CAPITULO 9- TE ECHE DE MENOS
UN DÍA MÁS TARDE.
NARRA LUCIA.
Estaba asumida en el más absoluto silencio, veía trajes de fiesta y ninguno me gustaba, era un día muy importante, según me dijo mí no... Nathan, tenía que estar radiante, bueno más de lo que lo solía estar siempre, aunque yo no lo sentía así y lo veía como un mero trámite, sus padres se han empeñado en hacerlo todo lo grande, una cena de gala con empresarios y gente de postín, según me ha contado vamos a tener varios momentos emotivos, un coro vendrá a cantarnos cuando el inglés me ponga el anillo en mi dedo, después dirán varias palabras, y más tarde se terminará con una barra libre donde los presentes ahogaran sus penas en alcohol, qué bonito todo ¿no? ¿Cómo me debía sentir? ¿Alegre? Se supone que sí, al fin y al cabo voy a entregarme al hombre que amo, o al que quiero comenzar a querer.
Ahora mismo tenía una sensación extraña, como si algo me fuese a acontecer, una mezcla de nerviosismo y congoja recorría mi cuerpo, desde hace un rato mi corazón está encogido, temo que vaya a pasar algo, lo he achacado a toda la presión que últimamente estoy sometida, a que mi cabeza no para de pensar en todo lo que ocurre a mi alrededor, y en el pasado, sobre todo en eso... pero no, es el mismo presentimiento de cuando descubrí toda la verdad, igual malestar que cuando algo malo iba a ocurrirme, y aunque quería dejar todo atrás, no podía, mi mente ganaban la partida...
Justo enfrente de donde me encontraba, vi el vestido perfecto, expuesto en un maniquí estaba aquella joya la que debía llevar puesta en mi pedida, con él iba a parecer una princesa de cuento de hadas... me fijé en él, con unas mangas de encaje, completamente azul, con algunos detalles en dorado, era larguísimo, arrastraba una gran cola. Pasé mi mano por encima de él, era sedoso, un tacto muy especial, además concordaba muy bien con el tiempo que teníamos, no mucho frío, pero tampoco una calor espantosa, miré su precio y sonreí, 420 euros, mucho más barato de lo que pensaba, lo tenía decidido, este era, me había enamorado a primera vista...
- ¿le puedo ayudar en algo señorita? – preguntó una amable dependienta detrás de mí, me giré y tenía una gran expresión de agrado, era algo mayor, unos 50 años, en su rostro notaba un gran lunar en su mejilla derecha, una nariz puntiaguda, y unos ojos verdes, su melena era rubia, seguramente tintada, y por todos sus poros aparecía una serenidad que tanto necesitaba-
- Sí – contesté en el mismo tono- quería este traje – le señalé hasta él, y la mujer asintió con la cabeza- también me gustaría combinarlos con unos zapatos, un bolso, y algo para el pelo – toqué mi larga melena, y la eché hacia delante-
- De acuerdo – se subió en un escalón y comenzó a descolgar la prenda con sumo cuidado- creo que será tu talla, si acaso te quedará algo grande, pero aquí la costurera te lo arreglará, de eso no te tienes que preocupar, vas a estar bellísima con él, tienes muy buen gusto, chica – comentó mientras terminaba de mover el maniquí- tu novio estará orgulloso al verte así – me quedé impresionada al expresarme eso, no entendía nada, en mi boca se remarcó un leve "o" con mis labios- no te asustes, lo he sabido porque este tipo de trajes no se utilizan todos los días, en ocasiones donde serás la protagonista, para una boda no se suelen llevar un vestido tan despampanante – me dio mi vestimenta en la mano y sonrió- ve al probador, te llevaré un tocado y unos zapatos que estoy segura que te encantaran...
Obedecí su orden, puse camino hacía uno de los boxes, pero sin embargo algo en mi fue a más, ese mal presagio se engrandeció, me quedé parada y por mis fosas nasales me vino el olor a sus inconfundible perfume... esto debe ser una pesadilla, no está aquí, no me puede pasar a mí, intenté convencerme a mí misma, aunque con poco efecto, para quedarme más tranquila, eché un vistazo a los lados, y atrás, efectivamente no había nadie, seguramente habrá miles de hombres que usen esa misma fragancia, es más, mi cerebro me puede estar enviando esto, podría ser un efecto de mi olfato, o me estaré volviendo loca. Suspiré, tomé un poco de aire, y decidí seguir caminando hacia mi objetivo, pretendiendo volver a la normalidad, entrar en razón de una vez por todas y olvidarlo, haciendo creer a mi misma que sin ninguna duda, estar con Nathan era la mejor decisión que podía tomar.
Le enseñé el vestido a una de las dependientas que se encontraban antes de llegar al probador, está le quitó una pequeña alarma que tenía en la parte de atrás del vestido, me dio una pequeña tarjeta para poder abrir la puerta, y me señaló hasta el número adecuado, agachándose posteriormente para coger un objeto que no llegué a visualizar en el suelo.
Abrí la puerta, y la entrecerré antes de comenzar a desnudarme, agité mi pelo mientras me miraba al espejo que había justo delante de mí, me colé el vestido y vi como me hacía unas curvas perfectas, me di media vuelta como si fuese una modelo, y justo ahí fue cuando lo vi, me sobresalté, empecé a ponerme nerviosa, mis manos poco a poco fueron temblándome más y más ¿Qué hacía aquí? ¿Cómo había podido entrar? Lo reconocía perfectamente, pese a sus gafas de sol y la gorra, no podía negar que era él, su forma de la boca, su nariz... estaba a escasos centímetros de Daniel Oviedo.
- ¿Qué haces aquí? – pregunté alterada, la voz no me salía del cuerpo, era su olor, por eso me recordaba a él, esa era la extraña sensación que tenía en mi cuerpo-
- Princesa – al decir esto sonrió, se quitó las gafas de sol, y me derritió con su mirada- mi princesa – repitió mordiéndose el labio- estás bellísima, más de lo que te imaginaba - intentó poner su mano en mi piel pero lo evité- te diría que el vestido te hace más bella de lo que eres, pero eso es imposible, eres la más guapa del universo – el nerviosísimo cada vez era más evidente en mi cuerpo- te vi antes, he estado persiguiéndote un rato, cuando veías embobada el traje, cuando tomaste ese vaso de leche en la cafetería... estas bellísima – todo esto me empezaba a dar pánico, parecía un acosador-
- Daniel vete - hablé con un nudo en mi garganta- hazlo sino quieres que grite, llamaré a seguridad,a quien sea, vete - repetí- estoy con nathan somos novios lo amo,lo quiero -menti, joder esto me duele más de lo que pensaba, el nudo en mi garganta no ha cesado ni creo que lo haga- te he olvidado - termine aguantando la lágrima que estaba a punto de caer- - no eso es mentira- también negó con la cabeza- dímelo mirando a los ojos - acorto la poca distancia que nos quedaba- no te creo,vamos solo - al terminar estábamos pegados nuestras respiraciones chocaban y sus labios estaban a milímetros de los míos-
- no te amo yo quiero a Nathan me voy a casar con el - comenté tratando de asimilarlo, la primera que lo debía creer era yo, su mirada era limpia, me fijé en sus ojos y le dolía...Se que la última frase le había dolido- vete - le volví a pedir- me hiciste mucho daño, no sabés el daño que me hiciste, me engañaste, me mentiste...Joder Daniel, fuiste un egoísta de mierda...
- Un gilipollas - me corto los insultos- un malnacido, un patan, un ser ineuronal... Todo eso lo sé - trago saliva, y suspiró- pero lo soy por dejarte escapar... Te quiero, te sigo amando, te he buscado en otras chicas y nadie te podía igualar,ni siquiera - cerro sus ojos con tristeza, que parara,sino no se como reaccionare- deja a ese bono y busquemos el momento - le salió de su corazón, acorto los centímetros que nos separaban, me cogió por mi cintura y nos fundimos en un beso buscado y a la vez esperado, quizás dentro de unos segundos me arrepienta pero ahora no quiero,ni puedo parar-
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PUES BUENO AQUI TENEIS OTRO CAPITULO EN SERIO GRACIAS POR VUESTRO APOYO, QUE OS ESTA PARECIENDO LA NOVELA????? CAMBIARIAIS ALGO???
PRONTO MAS Y MEJOR PROMETIDOOOO GRACIAS POR EL APOYO Y LOS COMENTARIOS
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