CAPITULO 25- ME HACES FALTA.
MES Y MEDIO DESPUÉS. EL DIA DE LA BODA.
NARRA LUCIA.
Estoy ante uno de los días más importantes de mi vida, los nervios no han salido de mi cuerpo desde hace unas horas, me voy a casar, aún no me lo creo. Si os cuento la verdad, siempre imaginé que lo haría con el hombre de mi vida, con ese de la que estaría enamorada, con la que formaría una familia, lo celebraría en lo alto de una piscina, en una pasarela donde el agua nos rodearía, siempre pensé que yo elegiría las flores, el color de la decoración de la mesa, cantidad precisa que habría de croquetas en el menú. Pero nada de eso ha pasado, los padres de Nathan decidieron tomar las riendas de nuestra boda, gente de la que ni he oído jamás hablar vendrán a nuestro enlace. De ahí solo he podido decidir, que mi padre será quien me lleve al altar, el traje de novia, y por supuesto unos pocos invitados imprescindibles.
¿Os preguntareis que pasó después? ¿Cómo estamos? Porque a partir de ahora tendré que hablar en plural, ¿si he vuelto a ver a Daniel? Y todo eso podría resumirla en una sola palabra caos, porque desde el día que me rencontré con mi madre todo ha sido una locura, noches en develo, sentimientos a flor de piel, cruce de emociones encontradas, la inseguridad de no saber si hago lo correcto, y sobre todo un malestar por no haber podido tomar yo, una cantidad de decisiones que nos corresponden a nosotros y solo a nosotros. Pero ahora me paro a detallar aquellos detalles que seguramente estaréis deseando saber.
Daniel no vendrá, está invitado, pero lo conozco, y el dolor que ahora mismo siente le impedirá pensar con raciocinio, pero es lo mejor, está decisión que estoy tomando por ambos es la más acertada, y no podría ser de otra manera. La que si me acompañaran en este bonito día será mi madre, Eva y Juan Carlos, y por supuesto, Jesús, Celia, Nathan Emily y su pequeño, todos y cada uno de estos serán imprescindibles en ella. Mi padre y mi madre desde aquel día han aprendido a tener una relación cordial, según cuentan por mi bien hablan, pero creo que hay algo más, papá decidió a última hora quedarse a mi lado y no volver a su casa, y eso me ha hecho incluso a llegar pensar cosas raras, una impresión muy rara cuando ellos están juntos se apodera de mi cuerpo, parecen dos adolescentes riendo y lanzándose miradas furtivas de amor y deseo, todo esto sería normal, sino contamos el hecho que últimamente mi padre sale de seguido, sin decirme adonde va. Al principio intenté no ver cosas raras, pensaba que eran alucinaciones mías, pero tanto Nathan como yo hemos logrado observar que tal vez nuestro pensamiento sea cierto. Hablando del inglés estamos mejor que nunca, se ha preocupado porque yo me sienta bien y segura en la decisión que hemos tomado, nunca le confesé lo que dentro del cuarto de baño pasó, intenté olvidarlo, aunque sigue ahí, Daniel sigue en mis pensamientos, y en lo más profundo de mi corazón. No lo he vuelto a ver, y sí, lo echo de menos, desde nuestro encuentro siento que lo amo aún más de lo que lo hacía antes, y es una incertidumbre que me ahoga ¿realmente se pueden querer a dos personas tanto como lo hago con Nathan y Daniel?
Lo cierto es que pese a todo eso estoy segura, sé que voy a dar un paso muy importante en mi vida, pero que así estaré un peldaño más cerca de olvidar a Daniel, Emily mi amiga no entiende lo que voy a hacer, en el fondo es como si pensara que lo mío con Daniel puede salir bien, pero yo no lo tengo tan claro. Nathan me quiere, me ama, y es un chico fenomenal al que quiero, si lo quiero, cuando estoy junto a él soy feliz, el intenta fielmente que sienta lo mismo por él, que lo que siente por mí, y lo conseguiré.
Ahora estoy aquí, sentada en el borde de la cama, terminando de poner en mi cuello ese colgante de plata que me regaló mi madre para este día. Me miro al espejo y estoy especialmente espectacular, el blanco resalta mi piel, el diseño que llevo en mi cuerpo es sencillamente perfecto, es un diseño sirena de encaje, tiene una gran abertura en el centro, mostrando así mi pierna casi al completo, las mangas, el escote y casi todo el vestido está bordado en pedrería, cuando lo compré no me fije en el dinero, la que a partir de hoy será mi suegra insistió que cogiera el que más me gustara obviando el dinero, y eso hizo que no tuviera preocupaciones. El velo es estilo mantilla, con los mismos dibujos que hace el traje, y en mi cabeza llevo una tiara que parece sacada de un cuento de hadas, me siento muy orgullosa de cómo voy ataviada, pese a ser una de las pocas decisiones que he podido tomar en este día.
- Cariño – mi padre entró en el cuarto sin tocar, quedándose asombrado, todavía no me había visto- oh, estás guapísima, pareces una princesa, mi princesa – al decirme por ese mote, recordé cómo me llamaba Daniel, e inconscientemente una sonrisa apareció por mi rostro- tenemos que salir ya hacia la iglesia, el coche ya está en la puerta– anunció, dejándome un beso en la frente-
- Voy papá – le contesté mientras este se iba hacia la puerta- termino de ponerme el collar en el cuello – hace unos minutos Celia y Emily se marcharon hacia la ceremonia, han estado aquí mientras me vestía, dándome los últimos retoques y consejos de amigas-
Rápidamente me levanté y me dispuse dispuesta hasta el coche, iba nerviosa, cada instante que pasaba lo estaba aún más, con el traje me costaba andar, al bajar las escaleras de la casa no lo he pasado nada bien, pero mi padre estaba allí en el ultimo escalón para veme bajar y tenderme su mano. Cuando estábamos en la puerta para salir, mi padre apretó el pomo dejando la puerta entreabierta, lo contemplé como cerraba sus ojos y suspiraba.
- Nena – me llamó- voy un segundo al servicio – me informo haciendo un tintineo con sus piernas- ve yendo hacia el coche no tardo – terminó de abrir la puerta ayudándome, y fue rápidamente hasta el servicio-
Yo seguí andando hasta el coche pero antes de llegar, cada vez me costaba más andar, los tacones tampoco ayudaban a poderme mover con facilidad. Mis pasos cada vez eran más cortos, y una sensación extraña atravesó mi cuerpo una mano rodeó mi cuerpo, llevando la suya hasta mi boca para taparla, su aroma lo podía reconocer hasta en el infierno, era él.
- Princesa – habló con dificultad, su voz no estaba muy clara- ¿me has echado de menos? – preguntó costándole hablar, ¿estaba borracho? ¿Realmente estaba borracho?- estas bellísima con ese traje, princesa de mis sueños...
- Daniel suéltame, mi padre llegará – me excusé- va a vernos, tengo que irme, me caso – le conté, no lo veo, pero ahora mismo supongo que habrá negado con su cabeza, lo conozco demasiado-
- Me haces falta – comenzó a tararear en mi oído, todavía estaba abrazado a mi espalda, aunque su cabeza la tenía cerca de mi oído, pese a que estaba borracho se le entendía bien lo que cantaba- estoy contando los besos que diste y me faltas, porque aunque tú no te has ido, ya he visto esa carta, mas me haces falta. – poco a poco fue dando la vuelta, ahora estaba frente a mí, nuestra distancia cada vez era menor, y nos íbamos a besar en cualquier momento- Lo he intentado, es que no entiendo el final si yo nunca he fallado, es tan difícil amar con los ojos vendados, y así me has dejado. Y esa promesa que hiciste esa noche a la luna, voy a venderla porque me falló mi fortuna, si es de rogar yo prefiero quedarme callado, voy a esconder el dolor y que tú estás a mi lado. Me haces falta, porque aunque tú no te has ido, te extraña mi alma, y así me haces falta. Me haces falta, y aunque te tenga en mis brazos, no encuentro la calma, igual me haces falta. Lo escribo en tu espalda, aunque te vayas con mi corazón, me haces falta – al terminar la última frase acortó la poca distancia que nos quedaba y comenzó a besarme, cerré mis ojos y lo proseguí, mi cuerpo, ni quería ni podía parar-
https://youtu.be/DcI76DGy_jw
- No – negué una vez nos separamos- no puedo hacer esto, me voy a casar – mi corazón estaba angustiado al decir esto, iba a comenzar a llorar en cualquier instante- Daniel por favor...
- - pero este no hizo caso, seguía agarrado a mí como si fuera un mono- escapémonos, escapémonos juntos – me pidió, en sus ojos había un brillo especial, no puede hacerme esto, no-
Pero como si de una señal se tratara mi padre apareció abriendo la puerta de la casa, se sorprendió al vernos juntos, y se acercó un poco cabreado, rápidamente Daniel se separó de mí, e intentamos guardar las composturas, pero al separar nuestras manos dejó un papel que no pude ojearlo, pero diría que es una carta.
- Nos vamos – informó mi padre miró furioso a Daniel, y este tragó saliva, nos había visto besar- hija vámonos – entreabrió el coche y me ofreció su ayuda para que pudiese meterme, eché una última ojeada a él, y vi como se quedaba triste, alicaído, había venido a por mí, y solo se había llevado como última imagen verme vestida de novia, para casarme con otro, me hizo un gesto, como para que no me olvidara del papel antes dado, quería que lo leyera, estaba segura, lo conocía demasiado bien-
- Yo he venido a verla – habló con dificultad mi primo, ahora se le notaba más su embriaguez- pero ya me iba, solo supongo – me tiró una indirecta y no le hice caso, con cautela me adentré en el automóvil-
- Adiós Daniel – papá habló, montándose junto al conductor, cerró la puerta con fuerza, indicándole al conductor que pusiera rumbo hasta la iglesia-
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BUENO BUENO BUENOOO PUES LO PRIMERO FELIZ AÑOO CON UN POCO DE RETRASO... OSEA MADRE MIAA QUE YA ESTAMOS EN 2018 Y A DIA 3 INCREIBLE COMO PUEDE CORRER EL TIEMPO TANTO???? OSEA DE VERDADDDDD NO PUEDO CON MI VIDA.. JIJIJJI....¿COMO ESTAIS??? Y COMO HABEIS RECIBIDO EL AÑO????
OS VA GUSTANDO LA NOVELA???? OS HA GUSTADO EL VESTIDO??? AYAYAYYA DECIDME TODO DE ESTE CAPITULO POR FAVOR... POR FAVORRRRR LO NECESITOOOOOOO
PUES NOS VEMOS EN EL SIGUIENTE QUE ESPERO QUE SEA PRONTITO...
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