Capitulo 8

-Te lo puedo explicar- sus alas desaparecieron

-Me lo ocultaste todo este tiempo, me mentiste- Emma le da una bofetada- ¿Quién te mando Isaac? ¿De verdad te llamas Isaac?

-Fue Castiel- Isaac le agarra la mano dulcemente- Nunca te mentí, siempre te ame, desde que te conocí- la mira a los ojos- hace 15 años...

Emma lo miro seriamente, se sube a su auto y se va dejando a Isaac solo. Al llegar a la casa se baja del auto rápidamente y va en busca de Castiel. Entra a la casa pero no estaba, así que busco dentro de los estantes y encontró una botella de whisky, se sentó y empezó a tomar, Emma se termino la botella y cuando se quiso parar no pudo. En ese momento llego Castiel y la miro.

-¿Qué paso?- Castiel la agarra y la ayuda a levantar para llevarla a darle un baño y meterla en la cama

-No me toques- Emma le aleja la mano- no quiero ni verte- a la distancia se le notaba el olor a alcohol que Emma tenia.

-Estas ebria Emma- Castiel le grito- así no vamos a hablar, cuando te recuperes de tu borrachera hablaremos.

Emma se levanto de la silla y se fue a su habitación, se acostó y ni se dio cuenta cuando se durmió.

Cuando despertó un fuerte dolor de cabeza le invadió, se levanta de la cama como pudo y se dirigió al baño, se lava la cara y cuando mira para atrás Castiel estaba apoyado en la puerta mirándola con cara de yo te lo dije.

Emma sale del baño chocándose a Castiel, sale afuera cierra los ojos y toma una gran bocanada de aire fresco de la mañana, cuando los abre ve a Isaac apoyado contra un árbol mirando para la casa, Emma va hasta su lado y al llegar le pega una fuerte bofetada.

-Vete- le señalaba con el dedo en forma acusadora- no te quiera cerca mío, eres un mentiroso.

-Me vas a dejar hablar en algún momento- Isaac le agarra la mano- Nunca te mentí, solamente te oculte algunas cosas.

-Cosas muy importantes- Emma se da la vuelta- Vete no quiero verte, no quiero escucharte- se empieza a ir cuando Isaac la agarra y la da vuelta y le planta un beso en sus labios.

-Perdón por hacerte daño- Isaac la mira a los ojos y ve que a Emma se le estaba escapando una lagrima de esos hermosos ojos color miel- no llores, no llores por mi culpa porque te juro que nunca me lo perdonaría- Le agarra las manos- ¡Yo te amo! Siempre te he amado desde el primer momento en que te vi, fue raro, porque enamorarse de una niña es lo más raro que me ha pasado- Emma lo mira sin entender lo que decía- estoy contigo desde hace mucho tiempo Emma.

-¿Qué?- Emma lo miraba muy confundida

-Siempre estuve a tu lado Emma- Él, la agarra de la mano y la dirige hasta un tronco al lado del lago, ambos se sienta- desde que tiene cuatro años estoy a tu lado. Yo deje el cielo para cuidarte, deje mi vida para protegerte, no porque sea una obligación sino porque yo quería estar a tu lado.

Emma cierra los ojos y empieza a buscar algún recuerdo pero no encuentra nada, al abrirlos Isaac la está mirando, entonces él le toca la frente con su dedo un recuerdo vuelve a Emma.

Emma estaba jugando en la plaza, ella no tenía más de 7 años, su madre Maria estaba hablando con otro madre y no se dio cuenta que Emma se había alejado más de lo que debería. Ella estaba jugando con un globo.

En un momento el globo se escapa de las manos de la pequeña y esta sale corriendo queriendo alcanzarlo, pero no se dio cuenta que estaba en medio de la calle y que un auto se acercaba a gran velocidad.

En ese momento un chico la levanta y la saca de la calle.

-Debes de tener cuidado Emma, nunca juegues en la calle- la Pequeña lo mira y le sonríe

-¿Cómo sabes mi nombre?- Emma lo miraba con curiosidad- ¿Cómo te llamas?

-Mi nombre es Isaac- El muchacho deja a Emma en el piso- ahora ve con tu madre.

-¿Pero y mi globo?-Emma hacia puchero

Isaac llama al chico que vendía globos y le compra otro

-No lo dejes escapar- La da el globo y se va.

En ese momento todo vuelve a la normalidad y Emma mira al lago pensando lo que había pasado, ellos ya se habían cruzado, hacía mucho tiempo, pero Emma no lo recordaba.

-¿Porque no lo recordaba?- Emma después de un largo tiempo hablo

-Es que un humano nunca va a acordarse de que se cruzo con un Ángel si este no se lo permite- Isaac se levanta del tronco- estuve siempre ahí Emma, cada vez que estabas en peligro yo era esa vos que te decía no lo hagas, eso está mal- él se vuelve a sentar a su lado- Te amo Emma, y sé que está mal, pero nunca voy a dejar de amarte, el día que te conocí entendí lo que sintió Castiel cuando conoció a tu madre. Fue como un clic que hizo mi interior. Cuando ese maldito te engaño no pude controlarme, casi lo mato...

-¿Qué?- Emma lo interrumpe cuando se da cuenta de lo que está contando

-Cuando te quisiste suicidar fui a buscarlo, lo golpee fuertemente y si Castiel no me hubiera frenado lo hubiera matado a golpes por el simple hecho de haberte hecho derramar una lágrima- Isaac la mira muy apenado- el cubrió todo, curo a ese maldito y le borro la memoria de lo que había pasado. Pero no pudo cubrirlo en el cielo, se enteraron de lo que hice y me castigaron...

-¡Te expulsaron del cielo!- Emma termino la oración, ella había visto sus alas y eran blancas, no doradas como las de Castiel- ¡Por eso tus alas son blancas!

-Si- el estaba muy apenado- pero Castiel siguió confiando en mí y me dejo seguir cuidándote.

Emma lo mira a los ojos, lo abraza fuertemente y lo besa, el había arruinado todo su futuro por defenderla a ella, el beso fue dulce y tierno, era un beso que pedía mil disculpas, un beso que decía que ella también lo amaba y que no quería que se fuera nunca.

Cuando Emma abre los ojos ve a Castiel parado contra un árbol mirando a la nada. Ella se para, agarra la mano de Isaac y se van a la casa.

Cuando entran a la casa Castiel ya estaba sentado en la punta de la mesa con una bolsa de un restaurante. Emma lo mira y sonríe...

Se sienta en la mesa y abre la bolsa, adentro había dos hamburguesas, ella lo mira confundido, entonces Isaac se sienta a su lado y agarra una de la bolsa y se manda un buen bocado a la boca.

-Pensé que los Ángeles no comían- Emma lo mira elevando las cejas

-Yo no soy un Ángel- Isaac le da otro mordisco a la hamburguesa.

El resto de los días, estuvieron entrenando a Emma ya que los dos demonios que se habían cruzado en el bar no eran los únicos que estaban tras Emma. Castiel ya había visto por lo menos a 5 en el pueblo y otros 15 en los pueblos cercanos.

Emma tenía miedo de que no fuera lo suficientemente fuerte para poder lograrlo, Castiel le había contado que tenía que desarrollar otras habilidades como súper velocidad y fuerza, pero nada, Emma luchaba contra Isaac, pero siempre le terminaba venciendo y ella terminaba en el suelo muy dolorida.

Había aprendido varios conjuros, se podía volver invisible diciendo sombreis say chu, o podía petrificar a sus contrincantes diciendo atrapasay yen, aunque este no lo lograba controlar, también con el pasar de las semanas vio que Isaac era más humano de lo que ella creía, no solamente que dormía, sino, que no se podía teletransportar como Castiel.

Ese día cuando Emma se despertó vio que estaba sola en la casa, ni Castiel ni Isaac estaban, ella se puso su ropa deportiva y salió afuera, tomo aire y salió a correr, tenía que despejar su mente, los hechizos la estaban volviendo loca, era muy difícil su pronunciación y la confundían.

Cuando iba llegando al lago vio a un par de hombre hablando, ella se escondió tras un árbol y escuchaba la conversación.

-Si no los encontramos el jefe se enojara muchísimo- el hombre más bajito era el que más preocupado estaba

-Están muy bien ocultos, pero ya se van a descuidar y me voy a sacar las ganas de clavarle mi espada en el pecho a ese maldito Ángel- uno que parecía latino tenía una especie de espada en la mano.

Apenas escucho eso Emma salió corriendo lo más rápido que pudo para la casa, pero en el camino se tropezó con una rama y al caerse sintió que algo dentro de su brazo se rompió. Emma pega un grito de dolor que se escucha en casi todo el bosque. Antes de que se dieran cuenta los tres tipos que estaban en el lago ya estaban a su lado, uno le apuntaba con un arma y el otro empuñaba la espada. En ese momento Emma recordó el día que conoció a Castiel y lo que había pasado al tocar la pluma, se puso de pie y entro en pánico.

-Hola muñeca- El latino se acerco a Emma con la espada en alto- no hagas nada estúpido, somos dos contra uno.

Emma recordó lo que Castiel le había enseñado, empezó a dibujar un símbolo invisible en la mano y dijo

- Sombreis say chu- en ese momento se volvió invisible. Los dos individuos se enfurecieron.

-Sal maldita zorra- ahora el más bajito era el que estaba sacado.

Emma salió muy despacio de donde estaba para ocultarse tras un árbol, en ese momento ve que Isaac venia corriendo hacia los demonios, desplego sus alas y salió volando para atacarlos, este se defiende con la espada y lastima a Isaac en un brazo, este chillo de dolor y una luz blanca salió donde estaba el corte, este lo volvió a atacar, esta vez al demonio que tenía el arma no le fue muy bien, Isaac le arranca las alas, este cae al suelo muerto, el latino al ver la escena ataca a Isaac por la espalda, pero en vez de clavarse en la espalda de Isaac Emma ve que Castiel se interpuso recibiendo el la puñalada.

-Noooooo- el grito de Emma fue más fuerte de lo que ella creyó, el árbol en el que se estaba escondiendo exploto en mil pedazos... fue hasta donde estaba el demonio le agarro la cabeza y se la arranco de un solo tirón. El cuerpo inerte cae a sus pies y ella arroja la cabeza lejos, se arrodilla junto a Castiel y le saca la espada de su pecho, este se queja del dolor, Emma pone su mano sobre la herida intentando detener la sangre, en ese momento Emma se da cuenta que Castiel está sangrando- ¿Cómo puede ser?- Emma le muestra la sangre a Isaac sin entender lo que pasaba.

Este la mira asustado y se levanta de donde estaba y va a su lado, Emma estaba llorando desesperadamente.

-No me dejes- hacia presión sobre la herida- ¡Tu no me dejes por favor!, ¡No puedo seguir sin ti!

Apoyo su frente sobre la de Castiel y las imágenes a su costado empezaron a desaparecer al igual que Isaac y Castiel.

Ella había quedado sola, pero de pronto una niña aparece a su lado sentada en una cama con la luz apagada. Esta se despierta asustada.

-Papi, Papi- Gritaba la niña- ¿Dónde estas?- empezó a llorar

En ese momento Castiel entra a la habitación asustado, mira para todos lados buscando el motivo del susto de su pequeña niña, al ver que no había nadie se sienta en la cama y la abraza.

-¿Qué pasa Emma?- le agarra un mecho y se lo mete tras la oreja

-Tuve una pesadilla- Dice la niña mientras sale de las cobijas y se sienta en la falda de su padre y lo abraza.

-¿Qué soñaste?- Castiel la mira con una sonrisa.

-Que te estaba llamando pero no contestabas, entonces me levante y te fui a buscar, pero no estabas, te habías ido y me habías dejado sola igual que lo hizo mamá- la niña lo mira con sus ojos color miel llenos de lagrimas- no quiero que me dejes nunca Papi- dijo la nena.

Yo jamás te voy a dejar Emma -Castiel le toma la barbilla y le seca las lagrimas -¿Quieres dormir con papi en la cama grande?- la niña afirma con la cabeza, Castiel se para con ella en brazos y ambos salen de la habitación.

En ese momento todo vuelve a la normalidad y Emma está de vuelta junto a Isaac y un moribundo Castiel, las lágrimas no dejaban de caer.

-Tienen que irse- La voz de Castiel apenas se escuchaba- llévatela y protégela con tu vida Isaac- Castiel le agarra la mano y se la coloca sobre la de Emma.

-No te voy a dejar, hay que llevarte a un hospital- Emma estaba histérica.

-Emma, mi vida esto no tiene cura, no van a poder hacer nada- Castiel le toca la mejilla y le saca una lagrima- No llores- tosió y escupió sangre.

-No me dejes- Emma no paraba de llorar- alguien debe de poder curarte- Emma mira a Isaac buscando ayuda, este le niega con la cabeza- No puede ser, ya perdí a un padre, no quiero perder a otro, se supone que los Ángeles no mueren maldita sea- Emma estaba gritando, entonces ve que Castiel estaba cerrando los ojos- No papá, no me dejes, por favor- pero ya era muy tarde, el ya no respiraba, Emma lo mira y todo a su alrededor se detiene entonces ve que el cuerpo de Castiel se empieza a deshacer entre sus manos, ella sierra sus puños y los golpea contra el suelo mientras pega un grito de furia, de frustración de tristeza, entonces todo vuelve a la normalidad, Emma mira desesperada a Isaac y este la abraza fuertemente.

En ese momento Emma ve que algo cae del cielo y era un pájaro muerto y lo siguen muchos otros, esta se asusta y se empieza a agitar, entonces empezó a levantarse mucho viento y la tierra empieza a temblar.

-Emma tienes que controlarte- La voz de Isaac hizo que Emma se diera cuenta que todo esto lo estaba provocando ella, entonces cierra los ojos y recordó la voz de Castiel diciendo que pensara en un lugar tranquilo. Cuando volvió a abrir los ojos ya todo había parado.

-Tenemos que irnos- fue lo primero que dijo Emma.

Ambos se levantan y salen corriendo para la casa, llegan y meten la ropa en una mochila, y todos los libros de Castiel en una maleta, cuando ya todo estaba listo los dos suben a la camioneta, pero Emma se da cuenta que se olvido una foto que se habían sacado con Castiel, que estaba en la heladera. Se baja rápidamente y va a buscarla, cuando la está por sacar ve que hay un papel al lado que había algo escrito por Castiel.

Emma lo agarra y lo pone junto con la foto en su billetera, sale de la casa y la camioneta ya estaba en marcha, sube y salen rápidamente hacia la carretera.

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