Capítulo 18 - la apuesta más alta.

Personajes utilizados en esta historia no me pertenecen, créditos a sus respectivos creadores.

Personajes utilizados en esta historia no me pertenecen, créditos a sus respectivos creadores.

Mi apuesta capítulo 18.

—¡Continuamos con la quinta ronda! —exclamó la repartidora y entregó el par de naipes a cada participante.

Gokú descartó un cerdo de 6 y 5, y Manyuda descartó uno más de 7 y 2, fue cuando se abastecieron de una mano más y Manyuda tuvo un cerdo de 3 y 8.

—apuesto cuatro fichas —dijo Gokú y empujó los objetos al centro de la mesa y Manyuda entrecerró su mirada.

—Otra vez comienza a elevar la apuesta...— pensó ya con fastidio, las dudas ahora se habían apoderado de él al haber perdido tres veces. —Debe tener una marca o un par, si es así tengo que ir por la mano más débil —continuó razonando y empujó 5 fichas al centro, pero gokú le desafió cuando empujó 6 fichas y Manyuda correspondió empujando 8 fichas más, sin embargo gokú no elevó la apuesta, simplemente se quedó ahí.

—Bien señor Manyuda, será la mano débil o la mano fuerte? —preguntó la vicepresidente y el pelinegro se detuvo a pensar en esta situación, pues de cierta manera fue exactamente como la apuesta anterior. ¿sería posible que tuviese un cerdo con mano débil?. 

En ese momento Manyuda pensó mejor las cosas, en realidad dependiendo de la categoría los cerdos son los que tienen la mayor probabilidad de salir, luego le siguen las marcas y por último los pares, así que por probabilidad es seguro asumir que los dos jugadores serán más propensos a apostar por cerdos y bajo esta suposición está en riesgo que dependiendo de su elección Gokú pueda ganar, es por eso que no se arriesga con apuestas altas y aquí es cuando pareció dar con el secreto del Son, pero no dejaría llevarse como veces anteriores, esta vez se dejaría de juegos.

—La carta más débil —habló y arrojó sus naipes, si bien de la escala de 19 él tenía un 11, por el resto de posibles jugadas debería apostar por la carta baja y arrojó su cerdo de 8 y 3.

—demonios —dijo Gokú. —Esta vez he perdido —habló con claro fastidio y mostró su mano, claro que Manyuda esperó ver un cerdo, pero contra todo pronóstico gokú tenía consigo un perfecto par de 4.

—El señor Manyuda ha ganado esta ronda, el conteo de fichas nos dan un total de 33 fichas para Gokú y 75 para el señor Kaede —informó la vicepresidente.

—¿Qué mierda le ocurre a este tipo? —el pelinegro cuestionaba en sus adentros. —¿Está tentando a su suerte? —continuó diciendo, y con lo que había visto en esta jugada parecía ser así.

—Sexta ronda —exclamó la repartidora y entregó una vez más los naipes, gokú descartó un 3 de diamantes y Manyuda un 6 de tréboles.

—apostaré 5 fichas —dijo gokú.

—Apostaré 8 fichas —exclamó Manyuda y Gokú empujó 4 fichas más. 

—que sean 9 —exclamó retándole.

—Serán 15 si es así —le habló y gokú no subió la apuesta. —Será la mano fuerte —declaró Manyuda y ambos revelaron sus manos.

Fue gokú quien relució un 7 y 6 de diamantes, era una marca fuerte, pero la fortuna le sonrió a Manyuda esta vez. pues tenía un 9 y 5 de tréboles.

—Manyuda san gana este juego —dijo la vicepresidente y las fichas de Gokú bajaron otra vez.

Una vez más las cartas fueron repartidas, el presupuesto de Gokú había disminuido considerablemente y debería reservarlo para las mejores apuestas.

—¡Séptima ronda! —anunció la jueza y repartió una vez más.

Kaede tenía una buena mano entre las malas jugadas, pues robó un cerdo de 10 y 3, claro que descartó el 3 en busca de una mejor mano, pero por coincidencia tuvo el mismo número, sin embargo esto lo convirtió en una marca de corazones, en una bastante fuerte, no obstante las coincidencias no dejaron de aparecer, pues gokú también descartó una carta y curiosamente fue un 10 también, algo completamente estúpido a ojos del tesorero.

—Bien, apuesto 6 fichas en total —dijo kaede decidido a no continuar perdiendo tiempo, sin embargo Gokú empujó 7 fichas, algo completamente inesperado.

—aumento en 15 fichas —exclamó el tesorero del consejo estudiantil y, contra todo pronóstico Gokú igualó la apuesta, dejando a todos desconcertados.

—¿eso es lo que quieres? —preguntó el chico de las gafas. —Está bien, subamos a 20 —exclamó y arrojó más de sus fichas, pero continuando con el mal chiste, gokú empujó todas las fichas que disponía, siendo 23 en total y entregando todo cuanto tenía y su obstinación pareció fastidiar a Manyuda.

—Está bien, que sean 30 fichas y que sea la mano fuerte —exclamó arrogantemente, era obvio que después de descartar una carta fuerte las posibilidades de tener una marca de gran valor eran bajas, seguramente apostaba por un cerdo de poco valor. 

—Bien, ¡revelen sus cartas! —ordenó la enmascarada y ambos rivales dejaron sus manos sobre la superficie, ciertamente Mery se preocupó cuando observó la grandiosa mano del tesorero, sin embargo no tenía oportunidad contra gokú, pues este tenía un 6 y 9 de diamantes.

—La mano de Son Gokú supera la marca de Kaede-san, por tanto es el ganador—anunció la enmascarada. —las fichas de Son Gokú son 53 a 55! —declaró, siendo esta la jugada más arriesgada y reñida que se había dado.

—Bastardo, me engañó desechando un 10, pero tenía un 9 para respaldar su maldita jugada! —con cólera en sus adentros maldecía la manera en que Gokú apostaba y las apuestas continuaron. —Séptima ronda!.

Esta vez la suerte llamó a Manyuda, pues fue un par de 3 los que llegaron a él, era una mano de entre las más fuertes y solo tenía que apostar por ella, sin embargo...

—Paso —dijo gokú y soltó un cerdo de 5 y 7, no arriesgándose como antes y dejando sin juego alguna la espectacular mano de Manyuda, si no fuese porque las cartas no estaban marcadas y porque le tenía al frente juraría que sabía qué Gokú sabía qué clase de mano tenía.

Octava ronda.

—Apostaré 6 fichas —dijo el tesorero, si a fin de cuentas la suerte de Gokú se basaba enteramente en la suerte que sus apuestas tenían, debería probar una vez más cómo actuaría la forma en que dos manos de Cerdos se encuentren y esta podría ser la oportunidad, pues llegó una mano relativamente regular, fue una marca de 5 y 3.

—Apostaré 5 fichas —dijo Gokú tomando la iniciativa una vez más.

Subo a 10 dijo Manyuda y lo que se esperó pasó.

—Subo a 11 —dijo Gokú rascando su cabeza, sin embargo Manyuda no elevó la apuesta, comprendió que gokú espera aprovecharse del Mayor capital y arriesgarse con apuestas que sean favorables y que de perder no tengan un valor significativo, aunque eso no explicaba la razón de antes al arriesgarse tanto por un cerdo como antes lo había hecho.

—Será la mano débil o la mano fuerte? —preguntó la enmascarada y el chico tardó un poco en decidirse, ahí fue cuando Manyuda comprendió que en efecto, Gokú se estaba dejando llevar por las probabilidades de las manos más comunes, en especial cuando hay descartes y puede suponer de mejor manera la mano del rival.

—iré por la mano más fuerte —dijo y arrojó una marca de corazones de 4 y 7 pasando por encima de lo que él creía que sucedería ¡Gokú había ganado otra vez! 

la siguiente mano con la que entró al juego fue un cerdo conformada por 5 y 4, y aunque descartó el 4 tuvo un 3 sin mejorar de mano, contrario suyo gokú descartó un 9, otra vez una carta con el mayor valor.

—Apostaré 5 fichas —dijo Manyuda y sumó 3 objetos a la cuota de inicio.

—Subo a 10 fichas en total — dijo gokú que sin titubear empujó esa cantidad, eran 100 millones que antes perdió y debería recuperarlos, después de todo si Manyuda apuesta por la carta más débil es seguro que ganará sin duda alguna.

—serán 20 millones —exclamó el Tesorero y empujó las fichas, después de todo creer que Gokú no elevaría la apuesta era correcto, sin embargo las cosas parecieron cambiar.

—apuesto 25 fichas. —Gokú habló repentinamente y llevó los objetos hacia el centro, todos se asombraron por la repentina elevación de la apuesta.

—Vaya, así que al fin decides mostrar algo de riesgo —dijo Manyuda. —No siempre la suerte te sonría y ya deberías saberlo — y empujó 40 fichas al centro, teniendo en cuenta que el dinero de Gokú es mucho más era normal pensar que se arriesgaría más que antes, sin embargo esto iba más allá de lo que esperaba.

—está bien, que sean 57 —declaró sin intimidarse arrojando al centro de la mesa todo cuanto tenía.

Desde la tribuna el rostro de Saotome e Itsuki expresaban incredulidad total, no por la apuesta en sí, si no porque desconocía a Gokú, le desconocía en su totalidad porque ahora mismo estaba apostando 570 millones y por su parte yumeko simplemente se dejaba llevar por la euforia total, de repente el dinero había subido exorbitantemente con apuestas que literalmente son arrastradas por cuanta suerte pueda tener el otro y por aquel sentimiento que dicta que Gokú puede ver la mano del oponente, esto era el gozo que ella quiere sentir por sí misma.

—Vaya, veo que me faltan fichas para subir la apuesta... —dijo Manyuda ajustando sus lentes. —Está bien, ¿qué te parece si lo subimos a 60? —dijo y mostró una sonrisa arrogante y la vicepresidente asintió y Gokú mostró preocupación absoluta.

—¡¿De qué está hablando?! —preguntó Gokú preocupado. —¡Pe-pero si él no tiene más fichas! —exclamó y apuntó con su mano a Manyuda.

—Le recuerdo que aquí no hay límites, el número de fichas dependía de cuánto dinero deseaba convertir en un inicio, si tiene más fondos puede seguir elevando la apuesta —exclamó y Manyuda mostró arrogantemente su mirada a través del cristal de sus lentes.

—No pensarías que con lograr tener más fichas podrías tener el derecho de decidir la apuesta? si es así déjame decirte que eres un completo idiota! —exclamó Manyuda y Pronto más fichas se le fueron apiladas, por su parte el Rostro de Gokú expresó total preocupación, eso, sumado a por cómo descartó la carta alta le aseguraba que era una marca o siendo más pesimistas un par, técnicamente si Manyuda apostaba por la mano débil ganaría sin duda alguna.

—vaya vaya, esto se ve interesante... —Dijo Yumeko desde sus espaldas. —creo que en el evento de Hoy he ganado 50 millones, qué te parece si también los sumamos en su totalidad? —exclamó y miró a la vicepresidente que asintió, entonces la apuesta se puso nuevamente a favor de Gokú, 63 fichas a 60.

—Tienen Grandes ambiciones —Repentinamente Dijo Manyuda a Gokú que le miró de forma poco amable. —Pero debes entender que no puedes competir contra aquellos que tienen la voluntad de llegar a la cima, te lo diré una vez más, únete a mí y derroquemos juntos a la presidente —exclamó y fueron 7 fichas más las que al centro se apilaron. —Eran 70 contra 63 fichas, Gokú estaba contra las cuerdas otra vez.

—¡¿Yu-yumeko-chan, qué es lo que haces?! —interrogó gokú con preocupación y la chica simplemente cerró los labios del chico posando la yema de sus dedos ahí.

—Son-kun, ¡¿no sientes la emoción? —preguntó la Jabami. —MI vida está en Riesgo... me estoy empezando a calentar —ella continuó hablando y Gokú sostuvo su cabeza ante la poca cordura que lograba mantener, no solo eso, ahora también el patrimonio de Yumeko también estaba en sus manos y podría perderlo si Manyuda acertaba en su jugada.

—Esto se ve mal...—dijo saotome. —Si Gokú ha llevado esta apuesta hasta sus límites significa que de verdad pensó que podría ganar —Continuó diciendo e Itsuki se exaltó por esa declaración.

—¡¿Estás diciendo que Son-kun puede perder por el simple hecho de que no pensó que se podía seguir aumentando la apuesta? —preguntó la castaña y Saotome asintió.

—Gokú tiene posibilidades de ganar, es impredecible porque muchas veces crees que es ingenuo y esto es una prueba de ello —Comentó Saotome. —Pero realmente cuando su apuesta es segura, nunca perderá —exclamó y la mirada de la chica se entrecerró con angustia, si era así explicaría por qué Yumeko también decidió entrar al juego.

—En un momento pensé que derrocar al consejo estudiantil es lo que debería —declaró Manyuda en el momento de angustia que invadió a Gokú. —Pero me doy cuenta que a pesar de que eres un inepto tienes talento, si puedes aprovecharlo podrías convertirte en un Rey también, el rey de esta academia —expresó Manyuda y esa declaración atrapó los oídos de Itsuki.

—¿Un Rey? —murmuró ante las palabras que del tesorero salían, recordaba esas palabras, eran las mismas que a ella se le dijo tiempo atrás. 

—Tienes el carácter y mira hasta donde has llegado, no es eso un indicio del verdadero camino que debes tomar? —exclamó y extendió su mano incitando a unirse a él. 

—No lo haré — respondió Gokú, sin borrar el sentimiento de molestia de su rostro, sorprendiendo a Itsuki en el proceso. —Estoy aquí para derrotar a la presidente del consejo estudiantil, solo utilizas a las personas, las vez como objetos y gozas de llamar a las personas como mascotas, los detesto y jamás me uniría a su grupito —declaró Gokú. —No permitiré la manera en que juegan con las vidas de Mery-chan y Yumeko-chan. —continuó hablando y golpeando la mano de Manyuda rechazó su oferta.

 ahí frente a todos el Son demostró que todo lo que arriesgaba tenía una ambición feroz, tanto que de alguna manera les demostró que este no era un paso más que su verdadero objetivo, Manyuda solo era un obstáculo.

—Bien, si no hay más apuestas... —comentó la vicepresidente, sin embargo alguien le interrumpió.

—Alto! —La voz de Itsuki resonó en todo el lugar y de la tribuna descendió y subió al escenario. 

—¿Itsuki-chan? —confuso Gokú preguntó y la chica le miró también con determinación.

—Qué diablos?, ¿qué haces aquí? —habló el tesorero mirando fijamente a Itsuki.

—¡Sume 10 fichas más a Son Gokú! —exclamó sin titubear dejando sorprendidos a todos. —Recuerdo perfectamente lo que me dijiste y ¿no es eso mismo lo que le has dicho a Gokú sempai ahora? —cuestionó con molestia. —Y es de esa misma manera en que él te vé, que yo te estoy mirando ahora ¡me molestas!. —exclamó.

—Vaya, no esperé que te uniste al equipo de las mascotas, me das lástima —él exclamó al ver el enojo plasmado en la cara de Itsuki.

—No lo veas de esa forma —respondió ella. —Tú mismo lo dijiste, somos iguales ¡y lo único que me importa es destruirte! —exclamó y apuntó con su dedo al Tesorero del consejo estudiantil y la determinación que mostró fue tal que incluso trajo fastidio a Manyuda.

—No sabes en lo que te estás metiendo —le dijo Manyuda.

—¡Claro que lo sé! y si puedo vengarme de tí, créeme que lo haré! —exclamó, pero esa declaración pareció incrementar la burla de Manyuda.

—Ay sumeragi, siento lástima por tí... —exclamó y luego ajustó sus lentes.—Que sean 10 fichas más para mí —exclamó.

—Sume 10 fichas más! —exclamó itsuki, no cediendo a la presión que esto le provocaba.

—Si así lo quieres, yo también subiré 10 —respondió el tesorero.

—¡Que sean 10 más! —Sumeragi respondió, dejando a todos anonadados por semejante lluvia de dinero que se continuaba apostando.

—¡E-esto es una locura! —algunos susurraban ante la apuesta que continuaba subiendo a niveles exorbitantes que ellos nunca podrían imaginar. —¡Esto ya no es un juego! —continuaban murmurando.

—Qué situación tan espectacular... —habló Yumeko detrás de todo contemplando con un sonrojo lo que frente a sus ojos ocurría. —El dinero que yo he aportado, no se compara a nada... —con sus piernas jugueteando no dejaba de contemplar a Gokú, de envidiarle y de cierta manera admirarle.

—Que sean 30 fichas más —Dijo Manyuda cuando la apuesta total llegó a más de 200 fichas, en total 2 billones de yenes que equivalían a más de ocho millones de dólares, eran 200 fichas contra 230 a favor de Manyuda, se pudo ver ahora la poca determinación de Itsuki cuando el límite se aproximaba, estaba dando todo por su objetivo pero entre más se acercaba irónicamente lo percibía más lejos y entonces buscó refugio en la despreocupada mirada de Gokú que le continuaba mirando.

—Lo siento, ya he llegado a mi límite... —ella le explicó y Gokú sonrió. 

—No te preocupes —dijo Gokú. —Yo ganaré —exclamó y esa ingenuidad era tan increíble que de alguna manera era tal y como lo había dicho saotome, aterradora.

—Son Gokú ¿planea seguir apostando? —preguntó la vicepresidente ante la pausa del equipo de Gokú.

—bueno... —dijo gokú y sostuvo su mejilla ante esa cuestión. —Parece que no hay mucho que hacer... —continuó suponiendo y pronto aquella figura se mostró a un costado suyo.

—Pero por supuesto que hay algo que hacer —exclamó Yumeko quien con una risita tomó la palabra en el lugar intrigando a todos.

—Aún hay una posibilidad, sabes... portar este collar de mascota me equivale a más de 300 millones de yenes —declaró la Jabami que con esa rojiza mirada observaba a gokú. —Puedes utilizarlo para aumentar tu presupuesto y continuar jugando... —con un tono juguetón y convincente susurró a su oído. —Tal vez tu vida tenga algún valor para esta institución y puedas conseguir mucho más de lo que esperas... —continuó sugiriendo.

—¡Es verdad, pueden darme otro préstamo a cambio del plan de vida! —exclamó gokú despreocupadamente y miró a la Vicepresidente que parecía ajena a todo.

—eso es ridículo —exclamó Manyuda. —el caso de Jabami es distinto, pues recibiste ese collar ante una deuda que no pudiste pagar, calcular y apostar el valor de una vida es absurdo —continuó diciendo Manyuda. —Me temo que esa apuesta no puedo aceptarla. —continuó afirmando.

—bueno, tienes razón en eso... —dijo yumeko e inclinó su cabeza. —pero quien pone los límites de las apuestas es el repartidor, me pregunto qué límite estará permitido... —continuó hablando y observó a la Vicepresidente. —después de todo; ¿este no es el sistema que ustedes han construido? ¿Que sea el más capacitado quien sobreviva? —continuó indagando. —¿Cuál será su respuesta? —con esa pregunta concluyó y un silencio profundo se presentó en la sala, solo causando que la incertidumbre por saber más de este desenlace se incrementase a niveles exorbitantes.

—Permitiré esa clase de apuestas —ante esa respuesta los ojos de Manyuda se abrieron de par en par.

Fin del capítulo 18.

Dejen sus votos no sean crueles v':

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