Capítulo 1

El pequeño rubio corría con velocidad evitando al grupo de aldeanos que lo perseguían, sólo había tomado una manzana, la maldita mocosa ciega que lo seguía fue la culpable de que lo descubrieran -tch idiota -tiraba cajas y cosas para entorpecer el camino de la gente, sonreía con burla mientras lo hacía, pero si era capturado no sería muy gracioso, así que aceleró el paso buscando donde ocultarse, ya se estaba agotando, un chico que salió de la nada lo lanzó al suelo, podía recordarlo, fue uno de los bravucones del otro día que molestaban a la ciega por la que lo atraparon -maldita sea -trató de levantarse, pero el chico comenzó a patearlo, llegaban más golpes -me ven… garé hijos de… perra -el pequeño se cubría el rostro y la cabeza, sintió una fuerte patada que le sacó el aire, se dobló con dolor tratando de recuperar el aliento -¿qué sucede aquí? -escuchó una voz grave, pero aún infantil, la gente de inmediato se hizo a una lado al ver el anbu que llegó a sus espaldas -quedan arrestados -la gente comenzó a gritar y a negar -el mocoso nos robó, el delincuente es él -el chico apretó el ceño -no es justificante para tomar justicia por su propia mano, existe la policía Uchiha, shinobis capacitados y anbu, pudieron acudir a cualquiera, ¿qué fué lo que robó? -todos comenzaron a guardar silencio, una anciana gritó -robó mi fruta -el pequeño con el aire de vuelta, se levantó con dolor, cojeando -yo… te di… dinero y… no lo aceptaste -el pequeño tiró la moneda, le lanzó su manzana al suelo a la anciana -trágatela sucia anciana-

El pequeño se dio la vuelta cojeando, comenzó a alejarse, el anbu apretó el ceño con molestia -¿no hará nada?, atrápalo -el azabache negó -le regresó la manzana y el dinero señora, sus ajustes de cuentas acabarán con ustedes presos, será mejor que no vuelvan a hacerlo o Hokage-sama tendrá que poner un alto -el anbu se dio la vuelta buscando al pequeño, desapareció frente a la gente inconforme, apareció detrás del pequeño -malditos imbéciles -el azabache lo observaba con cuidado -lenguaje -el rubio giró su mirada observando al anbu a sus espaldas -¿qué es lo que quieres?, no tengo dinero -el azabache apretó el ceño tras la máscara -de hecho, sólo quería ver si estabas bien, te llevaré al hospital -el rubio se burló con sarcasmo -¿estás de broma? ¿quieres que me maten? -comadreja giró el rostro sin entender -no bromeó, habló enserio -el pequeño negó con burla -al parecer no sabes cómo funciona la aldea para mí, los aldeanos me odian, en el hospital no me dejarán entrar, pierdes el tiempo, mejor vete y déjame -

El azabache abrió sus ojos con sorpresa sin entender de qué hablaba, apretó el ceño, lo cargó entre sus brazos, comenzó a brincar entre los edificios, el pequeño se aferró con fuerza a su chaleco al ver la altura -de… demonios… te digo que pierdes el tiempo, bájame -comadreja lo ignoró mientras brincaba, podía escuchar las quejas y pataleo del pequeño, al llegar al hospital entró con el pequeño en brazos que apretó su chaleco con fuerza al sentir las miradas de desprecio, comadreja apretó el ceño -saca a ese mocoso de este lugar -el azabache vio con molestia a la recepcionista -le recuerdo que es su obligación ayudar a todo miembro de la aldea -la enfermera se burló con odio en sus ojos, los doctores y enfermeras pararon -"llévate a ese mocoso, aquí no es bien recibido", ¿qué demonios hace ese mocoso en este lugar?", "el hokage debería deshacerse de él" -comadreja se puso tenso ante los gritos y palabras de esta gente, observó al pequeño, los veía con molestia, pero era evidente su miedo, temblaba en sus brazos -púdranse, vámonos de aquí, te dije que perdías el tiempo -el azabache asintió, salió del lugar con el chico en brazos -¿dónde está tu casa? -el rubio lo vio con duda -en verdad vives debajo de una piedra, sólo déjame en el bosque -el anbu abrió sus ojos con sorpresa, avanzó con él hacia el bosque, pero no lo dejaba bajar -bájame aquí… sano rápido -el anbu negó apretándolo para evitar que bajara, caminó por el bosque, mientras el pequeño pataleaba -¿no eres un pervertido o sí? -el rubio lo vio con miedo, comadreja apretó el ceño -no digas tonterías, sólo quiero dejarte en un lugar seguro -el pequeño se dejó caer vencido en sus brazos, apuntó con su mano, pasaron unos cuantos minutos cuando el bosque se hizo más espeso, podía escuchar un río correr cerca, el pequeño iba emberrinchado con un gran puchero, al llegar había un gran árbol -bájame, es aquí-

El anbu apretó el ceño, observó ropa colgada bastante más grande que el pequeño, obviamente era robada, había una cazuela sobre una fogata apagada, dos mantas dentro de la corteza de un gran árbol, a unos pasos estaba el río, podía observar una red rota con dos peces atrapados, el pequeño bajó de sus brazos, comenzó a cojear hacia el río, sacó la red con dos pescados que de inmediato empaló y enterró en la fogata apagada, puso algo de pasto seco en una roca, comenzó a golpear dos rocas con insistencia, el anbu observaba cada movimiento que hacía con cuidado, estaba en shock, no podía creer lo que veía, el pequeño fácilmente tenía la edad de su hermano y vivía solo, completamente solo y desamparado, el fuego comenzó a arder en la fogata, bajó una cubeta que colgaba en una rama alta con muchos hongos en su interior, los vio con cuidado, eran comestibles, el pequeño los colocó en la cazuela con agua al fuego, sacó un plato y un cucharón de su pequeña madriguera, se sentó en un tronco a esperar su comida -¿te quedarás ahí sólo viendo o te sentarás?, hay dos pescados -el azabache tragó pesado, se sentó a su lado observando el río.

-¿Por qué vives aquí?, el orfanato debe aceptarte -Naruto lo vio como si fuera idiota, Itachi lo vio, nunca se había sentido de esa forma hasta ahora -la matrona me corrió, algo de que soy un demonio, maldita vieja idiota -el anbu abrió sus ojos demasiado entendiendo quién era el niño, apretó el ceño, su padre le había dicho que el chico era el zorro de nueve colas, que era un demonio, ahora se preguntaba, ¿su padre estaba bien de la cabeza? la respuesta era no, el chico a su lado era un niño normal que luchaba por sobrevivir, el pequeño le acercó un pescado a su mano mientras él agarraba otro y comenzaba a comer -¿no te quitarás tu máscara? -el azabache volteó a verlo, sólo se la había levantado un poco, el rubio negó con fastidio -olvídalo, ¿por qué lo harías? -el pequeño ignoraba al sujeto mientras comía su delicioso pescado, se sirvió sopa en su plato, devoró tres platos -¿quieres sopa?, sólo tengo este plato -el mayor negó terminando su pescado, no entendía ¿por qué aún no se iba?, de su estuche de herramientas sacó una bolsa con servilleta, dentro de esta había cuatro dangos, el rubio tragó pesado aguantando el antojo al ver las bolitas, giró su mirada y comenzó a recoger el tiradero, el azabache levantó su mano dándole dos bolitas en esa servilleta. Naruto lo observó un momento -¿no están envenenadas? -comadreja apretó el ceño algo ofendido, hasta que reaccionó, el niño no bromeaba, su mirada era seria, negó con calma.

El rubio lamió sus labios, tomó la servilleta y metió el dulce en su boca, sus ojos se hicieron grandes, comenzó a hacer un puchero, limpió sus ojos con velocidad, comió el otro dulce -gracias -era la primera vez que comía un dulce de esos, era la primera vez que alguien no lo repudiaba e intentaba ayudarlo -gracias -el azabache lo vio con tristeza, su corazón se estrujó bastante -tal vez venga mañana -el rubio asintió, sabía que era mentira, pero agradeció el gesto, lo vio desaparecer del lugar, respiró con cansancio entrando en su madriguera cubriéndose del frío, sonrió al recordar como se sintió no ser rechazado por alguien.

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