Capítulo Único


En las profundidades del océano, bajo las cristalinas aguas, existe una ciudadela habitada por una especie mitológica, seres fascinantes, descritos por muchos como místicos y hermosos, con habilidades únicas y especiales, esos eran...

Los tritones y las sirenas.

Considerados por la humanidad como simples leyendas o como cuentos desvariados de algunos marineros que sucumbieron a la locura, pero son tan reales como los humanos mismos. En la antigüedad era diferente, contrario a lo que algunos creen, antes, tanto los seres humanos como los seres acuáticos coexistían en paz.

La relación entre esas dos especies era normal y tranquila, ambos compartían conocimientos con el otro, incluso tenían tratados comerciales, donde ambos se beneficiaban. Las personas navegaban largas distancias para llegar al punto exacto, sobre las hermosas ciudadelas, muchos se sumergían con la ayuda de la magia de los tritones y de las sirenas, las cuales generaban burbujas especiales para que pudieran respirar bajo el agua, además les daban a cada uno un collar encantando que permitía a los humanos soportar la presión de las profundidades.

También los seres acuáticos viajan a la orilla y con un poco de magia podían cambiar por tiempo limitado y caminar sobre dos pies en tierra firme. Esto facilitaba la interacción con los humanos y ayudaba a que las relaciones entre ellos fuera más sencilla.

Todo marchaba bien, hasta que los humanos se dieran cuenta de algo, las habilidades de estos seres eran demasiadas, además de poderosas y eso hizo que algunos la desearan a como de lugar, lo peor fue, que unos rumores siniestros circulaban entre la población; en ellos se decía que era las escamas de sus colas era lo que les daba su poder.

Debido a esto, algunas sirenas y también tritones empezaron a desaparecer de repente, sin embargo, de algún modo las personas cubrían bien su rastro y los líderes de los tritones lo atribuían a casos aislados, no obstante, no eran ciegos y por supuesto que tenían sus sospechas, por lo que mantuvieron una estricta vigilancia con los frecuentes visitantes.

Todo empeoró cuando se dieron cuenta, de que quienes desaparecían eran los Valts.

¿Y quiénes eran los Valts?

Por lo general, los tritones y las sirenas tienen sus colas de un solo color, sin embargo, hay unos considerados especiales y eran sencillo distinguirlos pues en lugar de uno color, poseen dos. Lo singular es que pueden ser variados y era algo impresionante de apreciar, pues parecía que esa gama de colores danzaban en sus escamas y los resaltaba sobre las aguas.

Para muchos, ellos eran los descendientes de la Atlántida, una antigua ciudad perdida en el tiempo y el océano. Los Valts poseían además de las habilidades comunes de su especie, una serie de poderes que hacía que incrementara tanto su agilidad como su poder.

Era ese el motivo por el cual los humanos los seleccionaban para ser sus objetivos principales pues deseaban sus escamas, creyendo que eso les daría cierto poder y aunque no fuera del todo cierto, algunos simplemente disfrutaban de capturar una presa, como si un juego de caza se tratase.

Toda relación entre esas especies terminó cuando los humanos fueron descubiertos matando a un Valt de la forma más cruel. Después de eso, los seres acuáticos cortaron por completo, la comunicación con ellos y poco a poco fueron desapareciendo del mapa, abandonando las ciudadelas que las personas conocían y alejándose por las profundidades.

Los humanos buscaron por todos lados y luego de años se rindieron al no hallar ninguna pista de su paradero. Algunos lamentaban este hecho, pues no todos eran los malos, muchos admiraban a esa especie y tenían buenas conexiones con ellos, pero por culpa de algunos ambiciosos, ellos simplemente se...

Desvanecieron.

Durante muchos años se contaba historias de ellos, pero conforme pasaba el tiempo esas que eran anécdotas del pasado se iban distorsionando hasta transformarse en leyendas o cuentos siendo considerados como simple fantasía. Historias contadas solo para pasar el tiempo, sin saber realmente que aún hoy en día esas magníficas criaturas existían.

[...]

Era un hermoso día, los animales nadaban armoniosamente en las tranquilas aguas cerca de la ciudadela Natia, sin embargo, la calma desapareció de pronto cuando un joven tritón pasó a toda prisa, iba de salida, tenía que apresurarse para no ser descubierto, era demasiado temprano por lo que no había muchos tritones o sirenas nadando por esos lugares.

Se escabullía entre las algas y algunas casas, para él era fácil, después de todo, lleva un par de años haciéndolo y nunca lo han atrapado. El sitio hacia donde se dirigía era siempre al mismo, es decir, la costa, ya que iba a ver a su amigo humano y ese era el motivo por el cual permitía que lo vieran, más que todo porque estaba prohibido acercarse a los humanos, era una ley establecida hace mucho tiempo y Bakugo conocía el porqué de esto, desde pequeño ha escuchado la historia que narra la separación de la humanidad con los seres acuáticos, pero simplemente su curiosidad pudo más y sin dudar, un día, nadó una larga distancia hasta llegar a una costa.

Fue allí donde lo conoció, era un joven peliverde, algo torpe y un tanto estúpido. Este estaba pescando cerca de la orilla con unas redes y por un descuido suyo se acercó demasiado y quedo también atrapado. Por un momento entró en pánico y trato de zafarse, pero lo único que logro fue que se enredara más.

Por su parte el joven jaló las redes para ver que había atrapado algo que jamás creyó que vería en su vida, era un tritón, el había escuchado de ellos en las historias que contaban en su pueblo, además de que había leído un libro al respecto, pero pensó que no existían. Pero en ese momento la realidad le dio una bofetada en todo el rostro y había atrapado a uno, no obstante, vio que estaba muy enredado con sus redes y se preocupó por lo que inmediatamente saco un cuchillo y se acercó a cortar las cuerdas, pero el tritón rubio lo mordió en reacción, ya que había pensado que lo atacaría. Al final el malentendido se resolvió luego de unos cuantos golpes y un sin fin de gritos por parte del rubio, mientras que el joven trataba de calmarlo.

Con el pasar de los días se hicieron amigos y hasta se tenían apodos entre ellos. Deku estaba encantado de platicar con Kacchan y el rubio aunque no lo dijera en voz alta también lo estaba.

Fue así que pasaron dos años, en los que el tritón visitaba a su amigo humano tres veces por semana, ya que si iba todos los días sería muy sospechoso en su hogar. De vez en cuando sus amigos le preguntaban hacia donde iba esos días y él solo les respondía "que les importa" al principio se preocuparon, pero se dieron cuenta de que siempre volvía con una sonrisa en su rostro por lo que al final respetaron su privacidad y dejaron de preguntar.

El porqué regresaba feliz, era simple, con Deku le era fácil hablar sobre muchas cosas, pero lo mejor era que podía contarle sin preocuparse que lo divulgara a los demás tritones o sirenas sobre la persona que le gustaba.

Lo conocía desde hace mucho, era un Valt al igual que él, mientras su cola era de un naranja con amarillo, el de él era rojo con blanco. Aunque siempre que se ha acercado a hablarle termina por gritarle, al contrario, no parece importarle que le diga esas cosas y esa serenidad que lo caracteriza pone muy nervioso a Bakugo.

Un día cuando estaba hablando con Deku sin querer mencionó a Shoto y se sonrojó, el peliverde al ser observador se dio cuenta de inmediato y lo empezó a molestar un poco con el tema, aunque terminó totalmente empapado por la rabieta del tritón, descubrió algo interesante de su amigo, desde entonces lo alentaba a que se confesara, pero nunca consiguió convencerlo, al menos logro que le hablara de vez en cuando de su enamorado y agradecía esa confianza, pero sinceramente quería que fuera feliz.

Para motivarlo, le contó como él también tenía a una persona que le gustaba. Era un joven pelimorado de su pueblo y aunque se ponía demasiado nervioso entablar una conversación con él, al final logro hacerlo, hasta ya empezaron a salir, algo que por supuesto lo hacía feliz, pues sus sentimientos fueron correspondidos y Shinso era muy bueno con él. Pero de igual forma no podía presionar a Kacchan, quizás con ellos la costumbre de invitar salir a alguien era un poco más compleja. Aunque no se rinde y sigue tratando de convencerlo, pero tampoco es pesado con el asunto.

Como era lo usual, pasaron casi todo el día hablando a veces con unos cuantos gritos de por medio, pero ya era normal de parte del tritón. Ya estaba a punto de oscurecer y eso le indicaba a Kacchan que era momento de partir, pues es un largo camino de regreso. Estaba despidiendose de su amigo cuanto este le pidio que esperara por un momento.

Se giró para verlo y empezó a ver como este empezaba a murmurar nervioso mientras jugaba con sus manos.

— Habla de una jodida vez, si no me largo.

— ¡No!, espera Kacchan... es que quiero pedirte algo.

— ¿Qué cosa? — levantó una ceja, curioso por la petición, ya que Deku le ha pedido nada durante todo este tiempo que se han conocido, a diferencia de él que le ha dicho al humano que le traiga a veces cosas de tierra firme, han sido pequeños objetos, pero aun así los colecciona en una caja que esconde en su habitación.

— Pues verás... quiero presentarte a Shinso.

— ¿Quieres que conozca nuestra existencia?

— ¡No!, digo ¡Si!... entiendo si no quieres hacerlo — mencionó más nervioso todavía.

— ¿Confías en él? — El tritón estaba dudoso, de por sí, si descubren que ha estado rompiendo la ley al interactuar con un humano, no se diga con dos. Sin embargo, el tarado de Deku le ha demostrado que es bueno y un gran amigo, por lo que confía en él, pero no se puede decir de los demás.

— Sí.

Kacchan suspiró y aunque no estaba todavía del todo seguro le contestó: — Está bien, pero solo será él, únicamente él. Entendiste Deku.

— Sí, si, si, si, entonces nos vemos pasado mañana. — exclamó emocionado el peliverde.

El tritón chasqueó la lengua con fastidio para después sumergirse y dirigirse a su hogar.

Ya estuba a punto de llegar, por lo que nado con más calma, mientras que su mente empezaba a divagar, talvez no fue buena idea aceptar, pero el maldito de Deku a veces no se da cuenta de que le brillan los ojos cuando está emocionado con algo y eso solamente le dio a entender que si negaba decepcionaría a su amigo, aunque sabe que no lo presionaría porque así es él.

— Aaaaa maldito Deku — gruño, estaba tan absorto en su queja, que no se fijó en su camino que terminó chocando con alguien — ¡Agh!, maldito, fíjate por donde...

Enmudeció al ver quien era — Mitad-mitad ¿qué haces por aquí? — cuestionó con fingida molestia, pues ahora era él, el que estaba nervioso y por eso desvió la mirada.

— Bakugo, salí a dar un paseo — respondió, con un rostro sereno y tranquilo, la luces de la ciudadela ya podían verse a esa distancia por lo que también iluminaba ese lugar, el que el rostro de Todoroki estuviera levemente en la oscuridad le daba un aire más misterioso y lo hacia ver más apuesto.

— Maldito ¿Cómo puede verse bien, incluso con poca luz? — murmuró para sí mismo.

— ¿Dijiste algo Bakugo? — cuestionó, pues no había entendido lo que había dicho.

— No estúpido, mejor regresemos, se hace tarde y sabes que la ciudadela empieza a tener más vigilancia a estas horas.

— Tienes razón, volvamos — aceptó Todoroki.

Mientras nadaban Bakugo de vez en cuando miraba discretamente a Todoroki le encantaba ver como el rojo y blanco de sus escamas combinaban tan bien y aunque él también era un Valts le gustaban más los colores de Shoto.

Llegaron rápido y era momento de tomar caminos distintos.

— Bien Bakugo, creo que aquí nos despedimos — dijo el de cabello bicolor, estaba a punto de darse la vuelta cuando el rubio cenizo grito — ¡Espera! — eso sorprendió un poco a Todoroki, pero mantuvo su expresión y se detuvo esperando que le dijera que era lo que necesitaba.

Bakugo se maldijo a sí mismo, en estos momentos se estaba pareciendo tanto al Deku de hace unas horas. Maldito le está pegando su torpeza pensó.

— Olvídalo, adiós — exclamó y se fue nadando tan veloz como pudo.

Todoroki se quedó extrañado, pero no le dio más importancia y se fue a su hogar.

El tritón bajo la velocidad una vez que supo que estaba lo suficientemente lejos, necesitaba calmar su corazón pues palpitaba tan rápido — Aaaaaa parezco una sirena enamoradiza, como las tontas amigas de Mina.

Respiro profundo, pero su tranquilidad no duro mucho, pues alguien se abalanzó sobre y empezó a zarandearlo levemente.

— ¡Bakugoooooo! esa era tu oportunidad y la desperdiciaste — decía un tritón rubio en modo de queja.

— Maldito, si no dejas de zarandearme te golpearé tan fuerte que ni los peces reconocerán tu rostro.

En eso llego otro tritón pelirrojo — Denki, yo que tú lo haría lo que dice, ya suelta a Bakubro.

— Pero... era el momento perfecto para invitar a Shoto a dar un paseo — dijo con un puchero.

— Me estaban espiando — gruño Bakugo.

— ¡Por supuesto que si Suki! Y Denki tiene razón, era el mejor momento — dijo una sirena de color rosa.

— Mina, por milésima vez, deja de llamarme así, estúpida.

— Pero me gusta llamarte de esa forma — dijo riéndose.

— ¡Ah!, no sé ni porque los aguanto y ni sé por qué se los conté que me gusta Shoto.

— Bakubro aunque no nos hubieras dicho nada, era obvio para nosotros — dijo divertido Kirishima.

Bakugo frunció el ceño al escuchar eso, si era tan evidente porque el tarado del mitad-mitad no se da cuenta entonces, pensó. Talvez Deku tenga razón y deba decírselo de frente, pero no sabe si podrá hacerlo.

— Ya no quiero hablar de eso extras, mejor me voy que mi vieja me espera.

— Bueno Suki, hablaremos de esto mañana.

— ¡Ya te dije que no me dijeras así!

— No te oigo, ya me fui — gritó la pelirosa mientras se marchaba.

— Adiós Bakubro.

— Adiós Bakugo.

Se había despedido de sus molestos amigos y se fue a su hogar. Su madre lo recibió con unos cuantos gritos, mientras que su padre trataba de calmarlos a los dos, después de una cena en familia se fue a dormir.

Al día siguiente estuvo todo el tiempo con su grupo de amigos, todo el rato le estuvieron recriminando que no haya aprovechado el momento ayer con Shoto. Eso lo estaba irritando de sobremanera, por lo que a mitad de la tarde se despidió de ellos y se fue. Sabía que no lo hacían por molestarlo, ellos únicamente querían que se atreviera a decir lo que siente, pero no era nada fácil, máximo cuando no parece que la otra parte este interesado en lo absoluto, aunque siendo sinceros la personalidad de Shoto siempre ha sido así y nadie sabe lo que cruza por su mente.

Salió a nadar un poco lejos de la ciudadela, a veces disfrutaba de la soledad, le daba tiempo de pensar y de relajarse. Se recostó sobre una roca y dejo que sus pensamientos lo invadieran. Estaba tan frustrado, siempre se ha considerado valiente en todo, incluso ha hecho un amigo humano, algo que muchos no se atreverían a hacer por las consecuencias. Sin embargo, hablar con Shoto parece que fuera una tarea titánica para él, era ridículo de solo pensarlo.

— Aaaaaa — gritó mientras se cubría el rostro con sus manos y se recostaba más sobre la roca — Tal vez debería de preguntarle a Deku, como podría hacerlo. Me molesta que hasta él se haya atrevido y yo no.

— ¿Quién es Deku? — escuchó, haciendo que quitara sus manos y viera hacia arriba. Y allí estaba, asomado sobre su cabeza, el culpable de sus dudas.

— ¡Mitad-Mitad! ¿Qué carajo? — salió disparado de la roca debido al susto — ¿Qué mierda haces aquí?

— Vine a ver a las ballenas y de pronto te vi, entonces me acerque. ¿Te encuentras bien? te ves ansioso.

— No es de tu incumbencia, además no es importante — respondió, cruzándose de brazos y frunciendo el ceño, tratando de tranquilizarse.

— ¿Seguro? ¿Será que tiene que ver con ese tal Deku que mencionaste?

— Deku, es un... amigo, no tiene que ver.

— Bueno, está bien, nos vemos luego entonces — dijo y se fue.

Bakugo quiso detenerlo, pero no pudo decir nada más, pues las palabras quedaron atoradas en su garganta, incluso cuando ya no pudo verlo, lo único que alcanzó a hacer fue maldecirse a sí mismo, por cobarde. Por lo que regreso algo decepcionado a su hogar.

A la mañana siguiente aunque aún estaba un poco molesto por lo ocurrido ayer, salió temprano para irse a la costa, después de todo, se lo había prometido a Deku, por lo que hizo su rutina de siempre y salió de la ciudadela sin ningún problema... o eso creía.

No le tomo tanto tiempo como otras veces el llegar, pues durante todo el trayecto tenía cierto presentimiento y eso lo inquietaba por lo que nado más rápido de lo acostumbrado. A veces se detenía para observar a todos lados, pero no encontraba nada inusual, talvez solo estaba siendo paranoico, pero no dejaba de ser extraño.

Llego cuando ya la luz mañanera brillaba en el cielo, se asomo levemente en la superficie y lo lejos lo vio, era Deku, estaba sentado en la orilla de la costa, no veía a nadie con él, quiza se arrepintió a último minuto, curioso se acerco a él.

El peliverde al verlo se emocionó y corrió al agua, haciendo que le llegara a la altura de las rodillas. El rubio ceniza se acercó a él, pero sin permitir que el nivel de agua bajara de su pecho.

— ¡Kacchan! — saludó feliz.

— Deku — contestó con el ceño fruncido, al humano no le sorprendía en lo absoluto, así siempre lo saludaba el tritón.

— ¿Por qué estás solo?

— Quise esperarte primero y volver a preguntar ¿Si estabas seguro de esto? Shinso se encuentra detrás de esa gran roca esperando — señalo el lugar, pero si no quieres puedes regresar a tu hogar por hoy.

— ¡Aaaa!, como molestas Deku, ya te había dicho que sí, ve por el estúpido de tu novio de una buena vez.

— Si, si, si. Gracias Kacchan — aceptó y salió corriendo a traer a Shinso.

Bakugo veía como se alejaba mientras suspiraba, para este punto ya no sabría decir si fue buena idea o no. Con el tarado de Deku fue una serie de acontecimientos que los llevo a conocerse, porque aunque tenía curiosidad por los humanos realmente no tenía intenciones de hacer contacto con ninguno, pero al final el plan fue todo lo contrario.

Estaba esperando, cuando sintió que algo se acercaba a toda prisa por debajo de él, no le dio tiempo de reaccionar cuando fue jalado hacia abajo. Por reflejo lanzó un par de golpes e iba a utilizar su cola, pero le sujetaron las manos y otra cola se enredó con la suya haciendo casi imposible moverla, noto que se habían alejado un poco de la orilla.

El rubio cenizo estaba atónito, más cuando vio quien era — ¿Shoto? — era tal su asombro que hasta lo había llamado por su nombre y no por su típico apodo.

— Bakugo ¿Qué estás haciendo? — Había un poco de preocupación en su voz.

— ¿Qué carajos haces aquí? — respondió evasivamente, entonces lo recordó, esa era la sensación que estuvo sintiendo durante todo el camino hacia acá, el imbécil lo estaba siguiendo, podía elogiar su habilidad para esconderse y ser sigiloso, pero todo eso se quedaba de lado, porque ahora estaba muy molesto.

— Sabes que no podemos acercarnos a los humanos ¿Qué haces con uno?

— A ti que te importa ¿Por qué diablos me seguiste? Sabes que, ni me lo digas, no me interesa. Vete de aquí ¡Ahora! — gruño enojado.

— No, hasta que regresemos los dos.

— No tengo tiempo para tus estupideces.

— ¡Kacchan! ¡Kacchan! — se escuchó que lo llamaban desde la superficie.

— Regresa tú solo, yo tengo algo que hacer — le decía serio, mientras zafaba sus manos y liberaba su cola del agarre — Vete mitad-mitad no tienes nada que hacer aquí — volvió a decir cuando vio que el otro no se movía.

— Vamonos Bakugo, en serio es peligroso — intentó convencerlo una vez más.

— Kacchan ¿Dónde estás? — se volvió a escuchar a lo lejos

— ¡Ya te dije que no! Déjame en paz, sé lo que hago — dijo más enojado, eso hizo que agitara la mano tan fuerte que sin querer creó una corriente potente de agua. Los Valts eran capaces de eso y más debido a los poderes que poseían a diferencia de los tritones comunes. En esta ocasión las emociones de Bakugo le habían jugado una mala pasada pues habían ido a mil por hora, por lo que no supo cómo controlar su fuerza.

Empujo a Shoto con tal fuerza que fue despedido hacia una roca, presa del pánico nado lo más rápido que pudo, alcanzándolo justo en el momento exacto en que impactaría contra la dura roca, amortiguando el golpe, pero golpeándose la cabeza, provocando una herida que empezó a sangrar y haciendo que perdiera el conocimiento.

— ¡Agh! — se quejó Shoto, aunque se había salvado del golpe directo, aun así dolió recibir de lleno esa fuerte corriente de agua. Cuando se despabiló por completo, se dio cuenta lo que le había sucedido a Bakugo, rápidamente se dirigió a él, trató de despertarlo, pero no dio resultado, lo peor es que la sangre seguía saliendo y eso podía alertar a los tiburones que vio no muy lejos de aquí.

— Kacchan ¿sigues por aquí? — escuchó de nuevo.

En ese momento Todoroki estaba ansioso, no podía regresar a la ciudadela porque estaba algo lejos y Bakugo necesitaba que lo curasen. El rubio había dicho que sabía lo que hacía con respecto a hablar con ese humano eso daba entender que era de confianza ¿o no?, por lo que al final tomó una decisión.

Se acercó a la orilla con Bakugo en sus brazos y asomó un poco el rostro, descubriendo solo la mitad de este. Deku al escuchar el chapoteo se giró con una sonrisa pensando que era su amigo, pero se sorprendió que era otro.

— Eeeee ¡Hola! — saludó cautelosamente.

Shoto no respondió el saludo más bien salió más del agua, revelando su apariencia y al tritón que llevaba en brazos.

— ¡Kacchan! — gritó alarmado al ver a su amigo inconsciente, mientras se acercaba como podía debido al agua — ¿Qué pasó? — El bicolor se percató de la expresión preocupada del humano, puede que sí sea de confianza, después de todo.

— ¿Los humanos tienen algo para curar una herida? — habló con voz algo profunda.

— Si, pero en mi casa, no está muy lejos de aquí. ¡Ah! pero ustedes no pueden salir del agua, ¿qué hacemos? ¿qué hacemos? — hablaba tan rápido que se le notaba el nerviosismo.

— Si podemos — de repente dijo Shoto.

— ¿Qué dijiste?

— Que si podemos salir del agua, al menos por un periodo de tiempo.

— ¿En serio? Kacchan nunca me lo dijo.

— Porque él no lo sabe.

— Entonces como... sabes que, me lo cuentas luego, por ahora debemos atender a Kacchan — decía mientras se acercaban a la orilla.

Shoto solo asintió a la sugerencia, acto seguido, cerró sus ojos se concentró y una luz blanca lo rodeó, sintió como su cola se iba transformando en dos extremidades, era una sensación rara y algo incómoda, ya que era la primera vez que lo hacía. Nunca creyó que la utilizaría algún día, pero era una emergencia, agradecía que tuviera la suficiente habilidad para lograrlo. Sin embargo, como no estaba acostumbrado, empezó a tambalearse aun con Bakugo en brazos. Deku se dio cuenta e iba a ayudarlos, pero alguien se le adelantó, era Shinso que había visto todo desde lejos, él cual también le prestó la chaqueta que llevaba puesta, ya que el bicolor estaba totalmente desnudo. Deku le explico como amarrarse la chaqueta en la cintura, era algo provisional en lo que llegaba a su casa.

El peliverde le había dicho respecto a los tritones, al principio, creyó que él disfrutaba de la fantasía y quería compartir algo que había leído en algún lado, no obstante, le aseguraba que era verdad, le parecía un poco gracioso y tierno a la vez, pues era como un niño. Pero Izuku insistió y le dijo le mostraría a su amigo, el accedió porque le encantaba verlo emocionado, aunque no esperaba nada realmente, pero ahora que vio todo con sus propios ojos estaba estupefacto, se había quedado hasta sin palabras, de la impresión. Ahora en más, le creería a Izuku todo lo que le contara.

No obstante, pese a su asombro, era obvio que no era el encuentro que Izuku planeaba, uno estaba herido y el otro saber cómo pero había convertido su cola en dos pies.

— Gracias Shinso — sonrió todavía nervioso el peliverde por la situación — Por favor ayúdame a llevar a Kacchan a mi casa. El pelimorado asintió y lo cargó en brazos, vaya si no pesaba. Mientras tanto Izuku ayudaba a equilibrarse a Shoto.

— Tiene que ser rápido, en nuestra forma original no aguantamos tanto tiempo fuera del agua.

— ¿Qué? No puedes... ya sabes transformarlo al igual que tú lo hiciste.

— No, eso lo tiene que hacer uno mismo — explicó.

Por fortuna los cuatro no demoraron mucho para llegar a la casa, lo mejor era que Izuku vivía solo, por lo que no habría que preocuparse si alguien los descubriera.

— Shinso llévalo al baño y abre el grifo de la bañera. Iré a buscar el botiquín.

Para ese momento Shoto ya podía caminar sin ayuda, al principio fue difícil, pero era cuestión de acostumbrarse, siguió al pelimorado hacia donde había dicho el otro y vio atentamente cómo ponían a Bakugo en algo que según escuchó se llamaba bañera, se calmó al notar como se llenaba de agua ese artefacto.

El peliverde llegó corriendo con lo necesario y atendió la herida en la cabeza, por suerte no era profunda y dejó de sangrar una vez vendada. Luego Deku le prestó un par de prendas a Shoto, que bueno que tenía un conjunto que le quedaba algo grande.

Cuando todo se había resuelto los tres suspiraron aliviados, de seguro despertará dentro de poco. Shoto al ver que había pasado el peligro calmó sus nervios que había estado ocultando y se acercó a Bakugo tomando su mano, se sentía culpable, pues sabía que él tiene un carácter un tanto explosivo y su insistencia lo llevó al límite. Esa nunca había sido su intención, solo es que estaba preocupado por su seguridad y ese había sido el motivo del porque lo siguió en primer lugar.

Izuku vio ese gesto cariñoso que tenía ese tritón con su amigo, fue entonces que se dio cuenta de algo — Oh cierto, no nos hemos presentado. Yo me llamó Izuku y él es Shinso.

— Mucho gusto, soy Shoto.

— ¡Shoto! — exclamó con los ojos bien abiertos. Así que era él de quien su amigo estaba enamorado — Me alegra conocerte, por fin.

— ¿Habías escuchado de mí? — cuestionó algo confundido.

— Emm sí... Kacchan me contó de todos ustedes jejeje — expresó rápidamente, no podía decirle, de quién más había escuchado era de él.

— Oh. ¿Se conocen desde hace mucho? — preguntó con la mirada baja, mientras involuntariamente formaba el puño con su mano libre, de alguna forma saber que Bakugo fuera tan cercano con un humano le molestaba un poco.

— ¿Kacchan y yo? Noooo, no llevamos mucho de conocernos — el peliverde se había dado cuenta de la reacción del contrario, por lo que mejor decidió decir una pequeña mentira, para no empeorar las cosas.

— Izuku ¿verdad?, ¿podemos hablar un momento?

— ¡Eh si claro!. Shinso puedes ver a Bakugo un rato — el pelimorado asintió.

Ambos salieron de la casa y caminaron por la costa. No caminaron mucho, pues aunque Shoto ya podía hacerlo, aún lo sentía extraño.

— ¿Realmente podemos confiar en ti? — soltó de repente, era algo estúpido preguntar a estas alturas, cuando Bakugo estaba en su casa y él sabía que los tritones podían salir del agua y convertir su cola en piernas.

A Deku no le sorprendía esa pregunta, le costó un par de semanas para que Kacchan realmente confiara en él y la verdad entiende por qué son así, por lo que había escuchado de su amigo un día, la historia entre tritones y seres humanos no es precisamente algo bueno, entonces era lógico que ellos cortaran lazos con la humanidad, no puede imaginar lo que tuvieron que pasar los que perecieron por creencias tontas y sin sentido. Pero él no era así.

— Si — dijo esta vez muy seguro.

[...]

Mientras tanto en una pequeña mansión cerca del pueblo.

— ¡Madam! — entró corriendo un hombre al estudio — El chico llevo al tritón a su casa. Es el momento perfecto.

— Por fin, después de un año observando a ese inútil, estamos más cerca de conseguir ese poder que muchos creen que no existe, pero todos me envidiaran al ver que yo lo conseguí — exclamó siniestramente, a la vez que dejaba un libro antiguo, pues tenía las hojas desgastadas por el paso del tiempo. Lo guardo bajo llave, pues nadie más que ella podía ver el contenido de este.

— Prepárense para partir — su sonrisa solo denotaba emoción macabra debido a que estaba a punto de conseguir lo que estuvo buscando por tanto tiempo.

[...]

— Así que... sabes todo eso, porque lo leíste en un libro antiguo — aclaró el peliverde.

— Sí, mi madre me lo dio a escondidas cuando era más joven y desde entonces lo he estudiado casi a diario. Pero nadie más lo sabe.

— Vaya, con razón Kacchan no sabía nada. Bueno, considero que deberíamos regresar, ya que temo que pase algo cuando no estemos.

Caminaron de regreso a la casa, pero cuando estaban lo suficientemente cerca, escucharon gritos que provenían del interior. Los dos conocían la voz de quien era el artífice de tal escándalo. Entraron corriendo y fueron directamente al baño, encontrando una escena un tanto divertida: Bakugo le arrojaba a Shinso todo lo que alcanzaba, los shampo y los jabones estaban regados por todos lados, mientras que el pelimorado usaba la caja del botiquín como escudo.

El rubio cenizo cuando se giró para ver quien había entrado se quedó paralizado pues al lado del tarado de Deku estaba... Shoto... y con piernas.

— ¿Pero qué carajo? ¿Shoto?

— Hola Bakugo.

— Kacchan ¿cómo te sientes?

Pero Bakugo no respondió seguía viendo un tanto asombrado a Todoroki. Eso le causo un poco de gracia al peliverde y se le ocurrió algo.

— Oh mira la hora, hay que ir a hacer la comida ¿Me ayudas Shinso?, si verdad, vamos — agarró la mano del pelimorado, salió rápido del baño cerrando la puerta tras de sí y dejando a los dos solos.

"Maldito Deku" pensó Bakugo, era obvio porque hizo eso. Ahora que estaba en esta situación, realmente se puso nervioso, no tenía ni idea que decir, bueno quizás primero podría disculparse por haberlo atacado y aunque él era orgulloso, reconocía que se había equivocado y lo lastimó, esto no era bueno para mejorar la percepción que tiene Shoto de él, pero lo hecho, hecho esta.

Sabía que tenía ese tipo de poderes y de vez en cuando se iba a practicar solo, pero es evidente que todavía no los controla del todo.

— Lo siento Shoto — susurró.

El tritón lo había escuchado — No te preocupes, yo fui el que se puso pesado. Temía que te hicieran algo.

— Deku es bueno — aclaró.

— Me doy cuenta. Se asustó mucho cuando te vio herido.

— Maldito nerd, exagera todo.

— Yo también estaba preocupado.

— ¿Qué?

— Si, no sabía que hacer, pero Izuku nos trajo aquí y te curó.

— Ahora que tocas el tema ¿Por qué tienes piernas?

— Es un hechizo, tú también puedes hacerlo. Tienes que concentrarte y visualizarlo, aunque es temporal, pero nosotros que somos Valts nos es más fácil lograrlo. Aunque siendo sincero es primera vez que lo hago.

— Entonces pronto volverás a tener tu cola.

— Si y deberíamos...

Un estruendo interrumpió la conversación. Se oyeron pasos apresurados y la puerta se abrió de golpe. Deku tenía una cara de preocupación extrema.

— ¡Hay que salir ahora! Vamos a mi habitación, podemos salir por el balcón.

— ¿Qué esta pasando? — gritó confundido el rubio cenizo.

— No hay tiempo.

Todoroki cargó a Bakugo y aunque no era el momento no pudo evitar sonrojarse. Corrieron siguiendo al peliverde, el cual abrió una puerta de vidrio y saltó por suerte su casa era de un nivel y estaba cerca de la costa. Primero salió el humano y como pudo recibió a Bakugo, pero justo cuando Todoroki iba a saltar sintió un fuerte piquete en el cuello, que hizo que subiera su mano. El peliverde se percató que era un dardo tranquilizante, lo que provoco que Shoto no pudiera salir.

— ¡Shoto! — gritó espantado Bakugo.

— Huyan... — apenas pudo decir para después quedar dormido, pero antes su cola volvió a aparecer.

— ¡Noooo! — el tritón empezó a moverse tanto que Deku casi lo deja caer. Pero no podía permitir que también se llevaran a Kacchan, por lo que corrió como pudo en dirección al mar — Sueltame Deku, tenemos que volver.

— No Kacchan, Shinso y Shoto no querrían que nos capturen a nosotros también.

— ¿Shinso? ¿Qué sucedió maldito Deku? — preguntó aun más ansioso y Deku tuvo que aguantarse las lágrimas que amenazaban por salir, pues cuando escuchó el ruido fuera de su casa, vio como varios hombres armados liderados por alguien que conocía bien, había muchas historias de ella, pero no creyó que vendría y era obvio lo que buscaba, desconocía como se enteró, pero ya era lo de menos, tenían que salir cuanto antes, sin embargo, ya estaban lo suficientemente cerca, por lo que Shinso dijo que los distraería lo más que pudiera, para darles una oportunidad de escapar.

— Tenemos que llegar al agua primero, luego te contaré todo.

Por suerte pudieron escabullirse y llegar, Deku bajó al tritón que tenía una expresión algo sombría, pero también podía sentir la tristeza y la desesperación.

— ¿Sabes a donde se lo llevaron? — fue lo primero que preguntó, ya ni siquiera importaba como había pasado.

— Es posible que a su mansión.

— ¿Sabes quien fue?

— Sí, es una mujer llamada Momo.

Bakugo estaba furioso, además de que temía hacer la última pregunta, pero aun necesitaba saberlo — ¿Fuiste tú quien les dijo? — solo terminó de decir eso y alzó su mirada fulminante al humano.

— ¡¿QUÉ?! ¡No Kacchan! eres mi amigo, nunca te haría esto, ni a Shoto tampoco.

— ¡AAAAA MALDICIÓN! — gritó tan fuerte como pudo. Deku pudo entender su estallido, después de todo estaba igual de frustrado.

— Tenemos que hacer algo Deku. Debemos ir a esa dichosa mansión.

— Pero no puedes ir así — señaló la cola — puedes no sé, convertirlas en piernas como Shoto lo hizo.

— No lo sé, ni siquiera sabía que podía hacerlo — contestó frunciendo el ceño.

— Inténtalo.

El tritón asintió y probó hacerlo, pero nada. Volvió a intentar y tampoco, trataba y trataba, pero no estaba funcionando.

— ¡Maldita sea! — gruñó.

— Cálmate Kacchan, confió en que puedes hacerlo.

Le iba a gritar a Deku, pero este tenía razón, debía calmarse y concentrarse como le había dicho Shoto, cerró sus ojos, respiro profundo, entonces empezó a sentir un cosquilleo y algo que lo rodeaba. Pestañeo un par de veces y se dio cuenta...

Lo había conseguido.

Ahora tenía dos piernas, salió del agua de manera torpe, apoyado por Deku, claro esta. Le costó un poco, pero pudo acostumbrarse.

El peliverde se sacó su chaleco que llevaba puesto y se lo prestó momentáneamente. Cerca de allí había un grupo de jovenes, sabía que estaba mal, pero se escabulló y robó una pantaloneta, una playera y unos tenis, que había dejado descuidada, agradecía que esos chicos estaban distraídos bailando al rededor de la fogata.

Bakugo se vistió con un poco de ayuda.

Bien era hora de idear un plan para salvar a Shoto y a Shinso.

—Ponte esto, cubrirá tus piernas.— explico Izuku, dándole un pantalón algo desgastado al ceniza, quien se lo arrebató de las manos.

—Muy bien, así que... ¿Cómo vamos a salvar a nuestros príncipes azul- ¡Ack!— exclamó cuando Bakugou le dió un golpe en la cabeza, avergonzado.

—No empieces a bromear, Nerd, esto es serio...— gruñó, tallando su rostro, Momo era alguien asustuta y perseverante, toda su familia lo era pues sus leyendas seguían siendo contadas como advertencias para todo su pueblo.

Oh mierda, ¿Cómo reaccionarían sus amigos al saber de esto? Tiene que valerse por si mismo o nunca podrá tener el valor para decirle a Shoto sus sentimientos. Sin mencionar, que probablemente, una porción muy leve de todo esto, haya una oportunidad de que el bicolor se fijara en él como una potencial pareja...

—¡AAAAAH!— gritó, asustando al peliverde, quien estaba pensando a su lado.

¿¡Por qué estaba pensando esto!? ¡Su estatus con su crush no tenía nada que ver con el hecho de que Todoroki estaba en peligro! Es tan patético.

Todo por querer a alguien que no está a su alcance.

—¿Kacchan?— la suave voz de Izuku lo saco de sus pensamientos, cierto, tenía que idear un plan lo más pronto posible o esto empeoraría. —Kacchan, está bien tener miedo, no es-

Se levantó abruptamente.

—No tengo miedo, vamos por tu camioneta, tenemos que ir por ellos.— caminando de forma algo tensa, la determinación que tenía era suficiente como mantenerlo a pie.

El pecoso limpió sus mejillas, siguiendo a su amigo, no tenían otra opción.

[...]

Shoto despertó con un inmenso dolor de cabeza, no sabía dónde estaba, o como llegó aquí, pero el dolor de su cuerpo y la poca movilidad que tenía, se dio cuenta de que estaba en una vitrina o algo parecido.

Se levantó rápidamente, observando a todos lados a través de la verdosa agua y golpeando el vidrio con todas sus fuerzas, pero era inútil, ni siquiera había un rasguño.

—Deja de moverte tanto, lastimarás tu cola y la señorita Momo se enojará.— dijo una voz a su lado, donde salió una mujer de cabellera naranja.

—¿Quién eres?— preguntó a la defensiva, tratando de subir a la superficie para poder ver mejor, pero había un techo cubriéndolo por completo. —Soy Kendo, y soy amiga de la persona que tendrá un maravilloso poder gracias a ti.— explicó, por su tono de voz parecía ser que estaba muy feliz, pero eso no significaba que era una buena noticia.

—Ahora, trata de no moverte porque eres la carnada perfecta, y no quiero que mueras, quiero decir, ese es mi trabajo.— explico, dejando que un bote de pescado cayera sobre la cabeza del chico, estaba parcialmente ciego, así que eso lo hizo moverse hasta golpear el vidrio de nuevo.

—Disfruta tu comida.— y luego, lo dejó.

Hubo silencio, con Shoto tratando de limpiar sus ojos de forma inútil al igual que su cabeza, pues los peces dejaban viscosidad en él.

—Es una perra.— volvió a asustarse, golpeando su cabeza en el techo ante la voz de Shinso, quien estaba encadenado a su lado. —Haaa~ tan solo estoy feliz de que no hayan atrapado a mi Izuku, ¿Y tú?— guardó silencio unos momentos, rindiéndose en intentar enfocarse en el muchacho.

—Oye, no me ignores, tu novio el rubio, ¿No estás feliz de que este a salvo?— volvió a decir.

Shoto guardó silencio, dejándose caer en la piscina para después hacerse un ovillo, recordando los sucesos con detenimiento.

—No somos novios, pero si, estoy feliz de que este seguro...— comento, abrazando su aleta para intentar asimilar las cosas.

—Oh, es una lástima...— Hitoshi se acomodó donde estaba, lamiendo la sangre que caía de su nariz.

—Izuku me dijo que le gustabas... Pero bueno, tal vez y encuentre a alguien más-

—Espera, espera, detente.— interrumpió el bicolor. —Repite eso.— exigió, volviendo a levantarse para ver a su lado.

—¿Hm? ¿Que le gustas a Katsuki? Oh, ¿No lo sabías? Vamos, lo acabo de conocer y ya sé que te adora solo por la forma en la que mira, ¡Casi parece que le salen corazones!— el pelimorado no estaba sorprendido, parecía que esté tritón era bastante denso.

—...¿Es verdad?—

—Sí, uhm, si no recuerdo mal Izuku me dijo que desde que lo conoció le ha dicho de ti, es una lástima-

—Tengo que salir de aquí.— dijo alarmado, tocando de nuevo su pecera para intentar buscar una forma de regresar.

Shinso se quedó callado, tal vez fue una mala idea decirle eso al bicolor, pues ahora tenían el peligro de morir y él se iría sabiendo que jamás pudo decirle algo sobre sus sentimientos.

Tan solo esperaba que su novio estuviera bien.

[...]

Recapitulemos lo sucedido en un solo párrafo; Izuku y Katsuki se dieron cuenta de que la base de Momo no estaba en tierra, estaba en una isla privada, así que todo su recorrido en auto fue, en pocas palabras, inútil, así que el rubio tuvo que transformarse de nuevo en tritón y llevarse al peliverde en su espalda, cuidando de que no se hundiera y, por consiguiente, se muriera el muy estúpido. Sin mencionar que dieron vueltas por el océano hasta que Deku tuvo la maravillosa idea (después de casi media hora) de usar su teléfono para buscar alguna isla, no funcionó, así que Katsuki decidió ir a la deriva hasta que encontró una isla algo sospechosa, ¿Cómo? Ni siquiera lo saben.

Son idiotas, su señoría.

—Muy bien...— susurró Bakugou, levantando solo su cabeza a la superficie.

—No se ve nadie por aquí, vamos, sube.— Izuku no perdió tiempo y salió del agua, dejando caer su mochila amarilla a la arena para después ayudar a un recién transformado en humano Katsuki para correr en dirección a los arbustos.

—No se ve ningún guardia, Kacchan... ¿Seguro que este es el lugar?— pregunto, mirando su teléfono unos momentos antes de ver al ceniza.

—Puedo sentir la magia de Shoto... Pero es...— tocó el suelo, confundido. —Es algo extraño, la siento pero parece estar en movimiento, como si...— abrió sus ojos en pánico. —Como si estuviera en un bote...— se levantó, importandole poco que alguien lo viera, fue ahí que lo entendió todo.

—Es un Morax.— susurró, retrocediendo mientras su piel palidecía.

—¿Un que?— pregunto el contrario, asustado de lo que eso podría significar.

—Una isla viviente... Se alimenta de Valts y otras especies mágicas del océano, se habían extinto hace años no sé p-porqué- maldición, tenemos que encontrarlos rápido.— Izuku solo asintió, tomando algunas cosas que su novio le había dado.

Izuku comenzó a correr detrás del rubio, cuidando de que nadie los viera mientras buscaban algún tipo de edificio o guarida secreta que los villanos pudieran tener, hasta que pudieron visualizarla, era enorme, tendrían que-

—Hey, Deku, acércate.— Katsuki tomó su brazo y comenzó a crear luz con el contrario, luego, un extraño símbolo apareció en su extremidad.

—Mi viejo me enseñó esto para poder salir sin que mi vieja me viera, solo lo utilizaba para robar crustáceos.— Bakugou hizo lo mismo con su cuerpo, y desapareció, asustando al peliverde.

Y luego volvió a aparecer.

—¿Invisibilidad? ¡Eso-

—¡Shhh!— cubrió su boca. —Solo desaparece la forma física, tu voz no, así que tenemos que ser silenciosos, ¿Entiendes?— asintió. —Bien, ahora, yo iré a buscar a tu noviecito y a Shoto, tú irás a buscar el centro de este lugar y explotas todo con lo que sea que tengas en la bolsa.— Izuku asintió, y ambos entraron al edificio con el corazón a punto de explotar.

Mientras tanto, Momo observaba con una sonrisa como las cámaras térmicas detectaban a dos firguas entrando a su fortaleza.

Todo estaba saliendo conforme al plan.

—Kendo, Testutestu...— hablo, sus soldados rápidamente dando un paso al frente para escucharla.

—Preparen los harpones, es hora de ir a cazar unos cuantos Valts... Pero recuerden, ese bicolor es mío.—

—Si, Yao-Momo.—

Una sonrisa apareció en su fino rostro, al fin, este mundo sería solo suyo una vez que Morax devore la vida de los Valts más fuertes.

[...]

Shoto seguía golpeando el vidrio con desesperación, rasguñando de vez en cuando aún sabiendo que nada le causaba algún tipo de roptura, sin mencionar que el agua lo estaba asfixiando por lo sucia que estaba. A su lado, Hitoshi buscaba una forma de abrir sus esposas que encajaban cruelmente las muñecas.

Luego, se rindió.

—No tiene caso... No puedo abrirlas...— comentó, frustrado, y el constante golpe que Todoroki daba no era de ayuda.

—Hey, detente tú también, solo te esas lastimando.— comentó, bajando su mirada, pero el bicolor no se detuvo, tenía que ver a KatsukI, después de todo.

Shinso suspiró, cerrando sus ojos cuando un fuerte estruendo lo asustó.

La vitrina se había roto en mil pedazos.

Y luego, Shoto, quien estaba en el suelo tratando de respirar y tallar su rostro, desapareció.

Solo tuvo exactamente 3 segundos para asimilar eso cuando las cadenas que lo mantenían dónde estaba fueron destrozadas y luego, la vista de Katsuki y de Shoto frente a él fue lo que llegó.

—¿Dónde-

—¡Shh!— exclamó el ceniza, cubriendo su boca. —Tenemos que irnos, es peligroso, detrás de mi, ahora.— susurró, tomando los brazos de ambos para guiarlos fuera de aquella celda.

Había un tipo de ambiente tenso alrededor de ellos, no sabían que que podía pasar cada vez que abrieran una puerta o caminaran por los pasillos, pero esto había sido fácil.

Demasiado fácil.

—Katsuki yo-

El suelo bajo de ellos tembló, una potente explosión se escuchó arriba de ellos y Bakugou supo que Izuku había hecho su parte del plan.

—Por aquí, estamos cerca.— pasaron la última puerta y sintieron el sol sobre su rostro.

Pero fue opacado por la figura de Momo segundos después.

Todoroki trato de atacarla con fuego, pero el harpón que la fémina tenía en su mano ya iba en dirección a ellos y ni siquiera se fueron cuenta.

Lo segundo que vió fue la sangre de Bakugou salpicar su rostro mientras esté lo empujaba lejos del arma.

El hechizo de invisibilidad desapareció y quedaron al descubierto.

—¿A dónde creían que irían? ¿Al mar? ¡Ustedes están muertos desde el momento que puse mi mirada en ustedes!— Shoto estaba paralizado, solo podía observar como el cuerpo del rubio poco a poco creaba un charco con su propia sangre, pues la lanza se había incrustado en su costado izquierdo. Shinso intentaba detener el sangrado, pero apenas podía presionar sus manos sobre la herida, Katsuki estaba muriendo frente a sus ojos y no podía hacer nada más que ver.

Su corazón latía fuertemente contra su pecho, haciéndolo sordo ante los gritos de Hitoshi y la risa de Yaoyorozu, solo podía ver a aquel tritón que por muchos años trató entender y ahora que lo hacía, iba a perderlo sin decirle su respuesta.

Adormecido, se hincó, tomando el harpón para después arrancarlo del cuerpo tirado en el suelo, incendiando aquella parte para tratar de detener la hemorragia.

—Kendo, Tetsutetsu, tomen al rubio y dejen que el Morax de lo coma.— exigió, pero una bola de fuego impacto contra el cuerpo de la pelinaranja, quien fue protegida por el contrario.

—Pero que-

—Te mataré...— amenazó el bicolor, levantándose del suelo lentamente, con su rostro cubierto por una sombra.

—¡Juro que te mataré!— y con esto, se abalanzó contra ella, mientras que la azabache hacía lo mismo.

Sus cuerpos chocaron, mano a mano. Momo le dió un codazo al bicolor justo en su nariz pero este respondió con un golpe a su costado derecho, quebrando algunos huesos en el proceso, la sangre ya comenzaba a verse entre ellos peor no los detuvo, solo siguieron dando y esquivando golpes hasta que uno decidiera rendirse a la muerte.

Shinso, otra parte, estaba desesperado. Katsuki no perdía tanta sangre como antes gracias a lo que hizo Todoroki, pero eso no significaba que estaba fuera de peligro, pues si seguía en este camino, llegaría al choque hipervolemico, y no sabía que podía hacer si eso sucedía.

—¿Hitoshi?— una suave voz interrumpió sus pensamientos, por lo que giro rápidamente su cabeza para encontrarse con su pareja.

—Izuku, oh dios, iría a abrazarte pero Katsuki, él-

—¡Kacchan!— exclamó el peliverde, corriendo hasta donde estaban con una expresión de pánico. —¿E-estará bien? Es mucha sangre, tenemos que salir-

Un grito gutural los hizo ver hacía al bosque, donde Momo y Shoto seguían peleando de forma brutal.

Entonces, Shinso, en silencio, tomó las manos de Izuku entre las suyas para colocarlas sobre el abdomen del ceniza. Deku lo miro confundido pero presionó con fuerza, observando como el pelimorado se levantaba.

—¿A-A donde vas?—

—Tengo que hacer que Momo caiga al agua...—

—¡Pero Hito! ¡El chico plata sigue ahí-

—Si no lo ayudo no saldremos de aquí... Tu cuida a tu amigo, regresaré, lo prometo...— y con un casto beso, Shinso se fue.

[...]

Shoto no iba a poder detener a la azabache en tierra por mucho más tiempo, sin mencionar que la vida de Katsuki estaba en peligro, tenía que llevarla al mar si quería ganar pero se igualaban tanto en magia como en estrategia.

Pero él tenía una debilidad; no iba durar mucho en su forma humana.

Una vez que se transforme en tritón, ella tendrá la ventaja del 90%, podría morir en esos segundos.

Pero la furia que sentía no lo dejaba pensar, solo quería arrancarle la garganta lentamente con sus dientes y comerse sus ojos como tortura por haber herido a Katsuki, solo golpeaba y golpeaba sin sentir algún tipo de dolor.

—¿Acaso estás enojado porque lastime a tu pequeño amor?— se burló Momo, lanzando una esfera de magia.

—¡Una vez que termine contigo, te dejare vivir solo para veas como me como su magia de forma lenta y dolorosa, verás su rostro en dolor y sus lágrimas correr y todo será tu culpa! ¡Porque no pudiste protegerlo!— Todoroki golpeó el rostro de la fémina, lanzándola unos pasos atrás.

Y luego, ella estaba volando debido a una explosión.

—¡Todoroki!— grito Hitoshi, teniendo otra ganada en su mano. —¡Cayó al agua, mátala!— y Shoto solo corrió al océano, transformándose a su mitad pez para tomar a la herida Yaoyorozu y llevarla al fondo del mar.

Nunca se encontró su cuerpo.

[...]

Dolía.

Todo esto dolía, ¿Qué había hecho para quedar así de lastimado?

—Ugh...— se quejó, tratando de moverse pero se detuvo cuando un chillido atravesó sus tímpanos. —¡Blastyyyy! ¡Estás vivo!— exclamó Ashido, derramando lágrimas que no se hacían notar gracias al agua a su alrededor.

—Callate...— murmuró, sintiendo una mano masajear su cabeza suavemente.

—Estamls felices de que estés a salvo... Todoroki te trajo hace unos días, tuvimos que llevarte a rastras porque no respondías, dijeron que tal vez ibas a morir pero nñme negué a creerlo...— explico Kirishima, acariciando todavía su rostro.

—¿Todo... Roki?—

—¡Cierto-

—Katsuki, despertaste.— murmuró una voz que conocía muy bien aun cuando sus ojos estaban cerrados.

—Obvio imbecil, ¿Lo dudaste?— respondió, enojado por la lástima que le estaban expresando todos a su alrededor.

—¿Podría hablar contigo? ¿A solas?— solo hubo un latido de silencio antes de que todo el mundo saliera de la recámara, podía sentir la maldita sonrisa de todos pero justo ahora no le importaba.

—¿Que sucede, bastardo?—

—Hablé con Hitoshi el día en que Momo fue por nosotros.—

—Mhm...—

—Dijo que Izuku le había dicho muchas cosas de ti, pero como su amigo...—

—Claro.—

—Y que estaba feliz de que ustedes estuvieran a salvo...—

—Entiendo.—

—También me dijo que debí decirte adiós ese día por el peligro de no regresar.—

—Interesante...—

—Y cuando todo esto sucedió pensé que jamás volvería a verte.—

—Mh...—

—¿Es verdad que te gusto?—

—Por supuesto...—

Nadie dijo nada, Shoto miraba fijamente el cuerpo del ceniza quien abrió sus ojos por fin ante la revelación de sus palabras.

—Yo no- quiero decir- es posible pero no estoy 100% seguro porque- uh, no sé, ¿Tal vez? Eso te desagrada, ¿No es así? Puedo parar de estar a tu lado si quieres- ¡Woooah!—

Fue interrumpido cuando Shoto lo empujó contra la suave superficie de nuevo, tomando sus mejillas y quedar sobre su cuerpo, incapaz de salir.

—¿¡Q-Qué te pasa!?— grito Katsuki, pero sus insultos se quedaron en su garganta cuando los suaves labios del bicolor se estamparon contra los suyos, demandando que abriera su boca, cosa que no tardó en suceder.

La lengua del contrario se enredaba contra la suya mientras apretaba sus muñecas, restregándose uno con otro hasta que se separaron.

—No se que significa esto... Pero cuando te veo, no quiero que nadie más te tenga, no quiero que veas a nadie más, solo quiero que estés conmigo y que me veas como si fuera alguien importante... Tal vez... ¿Esto es amor?— Katsuki, tratando de recuperarse por lo anterior, solo le dió un cabezazo ante la idiotez del contrario.

—¡Estúpido, esto tiene su orden! ¡Pídeme que sea tu pareja!—

—¿Quieres que ser mi pareja, Katsuki?—

—¡Por supuesto que sí!— y volvió a besarlo, quien lo diría que lo que los uniría sería estar al borde de la muerte.

Fin

06/02/2022

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top