Capítulo 1
ATENCIÓN:
Esta historia ha tenido tanto éxito que la publiqué en Booknet por lo que aquí en Wattpad se puede leer solo 3 capítulos, si desea leerla completa me escriben al privado y yo con gusto le daré los link correspondiente.
Las Consecuencias...
_ ¡Gerard! Por el amor de Dios cambia esa cara, cualquiera diría que vas directo a la horca.
_ No lo podrías haber dicho mejor, madre.
_ Eres un exagerado... conocer a la que posiblemente será tu futura esposa debería ponerte muy feliz, es tiempo de que sigas la vida de un buen cristiano como fue tu padre y abandonar esa vida de libertinaje que llevas, que por cierto nos está dejando en la ruina; casarte con una jovencita honorable y de tanto abolengo como Lady patricia es lo mejor que puede pasarte y es un mal menor considerando todo lo que se te viene encima si no pagas tus deudas, en especiales las de juego... Con ese posible matrimonio todos ganamos, ella gana al tener un Lord muy guapo... un poco alocado, pero Lord al fin; en lo que a ti se refiere podrás pagar tus deudas, además que Lady Patricia también es muy guapa y con muchísimo dinero y es hija de un Conde... Y yo... ¡Oh Dios mío! Yo gano verte casado al fin y con esperanza de que tengas tu heredero, por fin tendré mis nietos, por cierto, quiero muchos.
_ ¿No crees que te estás haciendo demasiadas ilusiones madre?... Las pequeñas deudas que tengo no ameritan un sacrificio tan grande, estoy a punto de hacer una gran inversión que solucionará esas pequeñas desventuras que he tenido.
_ Ni se te ocurra tomar el poco dinero que nos queda para hacer otras de tus locuras... y déjame decirte que si me hago ilusiones, porque me prometiste que lo ibas a intentar Gerard ¿Recuerdas?
_ Estaba bebido madre, te aprovechaste que tenía todos mis sentidos sumergidos en alcohol, para hacer que te prometiera semejante abominación.
_ Ebrio o no, me diste tu palabra, yo te he criado bien y aunque a veces te comportas como un desvergonzado en el fondo eres un caballero.
Cockburn resopló con fastidio.
_ Algún día me agradecerás todo este esfuerzo que hago por ti _ le dijo la mujer asiendo caso omiso a su mal humor.
Estás palabras resultaron muy ciertas tiempo después...
Gerard recordaba las palabras de Lady Asunción mientras iba en su carruaje... Su madre esa vez tuvo toda la razón, pensó él mientas seguía recordando la primera vez que conoció a Patricia, ese día estaba fastidiado, lo menos que quería era asistir a ninguna reunión con ninguna tonta debutante, las conocía muy bien, con sus risitas y bateo de pestañas ante cada caballero. Pero lo había prometido y tenía que cumplir. Su madre no dejó de hablar por todo el camino de lo ventajoso que sería un matrimonio para él.
El camino a casa de los Condes de Rutland le pareció eterno y eso que solo habían pasado veinte minutos. Cuando el coche tomó el llano paseo de grava de la mansión de los Condes, la paciencia de Cockburn se había agotado casi por completo.
Lady Virginia Rutland, salió a recibirlos en cuanto el carruaje se detuvo ante la imponente mansión de piedra.
La anfitriona abrazó a su manipuladora madre estrechamente y luego lo saludo a él con una reverencia.
<<Tanto nadar para morir en la orilla>> pensó Cockburn malhumorado al ver a las dos mujeres hablar sobre él en voz baja.
Cuando entraron en la mansión, el mayordomo se hizo cargo de su abrigo y el de su madre. La puerta del salón se abrió y entonces apareció ella, una de las mujeres más hermosas que había visto en su vida. Era una preciosidad de cabellos color castaño, sus ojos de un azul pálido acompañados de unas facciones exquisitas. No había nada que objetar en ella, y tuvo que reconocerle el mérito que soportaba muy bien su escrutinio, pero Patricia era una mujer atrevida y también lo examinó de arriba abajo sin pudor alguno. Y desde ese instante Gerard quedó cautivado por ella.
Con Patricia no había tontas charlas del clima, era una mujer osada, aventurera y sedienta de placer, era muy diferente a cualquiera de las debutantes correctamente insípidas que había conocido.
A partir de ese día él comenzó a visitarla y a los pocos días después la tenía gritando y gimiendo en su cama, no le sorprendió que Lady Patricia no fuera pura y casta como se pretendía en esos casos y es que una mujer como ella no podía retener todo ese erotismo que poseía por mucho tiempo.
Así que la idea del matrimonio a Gerard ya no le parecía aborrecible y accedió al fin a los deseos de su madre y se comprometió en matrimonio, lo más increíble del asunto era que estaba ansioso por casarse... Ese hecho le recordaba las sabias palabras de su padre: << Más rápido cae un hablador que un cojo>> y Allí estaba él listo, para casarse y sentar cabeza al fin... Bueno tanto como sentar cabeza era exagerar un poco, pero le gustaba la mujer que iba a ser su esposa y estaba plenamente convencido que se iban a divertir mucho, y si con el tiempo se aburría podía echar su canitas al aire cuando se presentara cualquier ocasión y quizás él podía también ser generoso con Patricia y permitirle que ella tuviera sus affaire siempre y cuando fuera discreta... eso si cuando él se cansara de su vida conyugal. Ahora veía en mejor perspectiva el matrimonio, además una de sus enormes ventajas es que al fin sería libre de las continuas chácharas de su madre... eso sí que no tenía precio <<Bendito sea el matrimonio>> pensó divertido.
Tu boda dará que hablar por mucho tiempo Patricia _le dijo Lady Karina entre risas y con una voz cargada de envidia, mientras escribía las invitaciones de la ceremonia de su amiga _ Aunque la boda es como muy precipitada ¿No crees?
_ No hay nada de precipitado, dos meses es más que suficiente para dos enamorados. _ Contestó Patricia repasando la lista de invitados.
_ ¿No crees que casarte con un hombre como él, te dará más penas que alegrías?... Ya sabes la fama merecida que tiene de mujeriego.
_ Karina querida como se te ve que la envidia te carcome, pero las mojigatas como tú jamás conseguirán a alguien como él, para eso se necesita osadía y eso a mí me sobra... A mi prometido le doy todo lo que le gusta... _ dijo sonriendo con malicia.
Lady Karina se sonrojó al entender de que hablaba su amiga.
_ Las tontarronas como tú _ continuó Patricia _ solo tienen para dar dinero, pero yo les doy algo más... Y por eso en pocos días seré su esposa.
_ Que te acuestes con él como una vulgar meretriz no es la única cosa en cuestión por la que se casa, porque sabes muy bien que necesita cada libra de tu fortuna _ Contestó Karina con el mismo tono de voz ponzoñoso que su mejor amiga _a Lord Cockburn le gusta vivir bien, y dicen que está de deudas hasta el cuello.
_ Esas son solo habladurías de la gente, pero en dado caso que él tenga algunos problemas financieros, no es problema, además todos los nobles tienen deudas... Mi padre tiene mucho dinero y mi dote solucionará esas pequeñeces.
_ Entonces no solo es el amor lo que une a este matrimonio _ acotó Karina con sarcasmo.
_ Me preguntó si este interés tuyo por mi boda es por amistad o es por qué desearías con locura estar en mi lugar.
_ ¿Cómo crees eso?... soy tu mejor amiga no tu enemiga.
_ No estoy tan segura de eso querida.
La puerta del salón se abrió
_ Aquí estás llevo rato buscándote _dijo Cockburn añadiendo con una sonrisa.
_ ¡Gerard! _ lo saludó Patricia entusiasmada _ ¿Qué estás haciendo aquí?
_ He venido a buscarte, ¿Qué otra cosa si no? _respondió él, mientras iba acercándose a ella _ Recuerda que tú yo tenemos una cita.
Lady Karina carraspeó para advertir su presencia mientras su amiga y su novio se miraban fijamente.
_ Cariño no seas descortés y saluda a Lady Karina que está loca por saludarte _ dijo Patricia con una sonrisa, y de mucho mejor humor gracias a la llegada de su prometido y también por restregarle en la cara a su inmensa felicidad a su encantadora amiga.
_ ¿Ah, sí? _ replicó él, y se detuvo junto a Lady Karina _ Milady _ dijo inclinado la cabeza a modo de saludo.
_ Milord _ contestó la joven riéndose nerviosamente.
Gerard se giró hacia su prometida.
_ Por lo que veo estás ocupada habrá que posponer nuestra salida.
_ En realidad ya había terminado con las invitaciones y ya ella se iba _ dijo mirando hacia su amiga _ ¿Verdad Karina?
Cockburn sonría divertido, era evidente que la sutileza no formaba parte en la vida de Patricia.
La joven se despidió de ellos y se fue dejándolos solos.
Sin perder tiempo Cockburn cogió a su prometida en brazos como solía hacerlo y la besó apasionadamente, Patricia era insaciable de deseo y él era el indicado para saciarla, la pasión de ellos crecía y sus cuerpos se iban amoldando.
_ ¿Tú madre está en casa? _ Preguntó él.
_ No, ha salido... Estamos solos, he pedido a la servidumbre no ser interrumpida, solo si eras tú.
_ Eso me gusta.
Volvió a asaltar la boca de la chica mientras ella le devolvía el beso con las mismas ansias, cayeron juntos en el piso del salón, uniéndose sin preámbulos, sin perder tiempo en desnudarse del todo, satisfaciendo así las ganas que tenían uno del otro.
Al llegar a su casa Lord Cockburn fue informado que tenía una visita.
_ Weymouth... Esto sí que es una grata sorpresa. _ dijo Gerard acercándose a su amigo dándole un fuerte abrazo. _ ¿Al fin decidiste dejar un rato a Danielle en casa, para gozar de la buena vida? ... Todavía algunas francesitas preguntan por ti.
_ Mandalé mis saludos _ contestó el Vizconde.
Cockburn se dirigió a la licorera y sirvió dos vasos de Whisky, le entregó uno a su amigo.
_ Esta noche hay movida en el club, son mis últimas noches de soltero y no pienso desperdiciarlas y que mejor regalo que irme de juerga con mi antiguo compañero de parrandas.
El Vizconde de Weymouth se rio a carcajada.
_ Definitivamente amigo mío tu no cambias _ Andrew se sentó en una butaca frente al enorme escritorio de caoba que había en la biblioteca... _ No he venido a esos menesteres hombre.
_ Ya me conoces, tenía que intentar sonsacarte en mi deber de amigo soltero aunque por pocos días.
_ Me ha sorprendido tu inminente boda y con una debutante... Te confieso que no creía semejante acontecimiento. _ Acotó el Vizconde mientras tomaba un trago del licor ambarino.
_ El matrimonio es como una peste contagiosa, primero cayó Gabriel, luego tú mi estimado y ahora yo... ¿Qué te puedo decir?... No hay cura contra eso.
_ Cockburn tú eres un caso perdido... _ Andrew adoptó un semblante serio y su tono de voz cambió _ Hombre he venido para hablar un asunto muy delicado contigo.
A Gerard el cambió de actitud del Vizconde lo alarmó.
_ ¡Coño me asustas!
_ Pues si yo estuviera en tu lugar quizás también me asustaría.
_ ¿Qué quieres decir?
_ Algo que ha sucedido y sólo a ti te concierne.
_ Habla de una puta vez, me tienes en ascuas?
_ ¿Recuerdas que hace tres meses, asistimos a la fiesta de Gabriel y Miranda en Sussex?
_ Si lo recuerdo, perfectamente.
_ También recuerdas que esa noche, tú conociste a una joven disfrazada de gitana que bailó contigo toda la noche entre otras cosas.
_ Sí, claro que lo recuerdo, ¿a dónde quieres parar con todo eso?
_ ¿Nunca pudiste descubrir quién era ella?
_ No, me pasé todo ese maldito fin de semana tratando de encontrarla entre las invitadas de Miranda, pero ninguna parecía ser ella, esa noche estaba muy bebido y no estoy seguro con exactitud de su aspecto.
_ Yo sé quién es.
_ Weymouth estoy a dos semanas de casarme, ¿Tú crees que me importa la identidad de esa mujer?... Ella dejó muy claro al huir, que no le interesaba nada de mí.
_ Ella tenía sus razones.
_ Sus razones ya no me interesan _ Gerard tomó de un solo trago el whisky que quedaba en su vaso _ hombre dejemos este tema tan absurdo hasta aquí.
_ Lo siento, pero eso no es posible...Déjame terminar de hablar ¿De acuerdo?
_ Pero coño habla sin rodeos, te pareces a mi madre.
_ Sin insultos _ dijo Weymouth riendo.
_ Entonces no me jodas la paciencia y habla de una maldita vez.
_ De acuerdo... La chica que estaba contigo esa noche se llama Jenny Smith, no quiso revelarte su identidad por miedo al rechazo.
_ Rechazar yo a semejante hermosura, jamás.
_ Eso es algo que ella desconocía, pero como te he dicho ella tenía sus razones para ocultar su identidad, una de esas razones es que ella no es ninguna jovencita de la nobleza, es la doncella de mi hermana Theresa.
Gerard se rio a carcajadas
_ Todo este misterio, para decirme que esa noche la pasé con una doncella, coño Weymouth como si no me conocieras, mujer es mujer no importa donde haya nacido y yo amo a las mujeres.
_ Cockburn joder, déjame terminar hay más.
_ Me voy a servir otro trago, que esto se pone bueno _ dijo con sarcasmo.
_ Si esto se va a poner aún mejor _ Repitió el vizconde con el mismo tono.
_ Continua entonces.
_ Jenny nunca había estado con un hombre solo contigo, eso es algo de lo que tuviste que haberte dado cuenta esa noche a pesar de lo bebido que estabas.
Gerard asintió.
_ Esa noche _ continuó Weymouth _ trajo una consecuencia que verá la luz dentro de seis meses.
Cockburn lo miró asombrado.
_ ¿Eso es una broma?
El Vizconde negó con la cabeza.
_ Jenny va a tener un hijo tuyo.
_ Dios, eso no puede ser.
_ Si lo es, esa joven es una chica decente y tú eres tan responsable como ella de lo que pasó y de las consecuencias que eso trajo... Ella no quería que lo supieras, pero Theresa la convenció para que aceptara a que se te revelara la verdad... Eres mi amigo y por eso he querido ser yo quien te diera la noticia.
_ Un hijo... ¡Dios no puede ser!... _ Toda su vida se había cuidado para no dejar hijos regados, porque si algo le inculcó su difunto padre fue que la paternidad era sagrada y si tenía un hijo tenía que hacerse responsable así fuera un Lord porque los hijos necesitaban afecto paterno más que un maldito título. Siempre fue fiel a ese consejo pero esa maldita noche lo olvidó todo.
_ No puede ser _ Volvió a decir _ justo ahora que estoy a dos semana de casarme, ya están corrida las amonestaciones... Todo Londres sabe del compromiso... Dios mío.... Patricia...
Gerard se pasó una mano por su cabello.
_ Estoy metido en un maldito lío...
Mis bellas lectoras espero como siempre sus comentarios y no se olviden de valorar la historia... ¿Que hará el desvergonzado de Gerard para solucionar este gran dilema que tiene?
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