Capítulo 14 - Determinación.
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Se quedó paralizado en cuanto observó a la rubia, aún con sus manos sobre la pelinegra y por alguna razón se asustó de solo ver el rostro enojado de la rubia.
-me-mery chan!.- exclamó.
La chica se adentró muy enojada y tomándole de su hombro separó a la pelinegra del Son.
-¡¿qué demonios haces con él Jabami?!.- le reclamó y la chica solo sonrió burlonamente.
-pareces celosa saotome-san.- fue lo único que le dijo y comenzó a salir lentamente.
-Yumeko-chan...- susurró gokú un tanto decepcionado, pues en el fondo no quería que este momento terminase así como así, podría decirse que quería seguir estando cerca de esa mujer.
-nos vemos luego Son-kun, piensa muy bien en lo que te dije ya que mañana deberás responder a mi pregunta.- sin ver a atrás dijo eso último y luego salió del casi vacío salon, si se le podía ver era fácil notar la sonrisa y los ojos rojizos que adornaban ese rostro que algunas veces parecía ser sereno, ingenuo e inocente, pero la realidad era que tal vez en el fondo esa no era la verdadera yumeko, quién sabe.
en cuanto desapareció de la vista de Saotome el nuevo objetivo de esos enojados ojos fue gokú quien retrocedió preocupado.
-¡¿qué se supone que hacías con ella?!.- le reclamó inmediatamente y le tomó de su corbata y le jaló buscando una respuesta inmediata.
-pu-pues hablábamos un poco.- sin saber cómo contestar ofreció esa respuesta, claro que hablaron, pero a parte de eso tocaron sus bocas y él pudo tocarla un poco más, sin embargo su sexto sentido le dijo que de decirlo sería el último día que vería.
-¡hablar!, ¡¿de qué iban a hablar tan "pegaditos"?!.- le siguió diciendo, conociendo a gokú él no podría haber sido quien se aventuró a abrazar a la Jabami de esa forma, después de todo las manos de esta misma sostenían las de gokú en sus glúteos y eso era una clara prueba de ello, sin embargo estaba mal que se dejase manipular de esa forma.
-pu-pues de un juego.- dijo sudando, pero de inmediato recordó lo que hoy le pasó. -sabes, acabo de ganarle a Midari-chan en un juego y se supone que con esto ya no me molestará más.- informó y eso desconcertó a la rubia, recordando que encontró a esa chica encima de gokú de una manera bastante comprometedora y ni hablar de lo loca que parecía estar, además que la vio espiando este mismo salón momentos atrás.
-pe-pero eso no justifica lo apegado que estabas a yumeko!.- dijo de inmediato.
-pe-pero...- gokú murmuró rascando su mejilla un poco confuso. -por qué te enfadas Mery-chan?.- preguntó y de inmediato un rubor apareció en las mejillas de la chica.
-pues porque eres muy descuidado, y no debes ir apostando por ahí así como así ni llamando la atención de esa forma, ya debiste darte cuenta la clase de gente que son los del concejo estudiantil, todos están locos!.- le dijo y luego tomó la mano del chico y comenzaron a salir del aula.
-¿a dónde vamos?.- le preguntó el son bastante intrigado aún por las palabras de su amiga.
-nos vamos, ya tuve suficiente de tí el día de hoy y quiero ir a un lugar.- dijo apretando sus dientes y de esa manera fueron quien sabe donde, pero al final aunque molesta logró pasar algo de tiempo con ese chico.
-hola, ¿bulma?.- al final del día no evitó sentirse intrigado por la declaración de yumeko y sin saber a dónde recurrir terminó marcando al numero de su mejor amiga, tal vez encuentre una respuesta porque, ¿qué haría él para no verla casada con alguien más?, ¿qué podría hacer?.
-sí.- respondió causando alegría en el Son. -qué quieres, ¿hace tiempo que no me llamas no?.- le preguntó con una risita. -no me digas que tienes problemas otra vez?.- terminó por decir y gokú rió nerviosamente.
-a-algo así...- rascando su cabeza un poco confuso esperó no molestar a la mujer.
-mientras no se trate de dinero me tomaré la molestia de ayudarte.- ella aclaró.
-no, no es eso bulma, es solo que...- comenzó a decir y luego de eso le costó hablar. -hay una chica, ella ha sido obligada a casarse y yo quiero hacer algo al respecto.- fue lo que dijo y el silencio al otro lado se hizo presente, bastante extenso que le llegó a preocupar.
-ya hablamos sobre tu amabilidad, pero a este punto no sé qué pensar, ¿hay algo que no me has dicho?.- preguntó ella y gokú se dejó deslizar por la pared hasta que llegó al suelo. -para qué pensar en ayudar a alguien de esa manera, ¿hay una razón para ello?.- preguntó, gokú solo suspiró sin saber qué contestar.
-la causa...- balbuceó, obvio era porque no quería ver a yumeko con alguien más, pero en el fondo parecía sentirse inconforme.
-el concejo estudiantil la ha obligado a casarse y quería saber si hay una manera de anular el compromiso, tal vez pueda proponérselo y pueda encontrar una solución.- mencionó y bulma suspiró con pesadez.
-así que se trataba de eso, a este punto romper uno de esos compromisos es imposible, se podría retar a la academia para que se anule la causa que lo ha provocado si es que se trata de una deuda, para eso necesitarías retar al presidente que casi siempre es el que maneja eso, pero incluso aunque lo hagas y consigas vencerlo; al final el dinero no se repondrá y el compromiso solo cambiará de dueño.- explicó y gokú no pareció entender del todo, cuando bulma notó el silencio ya era seguro que gokú rascaba su cabeza del otro lado de la línea.
-la realidad es que esa academia es dirigida por las peores personas que pueden existir, no esperes nada bueno de ese lugar ni mucho menos de alguien, en términos simples aunque se pague o anule la deuda eso no es lo que importa al final, lo que no hagan con tu amiga lo harán con alguien más y así será, así que solo queda saldar la deuda o en el peor de los casos buscar anula el compromiso con una apuesta, pero para alguien que ha caído tan bajo esa no es una opción, pues el concejo estudiantil no aceptará y ni hablar del presidente.- explicó la chica peliazul y ahora si que pareció entender un poco mejor y de alguna manera dio con ese odio que tanto parecía tener atascado.
-ya entiendo...- murmuró el Son.
-espero me estés diciendo la verdad, ¿o acaso estás involucrado en un compromiso?.- preguntó ante el nerviosismo del chico.
-no, claro que no, es solo que parece complicado ayudar a yumeko-chan.- explicó. -bueno, ya hablaremos después.- luego de eso la línea se colgó, ahora más que nunca se sintió confuso por lo que debía hacer y no había mucho que pudiese calmar ese sentimiento, salvo recordar aquel dulce sabor y la textura de esa piel.
-yumeko...-chan.- musitó y podría decirse que no durmió en toda la noche, pues entre un pensamiento y otro las horas pasaron hasta que llegó el nuevo día, sin embargo cuando el amanecer llegó ya parecía tener una idea clara y descubrió por qué se sentía molesto en el fondo de todo y hoy por fín entregaría su respuesta a la pelinegra.
Caminaba por los pasillos tranquilamente, no estaba muy animado por las clases mañaneras, pero ya había faltado demasiadas veces y de seguro eso le causaría molestias después, a parte de que saotome le estaría buscando luego.
-ni sé qué cuadernos había que traer hoy.- murmuraba apenas recordando qué día de la semana era, no es que tuviese que estar obligado a aprender, pero debería estar ahí y eso era lo aburrido, pero para su buena fortuna hoy también podría librarse de esa tortura.
En tanto se dirigía a su salón se encontró con una figura bastante conocida y no bastó de casi nada para saber de quién se trataba, pues su linda figura, su máscara y su cabello blanco solo podría pertenecer a una persona.
-extraña-chan.- dijo y ella inclinó un poco su cabeza, ya se le hacía raro que alguien la nombrase así.
-buenos días gokú-san.-saludó y gokú asintió. -lamento interrumpir tan temprano pero me han encomendado buscarle ya que se le solicita en el concejo estudiantil.- explicó y el chico se señaló así mismo.
-¿a mi?.- preguntó y la chica asintió. -está bien.- y tomando rumbo hacia el sitio caminaron juntos y todo aquel que les miraba se paraba a detallar a la inusual pareja, pues no es que se vea mucho a la vicepresidente estar acompañada de un chico que no sea compañero del concejo estudiantil y eso que solo había uno, aunque al percatarse de gokú no dijeron mucho ni alegaron, después de todo él había derrotado a 2 integrantes del concejo según los rumores.
Cuando llegaron al lugar notó que no parecía haber nadie más a excepción de la presidenta y en cuanto entró ella ni siquiera le miró, solo se limitó a seguir tomando algo de té.
-buenos días son gokú-san.- saludó la peliblanca y él lo hizo también, algo nervioso porque no sabía qué podrían necesitar. -por favor tome asiento...- dijo incitando al joven a sentarse en el mueble que estaba frente a ella.
-bien, primero que nada quiero felicitarte por su gran apuesta en el intercambio de deudas y por haber ganado el día de ayer, porque la verdad no tenía algún motivo para aceptar.- comentó antes de dar un pequeño y silencioso sorbo a la bebida.
-gracias presidenta-chan.- dijo el joven, pero de inmediato fue interrumpido y corregido.
-kirari, mi nombre es Kirari Momoabami.- aclaró y gokú rascó su cabeza.
-gracias kirari-chan.-. dijo. forma de dirigirse no tan respetuosa y fue notada por la secretaria que cerca escuchó todo.
-con todo respeto!.- irrumpiendo en la conversación comenzó a hablar. -esa no es manera de dirigirse a la presidente del consejo estudiantil!.- exclamó, pero se calló cuando la intimidante mirada de la albina le señaló con su celeste retina.
-no hay problema, no me molesta para nada si quieres llamarme así gokú-san.- ella aclaró otra vez haciendo retroceder a la azabache.
-como sea, creo que será mejor ir al asunto.- ya con algo más de seriedad dejó en la superficie de madera su taza de té y señaló directamente al pelinegro. -gokú-san, quiero pedirte que seas parte del consejo estudiantil.- confesó al fin y tanto la vicepresidente como la secretaria no evitaron asombrarse por esa declaración.
Gokú tampoco fue la excepción, pues también mostró sorpresa por esas palabras. -¿ser parte del consejo estudiantil?.- preguntó y la chica asintió.
tomó uno de sus mechones y comenzó a jugar con él en lo que razonaba un poco mejor.
-te refieres a ser parte de uno de ustedes no?.- preguntó para salir de dudas y la chica volvió a asentir.
-la verdad una ex integrante acaba de renunciar hace poco y estábamos buscando a personas que pudieran ocupar su lugar, con tu desempeño tú eres una buena opción- explicó la mujer de azules labios y para gokú todo pareció quedar claro.
-no.- dijo de repente y esa respuesta también dejó asombradas al par restante del lugar.
-vaya, qué inesperado...- comentó la mujer de las coletas en forma de anillos, y soltó una risita. -¿puedo saber por qué?.- a este punto sí que estaba intrigada, pues cualquier estudiante de la academia desearía estar en los zapatos de este chico y tener la oportunidad que se le daba.
-no quiero ser parte de ustedes.- dijo el joven algo disgustado. -ustedes juegan con el futuro de las personas y parecen gozar con eso.- comentó sin separar ni un momento la mirada de Kirari que comenzó a observarle de manera burlona. -no me dí cuenta al principio, pero el intercambio de deudas, las apuestas contra el concejo, los intercambios de compromiso y el plan de vida solo se prestan para que ustedes se diviertan con el sufrimiento de los demás, no quiero ser parte de eso.- dijo y se puso de pie acercándose a la puerta dejando atrás ese lugar y todo lo que le relaciona.
-es una lástima gokú-san, supongo que nos hemos ganado su odio.- dijo y entre lazó sus dedos a medida que le observaba salir. -me pregunto si hará algo al respecto...- si era así, la verdad es que había ganado más de lo que perdió.
De todas formas terminó faltando a las primeras clases y se dirigió a la cafetería, todo este asunto le había dado hambre así que sin mucho que hacer fue a ese lugar.
-qué bien, hoy es miércoles y hay pan de chocolate!.- pensaba el saiyajin observando el menú colgado en la pared. -es una lástima que mery-chan no esté aquí ahora ya que se acabarán.- dijo y compró lo que se suponía era lo moderado y también para su amiga.
Pero en tanto tomó asiento y se dispuso a comer, una chica desconocida se acercó a su mesa.
-¡hola!.- le saludó y le interrumpió su desayuno, era una chica de cabello castaño claro y corto con una cinta por encima de su flequillo y le señaló con unos ojos azules bastante oscuros, no la había visto nunca.
-hola, ¿sucede algo?.- preguntó gokú sin importarle mucho sus modales y comenzó a comer y correspondiendo el saludo con la boca llena de pan.
-e-esto...- dijo con una gota de sudor. -eres son gokú de segundo año no es así?.- preguntó y el chico asintió.
-mi nombre es sumeragi itsuki, me he enterado lo bueno que eres apostando y me pareces alguien interesante.- dijo después, gokú inclinó un poco su cabeza ya que ahora sí creyó las palabras de Mery al decir que llamaría mucha atención.
-si quieres apostar no tengo ganas ni dinero.- dijo decidido a dejar las cosas claras y a concentrarse mejor en el sabor de su pastel, pero la chica contrario a irse solo se terminó sentando frente al saiyajin.
-no te preocupes, no quiero apostar.- habló con una sonrisa gentil. -es solo que te admiro mucho y me preguntaba si podría ser tu amiga son-kun.- explicó dejando un poco confuso al saiyajin, era la primera persona normal a parte de Zuzui que se le acercaba para hablar de algo que no fuesen apuestas.
-está bien.- dijo repentinamente mientras seguía comiendo y eso asombró a la joven castaña.
-¡¿lo dices en serio?!.- no creyendo que sería así de fácil decidió salir de dudas.
-así es, mientras no quieras apostar supongo que está bien.- dijo y extendió uno de los panes que había comprado. -¿quieres?.- sin esperarse a que ella respondiera solo lo acercó y siguió comiendo, no le importaba después de todo tenía un par más para para saotome.
-gra-gracias...- dijo un tanto extraña por la situación. "en verdad este tipo es el que derrotó a dos miembros del consejo estudiantil?, es muy raro..."- pensó, tal vez esperó encontrarse con alguien totalmente distinto al escuchar comentarios sobre la actitud del joven, se lo imaginaba un tanto más imponente y serio.
-no te agradan lo miércoles y los viernes?, los panes de estos días son los más ricos.- comentó y de alguna forma parecía tener razón.
-así es, por eso son difíciles de conseguir y hay que estar antes que el resto para poder comprar uno.- riendo decidió seguir la conversación, al menos la primera parte de su plan había comenzado.
-hola yumeko-chan!.- saludó encontrándose con la chica en el pasillo, había dejado la cafetería atrás cuando no notó la presencia de su amiga saotome asomarse.
-hola son-kun, creí que no habías venido hoy a clases.- algo asombrada comentó y gokú rió un poco.
-digamos que he tenido algunos contratiempos y no pude ir a las clases de primera hora.- explicó y la chica soltó una risita.
-ya veo... es normal no verte en algunas clases.- habló y se acercó al chico. -supongo que esos "contratiempos" son los responsables no?.- preguntó con esa extraña actitud.
-bueno, en realidad siempre salgo de clases para no aburrirme.- explicó. -además quería preguntarte si no has visto a mery-chan, la estuve esperando en la cafetería pero no llegó.- añadió después.
-bueno, saotome-san no asistió tampoco a clases, suponía que estaba contigo, si no es así entonces no debió venir a clases.- con un dedo en su mejilla pensó y ofreció esa respuesta.
-ya veo...- dijo pensando qué hacer con los otros dos panes que había comprado.-oye yumeko-chan, quieres almorzar conmigo?, he conseguido los panes del miércoles!.- decidido a no desperdiciar se le ocurrió esa idea y la chica se asombró por esa repentina situación, ya era normal ver a esos dos almorzar juntos que incluso ella pensó que eran pareja en su tiempo, y aunque se había acercado de forma bastante íntima a ese joven no pensó que podrían seguir compartiendo más tiempo juntos, al menos no de esta manera
-claro, si no te molesta.- juntó sus manos y sonrió emocionada, de alguna u otra forma a gokú también le alegró que podría estar junto a la pelinegra.
Fueron a la parte trasera de la academia, lo normal sería regresar a la cafetería pero seguramente esta estaría llena, pues el tiempo del descanso había transcurrido lo suficiente para que eso se diese.
-vaya, en realidad estos panes son muy ricos.- comentó la pelinegra. -había escuchado a Zuzui decir algo al respecto sobre los panes de vainilla y chocolate, pero no lo tomé tan enserio.- dijo después bastante contenta.
-así es, por lo general se acaban cuando los de primer año los compran ya que ellos están más cerca de la tienda, pero hay veces en que puedo comprar para mí y para mery-chan.- comentó con su carismática actitud y ella le miró detenidamente unos momentos.
-tú y saotome son bastante cercanos no?.- indagó y el joven mostró confusión, pero no nerviosismo.
-pues claro, ella es mi amiga, así como yumeko-chan.- habló sin mostrar que mentía, ahí estaba la cuestión de que si era bueno actuando o en realidad era así.
-vaya, Son-kun me considera su amiga!.- aplaudió emocionada de forma tierna. -pero no soy tan cercana para Son-kun.- dijo después y solo despertó más confusión en el joven.
-¿por qué no somos cercanos?.- esta vez fue él que cuestionó las palabras de yumeko.
-bueno... son-kun ayuda de manera bastante arriesgada a Saotome-san, no solo una si no que dos veces...- recordando dio esa declaración. -no creo que eso pase conmigo...- dijo y gokú rascó su cabeza y esta vez sí que rió nerviosamente.
-de hecho... quería hablar con yumeko-chan sobre eso...- sorpresivamente dijo y observó diréctamente al frente y aunque ella se lo vio venir, igual le sorprendió.
-saber que yumeko-chan va a casarse me molestó y supe que no quería eso.- confesó, una declaración que pudo escucharse sincera, tanto que comenzó a cautivarla. -pero eso no fue lo único que me molestó, pues entendí que de no haber ayudado a mery-chan ella habría pasado por lo mismo, sin embargo hay muchas personas que están sufriendo y las personas que controlan sus vidas y su futuro solo se divierten sin importarles cómo el resto se siente.- explicó y luego observó a su acompañante lleno de determinación.
-es por eso que desafiaré al concejo estudiantil y romperé el compromiso de Yumeko-chan, no pienso permitir que se salgan con la suya.- siguió y esas palabras y esa seguridad en los oscuros ojos del chico era lo que quería ver ¿este era el verdadero chico?, ¿este es el que se oculta bajo esa faceta?, no, todos son gokú y al fin lo comprendió completamente y lo que le emocionaba es que podría verlo jugar desde el inicio sin dudas, sin amabilidad por sus oponentes y eso comenzó a excitarle.
-les daré su merecido y les enseñaré que no deben burlarse del resto, no me importa si utilizan trampas u otra cosa, yo los derrotaré.- apretó sus puños y con eso demostró a yumeko que en realidad él era todo lo opuesto de ella, alguien que no disfruta del juego, alguien a quien la locura no le consume y quién cuyas palabras no solo sonaban como cuentos porque con solo escucharle se notaba esa seguridad, misma que se desprende de él y se sabe que ganará pase lo que pase, ella lo sabe porque lo ha visto más de una vez y por lo mismo se dio cuenta de lo interesante que este chico es, pues distinto a ella, el gozo no lo consume y eso es lo que le molestaba, pero a la vez con solo imaginarse el la situación en que tenga que enfrentarlo le quemaba su interior, podría decirse que deseaba apostar con él ahora mismo,pero había algo más a lo que le sacaría provecho.
-¿lo sientes no es así?.- le dijo tomando la mano del joven y la acercó a su entrepierna, notando lo húmeda que esa parte se encontraba.
-esto es lo que me causas Son Gokú...- haciendo sonrojar al chico dio esa declaración, sintiendo la suavidad y calidez de la mujer. -vuélvete el más fuerte, sé el más fuerte de todos por favor y cuando eso pase... ¡apuesta conmigo!- le suplicó, y claro que lo haría, mientras pueda embriagarse de ella de esa forma lo haría cuantas veces haga falta.
fin del capítulo 14.
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