personajes utilizados en esta historia no me pertenecen, créditos a sus respectivos creadores.

la academia privada hyakko, era algo nuevo para él, no entendía por qué habría de hacer algo como esto cuando puede estar entrenando, no entendía ni siquiera por qué habría de estar en este mundo cuando en realidad no debe perder tiempo, en un futuro él y aquel sucesor de la familia del mal deberían enfrentarse.

--no quiero venir a aquí.-- su vista se extendía hasta lo más lejano, donde el complejo de la institución se alzaba, ya vestía su uniforme y debería entrar para comenzar una vida escolar.

--pero bulma me ordenó venir, bueno de no ser por ella no hubiera llegado tan lejos.-- su dedo pulgar e índice sostenían su barbilla, pensando en que podría regresar y entrenar, pero de seguro alguien le reconocería y todo se tornó peor.

obvio se parecía a bulma, incluso compartían el mismo nombre, pero desde que la encontró entendió que no era la misma mujer que había conocido en este mundo, solía beber y fumar, era más grosera y podía incluso dar más miedo que la que le había encontrado en el monte paoz, pero era inteligente, es por ello mismo que casi fue un golpe de suerte haberse topado de casualidad con ella, pues desde ese entonces todo mejoró para él.

--bueno, supongo que si esto es parte de mi entrenamiento, estará bien.-- con eso en mente, decidió entrar, aún sin saber que hay destinos peores que pueden ser librados con tan solo una  carta.

----permítanme presentarles a su nuevo compañero...-- anunció la profesora, la figura del Son se mostró y a un paso lento ingresó al aula escolar. --mu-mucho gusto, mi nombre es son-gokú.-- con una sonrisa se presentó a la par que rascaba su nuca, todos le miraron extrañados, pues aquel cabello era completamente inusual, algunas de las chicas no evitaron verle guapo, algunos como una nueva presa y otros cuestionando que o quién era, pues hasta ese entonces nadie le había reconocido. --espero que podamos llevarnos bien, estoy a su cuidado.-- sin perder la educación que tenía, se inclinó ante el resto del aula, que callados solo permitieron que todo transcurriera normal.

--bien, el representante de la clase no ha venido el día de hoy, así que, mary-san, dale un recorrido a Son gokú por la academia.-- ordenó la maestra, y la chica rubia asintió, tal vez, sin pedirlo, el destino le habría puesto a su presa directamente en sus colmillos.

--vaya, esto es enorme!.-- el Son hablaba asombrado, pues la academia era mucho más grande de lo que se había imaginado. --así es gokú-san.-- respondió. --y aún nos falta visitar el comedor y la cafetería.--

la chica era rubia, cabello que se separaba en dos coletas, sus ojos eran castaños, rasgos que podrían ponerla como la más hermosa de la clase, pero ese solo era uno de los tantos títulos que se había ganado.

--vaya, hay un restaurante?!.-- muy animado tomó a la chica de los hombros y la sacudió emocionado por la noticia. --eh?, sí, claro, podría decirse que si...-- trató de mostrarse algo tímida, pero estaba confusa por tal reacción que parecía ser de un infante. --donde está?!.-- con una sonrisa cuestionó, de por si no le agradaba mucho el lugar, pero si había algo que le agradaba, era seguro que debería ir a verlo. --e-está por allá.-- respondió y con su dedo señaló a la izquierda del pasillo, y casi al instante, la mano del azabache tomó la suya y ambos corrieron por esa dirección.

--vaya, este bocadillo es delicioso.-- comentó el chico, comía con rapidez que debido a ello, su boca se ensuciaba con algunas migajas de pan. --vamos, pide lo que quieras...-- exclamó, pero recordó que no sabía el nombre de la chica rubia.

--mary saotome, aunque puedes decirme mary.-- añadió la rubia, que con algo de asco observaba los modales del azabache, y no evitó verle ridículo por lo que había ofrecido, pues ella fácilmente podía pagar lo que quisiera en aquella cafetería.

no se dio cuenta, pero incluso en ese sitio, habían muchos juegos, como si se tratase de un casino, bulma le había advertido que esa academia era extraña, tanto que los estudios casi no importaban, por ello mismo aceptó.

--dime, de qué institución vienes?.-- interrogó, pero aquella pregunta fue tan confusa que incluso detuvo el almuerzo del Son. --de qué hablas mary-chan?.-- cuestionó con la boca llena, a la vez que observaba a la rubia. --donde estudiabas antes...-- corrigió la pregunta ante la falta de atención del nuevo estudiante.

--bueno, estudié un poco con el maestro roshi, pero nada de eso se parecía a este lugar.-- vagamente explicó recordando aquellos tiempos, pero era obvio que no se refería a una academia o instituto. --oye, estás diciendo que esta es la primera vez que asistes a una academia?!.-- interrogó saliendo un poco de sus cabales, pues no podía creer eso. --así es mary-chan.-- respondió con una sonrisa.

--y como fue que te admitieron sin tener historial educativo?.-- algo curiosa interrogó, pues ella se había esforzado bastante para llegar hasta este punto, especialmente porque a diferencia de los tantos estudiantes de la academia, su familia no era rica.

--bueno, bulma dijo que se haría cargo de todo, y contactó a los que dirigen este sitio.-- explicó, nuevamente sus dedos tocaban su barbilla, la verdad el cómo terminó en este sitio era desconocido incluso para él, pero saotome ya se dio una idea, pues debía ser seguro que esa tal "bulma" donó una buena cantidad de dinero a la academia, con ello una sonrisa emergió de su rostro, pues era seguro que la familia de gokú era bastante rica y podría sacar provecho de ello.

--ya entiendo...-- susurró junto con una pequeña risita. --oye gokú-kun, sabes apostar no es así?.-- interrogó saotome, pero tal fue su sorpresa al ver el rostro de gokú bastante confuso.

--apostar, eso es lo que se hace en los casinos?.-- gokú cuestionó, nunca lo había hecho, pero almenos sabía que eso era lo que hacía bulma.

--eh?, por supuesto.-- respondió. --bueno, he acompañado a bulma a esos casinos, pero nunca he jugado.-- contestó mirando fijamente a saotome, quien levantó una ceja ante tal confesión, si era así qué demonios hacía en una escuela como esta.

--me estás diciendo que no sabes jugar poker, o algún juego de azar?!.-- algo alterada le susurró al oído evitando llamar la atención, con ello gokú negó mientras rascaba su cuello.

--este chico, de donde mierda ha salido?.-- se cuestionó para sí misma. --enserio no has jugado ningún juego que dependa enteramente de la suerte?!.-- volvió a interrogarlo, pero ahora que cambiaba el término "azar" por "suerte" pareció dar otra perspectiva al son, pues esta vez se notó más pensativo.

--si lo dices de esa manera, he jugado piedra papel o tijera.-- respondió recordando como solía jugarlo con su abuelito e incluso con su mejor amigo krillin.

obviamente esa respuesta llegó como anillo al dedo a mary, pues ese era un tipo de juego en el que no podía perder nunca.

--si sabes que en esta academia, las apuestas lo valen todo ¿verdad?.-- añadió, esta vez ya no era una sonrisa fingida, era una que deseaba ver ese rostro tranquilo ser tratado como una mascota.

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--como pudiste haber perdido 10 millones de yenes?!.-- la voz al otro lado del teléfono le gritó con fuerza, gokú solo pudo sentir un temor mayor que el tener a bulma cerca. --lo lamento bulma, pero mary-chan es muy buena.-- trató de excusarse, no sabía mucho de cifras, pero incluso él entendía que eso tenía bastante valor.

un suspiro se pudo escuchar a través de la linea. --no te preocupes, ya sabía que todo terminaría así, es solo que no pensé que terminarías perdiendo todo el dinero que puse en tu cuenta.-- exclamó la peliazul al otro lado de la linea. --bien, esto es lo que harás.-- siguió hablando, ante ello gokú puso mucha atención, porque confiaba mucho en bulma. --te depositaré 10 millones de yenes más, si para mañana no logras al menos recuperar lo que perdiste, no habrá más dinero para tu comida por dos meses, te verás obligado a comer un tazón de ramen barato en el desayuno almuerzo y cena.-- amenazó bulma, ante ello el saiyajin no evitó soltar un fuerte grito de inconformidad.

--bu-bulma, no hablarás en serio verdad?!.-- habló sin importarle bajar la voz, todos los estudiantes que transcurrían por el lugar le miraron con una gota de sudor. --no, ya sabes que yo no me ando con jueguitos.-- declaró tranquilamente desde el otro lado de la linea. --pe-pero bulma...-- sujetó el teléfono frente a sus ojos, se había acostumbrado a la deliciosa comida diaria que no se imaginaba almorzando un ramen de un envase plástico

. --mira gokú, eres un excelente luchador y una buena persona, pero eso no te servirá siempre, utiliza el cerebro, tus habilidades no solo están limitadas para la lucha, este será un buen entrenamiento para ti, explota tus capacidades y encuentra una salida, sé que podrás hacerlo.-- con esa última declaración, la linea se cortó.

--no puede ser, nunca lograré ganarle a mary chan!.-- exclamó fuertemente a su vez que se rascaba su cabeza, todos los presentes nuevamente observaron con confusión esa escena generada por el chico de pelos alborotados.

la noche había caído, se encontró frente a una mesita meditando.

se le dificultó bastante, pero al final entendió cómo funcionaba el juego de piedra papel o tijera que mary le enseñó y que le hizo perder frente a toda la clase, si bien perdió 10 millones, al final solo debería pagar esa cifra y dar un donativo extra para no terminar como "mascota", pero bulma no jugaba con él, esta bulma era muy diferente a la que conocía.

--bueno, por alguna razón casi siempre carecía de la carta con la que pude haber vencido a mary-chan.-- pensó, tratando de recordar todo el proceso del juego.

--no pude ganar una apuesta enorme-- siguió susurrando, fue entonces que algo se cruzó por su mente.

como pudo tomó el teléfono y llamó a bulma desesperadamente.

--que te sucede, son las 3 de la mañana!.-- bramó furiosa la mujer, tanto que gokú tuvo que soltar el teléfono y cubrirse sus oídos.

--lo-lo siento bulma, pero tengo una pregunta...-- muy nervioso comentó, ante ello la peliazul suspiró como ya era costumbre. --que sea rápido.-- terminó.

--bu-bueno, es posible que mery-chan haya hecho trampa?.-- interrogó, con ello el silencio inundó la línea, la habitación y la boca de la mujer.

--mira idiota, acaso estoy a tus espaldas para darte una estúpida respuesta como esa?!.-- gritó y nuevamente gokú soltó el teléfono. --averigualo tú cabeza hueca, aunque debes saber que en esos juegos rara vez habrá honestidad!.-- aquel aparato navegaba por los aires con cada grito de la peliazul. --e-entiendo!.-- gritó a la vez que trató de controlar a su amiga y manager. 

--recuerdas que te hablé que incluso los luchadores hacen trampa?!.-- interrogó. --si, mencionaste algo sobre drogas y esteroides.-- respondió el saiyajin. --lo mismo pasa en esa academia, no importa el método, todos querrán ganar siempre, y tu no debes ser la excepción, debes derrotar a tus oponentes, vence cualquier obstáculo.-- ordenó la mujer.

--lo entiendo bulma, venceré a mary-chan, no importa si hace trampa.-- comentó. --esa es la actitud!.-- por fin bulma parecía calmarse.

--tal vez necesite más de 10 millones, podrías darme más?!.-- interrogó gokú, parecía haber pensado en algo. --bueno, es tu dinero, aunque si lo pierdes el castigo aumentará mucho más.-- comentó, con ello otro fuerte grito estremeció el lugar.

--vaya, mis piernas están tensas.-- mary habló, con ello, un reciente miembro "mascota" tuvo que inclinarse para soportar el peso de las piernas de saotome, porque aquel cargo era el más humillante para aquellos que no podían donar dinero.

--mary-chan!.-- las puertas se azotaron con fuerza, la figura del estudiante nuevo que en su primer día perdió 10 millones se hizo presente. --eh?, gokú?.-- arqueó una ceja ante la repentina aparición del son y se asombró por no ver aquel collar que las mascotas suelen llevar, eso significaba que el chico tenía más dinero.

--mary-chan, podemos apostar nuevamente!.-- sin vergüenza alguna tomó las manos de la rubia, estaba suplicante, pero antes que verse miserable, todos le vieron comicamente. --de que hablas, no te bastó con perder 10 millones ayer?!.-- con algo de confusión y un rubor en sus mejillas apartó el contacto.

--necesito recuperar ese dinero, por favor, juega conmigo una vez más!.-- esta vez se le tomó de los hombros y le sacudió una y otra vez, tanto que los ojos de saotome terminaron en espirales que giraban y giraban sin parar.

--e-está bien, pero deja de hacer eso!.-- cómo pudo apartó al Son de ella, estaría más que dispuesta a arrebatarle más dinero si es era lo que el destino quería.

con un fuerte agarre tomó a la reciente mascota y la atrajo hasta ella. --suzui, vé por las fichas.-- ordenó, y aunque el chico estuviese preocupado por el estudiante nuevo, no tenía otra más que acatar las órdenes.

el juego era simple, 30 estudiantes de la clase dibujaban en una targeta las herramientas que se utilizan para tan famoso juego; piedra, papel y tijeras, las cuales serían depositadas en una caja, donde después por cada jugada, deberían extraer 3 cartas, y no importando la variación que tengan, con ellas deberían jugar.

le tomó 2 horas entender el juego el día de ayer, pero ahora lo tenía bastante claro, (o eso creía) tenía en su poder un total de 120 fichas, no sabía calcular muy bien, pero toda la noche pasó calculando el monto ideal para poder ganar.

--bien, cuánto quieres apostar gokú-kun?.-- con un tono burlón habló, al son que parecía meditar las cosas, por ello mismo le causaba gracia, porque parecía tener la esperanza de ganar cuando no era así.

de por sí el chico era extraño, se había sentado en posición de loto en aquella silla, sus brazos cruzados parecían mostrar su frustración, pero de repente abrió los ojos, parecía decidido, aunque rascó su cabeza sin saber que hacer como el día de ayer.

--ayer empezó con 10 fichas, hasta que finalmente terminó perdiendo 10 millones, será claro que empezará con menos.-- saotome pensó, al observar dirigir sus manos hacía las fichas.

--apostaré 100 fichas.-- gokú habló ante la sorpresa de todos que dieron un fuerte grito.

-- de qué está hablando está apostando un millón!.-- suzui pensó alternamente al ver al chico nuevo apostar tal cantidad, pero los ojos de saotome brillaban de la emoción.

--está bien, entró!.-- habló y empujó al frente sus fichas.

--bien, tomemos las tarjetas.-- anunció y ambos extrajeron los objetos de las cajas.

-- estás listo?.-- cuestionó la rubia y gokú asintió, su lengua sobresalía de su boca lo que indicaba que aún tenía dificultad para llevar el juego.

--piedra, papel o tijera!.-- gritaron ambos, pero el resultado fue desastroso, pues gokú mostró piedra, y saotome papel. --no puede ser!.-- gokú habló bastante derrotado por el resultado.

--una lástima gokú-kun, puede ser a la siguiente.-- con una risita habló la rubia, aparentemente preocupada, pero no era así en realidad, porque en el fondo quería ver más de esa expresión.

--está bien, intentemos otra vez.-- gokú pidió, y la rubia asintió gustosa.

--bien gokú, cuanto quieres apostar esta vez?.-- interrogó. --20 fichas.-- contestó, muchos esperaron que la apuesta bajaría obviamente después de eso.

--vaya gokú-kun, perdiste.-- se escuchó a la décima vez, en donde el total de pérdida ya era casi de 3 millones, donde solo un par de veces gokú había podido ganar.

--no puede ser, estoy perdiendo otra vez!.-- gokú habló rascando su cabeza. --bulma me va a matar!.-- pensó en voz alta mientras rascaba su cabeza.

--gokú-kun, pero si has ganado muchas veces, aunque tus apuestas son muy bajas como para recuperar lo que has perdido hoy, y ni hablar de el día de ayer, no crees que deberías arriesgarte y apostar más?.-- burlonamente cuestionó, pero el son siguió rascando su cabeza, ya había averiguado que por alguna razón, 11 personas siempre dibujaban una clase de carta, las otras 10 hacían lo mismo, mientras que las 9 restantes lo hacían al azar, todo eso pasaba en cada turno, podía saberlo por los movimientos que generaban, los leía con el ki y con ello mismo guardaba las identidades de todos y cada uno, le tomó tiempo, pero reconocía perfectamente al grupo de 21 personas que hacían lo mismo una y otra vez, variaban cada turno, pero el extraño movimiento se daba en las apuestas más altas por alguna razón  y siempre había una carta que solo se limitaba a un par o incluso 3 de su tipo, y casualmente era la que podía darle la victoria en cada apuesta.

había averiguado que saotome hacía trampa, pero no podía hacer nada al respecto, pues la probabilidad de que saliera la carta para contrarrestar a mary-chan era muy baja, además la apuesta se hacía antes de sacar las cartas, lo cual le dejaba en la misma posición.

--lo sé, pero no puedo arriesgarme a apostar tanto.-- declaró mientras se cruzó de brazos y pensó. --si tan solo pudiera apostar después de ver las cartas, podría tener una posibilidad contra mary-chan.-- pensaba, pero ya debía saber que eso no pasaría, la clase  era quien había inventado el juego y no lo permitiría, solo podría ganar de una manera y esa sería haciendo trampa.

--no puedo hacerlo, eso está mal!.-- pensó en sus adentros, pero si no lo hacía, nunca podría vencer y nunca recuperar el dinero, además bulma se lo dijo, sus habilidades no solo se limitan a las peleas, por no decir que aquello era injusto, ya le habían quitado mucho dinero el día de ayer y no podría permitir que lo vuelvan a hacer a más personas.

--bien cuánto quieres apostar esta vez gokú-kun?.-- preguntó la rubia al pensante azabache, no obstante, sus ojos se abrieron con determinación señalando a ella fijamente, pero de inmediato comenzó a contar con sus dedos como si se tratase de un niño pequeño, prestando más atención a unos números.

24, 25, 26 y 27 terminó de contar y todos mostraron confusión.

apostaras 27 fichas?-- interrogó mary, pero gokú solo ladeó su cabeza aún más confundido.

--no mery-chan.-- con una sonrisa respondió. --apostaré 27 millones.-- terminó, ante ello, toda la sala terminó en completo silencio.

fin del capítulo 1.

bueno, aquí el primer capítulo de esta historia.

espero que les haya gustado y no olviden votar si es así.

este es un nuevo fic en donde el kokun de alguna forma terminó en kakegurui xd.

espero que estén bien, comenten que les ha parecido y nos vemos en el próximo capítulo.

grácias por leer.