Capítulo 3

El camino de regreso a Bedfordshire se hizo corto, porque la mente de Jenny solo estaba concentrada en el momento que acababa de vivir.

Cuando llegó el mayordomo le indicó que tenía una visita, ella se sorprendió porque nadie la visitaba y menos en Bedfordshire; siguió al mayordomo hacia una de las bibliotecas de la enorme casa ducal. El sirviente abrió la puerta y ella entró y sintió que el corazón se le detenía cuando vio una figura imponente de un caballero de anchos hombros que se giraba en ese momento al sentir su llegada.

Se le secó la boca, y olvidó como respirar. No tuvo ni idea de cuánto tiempo permaneció allí de pie, su mirada fue capturada por la de Lord Cockburn.

Él rompió el silencio.

_ Tú debes ser Jenny Smith. _Su voz era profunda y su mirada contenía más de una pregunta.

Ella asintió y un extraño escalofrío bajó por su columna.

_ Así que tú eres la hermosa gitana de aquella noche...

Capítulo 3

La sorpresa

_ Si yo soy _ contestó Jenny.

_ ¿Por qué no me revelaste tu identidad cuándo te lo pregunté aquella vez?

El tono aterciopelado de él le produjo un estremecimiento por todo su cuerpo.

_ ¿Hubiera cambiado en algo lo que pasó esa noche? _ Preguntó, en voz baja con vacilación.

_ En lo absoluto _ contestó muy seguro. _ ¿Es cierto lo que me ha dicho el vizconde de Weymouth... ¿Qué estás esperando un hijo mío? _ Volvió a preguntar sin rodeo.

Jenny parpadeó, abrió los ojos y se quedó mirándolo fijamente. Se sentía temblorosa,
con las mejillas encendidas y los sentidos alterados.

Eso a Gerard le pareció adorable.

_ Si es cierto...Pero debes usted saber que no pretendo nada suyo, sé que está por contraer nupcias y puedes estar tranquilo que yo no diré a nadie lo que pasó entre nosotros ni tampoco que este hijo es suyo.

_ Entiendo _ Cockburn caminó alrededor de ella juntando las manos a su espalda, con expresión indesifrable _ ¿Entonces supongo que tienes pensado criarlo sola?, ¿Y cómo vas a hacer para mantenerlo?

_ Soy la doncella de la duquesa y después que dé a luz, seguiré trabajando para ella, así me lo ha prometido.

_ ¿Y qué será de la educación del niño?

_ No he pensado en ello todavía.

_ ¿Y no te importa que nazca bajo el estigma de ser un bastardo?

_ Claro que me importa, pero no puedo hacer nada al respecto _ dijo ella, tan calmada como pudo.

_ Pero yo sí puedo hacer algo al respecto y es por eso que he venido a hablar contigo. _ Curvó la boca en una seca e irónica sonrisa.

Jenny pudo sentir los poderosos latidos de su corazón, porque tenía el presentimiento de que lo que iba a escuchar a continuación podía cambiar su vida para siempre.

_ Lo que sucedió entre nosotros no debió ocurrir en eso estamos claro tú y yo, pero ya es tarde para arrepentimientos y como un caballero que soy y mi honor así me lo exige debo dar la cara ante lo que hice; nuestra circunstancia es adversa y no nos queda sino un solo camino y es el matrimonio.

Se encontraron sus miradas y las sostuvieron, hasta que la joven desvió la mirada para poder hablar, la voz le salió algo baja, pero pareja:

_ Usted es un noble y yo... Yo soy una doncella... y usted se va a casar en dos semanas.

_ Todo eso es cierto, pero cuando me enteré que iba a tener un hijo mis prioridades tuvieron que cambiar.

Ella se quedó mirándolo sin saber que decir, a él no pareció importarle y siguió hablando.

_ Por lo repentino de nuestra situación y es más que obvio que entre nosotros no existe ningún afecto, solo nos une ese bebé que llevas en tu vientre, por lo que yo no espero un matrimonio en el estricto sentido de la palabra, no pienso exigirte tus deberes de esposa; después de la boda te llevaré  a mi propiedad en Devonshire donde estarás más cómoda, no te faltará absolutamente nada a ti y a la criatura, cuando el niño ya tenga edad suficiente lo traeré a vivir conmigo aquí en Londres donde me encargaré de la educación que un Lord debe tener.

_ Yo no pienso separarme de mi hijo _ dijo Jenny en tono firme.

Gerard enarcó las cejas como si preguntara si ella deseaba ponerlo a prueba.

_ Veo que usted tiene ya todo planificado, en mi circunstancia lo que yo piense carece de importancia, quizás en otro momento me hubiera negado a lo que me propone, porque mi vida vista desde su planificación será una desdicha, pero ahora yo paso a un segundo plano porque lo que realmente importa es mi  bebé y por él aceptaré lo que me propone y bajo sus términos, excepto en el que mi hijo venga a Londres sin mí, eso no lo voy a aceptar bajo ningún concepto.

Cockburn se llevó una sorpresa al ver que la ingenua doncella que él creía que era tenía carácter y en eso momento no sabía si le agradaba o le disgustaba.

_ Ya arreglaremos esa pequeña desavenencia en otro momento, por lo demás me gusta que seas una mujer inteligente, y como hemos llegado a un acuerdo, creo que no nos queda más nada que hablar entre nosotros... Mi secretario se encargará de suministrarte todo lo que necesites para la boda y te indicará el día, el lugar y la hora, ¿Estás de acuerdo con eso, o tienes algo más que objetar?

_ Por mi está bien_ habló demostrando una tranquilidad que no sentía en lo absoluto.

_ Excelente, fue un placer hablar con usted... Con su permiso.

Jenny lo vio salir y sintió como la inundaba una nueva oleada de desolación dejándola fría y vacía por dentro. Le esperaba un ensombrecido futuro pero tenía que conformarse con la vida que acababa de aceptar. Contraer un matrimonio sin amor con Lord Cockburn añadía una pena más a su vida.

Se acarició el vientre y dijo:

_ Todo esto lo hago por ti mi amor, me esforzaré cuanto sea necesario para que no tengas que pasar ninguna desvergüenza y tengas un futuro mejor que el mío.

Gerard después de hablar con Jenny se fue al club, donde pasó el resto de la tarde, él pensó en Jenny. Mientras saboreaba una copa de whisky hojeando el periódico pensó en ella. Era hermosa. Eso era irrefutable, con aquel cabello rojizo como el fuego y con unos enormes ojos azules llenos de inocencia pero también había un destello en aquellos preciosos ojos. Un destello de inteligencia, y.... de... Cockburn respiró profundamente varias veces, obligándose a sí mismo a detener cualquier pensamiento sobre la mujer que prácticamente le estaba desbaratando la vida. Tenía mil complicaciones que arreglar como para agregar otra más.

Sacó su reloj de bolsillo y lo contempló por unos segundos. Eran las siete. Aunque quisiera seguir retrasando el momento, no pudo, había llegado el momento de hablar con su madre. Cuando llegó a su casa se persignó al menos diez veces, su madre estaba en el salón principal bordando algo que a él le pareció prendas del ajuar de novia de Patricia, volvió a persignarse respiró profundamente y saludó a Asunción.

_ Madre _ dijo con una rápida reverencia.

_ ¿Gerard dónde has estado, por el amor de Dios? Hoy es el baile de la baronesa de...

_ Lo había olvidado _ La corto él  _pero igual no iré a ningún lado hoy.

_ ¿Te has vuelto loco? Tu prometida estará allí, todos quieren saber de la pareja más hermosa y cotizada de Londres, no puedes hacer tal desaire.

<<Dios si salgo de esta... vivo, prometo buscarte más a menudo>>

_ Tenemos que hablar madre.

Asunción dejó el bordado a un lado y fijó la mirada en su hijo y frunció el ceño.

_ ¿Qué sucede? _ Preguntó preocupada.

_ Es acerca de mi matrimonio con Patricia.

_ ¿Qué pasa con tu matrimonio?

_ Pasa, que no va a haber ningún matrimonio.

_ ¿Qué has dicho? _ preguntó alarmada.

_ No me voy a casar con Patricia, porque otra mujer está esperando un hijo mío y debo casarme con ella.

Asunción se quedó mirándolo sin hacer gesto alguno.

_ ¿Has escuchado lo que te dije? _ Preguntó Cockburn con cautela.

_ Claro que escuché la atrocidad que me has dicho... esto es... ¡Oh Dios mío, me muero!... ¡Oh Dios mío! cuando todo el mundo se entere... ¿Cómo has podido hacer algo semejante? Yo sabía que eras un sinvergüenza, libertino, pero siempre te habías cuidado de amarrarte a una mujer, y ahora que habías decidido casarte, haces semejante locura... ¿Te das cuenta en el problema en que estás metido Julián?

<< Peligro, peligro...su madre estaba molesta, muy molesta lo había llamado Julián, al menos no le dio un patatús, bueno todavía no sabía quién era su nueva prometida, de esta si no salgo vivo>>

_ Lo sé perfectamente madre, pero mi honor me hace decidir cuál es la prioridad en este momento.

_ La ruina... no espera la ruina _ Asunción se cubrió el rostro con las manos y volvió a sentarse en el mueble _Ya me imagino los cotilleos, la burla en la que me convertiré.

_ Tampoco es para tanto, por Dios.

_ No es para tanto, Gerard te casabas en dos semanas, ya se habían entregado las invitaciones a más de quinientas personas... ¿Dime tú que vamos a hacer ahora?

_ ¿Crees que eso a mí no me importa madre? Esto es algo que también a mí me ha tomado por sorpresa... Cuando por fin consigo a la mujer de mi vida tengo que renunciar a ella, porque fui un maldito imbécil, pero ya no puedo hacer nada.

_ Gerard sé muy bien con las mujeres con que sueles andar, son fulanas de la vida alegre... ¿Que te hace pensar que ese hijo es tuyo?

_ Es mío.

_ No puedes estar tan seguro de eso.

_ Madres es mío ¿Quiere que te de los detalles?

_ No... Ni se te ocurra decirme semejante desfachatez _ dijo Asunción furiosa _Cuando el Conde se entere te va a matar... ¿La joven que has mancillado posee dote? ¿Te alcanzará para pagar el dinero que el padre de Patricia ya te ha adelantado?... Por cierto ¿Quién es la inmaculada mujer a que familia pertenece?

_ La joven que será mi esposa en una semana, se llama Jenny Smith en la doncella de la duquesa de Bedford y por razones más que obvias no posee dote alguna.

_ Me muero... Ahora si me muero, una doncella... no puede ser _dijo gritando _Como vas a dejar a Lady Patricia una dama tan distinguida y de tanto abolengo para casarte con una doncella... Una doncella.

_ Ya basta madre.

_ Nada de ya basta, seremos el hazmerreír de toda la alta sociedad, nadie más querrá invitarnos a ninguna reunión social.

_ Por Dios... ¿Lo único que te importa es lo que la gente dirá? ¿No te importa una mierda lo que yo estoy pasando?

_ No seas insolente y vulgar Gerard, no me hables así... Y soy tu madre claro que me importa, pero un día de estos me vas a matar con tantos disgustos, primero casi nos dejas en la ruina, ahora con todo esto estamos más abajo de la ruina económica y social... al fin cuando comenzabas a enderezar tu camino, que consigues a una dama tan exquisita y con tanto abolengo vienes y me haces esto... Ya ha he sido demasiado tolerante contigo, pero esto ha sido lo gota que ha derramado el vaso.

_ Sí, ¿y qué harás?

_ No acepto que te cases con esa mujer.

_ Es una pena decirte que eso no depende de ti.

_ Hijo _ dijo la mujer en tono conciliador _hay otros medios para solucionar el problema sin necesidad que anules tu compromiso, yo puedo encargarme del niño cuando nazca, hay un orfanato en...

_ No sigas, porque si lo haces perderé todo el respeto que te tengo... Estás hablando de mi hijo y te guste o no me voy a casar con la doncella y esa Asunción es mi última palabra ¿Está claro?

_ No pienso apoyarte en semejante locura.

_ Si lo harás no te queda de otra.

La semana pasó sin ningún contratiempo para Jenny, había llegado el día de la boda y el cielo estaba tan triste como ella, desde el amanecer no había  dejado de llover, la joven suspiró quedamente, ignorando el nudo que se le formaba en el estomago; en todos esos días no había tenido noticias de Jacob, aún conservaba la ilusión de que él la perdonara. Muchas veces soñaba despierta, en sus delirios nocturnos, el amor de su vida la perdonaba y la aceptaba con su hijo al que juraba que amar como si fuera suyo. Cada día se encontró anhelando que se convirtiera en realidad y Jacob viniera por ella. Así se libraba ella y a Lord Cockburn de este enlace tan desdichado, pero los sueños solo eran sueños y no quedaba de otra que seguir adelante.

_ Estás muy linda _Le dijo Theresa  mientras le daba los últimos retoque a su peinado.

_ Tengo tanto que agradecerle.

_ Nada de sentimentalismo ahora, no quiero que llores y que me hagas llorar a mí.

_ La voy a extrañar muchísimo.

_ Y yo a ti, pero te prometo que voy a estar contigo antes de que nazca el bebé, quiero ver con mis propio ojos lo que yo también experimentaré en algunos meses.

_ ¿Está usted embarazada milady?

_ ¡Si! Michael y yo estamos tan feliz con la noticia.

_ Usted se merece lo mejor Lady Theresa _ dijo Jenny mientras abrazaba a la duquesa _está noticia ha alegrado mi lúgubre día.

_ No digas eso, entiendo que no es la boda que soñaste...

_Ni el hombre que soñé...

_ Tienes que olvidarte de Jacob, porque sino tu vida va a hacer un infierno.

_ No es fácil...

_ Lo se... ¿pero como es que decía tu abuelita?

_ Decía "Que si del Cielo te caen limones, había que aprender hacer limonada"

_ Entonces  tienes que aprender a hacer limonada con tu futuro esposo.

Las dos se rieron

_ Así me gusta, al mal tiempo buena cara... Ya estás perfecta... Y será mejor que nos vayamos porque se nos está haciendo tarde y no hay que hacer esperar al novio.

Hubert el mayordomo de Bedfordshire fue el encargado de recibir aquella  mañana lluviosa a un caballero que decía llamarse Jacob y buscaba con desesperación a la doncella de la duquesa.

_ La señorita no se encuentra.

_ Por favor, necesito hablar con ella, sé muy bien que no debo venir a buscarla en días de semana, pero es muy  importante que hable con ella.

_ Señor ya le he dicho que la señorita Jenny Smith no se encuentra, ha salido con la duquesa.

_ ¿Por favor, dígame a donde fue?

_ Están en la iglesia,  hoy es la boda de la señorita Smith... 

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