Ya habían pasado dos años desde que Emma se fue de su casa, dos años desde que conoció a su padre Castiel y dos años que Robert había muerto, en todo este tiempo Castiel la había ayudado muchísimo con sus dones, ella ya podía leer las mentes de las personas sin que sus ojos se pongan negros y terminar mareada, también había aprendido a ver imágenes del pasado que ella quisiera ver voluntariamente, le había costado bastante pero ya lo manejaba, también le había enseñado a pelear en combate tanto cuerpo a cuerpo como con armar de fuego.

Castiel resulto ser un buen maestro, Emma había tenido que dejar la universidad pero Castiel le estaba dando clases de religión, no la que existía en los libros, sino la real, la historia del cielo y el infierno. El único tema que no quería tocar era el que Emma más quería saber, sobre los Nefilim, Castiel decía que todavía no era el momento.

Hoy iban a ir al pueblo a comprar comida y Emma iba a ir a comprarse ropa, ya que la que tenia estaba muy rota culpa a que Castiel la había dejado afuera y los perros salvajes la habían agarrado y habían roto todo.

Llegaron al pueblo en la camioneta, ya que el Volkswagen ibeetle de Emma lo tuvieron que vender en el mercado negro porque estaba a nombre de Emma Ramírez y ella ya no existía más, ella ahora era Emma Sanster, Emma se bajo en un local de ropa que era en donde ella había comprado una o dos veces, cuando termino de comprar, subió a la camioneta y se dirigió a casa ya que Castiel tenía mejores formas de transportarse, él le había explicado que eso solamente lo podría hacer si fuera un Ángel.

Cuando llego a la casa de campo, bajo las bolsas y se puso a hacer la comida, comió y se vistió con su ropa de entrenamiento, salió afuera y empezó a pelear con unos muñecos que ella había hecho junto con Castiel, su relación había mejorado muchísimo, el casi no le ocultaba nada, solamente evitaba hablar del tema de Anabella. Le había mostrado varios recuerdos de ella, pero nada muy profundo, le había mostrado la boda en una pequeña iglesia sin nadie más que ellos y Maria y Robert, también le mostro el día de su nacimiento y algún que otro recuerdo, pero se limitaba en mostrarle recuerdos muy felices de ella junto a su madre, según Castiel era por miedo a que ella no quisiera salir del recuerdo y se quedara perdida en el tiempo o algo así le había explicado.

Cuando termino de darle una paliza a los muñecos ya era de noche y Castiel todavía no aparecía, Emma entro y se dio una ducha, comió lo que le sobro del mediodía y se puso a leer un libro que Castiel le había regalado para su cumpleaños.

Cuando Castiel llego a la casa ya era muy tarde y Emma estaba dormida con el libro en la mano, este lo guardo en la mesita de luz y tapo a Emma con el edredón. Bajo a la cocina y se puso a leer unos libros sobre hechicería. No se dio cuenta cuanto tiempo había pasado, pero cuando levanta la vista del libro ve a Emma apoyada en el marco de la puerta mirándolo con una sonrisa.

-¿A qué hora llegaste anoche?- Emma va hasta la heladera y saca la caja de leche y busca un vaso, se lo sirve y se lo toma de un solo trago.

-Tarde, no tengo ni idea de la hora- Castiel guarda el libro.

-¿Dónde andabas?- Emma se sirvió otro vaso, pero este lo tomo más despacio...

-Fui a ver la tumba de tu madre- Castiel se levanta de la mesa y se dirige al patio.

Emma lo siguió hasta afuera, cuando lo alcanzo lo abrazo fuertemente.

-Quiero ir a verla- Emma lo miro seria y esté le agarro la mano.

Cuando Emma abrió los ojos ya estaban en el cementerio frente a una tumba con un Ángel encima. Emma mira la placa y lee

"Anabella Ruiz

Amada esposa y madre"

22/04/2002

-Hoy hace 15 años del peor día de mi vida- Le dice Castiel mientras le seca una lágrima a Emma, ella lo abraza y se pone a llorar.

Cuando Emma se separo, ya estaban de vuelta en la casita del bosque, Emma se fue corriendo a la habitación y Castiel se quedo ahí parado en el medio de la sala recordando ese horrible día.

Cuando Emma volvió a salir de su habitación Castiel seguía parado en el mismo lugar, Emma lo esquivo y salió afuera, acomodo los muñecos y les empezó a pegar, tenía que descargar lo que sentía y esta era la mejor forma. Emma no se había dado cuenta que era de noche hasta que Castiel le hablo.

-Emma, ¿Estas bien?- Castiel estaba a su lado mirándola con lastima.

-Estoy bien- Emma se lo dijo más para sí que para Castiel.

-Vamos adentro- Castiel le agarro la mano y la llevo adentro.

Emma entro y se dio un baño, salió y vio que sobre la mesa había una bolsa, la abrió y adentro había una hamburguesa.

-Gracias- Emma mira a Castiel y le regala una pequeña sonrisa- ¿Cuándo la compraste?

-Recién- Castiel la mira y se ríe, el sabia que a Emma le molestaba que se teletransportara, pero él no sabía manejar y sabia que lo mejor para cuando Emma estaba triste era una hamburguesa.

Emma se sentó y se comió la hamburguesa, mientras Castiel salió para afuera a hacer dios sabe que, el siempre hacia eso, salía a caminar por horas y volvía muy tarde, Emma termino de comer y se cambio de ropa, se subió a la camioneta y se dirigió al pueblo, lo que necesitaba hoy era estar fuera, no pensar en lo que Castiel le había mostrado.

Llego al pueblo y fue a un bar, se sentó en la barra y la camarera la atendió, ella pidió un una cerveza únicamente, cuando estaba terminando su cuarta cerveza, alguien entra al bar, pero Emma no podía ver quien era porque estaba de espalda a la puerta.

-Hola estoy buscando un lugar donde quedarme- la voz del chico le resulto muy conocida a Emma, ella se dio vuelta y se sorprendió al ver a Isaac parado en la barra hablando con la camarera.

Ella se levanto de su silla y fue hasta su lado, le toca el hombro y este al darse vuelta la mira como si ella fuera un fantasma

-Hola Isaac- Emma lo abraza fuertemente

-Em..ma, estas.. estas viva- Él la miraba sorprendido y la abraza fuertemente.

Emma se acerca y lo besa apasionadamente, hasta ese día no se había dado cuenta la falta que le hacía Isaac en su vida, lo agarra de la mano y lo lleva a una mesa que estaba alejada para quienes buscaban privacidad.

-Pensé que estabas muerta- Isaac fue el primero en hablar- ¿Qué paso?, ¿Dónde está tu madre?

-Escúchame- Emma no le soltaba la mano- me tuve que ir, era muy peligroso seguir viviendo allí, los ponía a todos en riesgo- Emma le toca el pelo, se lo había dejado crecer igual que la barba- ¿Te dejaste la barba?

Isaac la agarra y la besa desesperadamente- me hiciste mucha falta, pensé que te había perdido para siempre...

-Nunca quise que sufrieras, pero era muy peligroso decirte- Emma se levanta de la mesa- tienes que irte, no puedes estar aquí, es muy peligroso.

-Peligroso ¿Por qué?- Isaac estaba empezando a elevar la vos- dime quienes son las personas que te están buscando.

La gente que estaba en el bar los estaban mirando, Emma sale del bar y Isaac la sigue hasta el auto.

-No te vayas, háblame con la verdad- le agarra la mano alejándola del auto- explícame que está pasando.

En ese momento se siente el ruido de una botella de vidrio romperse e Isaac cae al suelo, tres hombre totalmente vestidos de negros acorralaron a Emma, un escalofrió le recorrió toda la espalda.

-Mira lo que encontramos, nuestro jefe va a estar muy contento- El más grande se acerca a Emma para agarrarla pero esta le pega una piña haciéndole sangrar la nariz- maldita perra- le pega una bofetada que hizo que Emma cayera al suelo.

Esta se levanta rápidamente y empieza a golpear como Castiel le había enseñado, no lo soltó hasta que este estaba tirado en el piso todo ensangrentado. Emma se da vuelta para pelear con los otros, pero no se percato que estos estaban armados y Emma había olvidado su navaja en el auto, los dos sujetos se acercaban y ella empezó a temblar, no sabía qué hacer.

-Sucia Nefilim vendrás con nosotros- cuando el sujeto dijo esa palabra una luz brillosa apareció y un gran par de alas blancas aparecieron frente a Emma, ella no podía ver a quien le pertenecían, pero veía como peleaba con los dos sujetos que ahora le habían salido alas negras.

En un abrir y cerrar de ojos los dos sujetos estaban tirados en el piso muertos, Emma se acerca al ángel con las alas blancas.

-¿Quién eres?- Emma le agarra la mano y lo hace darse vuelta, pero lo que ve la deja con la boca abierta- ¿Tu?