Capítulo 18
Esa misma noche...
Esperándome sentado en su cama, yo entré a su habitación con mi pijama maternal. Caminé hacia él y Joey me observó apasionado. Sonrió enamorado.
Yo le sonreí con dicha, él me miró con ternura y colocó sus manos en mi barriga. Acarició con ternura a nuestro hijo, observó mi enorme barriga y yo le acaricié su cabello.
_ Pensé que nunca conocerías a tu hijo. – lo miré con amor hacerle cariño a nuestro bebe.
_ Como te dije una vez, era nuestro destino conocernos por esa extraña, e inexplicable, circunstancia y amarnos por siempre. Sin duda, el destino nos volvió a juntar para que yo supiera de este hijo y no volviera a alejarme de ti, hermosa. – volvió a sonreírme.
_ No quiero volver a separarme nunca más de ti, Joey. Te quiero y te amo mucho más ahora. – le sonreí con destellos y volví a acariciarle su cabello.
_ Cuando estaba allá en Europa, todos los días me acordaba de ti, de cuando me confesaste tu amor y de esa vez cuando te enteraste de que yo era tu personaje ficticio de todas tus historias de amor.
Sus ojos brincaron de alegría y me sonrió tan dulce y feliz; yo le sonreí con nostalgia e hizo recordarme aquellos días cuando estuvimos juntos.
_ Yo también me acordaba todos los días de ti. Siempre me preguntaba como estarías y sí serías feliz. Te extrañé mucho, mi amor.
_ Mi pequeña.
Le sonreí perdidamente y sentí con anhelos sus tiernas caricias en mi barriga.
Me miró tierno y sonrió.
_ Mi amor, estás tan hermosa. Te amo. – acaricié su rostro.
_ ¿En serio lo crees, Joey? - brinqué más de alegría y me sentí halagada y bonita al él encontrarme linda esperando a nuestro bebe.
El me miró fijo y con destellos.
_ Si pequeña. Te ves muy preciosa y dulce en este estado.
_ Sí me veo preciosa, como dices, es porque los dos hicimos este bebe con amor. Sólo por ti yo ahora estoy esperando este hijo.
Le dije con pudor y él me miró apasionado. Nerviosa, y tímida, me di vuelta y caminé lentamente hasta la ventana.
Joey me siguió y me tomó por la cintura. Yo sonreí de nervios y de dicha.
Él me susurró.
_ Es cierto, estás embarazada de mí, hermosa. Los dos hicimos este hijo con todo nuestro amor.
Afortunado de aquello volvió a acariciar a nuestro bebe y yo le sonreí inmensamente feliz. Tomé con cariño su mano en mi barriga y ambos acariciamos a nuestro bebe.
Él me observó, yo lo miré enamorada y apoyé la cabeza en su pecho, lo que a él le volvió loco. Solté unos silencios gemidos y él me sonrió.
_ Te amo, mi Joey.
_ Y yo a ti, hermosa.
_ ¿Quieres sentirlo?
Me miró apasionado y me abrazó fuerte y con anhelos.
_ Si. Quiero sentirlo.
Me reí, tomé su dedo y lo presioné en mi barriga. Él me miró hacerlo, cuando de pronto, yo sentí una patadita e hice una mueca de dolor. No me desprendí de su pecho y sonreí.
_ Se movió.
_... Si. Te sintió.
Nos sonreímos y él, cautivado, volvió a tocarme y sus ojos brillaron de deseos.
_ Quiero verte.
Me susurró y yo lo miré con pudor y me desprendí de su pecho. Él me sonrió.
_ ¿Qué pasa, cariño?
_...Es que me da pena.
_ Pena ¿Por qué? ¿No quieres que vea bajo tu pijama eso tan maravilloso que hicimos, los dos, con nuestro amor?
_...
Retrocedí con timidez, Joey se acercó a mí, lento, y me observó con intensidad.
Llegué a la pared y acaricié a nuestro hijo. Miré con pudor a Joey, él me miró perdidamente y luego miró mi barriga.
_ Tranquila, hermosa. No tiene que avergonzarte el que yo quiera mirarte. Mi amor, tengo tantos deseos de verte.
Mi alma tembló, y Joey casi arrinconándome en la pared, yo respiré agitada y él acarició mi rostro. Yo lo miré embelesada y él acarició mi barriga.
_ Te amo.
_ Tranquila, niña mía. Si te apena tanto, lo entiendo.
Me dijo tierno, yo lo miré y Joey se alejó; entonces sentí y deseé todo lo contrario.
_ Joey, espera. Si quiero...
Sonrió con afán y me extendió su mano. Yo la tomé y él me atrajo lentamente hacia él y observó mi embarazo.
Llegué a su lado tomada de su mano y cerré los ojos nerviosa.
_ Calma, mi vida. – acarició mi mejilla.
Tomados de la mano volvimos a su cama. Me recosté con cuidado, Joey se acostó junto a mí y yo acomodé la cabeza en la almohada.
_ ¿Ya te sientes mejor?
_ Si cariño. Ya me siento mejor. – me miró con amor.
_ ¿Nerviosa?
_ Un poco.
_ Tranquila. Solo deseo ver cuánto ha crecido nuestro preciado hijo en tu vientre.
Me miró apasionado y se acercó a mi rostro. Yo lo miré perdidamente y toqué sus labios.
Mirándonos, yo acaricié su cabello y escuché su fuerte respiración; lo encontré tan guapo y le sonreí toda enamorada.
_ Me encantas, Joey. Estás tan guapo. Es como si hubieras vuelto más joven y atractivo de tu gira. – él rio y se sintió halagado.
_ ¿En serio crees que me veo atractivo y joven como dices? – me preguntó en susurros y yo le acaricié su rostro.
_ Si, mi amor. Estás demasiado guapo.
Me miró intenso y me susurró que me amaba y yo le sonreí con dicha. Miró al bebe.
_ ¿Sabes qué va a hacer?
_ Si. Hace unos días, atrás, fui a la ginecóloga y me lo dijo. – tocó mi barriga.
_ ¿Y qué es?
_ Es un niño, Joey.
_ ¡Un niño! ¡Vamos a tener un niño!
_ Si. – le respondí con ternura y él más que feliz, me besó y luego me miró perdidamente.
_ Te amo, mi vida.
_ Y yo, jejeje.
_ ¡Un niño! ¡Es un niño! – acaricié su mejilla.
_ Si, mi vida. Vamos a tener un lindo varoncito.
Contento, yo coloqué su mano en mi barriga, lo miré toda derretida y él me miró intenso. Le sonreí con mimo.
Acarició mi barriga suave, me miró con amor y yo me dediqué a contemplar su rostro. Sentí su amor tan potente y dulce, como el que yo sentía por él.
Me miró apasionado, yo sentí sus caricias más intensas y le sonreí nerviosa.
_ Mi amor...
_ Shuuu, no digas nada, hermosa...
Me susurró y levantó lentamente mi pijama. Yo volteé la mirada con pudor y Joey observó deslumbrado mi enorme barriga y sonrió. Yo le sonreí y respiré hondo.
Me observaba apasionado mientras me acariciaba. Estaba cautivado al verme como lo deseaba, y yo mirándolo mientras me observaba y tocaba mi barriga descubierta, sentí que me enamoré mucho más de él que antes.
Le sonreí con dicha, él se acercó a mi rostro y me susurró:
_ Estás tan bella...
Joey Intenso, yo cerré los ojos y él comenzó a besarme y acariciar mi barriga.
Besándonos, jadeé y acaricié su espalda; ambos oímos el sonido que hicimos con nuestro largo y apasionado beso.
Nos miramos con dicha, yo le sonreí todavía con vergüenza y él acarició mi mejilla.
Colocó su cabeza en mi barriga y yo se la acaricié con mi perdura sonrisa. Él sonrió y le dio un tierno beso a nuestro hijo.
Cansada, di un bostezo y Joey me miró. Supo que yo ya estaba muy exhausta.
_ ¿Estás cansada, amor? Debes descansar, ya es muy tarde para ti y para nuestro pequeño. – le sonreí con cansancio. Estaba a punto de quedarme dormida.
_ Lo siento, es que en casa de Nina siempre acostumbraba a dormirme antes de las diez de la noche. – acarició mi mejilla.
_ Tranquila mi hermosa. Has tenido un día agitado.
_ Y lleno de lindas sorpresas. – me sonrió.
_ Es cierto. Ha sido un día especial y lleno de sorpresas el de hoy, para los dos.
_ Jejeje, pero aún no quiero dormirme. No quiero que te vayas. – volvió a sonreírme y me abrazó fuerte.
_ Tranquila. Me quedaré aquí a tu lado y te cuidare toda la noche. - me miró apasionado y yo le sonreí.
_ ¿Para cuidarme?
_ Sí. Yo velaré por tu sueño, hermosa.
_ Pero, mi amor, te vas a cansar si no duermes.
_ No te preocupes. Ahora solo quiero que cierres tus ojos para verte dormir a mi lado, como esa última noche en que estuvimos juntos. – le sonreí toda enamorada y volví a bostezar.
_ De acuerdo. Tú ganas mi vida. – le acaricié su mentón.
_ Te amo, mi vida.
_ Y yo a ti. Siempre.
_ Jejeje.
_ ¿Siempre recuerdas esas noches que estuvimos juntos?
_ Sí. - sonrió. - ¿Tú no?
_ Sí. Todos los días y noches. – me miró con destellos y volvió acariciar mi mejilla.
_ Linda. Eres increíble...Hay algo que no te he dicho de hoy.
_ ¿Qué cosa? ¿Es sobre mis papás?
_ No, no tiene nada que ver con ellos. Es que cuando te vi hoy, en ese estado, con tu overol y tejiéndole ese suéter a nuestro hijo, te encontré tan preciosa y tierna. – me derretí por completo.
_ Oh, mi Joey. Te amo mucho.
_ Ven aquí...
Entregada a su encanto y dulzura, Joey volvió a besarme, y ambos besándonos, nos abrazamos fuerte y alargamos el tiempo con aquel beso.
_ Siéntate aquí en mis piernas, hermosa.
Le sonreí y me acomodé en sus piernas. Me apoyé en su pecho, y brazos, y con mucho sueño, volví a bostezar y le sonreí.
_ Duerme, hermosa. Descansa, que ambos lo necesitan.
_ Ok. - le dije y me quedé dormida en sus brazos. Él me miró y miró con cariño a nuestro bebe en mi vientre.
Acarició una de mis piernas y luego acarició a nuestro pequeño y sonrió con mucha alegría.
_ Cuanto te amo, mi hermosa. Me haces inmensamente feliz...
Dormida en sus brazos, llegó la nueva mañana a nosotros y Joey acarició mi rostro. Se había quedado toda la noche despierto por mí, y yo sin despertar, dije su nombre con cariño, lo que a él le llamó la atención.
<< ¿Estará soñando conmigo? >>
Me miró intenso y volvió a acariciar mi rostro, cuando de pronto, yo desperté abruptamente y él siguió mirándome de aquella dulce manera.
_ ¿Dónde estoy?... – pregunté desorientada, y a la vez sorprendida, y Joey me sonrió.
_ Estás aquí en mi casa y acostada conmigo.
Le sonreí con dicha, él acarició una vez más mi rostro, y yo me le acerqué a sus labios y lo besé.
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