Capítulo 11
Habían transcurrido tres días y aún mis padres estaban disgustados conmigo por haberme escapado la noche del matrimonio. Lo que todavía no sabían, era que esa noche me había quedado con Joey en su casa.
No lo sabrían nunca.
Ahora estaba castigada. No podía salir más que solo para ir al instituto. Debía quedarme estrictamente en mi habitación, hasta que mis padres, me levantaran el castigo.
Estaba tan feliz. No me importaba que estuviera castigada, porque que después de lo que había pasado entre Joey y yo, esa noche, yo lo amaba más que antes.
Mientras estudiaba para un examen, que tendría para mañana, pensé:
<< ¿Qué estarás haciendo ahora, mi Joey? >>
Me costaba mucho concentrarme. Se me venía a la mente una y otra vez que Joey y yo habíamos estado juntos esa noche y me llenaba de suspiros.
Hice una vez más el intento por leer uno de mis cuadernos, cuando de pronto escuché sonar el timbre.
Me asomé a la ventana y vi a Joey y mi corazón saltó de alegría.
Corrí hasta la puerta, pero mi madre justo entró a mi habitación y me miró en seco.
_ ¿A dónde crees que vas?
_ A abrirle la puerta a mi novio.
_ Eso no será posible. Ese tipo no volverá a esta casa ¿Entendiste, Stephanie?
_ ¿Qué? ¿De qué estás hablando, mamá?
_ Lo que oíste. No quiero que vuelvas a ver a ese hombre vividor y ya está decidido. - lo miré decisiva.
_ Eso está por verse...
Pase junto a ella y mi madre me tomó bruscamente del brazo. Me miró con rabia, llena de envidia.
_ Pero ¡¿Qué te pasa?! ¡Suéltame!
Me cerró rápidamente la puerta y yo sin poder abrirla, mi madre le puso el cerrojo.
_ ¡No! ¡No me puedes hacer esto! ¡Mamá!
Esperando a verme, mi madre salió al jardín y lo miró molesta.
_ Hola señora ¿Qué tal? ¿Está Stephanie?
_ No. Ella no está...
_ ¡Abre la puerta! ¡Por favor!
Golpeé la puerta con rabia y sollozos, pero fue inútil...
Joey la miró incomodo y cabizbajo al enterarse de que yo supuestamente no me encontraba en la casa, lo que a ella le fascinó.
_ ¿Le importa si la espero mientras llega?
_ Ella no va a verlo, Joey.
_ ¿Qué? ¿Por qué me dice eso señora, Lucrecia?
_ Porque lo mejor que usted puede hacer es alejarse de una vez por todas de mi hija.
_ Nosotros nos amamos, señora.
_ Pero usted en poco tiempo más se irá de este país y no volveremos a saber de usted jamás, así que deje de hacerle daño a Stephanie y aléjese de ella...
Joey, triste, la miró en secó.
_ Yo jamás fui de su agrado ¿Verdad, señora? Solo por ser mayor que su hija y llevar la vida que llevo.
_ Jamás quise un hombre, así como usted, para novio de mi hija y ya es hora de que lo azuma.
_ Que lástima, señora. Su hija no se parece en nada a usted.
Mi madre lo miró más que irritada y no se contuvo más...
_ ¡Lárguese de mi casa!¡No vuelva jamás y menos intente en acercarse de nuevo a Stephanie!
_...
La miró con decepción y se marchó triste...
Mi madre sonrió con alivio y gozo, al pensar que Joey se alejaría de mí para siempre.
Corrí nuevamente a la ventana y vi a Joey alejarse lentamente de mi casa y rompí en lágrimas.
En un acto desesperado, abrí la ventana y grité su nombre. Él se volteó, me miró triste y se fue...
<< ¡No! ¡Joey! >>
Con mis ojos hinchados de lágrimas, tras la cortina de la ventana, mi madre entró y me miró.
_ ¡¿Por qué haces esto, madre?! Joey vino para verme y tú me negaste la oportunidad de verlo ¿Qué pretendes?
_ Es lo mejor. Ese tipo no es para ti, Stephanie. ¿Qué clase de hombre abandona a su mujer, a la que supuestamente ama?
_ ¡Él si me ama mamá! ¡Nos amamos! ¡¿Porque te niegas a aceptarlo?!
Miré con más tristeza la calle donde Joey ya había desaparecido...
_ No, Stephanie. Tal vez tu si lo amas, pero él no y ya te lo demostró eligiendo irse del país, en vez de quedarse aquí contigo.
_ ¡Ya basta mamá, por favor! ¡Fuera! ¡Quiero estar sola! ¡Vete!
_ Como quieras, pero luego te darás cuenta de que yo tengo y tendré siempre la razón...
Recostada en mi cama, no dejaba de mirar la ventana y en recordar los ojos tristes de Joey.
Me acerqué otra vez a la ventana y miré la calle y más deseos me dieron de llorar al ya no ver a mi amado vocalista. Me sentí culpable de que Joey se fuera así tan deprimido por culpa de mi madre.
Tal vez, esa fue la última vez que podría verlo y mi madre impidió que nos despidiéramos. Me negó la oportunidad de verlo. Entonces, más lloré.
Se había hecho de noche. Miré deprimida la luna junto a mi ventana y bajé la mirada.
De repente tuve un pensamiento y sonreí sin evitarlo...
Corrí por las escaleras, abrí la puerta del jardín y mi madre me sorprendió y me tomó del brazo.
_ ¿A dónde crees que vas, Stephanie? ¿O no recuerdas que estás castigada? – me miró con ironía y burlas, lo que detesté aún más.
_ ¡Suéltame! No tienes derecho a regañarme después de que tuviste el descaro de encerrarme en mi habitación. – me jaló fuerte del brazo.
_ No permitiré que vayas a juntarte con ese tipo ¿Me oíste Stephanie?
_ Tú eres la culpable de que Joey no pudiera despedirse de mí y de que se fuera tan deprimido. Me negaste la posibilidad de verlo por última vez y eso no te lo voy a perdonar nunca ¡Ahora suéltame!
Me solté bruscamente de su mano y salí corriendo por el jardín frente a ella.
_ Estúpida. De haberlo pensado, nunca hubiéramos hecho lo que hicimos por ti. Eres una malagradecida, pero esto no se va a quedar así...
Sin detenerme, corrí y corrí solo ansiando llegar lo antes posible al lugar secreto...
Lo busqué insistente por todos los sitios, y no encontrándolo, regresé triste hasta la pileta triste. Pensé que ya no volvería a verlo.
Me senté sobre la pileta y solté un suspiro. Abatida, no resistí más y me puse a llorar.
<<Ahora si ya nada tiene sentido. >>
<< Todo es como al principio otra vez, sin sentido. >>
<< Una vida monótona, sin ilusiones. >>
Me sequé las lágrimas con la mano mientras tenía como único consuelo aquella noche en que estuvimos juntos, pero el corazón se me oprimió. Apoyé los brazos sobre las piernas, bajé la cabeza y con su rostro triste en mi mente, me puse de nuevo a llorar.
Me vio llorar y se acercó a la pileta...
Sentí de pronto unas cálidas y acogedoras manos acariciar mi cabello y levanté la cabeza y lo miré impresionada, con los ojos cubiertos de lágrimas.
Joey me miró con destellos y secó mis lágrimas con su enorme mano y yo le sonreí de emoción. No me pude contener y lo abrasé fuerte y él me abrasó con todo su amor.
_ Pensé que ya no volvería a verte. – acarició mi cabeza.
_ Tú madre no está de acuerdo en que estemos juntos, Stephanie.
_ Lo sé amor mío. Siento tanto lo que mi mamá te dijo. – las lágrimas otra vez se me cayeron y él me abrazó con más cariño.
_ No, tú no tienes la culpa de cómo piense ella. Eres la menos indicada en sentirte culpable, mi amor.
_ Pero es que mi madre te dijo cosas horribles...Además, me dejó encerrada para que no pudiera verte. – se enfadó.
_ ¿Tú mamá te dejó encerrada?
_ Sí, Joey...
Rompí en lágrimas y él acarició mi cabello y escuchó mis sollozos. Se sintió muy culpable y deseó el no tener que irse, para así quedarse a mi lado y cuidarme y amarme como tanto lo anhelaba.
_ Creí que ya no volvería a verte nunca más. Oh.
_ Tranquila mi vida. No iba a ser así, no aún. No pienses en eso.
_... Pero es que...
_ Yo te dije que te iba a avisar cuando llegará el momento ¿No lo recuerdas, cariño?
_... Si... - me sequé los ojos y él me miró tierno, quizás amándome aún más que antes.
_ No me gusta verte así.
_...
_ Esta noche no volverás a tu casa ¿Ok? Te quedarás conmigo. – le sonreí.
_ La verdad es que si pretendía quedarme contigo.
_ Jejeje. Así me gusta, que me sonrías. Que siempre sonrías, hermosa. Te amo tanto.
_ Y yo a ti, mi Joey. – me sonrió y acarició mi mejilla.
_ ¿Sabes lo que más me gusta de habernos vuelto a encontrar? Que está no será la última vez, preciosa.
_ Ojalá que fuera así siempre, Joey.
Me abrazó con todo su cariño y yo me entregué una vez más a sus acogedores brazos. Él besó mi frente y su corazón vibró de alegría.
_ Trataré de que sean muchas veces más, mi niña. Te lo prometo, pero eso sí, nadie debe saberlo ¿Me lo prometes? – tomó mi mano y yo le sonreí.
_ Si, te lo prometo, mi Joey.
Sus ojos volvieron a brillar con intensidad. Sostuvo mi mejilla con delirio y me besó perdidamente y yo lo amé con todo mi corazón...
_ ¿Cómo están tus calificaciones en el instituto? – desvié la mirada.
_ Si. Están bien...
_ No suenas convincente.
_ La verdad, no me ha ido muy bien en los exámenes de estas últimas semanas.
_ Pero hermosa. Tú siempre has sido estudiosa ¿Te vas a rendir ahora que ya te falta tan poco?
_ No, claro que no, amor, pero...
_ Pero ¿Qué? ¿Qué ocurre? – nos detuvimos.
_ Pasa que he estado muy desconcentrada. – supo a lo que yo me refería y volvió abrazarme fuerte, lo que me hizo otra vez desmoronarme.
_ Entiendo y lo lamento mucho.
_ Oh, Joey.
_ Créeme que lo hubiera dado todo por no lastimarte y que de este viaje no dependiera nuestra carrera. – lo abrasé fuerte.
_... Lo sé. Te creo...
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