NARRA LUCIA.

Me desperté enredada en las sabanas, estaba completamente desnuda, los rayos de la mañana provenientes de la ventana, alumbraban mi cara, después de terminar la cena, volvimos a nuestra habitación, Nathan estaba radiante, feliz, podía contemplar una luz muy especial en sus ojos, desde que lo conozco en pocas ocasiones lo he podido ver así. Comenzamos a besarnos, la pasión supuraba por nuestros poros de la piel, nos desvestimos, nos abrazamos, y estuvimos haciendo el amor durante una gran parte de la noche. Después Nathan se durmió, estaba cansado y todas las emociones surgidas en el día habían causado estragos, pero yo en cambio me quedé pensativa, algo aparecía por mi cabeza para atormentarme, y no era Daniel precisamente.

El nombre de mi madre apareció por mi cabeza, me dolía no haberla invitado tanto a ella como a mi tía, es cierto que me quitaron la oportunidad de conocer a mi padre, pero mi corazón no podía tenerle rencor, la quería perdonar, ver a Nathan con su madre me ha hecho revivir momentos con la mía, ella me dio la vida, me calmaba cuando lloraba, tapaba todas mis trastadas, justificándolas como que eran cosas de niños, me cuidaba, me calmaba en días de tormenta, me acariciaba cuando tenía una pesadilla, me traía un vaso de leche calentita cuando estaba malita, o simplemente me daba ese consejo que tanto necesitaba cuando encontraba mal. No puedo seguir cabreada con ella, porque pese a todo la quiero, me siento mal pensar que no ha estado presente en uno de mis días más importantes, porque yo desde que nací estuve en los de ella, he sido muy egoísta, que ella se equivocó es evidente, pero que yo no tuve que optar por irme del internado, estar dos años apartada de ella, sin ni siquiera una llamada es algo que me pesará toda la vida, y hoy más que nunca me he dado cuenta de ello.

Me senté en la cama, cogí mi maleta que justamente la tenía entre la cama y la mesita de noche, y seguidamente empecé a rebuscar en ella aquella foto que tanto me gustaba, no había querido quitarla todavía de ahí, la llevaba siempre conmigo para la lo bueno y lo malo, puse de nuevo la maleta en su sitio, y me quedé mirando el retrato fijamente, éramos felices, Daniel, Jesús y yo, cuanto añoro esos momentos.

- Muñequita ¿qué te ocurre? – una voz de ultratumba sonó al otro lado de la cama, dirigió su mano hasta mi espalda, se puso a mi misma altura mientras jugueteaba con el cierre de mi sujetador- ¿estás bien? ¿Por qué lloras? ¿Por qué miras esa imagen? – lanzó una batería de preguntas, de las que ni yo misma sabía cómo responder, ha luchado durante todo este tiempo porque perdonara a mi madre, la ha defendido, la ha apoyado, y la ha justificado, días antes de todo esto intentó que la invitara, pero mi orgullo había sido más fuerte que lo que pedía mi corazón, porque aunque fuera muy flojito, mi corazón ansia ese reencuentro con mi madre- ¿la vas a perdonar? Dime que la vas a perdonar, mi amor - me besó en la mejilla coqueto- si eso no fuese así no lo entendería – expresó intentándome hacer reaccionar, suspiré para justo después mirarlo, porque quizás en sus ojos tendría la respuesta a esta encrucijada-

- No lo sé – confesé triste- no sé lo que quiero hacer, porque por un lado necesito perdonarla, pero fue tanto el dolor que me causó que no sabría si podría llegar a tener la misma relación que teníamos antes – y así era, ¿y si a cada instante que estaba junto a ella me recordaba lo que me hizo? Y lo peor, ¿y si era ella la que ya no quería verme?- Nathan, me va a rechazar, y es normal, en dos años no he sabido nada de ella, me voy a casar y se habrá enterado por la prensa, ni si quiera le he preguntado por ella a mi primo...

- No, te equivocas – puse la cabeza en su pecho y me acurruqué en el, necesitaba que alguien me apoyase, que me diese ese abrazo que tanto necesitaba, que me susurrase al oído que no pasaría nada, que todo estaba bien- estoy seguro que te recibirá con un abrazo, que te dará un beso, y que volveréis a tener la plena confianza que teníais antes – dirigió su mano hasta mi cabeza, y empezó a darme un leve masaje- Lu-xia, mi Lu- xia eres tan buena que no se te puede decir nada, cualquiera que te conozca querría tenerte siempre a su lado, muñequita – entonces dirigió su boca a mi oído- todo irá bien, todo estará bien, yo te cuidaré, no te dejaré – parecía sacado de una cancioncilla para dormir, trasladó sus labios hasta mi boca y me besó-

- ¿de verdad? – cuestioné intentándole hacer caso, este puso un gesto gracioso con su cabeza, y aprovechó para rodear mi pierna con las suyas- Nathan, eres muy bueno, mi niño, cada vez te quiero más...

- Muñequita, me vas a hacer sonrojar - se ruborizó, se tocó su nuca, y me miró- Quizás deberías hablar con tu padre – sugirió tocando ahora mi brazo- él también debería hablar con tu madre, está aquí, aprovecha para unirlos – ideó- si ellos dos hablan todo irá mejor – ladeó su cabeza, como si fuera un perro para mirarme mejor- imagina por un momento que ellos se perdonan, no digo con esto que tengan que estar juntos como pareja, pero que lleven una relación de amistad, eso sería perfecto – suspiró, provocando que yo me ilusionara- seguro que tu siempre has querido ver a tu padre y tu madre juntos ¿no? – preguntó y yo asentí, pero joder no me puedo ilusionar, eso es muy difícil, entre ellos hay una cantidad de obstáculos que la mayoría parecen insalvables-

- Nathan pero – intenté hablar, para explicarle todos los peros, pero este rápidamente puso su mano en mi labio impidiendo que siguiese hablando, negó con la cabeza y de su boca salió un "shh" muy sonoro-

- Si no lo consigues al menos lo habrás intentado ¿no? – me animó, saliendo de la cama- pero y si eso ocurre ¿Qué? – se preguntó ahora mismo con una sonrisa en la boca, lo conozco y por dentro estará celebrando que consigue salirse con la suya- tendrás a tu papá y mamá juntos, podremos ir con ellos todos los domingos a comer, ¿piensas que eso no vale la pena? – inquirió-

- No van a querer reencontrarse Nathan, no hay que ser muy listo para saberlo – contradije, buscando una solución, sobre todo papá es muy cabezón- no va a valer de nada, si le digo a mi padre que vayamos a ver a mamá se negará, Nathan no voy a conseguirlo – y llevaba razón, se dio la vuelta con una sonrisa maléfica, no sabía que Nat también tenía su parte malvada, su demonio dentro del corazón angelical-

- También puedes engañarlos ¿no? – de su cuerpo salió una carcajada- si tu padre no sabe dónde vamos, no se podrá negar, y si ya están allí pues... - madre mía, no sé, la idea no me parece tan mala, debo estar todavía afectada por lo de ayer, o quizás dormir en el mismo colchón que Nathan esté produciendo que no le pueda llevarle la contraria, pero es una gran idea analizándola, al menos que mi padre se vaya indignado de allí, y no quiera saber nada de mí, pero tratándose de su hija favorita, no se lo negará-

- ¿Cómo puedes llegar a ser tan retorcido? – pregunté y este enarcó sus hombros- No sabía que tú también podías tener maldad cariño mío – me acerqué, lo tiré en la cama, y comencé a besarlo-

- Para, stop, para – pronunció dándome besos- sino paras terminaremos igual que anoche, y no podrás darle la pequeña sorpresa a tu madre y tu padre ¿no? - ¿pero ya? Este chico cada vez está peor- además, que como sigamos así te vas a salir con la tuya, y vamos a ser papás, porque madre mía parecemos conejos – comentó haciendo que me detuviera para reírme- contra antes vayas mejor, tu papá se va mañana, queda muy poco tiempo, vamos a presentarnos en el internado ahora mismo – y además, temo que si no lo haces ahora no lo harás nunca, muñequita – me dio un pico, y una leve palmada en el culo para levantarse- vamos, Lu-xia, llevemos ya a tu padre con tu madre... 

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BUENO PUES AQUI TENEIS OTRO CAPITULO, OS SIGUE GUSTANDO, ¿CAMBIARIAIS ALGO? NECESITO QUE ME COMENTEIS... PARECE QUE LUCIA Y SU MADRE SE REENCUENTRAN, ¿COMO CREEIS QUE SERÁ? 

PUES BUENO MUCHAS GRACIAS POR SEGUIR AHÍ Y NOS VEMOS PRONTITO CON OTRO CAPITULO, ESPERO QUE AHORA CUANDO LLEGUEN LAS VACACIONES LO HAGA MEJOR... GRACIAS POR SEGUIR AHÍ.