Capítulo 4
Guardaba los libros para irme al instituto. Su recuerdo seguía latente en mí y me acerqué a la ventana, para ver sí se encontraba apoyado en el árbol.
De pronto, creí verlo, pero solo había sido una ilusión.
Caminaba rumbo al instituto, y llena de suspiros, lo recordé tan guapo y sereno. Sin evitarlo me desvíe del camino, rumbo al instituto, y fui al lugar secreto.
Miré todo el sitio y sentí una inmensa paz en todo a mí alrededor.
Vi la pileta y me acerqué a ella. Pretendía reconstruir el personaje que alguna vez cree para mis historias de amor. Su imagen la había tenido grabada en mi mente por años.
Miré la altura de los árboles y que sus hojas podían tocar el cielo...
Saqué una hoja de mi cuaderno y me puse a dibujar el retrato de mi personaje querido. Dibujé sus profundos y seductores ojos celestes, los que su mirada siempre me asechaba, después, su cabello largo y rubio.
Dibujé sus labios, y deseé besarlo con deseos, tal como aquella noche, cuando él me besó.
Oí el viento y sonreí; tenía su rostro terminado. Lo miré con detenimiento y pensé en él, en mi amor existente.
Su retrato estaba casi terminado. Solo me faltaba dibujarle la chaqueta rayada...
Le pintaba las rayas negras de su chaqueta y levanté de pronto la vista y lo vi, a él, parado frente a mí. Mi corazón se aceleró y Joey me sonrió con su apasionada sonrisa.
Lucía muy guapo; llevaba unos jeans oscuros, una playera negra y una chaqueta, de color café claro.
Me miró tan dulce y atractivo, como lo era, solo él, en aquel instante, y yo lo miré sin habla. Solo sostuve su retrato, de joven, en mi pecho.
Se me acercó, y yo nerviosa, respiré hondo y Joey me miró apasionado. Tomó mi mano y mi corazón estalló de brincos.
Me perdí en sus intensos ojos celestes.
<< Tiene los ojos tan preciosos. >>
<< Una mirada profunda e irresistible, ante la mía. >>
Me alejé, nerviosa, de él, frente a su apasionada actitud. No alejé su retrato de mi pecho.
Joey me miró y yo lo miré con aquel sentimiento de amor más latente en mi corazón.
_... Quiero mostrarte algo.
_ ¿Qué cosa?
Le mostré el retrato suyo, que yo había dibujado, y Joey lo miró con detenimiento.
Yo lo miré, y sin evitarlo, lo encontré demasiado guapo. Quería volver a besar sus labios.
Sin dejar de mirar su retrato, yo contemplé las facciones de su rostro.
_ Dibujas muy bien. Tienes habilidades.
_ ¿Este eras tú? – me miró profundamente.
_ Si. Ahí yo tenía 23 años...
Era mucho para ser cierto, la impresión me regresó, y torpe, me alejé de él y Joey me siguió.
Solo pensé en aquello. Me costaba creer todo lo que estaba sucediendo.
Joey me tomó por la espalda y me susurró:
_ Trata de tranquilizarte...
Yo solo lo miré, miré sus ojos con asombro y no pude más y me desmayé en sus brazos.
Me observó atento en sus brazos y me besó con todas sus ansias y anhelos. Yo le correspondí a su cálido beso.
No quería que dejara de besarme y yo seguí besando sus labios. Joey fascinado, siguió y me besó con más intensidad.
Acaricié su cabello, y luego, al terminar de besarnos, lo miré perdidamente.
Él me sonrió con ternura.
_ ¿Cómo te sientes?
_ Un poco mejor. Aunque, todavía estoy un poco mareada y sorprendida.
_ Ven. Vamos a que te sientes.
Me ordenó y me apoyó en su hombro y me llevó a sentarme.
Nos miramos y él se encuclilló frente a mí. Acarició mi mejilla.
_ ¿Pensabas decírmelo algún día?
_ Si. Tenía pensado en contarte quien soy realmente, pero pretendía esperar un tiempo más para ello. Debes entender que no es fácil contarle a alguien, de la noche para la mañana, que eres alguien famoso. - se sentó junto a mí.
_ Entiendo.
_ Espero que después de esto, tú no te alejes de mí y podamos seguir viéndonos tal como hoy. – dijo y me miró un poco preocupado, y tierno a la vez, por lo que podría pasar. Yo le sonreí.
_Claro que nos seguiremos viendo. No puedo alejarme de ti, Joey. Solo deseo tenerte a mi lado.
_ Yo también quiero que lo estés siempre. – me sonrió perdidamente.
Aún sorprendida por todo, solté un suspiro.
_ Es increíble. Aún no puedo creer todo esto.
_ ¿Qué te cuesta creer, que soy un cantante, o que soy el cantante de todas tus historias de amor? – interesado en oír mi respuesta, sonrió apuesto.
_ Creo que ambas.
_ Tal vez, era nuestro destino conocernos por esta dulce circunstancia. Es maravilloso haberte conocido. - volvió a sonreírme.
_ Joey. – le sonreí – Esto es bonito y mágico a la vez. Mi personaje, que alguna vez cree, existe y eres tú.
_ Se escucha tan dulce y tierno cuando lo dices. Quizás, nadie nos crea, pero es algo nuestro, que nos unirá siempre, y es lo único que nos debe importar.
Tomó mi mano, yo lo miré perdidamente y le sonreí con emoción, e ilusión. Sus ojos celestes se me hicieron más irresistibles.
Joey se colocó de pie, y sin soltar mi mano, amé que no la soltará.
Nos sonreímos perdidamente enamorados.
Tomados de la mano nos fuimos de su lugar secreto y caminamos lentamente por las calles con rumbo desconocido.
Miré su rostro y el sol iluminó su cabello cobrizo y volví a amarlo sin límites. Joey sonrió y me penetró con su profunda mirada. Yo le sonreí con vergüenza y él, fascinado por mi actitud, apretó mi mano con cariño.
Entramos a una pequeña arboleda, y yo risueña, me imaginé a los dos siendo novios y el corazón me brincó de alegría y de amor, pero rápidamente, borré ese sueño de mi mente y pensé, de inmediato, en que podría estarme haciendo falsas ilusiones con él.
Lo miré y sentí desconfianza y temor.
Miles de hojas se desprendieron de los árboles y cayeron lentamente a nuestro alrededor. Las miramos caer y yo me solté de su mano.
Lo miré con suspicacia y él miró caer una hoja del cielo. La tomó en su mano y yo me derretí al mirarlo. Lo encontré demasiado guapo en ese preciso instante.
Me olvidé de lo que había pensado y me le acerqué y lo abrasé por la espalda. Sin temor alguno, apoyé la cabeza en su hombro y Joey sonrió con ternura y colocó su mano sobre la mía.
_ ¿Qué pasa? – sin soltar mi mano, se volteó y me sonrió. Yo seguía abrazada a él y me reí con pudor.
_ Nada. Solo me dieron deseos de abrazarte.
_ Que dulce eres.
Ambos nos sonreímos y yo sentí que su compañía lo era todo, en esos instantes, y sin poder evitarlo, lo quise y amé aún más.
Seguimos caminando y Joey, con frecuencia, me miraba a su lado.
Tenía sus manos metidas en los bolsillos de sus jeans, lo que me resultó muy atractivo y sonreí con anhelos.
_ Joey ¿Eras un cantante muy famoso cuando eras joven?
_ Se podría decir que en un momento lo fuimos con la banda. Éramos jóvenes, guapos. Atraíamos a las chicas y nuestra música se escuchó mucho en las radios locales. – sonrió con nostalgia al recordar aquellos recuerdos del pasado.
_ Deben haber sido los mejores de todos tus tiempos, Joey. – le sonreí.
_ Si. Fueron muy buenos tiempos para la banda, en general, pero hoy en día tampoco nos quejamos. Estamos muy bien en el ámbito de nuestra música.
_ ¿O sea que todavía sigues tocando con tu banda en los escenarios? – me sorprendí y me pareció increíble. Él me sonrió.
_ Si. Ahora estamos de vacaciones. El mes próximo retomaremos de nuevo y comenzaremos a trabajar en el disco nuevo.
_ Eso es genial, Joey. Me parece tan interesante saber un poco más de ti.
_ ¿De veras, hermosa? – le sonreí otra vez con pudor.
_ Sí. Me pareces una persona muy especial y dulce. Además, también me pareces muy guapo...
_...
Me miró un poco sorprendido y luego, tierno, me sonrió nervioso y coqueto a la vez.
<< ¡¿Por qué le dije eso?! >>
<< ¡Ay no! >>
No me resistí a su mirada y encanto y en un acto desesperado hui de su lado. Me sentí muy avergonzada y tonta por lo que le había confesado.
_ ¡Stephanie, espera!
De pronto comenzó a llover, y sin detenerme, corrí, sin saber a dónde ir, y la lluvia me cubrió.
Joey tras de mí, me gritó que me detuviera.
_ ¡Espera! ¡Detente, hermosa, por favor!
No lo toleré más, y me detuve, y volteé a mirarlo.
_ ¡Aléjate de mí!
_...
Joey sin comprenderlo, yo no me di cuenta de que, justo detrás de mí, había un charco de lodo y retrocedí unos pasos y me caí en él.
Joey corrió a sacarme y me vio tirada adentro de aquel charco y bajó para ayudarme. Se embarró por completo, al igual que yo.
Traté de levantarme, y toda cubierta de lodo, lo vi acercarse, e intenté alejarme, pero Joey lo impidió y tomó mi brazo.
_ No te vayas, por favor...
Miré su rostro con lodo y Joey, sin resistirlo, acarició mejilla.
_ Eres muy bonita y especial, Stephanie.
_ Eso no es verdad. Tú no puedes pensar algo así de mí, porque soy demasiado joven para ti. Solo quieres burlarte de mí.
_ Estás equivocada. Yo no quiero engañarte, diciéndote estas palabras, pero con el poco tiempo que llevo de conocerte, me resultas ser una persona dulce y especial. Te encuentro muy bonita.
_...
Tocó mi mejilla sucia, y yo sin saber que decirle, sentí que el corazón se me disparó y lo amé más aún.
Se acercó más a mí, me miró apasionado, y yo nerviosa, torpe, me hice para atrás. Sentí que mi corazón, en ese instante, se saldría de mí, pero Joey se acercó de todas formas a mi rostro. Pude sentir su aliento respirar sobre el mío y lo miré con pudor. Joey me miró intenso y me susurró:
_ Siento algo muy especial y fuerte por ti.
_...
A punto de confesarle mis sentimientos por él, preferí callar y cerré los ojos y Joey me
besó.
No me pude resistir y le acaricié su cabello.
Al término de besarme, lo miré desconfiada, un poco agobiada y Joey me observó.
_ Quiero irme a mi casa...
_ ... De acuerdo, Stephanie...Será como tú quieras...
Dijo abatido y desvió la mirada con decepción.
Me llevó a mi casa...
Me apegué en la puerta de mi habitación con el recuerdo en el charco de lodo, donde había vuelto a besarme.
No podía dejar de sentir lo que sentía por él y me ensimismé en aquel último y apasionado beso.
<< Me besó en ese asqueroso charco. >>
<< No le importó que estuviéramos todos cubiertos de lodos. >>
<< Joey, me besó. >>
Recordé su mano junto a mi mejilla. No le importó que estuviera sucia con lodo y sonreí.
<< Siento algo muy especial y fuerte por ti...>>
Me llené de felicidad al recordar una y otra vez todo aquel momento, pero sentía temor. No sabía si creer en lo que me había confesado.
Sin poder evitarlo, me había enamorado profundamente de Joey y me dolería mucho si me estuviera engañando...
Sus besos me hacían sentirme viva, y dichosa. Y aunque yo era un poco joven para él, aquello no me interesaba, pero me daba miedo que solo quisiera reírse de mí...
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