y mary saotome solía enseñarle muchas cosas sobre como convivir en la academia, podía mantenerse en el juego de piedra papel y tijeras para dar las donaciones suficientes al concejo estudiantil, podría decirse que vivía en paz, tanto que podía tomarse descansos extensos como estos que incluso solían durar horas y horas.

--bien, creo que debo ir, mary -chan me matará, aunque siempre termino muriendo de hambre.-- exclamó después de algunas horas de estar en paz, era cierto que saotome estaba a su lado casi siempre, pues el estar con la única persona que la había derrotado era su única opción, además estaba completamente agradecida por la ayuda de gokú, al  final no terminó perdiendo nada, solo tuvo que pagar los 10 millones que había ganado al saiyajin.


caminó con lentitud por los pasillos, algunas chicas siempre solían mirarlo,  después de todo les parecía bastante tractivo, algunos chicos habían querido vencerle en el juego de su clase, pero siempre terminaba en una victoria para gokú, bulma se lo había dicho, sus habilidades no solo deberían limitarse a las peleas, aunque incluso ella misma desconocía todo lo que el azabache podía hacer.

poco a poco se acercó al aula y con cada paso se percató de algo inusual, el bullicio que normalmente se daba en el salón de clase se había marchado, se había esfumado por completo, pero contrario a lo que se esperaría de esa situación  los estudiantes pertenecientes a aquella clase aún permanecían en el recinto, los mismos que siempre jugaban y apostaban, pero aquella tarde no hubo juegos ni fichas golpeándose unas con las otras, solo vacío detrás de aquella puerta que separaba el sitio del corredor, donde solo ahí pudo escuchar los silenciosos sollozos de mary, su amiga que posiblemente había perdido.

abrió la puerta con lentitud, fue entonces que pudo verla incluso más miserable que aquella tarde en la enfermería, su frente se apegaba con fuerza a la superficie de la mesa, las fichas caían al suelo, porque el mueble temblaba por la frustración de la rubia mujer.

--bueno, deberás pagarme ahora...-- la voz un tanto extraña comentó cerca a su oído, recordando la deuda que debía cancelar, 8.8 millones de yenes, de seguro una de las más grandes cifras que se han apostado en ese juego.

el son solo se limitó a ver lo que ocurría, le tomó algo de tiempo procesar la situación, pero al final lo comprendió, de alguna forma alguien debió ganarle a saotome, si es así ¿quien era?.

fue entonces que extendió un poco más la vista y pudo verla nuevamente, esta vez más cerca, mucho más cerca que antes, no conocía el color original de esa retina, pero pudo jurar que cuando conectó miradas con la mujer, aquellos ojos desprendían un brillo rojizo, posiblemente gozando de ver la derrota de alguien que jugaba haciendo trampas, su cabello casi tan negro como el suyo, la chica nueva que contra todo pronóstico derrotó a saotome, evento el cual recordó inevitablemente el juego de gokú, no obstante ella era muy diferente, pues expuso la trampa de la rubia y a pesar de estar en desventaja ganó, pero si creía que en actitud se asemejaba a su amigo, estaba muy equivocada.

--po-por favor!.-- masculló la rubia que había sido completamente humillada. --dame unos días, en estos momentos no tengo el dinero para pagarte.-- siguió hablando con dificultad, sus dientes se apretaban con fuerza, sus lágrimas comenzaron a desbordarse de sus luceros castaños.

la duda entró en la mente de la azabache, quien solo sonrió levemente y se puso en pie. --con ver ese rostro bastará por ahora.-- declaró y guardó todo su dinero en efectivo, a pasos lentos comenzó a salir del salón de clases. --espero que todos nos llevemos bien a partir de mañana.-- anunció por última vez mientras salía del aula, donde por unos momentos estuvo frente a frente con gokú, ambos pares de luceros se cruzaron, ella recordó haber visto aquella cabellera sobre la azotea, que curiosamente fue lo primero que miró de la academia, también se había preguntado de quien era el asiento vacío que sobraba en esa clase, pero ahora tenía la respuesta.

siguió su camino, solo sus pasos y los sollozos de saotome era lo que trajo sonido a los oídos del son, sus vistas solo se desconectaron cuando su cuello no le permitió girar más su rostro y segundos después la figura de la chica desapareció de la vista de todos, gokú sacudió su cabeza y regresó en sí, sin perder más tiempo corrió hasta donde la rubia se lamentaba.

--mary-chan, estás bien?!.-- cuestionó, pero la chica no respondió, solo apegó su frente con más fuerza a la madera del mueble, no aceptaba haber perdido 2 veces en un juego que debía de darle la victoria, no podía permitirse que el azabache le mirase de esta forma tan lamentable.




--mary-chan, todos se han ido, creo que debemos marcharnos también.-- gokú se quedó acompañando a la rubia, la academia permanecía en completo silencio porque ya nadie caminaba por los pasillos ni alborotaba con cada ganancia o pérdida.

--perdí mucho dinero, aunque pueda pagarlo mi estatus terminará por los suelos.-- explicó, su voz quebrada anunciaba que incluso podría llorar otra vez. --no harás nada aquí, debemos regresar a casa, mañana pensaremos en algo.-- el son propuso ante la declaración de su amiga, pero tan pronto terminó la chica golpeó la mesa. --solo lárgate, no quiero hablar con alguien en estos momentos!.-- gritó con fuerza, pero cuando observó el rostro asustado y confuso del chico recordó que no podía enojarse con él, era su único amigo verdadero, era distinto de aquellos desde el día de mañana comenzarán a tratarle como basura.

--no-no te enojes conmigo mery-chan...-- exclamó, pareció lograr calmar a la chica un poco, porque solo apartó la mirada. --lo siento...-- musitó, gokú comprendía que esto le afectaba bastante, saotome le había contado que si estaba aquí en esta academia era por su propio esfuerzo, su familia no gozaba de riquezas como el resto de estudiantes, por ello mismo quería ayudarla como fuera. --mira, no sé mucho aún sobre las apuestas ni sé jugar la mayoría de juegos que me enseñaste, pero haré todo lo posible para encontrar una salida.-- le habló con una sonrisa mientras se puso en pie.

la chica solo le pudo ver dirigirse hacía la puerta, sin saberlo sus mejillas se habían pintado de un tono rosa con aquella declaración, porque encontrar apoyo en esa academia era muy raro, encontrar a alguien como él era bastante extraño, de repente sintió como su corazón dio un latido de más cuando le regresó la vista, porque como todos los días son gokú era completamente sincero con ella. --no llores mery-chan, el sentirse triste no arreglará nada, debemos encontrar una solución, no tengo ni la más mínima idea de lo que se debe hacer, pero trataré de pensar en algo.-- explicó, sin más se dispuso a dejar a la chica sola como se lo había pedido, misma que solo se quedó quieta, hasta que la puerta se cerró nuevamente apagando la luz del débil atardecer que cruzaba a través del marco, siempre se preguntó por qué ahora se preocupaba por ella, cuando de su parte no le miraba más que una herramienta más para no perder su estatus, "gokú-baka" musitó, esta vez con una sonrisa, se divertía con ver esa cara de confusión en cada juego, con su frustración en cada explicación y con su felicidad cuando entraban a la cafetería, se preguntó en que momento transcurrieron esos 3 meses, entendió que ya no se divertía, siempre se sintió bien solo con tenerle cerca.


--ho-hola bulma.-- con nerviosismo preguntó, sabía que ella se iba a enfadar con su torpeza, pero no tenía a nadie más a quien recurrir. --que quieres ahora, no me digas  que has perdido una segunda vez.-- trató de adivinar la chica peliazul. --no bulma como crees.-- le explicó, con ello un suspiro se escuchó salir de la boca de la mujer. --supongo que está bien entonces, que necesitas son-kun?.-- interrogó, esta vez un tono más alegre se escuchó a través del aparato. --sa-sabes... mary-chan ha perdido algo dinero, me preguntaba si puedo tomar un poco de lo que tengo para ayudarla con su deuda.-- exclamó, un silencio bastante extenso se provocó después de aquella declaración. --a cuanto te refieres con "algo" de dinero?.-- ella interrogó, pero el saiyajin de alguna manera evitó responder, pues recordó como se portó hace unos meses, cuando se enteró aquella cifra en pérdidas que se asemejaba a la deuda de saotome.

bulma lo notó, se dio una idea de lo que ocurría, ya se había enterado que esa "tal" saotome era la única amiga del Son, pero ello mismo era lo que le preocupaba, incluso una cara de molestia se mostró en la chica, pues aunque le haya enviado a esa academia, la actitud del azabache no parecía cambiar en nada. --sigues siendo demasiado bueno.-- le respondió, si bien quería que parte de esa "ingenuidad" se marchara, no podía arriesgarse a que gokú comience a odiarle, el decirle que ignore a saotome era algo con lo que no debía jugar.

 --le estás dando menos importancia al dinero, este es un mundo capitalista, el dinero es la salida para absolutamente todo, no importa el problema, el dinero siempre se sacará de problemas y el dinero te meterá en problemas si no lo sabes usar bien.-- añadió, sus palabras se tornaron serias pero no cruzaron la linea del enfado.

el son solo siguió escuchando atento, bulma siempre parecía ser muy lista, no importando que fuese esta o la de su mundo. --tienes 40 millones en tu cuenta, pero no solo puedes hacer que bajen, puedes hacer que se dupliquen, solo entonces podrás ayudar en tu amiga, porque si esa cifra se reduce, ya sabes lo que te espera.-- le explicó, solo con eso un escalofrio recorrio la espalda de gokú, no quería ver a la mujer enfadada, aunque dejó de pensar en eso cuando pareció encontrar una solución.

--entonces puedo utilizarlos?.-- interrogó, pero para su mala suerte la respuesta nunca llegó, porque la chica ya había colgado.



tenía algo en claro, si gastaba los 40 millones estaría en problemas, no quería molestar a bulma, pues ya parecía bastante cansada con lo que tiene que hacer día tras día, así que el pedir al concejo que le entreguen algo de esa cantidad no era una buena idea, a no ser que lo tomase para ganar más, pero era un riesgo igual o peor, pues no conocía algún juego en el cual pudiera ganar tal cantidad, ni tampoco es que supiera llevar bien los metodos de juego ni entender las reglas, pues en su mayoría eran muy complicadas para él.

aquella mañana abrió la puerta de su aula, pero no fue como el resto de días, saotome no le estaba mirando, ni tampoco sus mejillas se tornaban rojas, solo permanecía con la vista completamente vacía ante su asiento destruido, dibujos e insultos se grababan ahí, también un muñeco que asemejaba la figura de mary estaba destrozado sobre la superficie, sus compañeros reían con fuerza a la vez que le señalaban con sus dedos, no evitó molestarse y suzui también lo notó cuando se percató de la llegada de goku, usualmente entraba sonriendo y saludando a sus compañeros, posteriormente se acercaba a saludar a saotome y eso era la rutina diaria, pero desde hoy todo cambiaría por completo.

--vaya saotome-san, que ha sucedido?.-- como si se tratase de un fantasma, la chica de cabellera morena se adelantó por un costado del Son, sus palabras sonaban inocentes por la situación aún cuando ella fue quien provocó todo esto, el saiyajin comprendió que a esto se refería la rubia cuando lloraba aquella tarde en la enfermería, pero contrario a aquella ocasión, esta chica azabache no le importó como podría terminar la vida de saotome.

--todo esto fue porque perdí contra ti!.-- golpeó su asiento con fuerza, aún no se percataba de que gokú se encontraba ya en la habitación, aunque cuando ya todos observaron al son bajo el marco de la puerta dejaron de reírse, habían escuchado como a pesar de su torpeza, podía llegar a ser peligroso, ya que hace unas semanas golpeó a uno de los grupos que solían hacer bullying extremo a las mascotas, el solo venció a 5 estudiantes que eran fuertes e incluso se decía que estaban armados.

--mery-chan, estas bien?!.-- su voz pareció calmarle un poco, levantó la vista y observó a su compañero, su rostro lucía preocupado como la tarde de ayer, ella solo asintió a su vez que apartó la vista del azabache, se alegró de que el saiyajin no le mirase diferente ahora, pero debía recuperar aquel dinero si todo quería ser como antes y el modo no le importaba mucho.

gokú solo giró a ver a la chica nueva, de algún modo parecía que aquella sonrisa que traía encima era completamente llena de burla, pero solo con sentir su ki entendió que no tenía malas intenciones, se preguntó cómo fue que pudo endeudar a saotome de tal forma, solo una cosa se pasó por su mente, y aquella solo fue que la chica nueva debió haber hecho trampa contra su amiga, pero no era tiempo de hacer especulaciones, debía ayudar a mary de alguna u otra forma.


--vaya, así que aunque sea una mascota la trata bien.-- algunas chicas susurraron con envidia, pues creyeron que el ver a saotome en la ruina haría que él chico de cabellos alborotados la apartara a un lado, pero él no despreciaría a la chica solo por eso.



caminó por un pasillo sin rumbo alguno, pensaba en las formas de ayudar a saotome, no podría conseguir tal cantidad en un juego como piedra papel o tijera, nadie querría apostar toda esa cifra, pues era raro que alguien apostara más de un  millón, si debía hacer crecer su dinero, debía ser con alguien que tenga muchos recursos y en un juego distinto, o en el mejor de los casos, tratar de recuperarlo de aquella chica que venció a saotome.

sin poner atención a lo que hablaba chocó repentinamente con alguien, ambos se encontraron por sorpresa en una esquina así que no fue culpa de la chica o del son, este último amablemente ayudó a la estudiante a recomponerse.

--oye, no es bueno andar distraído.-- exclamó con un extraño tono, algo fastidiada e incluso podía notarse un tanto ansiosa. --lo lamento, perdón si te causé molestia.-- habló apartando el contacto de sus manos y rascó su nuca, de inmediato el único ojo descubierto que tenía se abrió de la impresión, el chico del cual la presidenta solía tener vigilado estaba frente suyo, nunca les mencionaba algo sobre este estudiante, por ello mismo su curiosidad se activó.

--pero que tenemos aquí!.-- exclamó rodeando al saiyajin, detallando todo de él, escuchó de la gran apuesta que tuvo en su segundo día, ya que 30 millones era para admirar, pero el azabache solo le observó con confusión.--eres son gokú de segundo año ¿no es cierto?.-- cuestionó a la vez que saltó un poco y tomó el cabello del chico. --que extraño cabello.-- comentó mientras reía extrañamente.

--auch!, duele, detente por favor!.-- exclamó ante los tratos mal educados de la mujer que no entendió por qué alguien como él sería vigilado por la presidenta, parecía torpe y despistado, además su dinero permanecía al cuidado del concejo estudiantil. --si que eres extraño, pero eso solo hace que me pregunte más y más cosas de ti!.-- sus ojo maniático le señalaba aún más curiosos, su lengua remojaba sus labios y sus piercings reflejaban la luz del pasillo.

 --de-debo irme.-- explicó el son incomodado por el actuar de la mujer del parche que seguía rodeandolo. --oye, no te gustaría jugar algo?, tengo muchas ganas de apostar!.-- preguntó a su vez que llevó una mano a su bolso buscando quien sabe que, cada vez acercó más su rostro al del son quien retrocedía paso a paso de la mujer. --mi-mira, que es eso!.-- fingiendo mucho asombro anunció observando al otro lado del pasillo, la chica inmediatamente giró a ver a aquella dirección en que la vista de gokú señalaba, pero no había nada.

--o-oye, a donde crees que vas imbécil!.-- para cuando se dio cuenta del engaño, gokú corría lejos de su posición, esa mujer estaba loca, de eso no había duda.


aquella tarde saotome no entró a clases, su asiento estaba vacío, se preguntó a donde había ido, porque aunque sabía que seguía en la academia, no entendió el por qué de no haber entrado al salón de clases, claro, él también solía escaparse por muchas horas, pero era raro en saotome.

al fin la campana anunció el final del horario escolar, nuevamente muchos estudiantes  hacían grupos, las apuestas continuaban incluso hasta la tarde avanzada, fue entonces que gokú se puso en pie y sin saber como esto terminaría se acercó a la chica nueva, solo llegó a una salida y debería recuperar el dinero de saotome.

--ho-hola.-- saludó a la chica que terminaba de guardar su libreta, nuevamente sus ojos se cruzaron, le detallaron un poco, pues desde que había llegado se sintió curiosa, no podría evitarlo ya que le miró solitario en la azotea el día de ayer. le divirtió un poco ver como se rascaba su nuca pensando en lo que podría decir, ya que el chico nunca había propuesto algo a una chica que no fuese saotome.

--hola, no nos habíamos presentado.-- comentó la chica quien se puso en pie. --mi nombre es yumeko jabami.-- se presentó a la vez que asintió levemente. --mi nombre es son gokú!.-- exclamó, pero contrario suyo el saiyajin se inclinó demasiado, tanto que demostraba mucho respeto, o simplemente no sabía como tratar con una chica.

--gusto en conocerte.-- añadió después, yumeko solo sonrió por la actitud del Son. --son gokú, un nombre extraño, pero me agrada.-- con una risilla añadió a la vez que gokú se puso nuevamente recto.

--bueno, necesitabas algo son-kun?.-- cuestionó, podía notar que gokú no solo se había acercado para saludar. --este, bueno yumeko-san, quería saber si querías apostar conmigo.-- habló sin más, y los ojos de la mujer se abrieron instantáneamente, mostrando ese brillo rojizo de aparente locura.

si, apostar, solo esa palabra parecía llamar la atención completamente de la chica nueva.


fin del capítulo 3.


bien gente, aquí el nuevo cap, comenten y voten si les ha gustado.


por fín tienen la aparición de la waifu ludópata, como pudieron notar utilicé a un gokú totalmente distinto a como lo he hecho en otras historias que he escrito, no sé si les guste o no, pero creo que este gokú podría ser el correcto para este fic.

aunque no lo parezca, la participación de "bulma" será muy importante, también en un futuro mostraré como se encontró con el kokun.

también la loca del parche hizo su aparición y tendrá algo de participación más adelante.

también cabe aclarar que no me centraré al 100 % en los sucesos que se muestran en el anime, pues no quiero escribir la historia que ya se conocen como es el ejemplo del juego entre saotome y yumeko que se muestra en el primer capítulo.

espero que les haya gustado, dejen sus opiniones y votos en los comentarios, espero que estén bien y sobre todo...


Gracias por leer!.

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