CAPITULO 1- ¿COMO TE ENAMORASTE DE EL?


DIAS MAS TARDE....

NARRA LUCIA.

Después de mi primer día de universidad volví a casa, había decidido estudiar Psicología, quizás así era la única forma de entenderme mejor, Nathan también comenzaba allí, Dirección de Empresas, eligió para encargarse de las de su padre. Parece mentira que ya hayan pasado dos años, es que todavía no me creo que esté aquí en una casa muy lujosa y grande, a unos metros de la de papá, alejada de unas personas que creía que eran irremplazables en mi vida, pero eso era pasado, desde hace unos días, mi nuevos horizontes se quedaban junto a Nathan, ese chico tan bueno, que me sacaba una sonrisa cuando la necesito, y del que me gustaría enamorarme de una vez, lo necesito, quiero hacerlo feliz, no verlo solo como un amigo sino como algo más...

Entré en la cocina, cogí una manzana y me la llevé a la boca, ante la atenta mirada de Silvia, nuestra asistenta, era algo mayor, tendría unos 60 años, un hijo algo mayor que nosotros, el cual ya le había dado un nieto, e iba todos los fin de semanas a visitarlo, pese a su edad, era muy inquieta, siempre estaba de un lado para otro, como si fuese una polvorilla. En la vida lo había pasado muy mal, primero tuvo que marchar junto a su marido a Inglaterra, para que este trabajara, pero eso solo duró unos años, al poco tiempo enviudó, sola en un país extranjero, y con un hijo de pocos meses, al que mantener, no tuvo más remedio que ponerse a trabajar, y lo hizo como sirvienta en la casa de los padres de Nathan, Conocía toda mi historia, desde que puse un pie en esta casa me sintió como alguien cercano, como una madre, para ella Nathan era su niño pequeño, lo había cuidado, desde que salió del vientre de su madre, y de grande, se la ganó por su inocencia, y su forma de ser, de tratar a la gente, es un chico que necesita cariño y yo estoy dispuesta a intentar dárselo.

- Hola niña – me saludó, como solía llamarme normalmente, era muy cariñosa, estaba siendo un pilar fundamental en esta casa, y aunque intentaba ayudarla todo lo posible, ella siempre dice que está ahí para eso, que no tiene nada en las manos, ni piernas para trabajar- ¿Qué tal las clases? – preguntó con una sonrisa en sus labios-

- Bien, hoy solo ha sido una toma de contacto – contesté dándole un beso en su mejilla- y muy cansada – cogí una de las patatas que estaba pelando, y me la quitó de la mano-

- Para eso estoy yo – refunfuñó enfadada- no me vais a quitar todavía de trabajar – se fue para el otro lado de la cocina y encendió el fuego- ¿y mi niño no ha llegado todavía? – averiguó, yendo hasta el horno- mira le he hecho un bizcocho de limón, su preferido – contó orgullosa- es un niño muy especial, le invoqué a sus padres muchas veces que no lo llevaran a ningún internado – se quedó parada, en ese momento vi como sus ojos le brillaban- pero no me hicieron caso, yo lo iba a cuidar, si ya cuidaba al mío, también lo podía hacer con él, que era mucho más tranquilo y bueno – se sacó una foto de su cartera, y me la mostró orgullosa, era él de pequeño- no me digas que no era guapo... y muy bueno, le daba el biberón y se quedaba dormidito, recuerdo como lo dejaba en un rinconcito y ahí se quedaba, sin ni siquiera protestar – y así seguía siendo, desde luego que cuando se pone a leer, o ver la televisión ni parece que esté en casa- cuando fue creciendo, lo dejaba viendo sus dibujos, o dormido, y no parecía que había un niño, le encantaba colorear, cada vez que íbamos a una tienda me pedía un cuaderno, y los helados – se paró para carcajear- se volvía loco cuando estábamos en una – en ese momento recordé como se puso cuando fuimos a la heladería-

- Has sido como su madre ¿verdad? – sonsaqué y esta asintió con la cabeza- se nota que lo quieres mucho, por como lo defiendes, como hablas de él, es un chico muy especial, y que se gana el cariño de cualquiera – esto último lo dije suspirando-

- Normal que tú te hayas enamorado de él – afirmó mientras seguía pelando patatas, y sentí como si me clavaran un puñal en el corazón- mi niño es increíble, el mejor, tiene un corazón que no le cabe en el pecho, generoso es un bebé grande...

- Nathan es muy bueno – comenté casi sin ganas, dolida por lo que le estaba haciendo, porque por más que lo intentara no lo amaba- yo lo quiero mucho – no como el espera, dije para adentro- y bueno el otro día me pidió algo más, y yo acepté – vino hasta mí y me abrazó- tengo que olvidar mi pasado, creo que lo tengo superado – falseé de nuevo, esto no me gustaba- aunque todo esto sin él hubiese sido imposible – eso fue lo único cierto que conté-

- Me alegro que hayáis afianzado lo vuestro – habló sonriente- ¿te puedo hacer una pregunta? – interrogó y asentí- ¿Cómo te enamoraste de él? Ya sabes... ¿en qué momento pudiste olvidar a Daniel y quererlo a él? – preguntó de nuevo y no supe que contestar, la verdad es que eso no había pasado nunca, aunque espero que en unos meses ocurra-

- Hola muñequita – el inglés apareció por la cocina, salvándome de este momento incomodo, me dio un pico en los labios, y me agarró los mofletes- oh, huele a bizcocho de limón, mi favorito – Silvia comenzó a reír- oh los profesores son todos unos fucking aburridos – expresó con gracia- pero cuando llego a casa, estoy con mi prometida, con la niña de mis ojos, con esa que me tiene enamorado – a cada palabra que decía me daba un beso- y con mi segunda mami, con mi consentidora, y por la cual me pondré como una foca – se acercó a ella y la abrazó-

- Espero que me deis pronto un nietecito – nos avisó seria, y yo me atraganté- quiero cuidaros a vuestro bebé, un nene mimado de la abuela, o una princesita, que me pida que le haga trencitas – con sus manos las hizo imaginariamente- no quiero morirme sin conocer a vuestros hijos – comencé a toser, y Nathan me miró, haciendo una mueca extraña con su cara, de esto no habíamos hablado, primero porque solo somos novios desde hace unos días y porque sabe que no lo amo todavía como el quisiera -

- Oh eres muy joven aún – la besó en su mejilla, y me guiñó el ojo- nos queda tiempo, primero nos casaremos muy pronto – anunció- y después vendrán los bebes, muchos campeones, y muñequitas para que los mimes, les hagas tartitas y bizcochos – en eso me recordó a Daniel, él también lo quería- aunque eso se lo puedes seguir haciendo al papá – susurró en su oído lo suficientemente fuerte-

- ¿os vais a casar? – interrogó curiosa, dejándome en shock, eso ¿nos vamos a casar? Como no sea con la fregona, no sé nada de eso- no me puedo creer que mi niño, ese que hace muy poco, le cambiaba los pañales, porque no consentía estar ni un solo segundo mojado, se me vaya a casar, si hace unos días te estaba bañando, porque no querías crecer – comentó, e hizo avergonzarse a mi... novio, que extraño suena eso-

- Papá quiere que nos casemos – confesó bajito, dejándome descolocada- no está de acuerdo con que vivamos juntos, sin ser marido y mujer – suspiró- y aunque le haya explicado que somos muy jóvenes quiere boda – terminó de hablar dejándome desorientada- quiere hacer muy pronto una pedida de manos en público, con la prensa, para que salgamos en las revistas - ¿Cómo? De eso no sabía nada- con otros amigos empresarios, y después una boda multitudinaria – Silvia lo besó con alegría, di unos pasos atrás, y me senté mareada, no me gustaba como empezaba esto-  

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BUENO PUES AQUÍ ESTÁ EL PRIMER CAPITULO, ¿QUE OS HA PARECIDO? ¿ era como esperabais? ¿os va gustando? 

muchisimas gracias por vuestro apoyo en serio... gracias, sois lo mejor, sin ustedes esto sería imposible... gracias

ahora os quiero pedir un favor, pasarse por la novela de @aregmlrs se llama casi sin querer...  por favor es la antigua cuenta de @StoriesftGemeliers y seguro que os encantará como todas sus novelas. 

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