16- Cumpleaños feliz

Susan

Día 37 de cuarentena total.

— Éstas son las mañanitas que cantaba el rey David...

— ...a las muchachas bonitas, te las cantamos a ti.

— Despierta Susy despierta, mira que ya amaneció...

— ...ya los pajaritos cantan, la luna ya se metió.

Abro los ojos lentamente ante las voces que llenan mi habitación, todo se encuentra completamente iluminado lo que hace que entrecierre los ojos al instante. Cuando el encandilamiento pasa, analizo todo a mi alrededor con detenimiento, veo a mi papá y Jenifer abrazados, una laptop con el rostro de mis hermanas se posa sobre mi cama.

No puedo evitar sonreír ante la escena, todos están aquí por mí.

— ¡Feliz cumpleaños hermosa! —Jenifer se abalanza sobre mí— Te amo con todo mi hígado, pulmones y cualquier otro órgano vital —comienza a besar mi mejilla— ¡estás a un año de ser legal! —vuelve a abrazarme con fuerza.

— Felicidades piojosa —habla Josefin— que Dios te bendiga y que podamos vernos pronto para abrazarte y besarte mucho más que Jenifer —esta me presiona contra su pecho marcando territorio.

— Ella es mía —vuelve a besar mi mejilla.

— Tengo suficiente amor para ambas —sonrío— las amo mucho, gracias —beso la mejilla de Jenifer.

Mi papá se acerca con los brazos extendidos— mi linda pequeña, ya tienes 17 años —besa mi cabeza. Inhalo un poco de su perfume, el mismo que ha usado desde que tengo uso de razón— aún recuerdo cuando Lila me dijo que estaba embarazada, lo recuerdo como si hubiera sido ayer —sonrío, todos los años me dice lo mismo— tus hermanas rezaban porque fueras un varón, querían tener un príncipe para jugar —ese dato no lo sabía.

— Queríamos vestirte de niña —comenta Josefin— y molestarte por el resto de tus días.

— Pero resultó ser otra niña, así que te vestíamos como príncipe —burla Madelen— nunca esperamos que te revelaras y te negaras a usar ese vestuario que cosí con mis propias manos.

— Desde ese instante juré que serías mi mejor amiga para toda la vida —me abraza Jenifer— tuviste carácter desde pequeña, pero además eras muy berrinchuda —río ante eso, aún hago mis rabietas de vez en cuando.

— No sabes lo feliz que me hace tenerte aquí hija, conmigo —veo la sonrisa de mi padre— eres uno de los regalos más bonitos que me pudo dar la vida. Cada vez se acerca más la hora para que extiendas tus alas hacia el mundo.

— Pero nunca dejaré de ser tu niñita hermosa —termino. Él asiente muchas veces y besa mi frente.

Me esforzaré por quedarme el mayor tiempo posible junto a él o ayudarlo a conseguir novia, no quiero que se quede solo. Por suerte falta mucho para que Jenifer y yo nos vayamos.

Carraspea Madelen— alguien quiere felicitarte —veo que pasa su celular a alguien. Visualizo al pálido y barbudo de Mark— Cuñada, muchas felicitaciones —habla con su típico acento francés— espero que la pases genial en tu día y que vengas pronto, mis hermanas insisten en llevarlas a conocer los pueblos de aquí —volteo a ver a Jenifer emocionada— te tengo un re- —Madelen le arrebata el celular de una vez— yo no te he felicitado —sonríe con exageración— hermana, no sé en qué momento creciste tanto, aún recuerdo cuando tomabas mis accesorios y los escondías en el patio —comienzo a reír— desde que naciste sabíamos que no ibas a ser normal ¿qué bebé nace con dientes? —frunce el ceño divertida.

Mi padre interviene— pero aun así era la bebé más hermosa.

Madelen ríe— y malvada, apenas empezó a gatear me perseguía para morderme.

— Ya cambié, lo juro —digo entre risas, como quisiera acordarme de esos tiempos.

— Sí, ahora eres una adolescente hermosa, con metas y sueños que sé que cumplirás algún día —me mira con ternura— sabes que en todos tienes un apoyo, es más, todos podemos contar con todos —asentimos— sabes que tienes un hogar en Francia, también en Las Villas.

— Y en Los Valles —completo sin darme cuenta.

Mi padre me mira confundido— ¿quién vive en Los Valles?

— Fernando —responde Jenifer automáticamente ¿cómo ella sabe eso?— prosigue hermana.

Todos me miran con cara de ¿qué acaba de pasar aquí? Yo me hago la loca y sigo viendo a Madelen.

Hago una seña y esta sigue hablando— Te quiero mucho hermana, te deseo todo lo mejor del mundo y espero algún día verte en lo alto como tanto lo mereces —estoy a punto de responderle pero me corta— ¡alguien más te quiere felicitar! —chilla emocionada. Mueve la cámara una vez más mostrándome a Matthew vestido como marinerito y un cartel amarillo sobre su pancita.

— "Feliz cumpleaños madrina" —leo en voz baja. Volteo a ver a Josefin y Jenifer y las veo asentir sonrientes. Miro a mi padre y este me abraza una vez más.

¡Seré su madrina!

— ¡Feliz cumpleaños! —gritan todos al unísono.

No puedo evitar sentir mis ojos picando, mi corazón se encuentra acelerado de la emoción y felicidad, en verdad mi mejor regalo es mi familia.

Me seco las mejillas sonriente— Muchas gracias, en serio —miro a todos— sé que estamos pasando por una situación que nos impide estar juntas, pero eso no nos debe poner tristes, hay muchas personas que se tienen físicamente y no hablan —asienten— me siento tan feliz porque a pesar de todo aquí están, y no lo digo sólo por los que viven lejos, también va para los que viven conmigo, no me han abandonado en ningún momento y no me puedo sentir más agradecida —Jenifer me abraza— cada uno son un trozo de mi corazón, a donde sea que vayan yo estaré con ustedes, son mi familia, la mejor de todas y los amo con toda mi alma —miro a Jenifer— y con mis otros órganos vitales —sonrío.

— Que palabras tan lindas hermana —Sonríe Josefin.

— Tiene habilidades para esto. Yo no habría podido decir algo más acertado —asiente mi padre— bueno, ya se viene la hora de los regalos.

Abro los parpados asombrada— ¿mi regalo no era ser la madrina de Matt? —asiente.

— Pero hay más —le pasa el celular a Mark y este habla— Tengo un amigo, él sabe de esas cosas de música y está dispuesto a crearle la melodía a tres de tus canciones —Abro los labios en una perfecta "o"— Ahora te mandaré su número, él habla español así que no habrá problema.

Cubro mis labios ¿en serio esto está pasando?

— Dijo que si son buenas las recomendará con sus amigos. Además, le dirá a su hermana (que canta hermoso) sólo te lo digo para que sepas —asiento muchas veces— Que las interprete en su estudio, ya luego te la enviará —Sonríe emocionada— ¿Te gusta el regalo?

Asiento como loca— ¡Me encanta! Debo buscar las mejores que tenga, Dios Mark muchas gracias, en serio te lo agradezco demasiado —Empiezo a aplaudir— Tengo al mejor cuñado del mundo —Sonrío.

— Me alegra que te haya gustado cuñada —Sonríe. Yo sabía que él era bueno, pero no sabía que tanto.

Josefin empieza a moverse— ¡Es mi turno! —Sonríe— Lo mío no es tan grande como lo de Mark y Madelen pero espero que te guste —Me muestra una imagen de Amazon, es un gran teclado. Abro los ojos impactada — El pedido llegará pronto, no sé si papá o Jenifer lo vaya a buscar. Yo les avisaré cuando deban ir —sonríe— Creo que con la práctica podrás crear tus propias melodías, yo sé que aprenderás a usarlo.

No puedo creer esto, yo siempre lo veía en vídeos, pero no me atrevía a decirle a papá que quería un teclado ¿cómo lo supo?

— ¡Hermana, no sabes lo feliz que me hace! —Chillo de la emoción— Muchas gracias, te prometo que cuando lo tenga en mis manos no lo soltaré hasta que lo domine —Asiente sonriente.

Jenifer se remueve— Yo tengo esto —Me extiende una pequeña caja, al abrirla veo unos aretes con la forma de un sol, son un poco grandes y en el centro dicen algo— "Que el verano nunca acabe en tu mundo" —Sonrío.

El verano es la única estación en la que estoy cómoda, es la época cuando menos crisis me dan, por eso la disfruto más. Estos aretes significan mucho, debo imaginar mi verano infinito y relajado.

— No me los quitaré nunca ¿lo sabes verdad? —Me guiña un ojo.

— Me gusta que los ames, fue una locura conseguirlos, por suerte hay muchas páginas en Instagram ofreciendo sus servicios —Alza las cejas— Debo tomarte fotos cuando los uses, ya sabes, publicidad de la cuenta.

Niego mientras río, ella nunca va a cambiar y por eso la amo.

Mi padre se pone de pie— Pequeña, yo no te hice regalo—baja la mirada— Lo siento mucho.

Sonrío— Gracias a ti estoy viva, me has dado todo, comida, vestuario, amor. Porque no me hayas dado algo hoy no te convierte en un mal padre —Tomo su mano— Mi mejor regalo es que estés aquí, con nosotras —Las miro a todas.

— Ay cariño —Pasa su antebrazo por sus ojos— Sólo quería saber qué decías —Ríe un poco— Te compré esto —me extiende una bolsa de papel. La abro de inmediato y saco lo que hay dentro. Es un hermoso vestido amarillo pálido con lunares blancos, el que Fernando me mostró cuando fuimos al centro comercial. No lo puedo creer. Este vestido significa mucho para mí.

— Muchas gracias papi —Comienzo a llorar— No sabes cuánto lo aprecio —abrazo el vestido contra mi pecho con fuerza.

Cuanto quisiera volver a verte.

...

Siento mi celular vibrar sobre la cama, me pongo de pie y lo tomo con ilusión, ya es pasado medio día y Fernando ni sus luces ¿lo habrá olvidado? ¿Estará ocupado?

Al mirar la pantalla noto como es un enlace para Zoom ¿una clase virtual? Hago click sobre el link encontrándome con todo oscuro.

Ok...

De la nada una pantalla se enciende, el rostro de Karen me saluda sonriente.

—¡Feliz cumpleaños! —chilla— ¡te quiero mucho Susy! Eres una de las mejores personas que he conocido, te mereces todo lo mejor —intento hablar, pero apaga su cámara.

Que linda. La que es un sol es ella, a pesar de todo siempre tiene una sonrisa en su rostro.

¿Pero qué es esto? ¿Qué hace Karen aquí si no es de mi salón? ¿De qué materia será esto?

Otra pantalla se enciende, esta muestra a Marian— Linda, a pesar de todo no te voy a negar que eres un sol y te das a querer —me lanza un beso— gracias por tus comentarios realistas, aunque no me los tome bien siempre —apaga su cámara.

Sonrío, no pensé que en fondo aceptara que tenía la razón. Marian tú también te das a querer.

— ¿Recuerdas cuando regué jugo sobre mis apuntes de biología y me ayudaste a reescribir todo? —asiento— me di cuenta que eres la chica más dulce y amable del mundo. Que a pesar de tu apariencia creída no lo eres ni un poquito, sos luz —apaga su cámara Jason.

Lo volvería a hacer, nadie merece fracasar por un pequeño incidente.

—El día que manché mi falda intercambiaste conmigo llevándote la vergüenza tú —baja la mirada Lucy— eso nunca lo olvidaré, eres especial Susan —sonríe y apaga su cámara.

Recuerdo ese día, la mejor solución era lavarle la falda, pero ella tenía mucha vergüenza de andar mojada así que decidí darle la mía, Lucy tiene problemas de autoestima, a pesar de ser muy linda tanto interior como exteriormente no puede evitar sentirse inferior. Volvería a hacerlo si es para verla bien, ese día me regaló unas de las sonrisas más lindas que he visto.

—Fuiste capaz de perder tu nota con tal de que pasara la materia —sonríe Cristián— vales oro.

Su padre es muy estricto con él, a veces hasta llegaba golpearlo por tener calificaciones bajas. Ese día era el examen de física, estaba tan asustado que olvidó todo e iba a reprobar la materia. Yo llené todo mi examen y comencé a pasarle las respuestas descaradamente, como sabía que si me cachaban le iban a poner mi calificación a él y viceversa, dejé que la profesora me viera. Por suerte ambos pasamos casi intactos.

—Eres dulce.

—Tierna.

—Gruñona.

—Peleonera.

—Realista.

—Humilde.

—Responsable.

Veo como prenden y apagan sus cámaras con cada palabra. De la nada todos las encienden.

—¡PORQUE TE QUEREMOS TE DESEAMOS FELIZ CUMPLEAÑOS SUSAN! —gritan todos con fuerza.

Veo como Damián empieza a moverse y coloca una canción, yo conozco muy bien esa pista...

—Sé que ni pertenezco a tu salón, pero estoy agradecida de estar participando —habla Karen— como aquí todos fuimos salvados en algún momento por ti queremos dedicarte esto...

Escucho como todos empiezan a cantar mi canción, algunos se mecen, otros cierran sus ojos. No puedo creer esto. Yo también empiezo a cantarla. Nunca creí que me estimaran hasta este punto, es muy hermoso.

Tú mi amor, mi salvación,

Mi agua bendita en medio del mal,

Mi sol ardiente sobre el desierto,

Mi culpa y mi calma continua.

A veces me pierdo en tu caminar,

A veces deseo dejar de avanzar,

Pero sonríes venciendo mi mal,

Pero contigo hay un millón más.

El Ángel caído desea volver,

Pecados y males le otorgan placer,

Una victoria manchada de derrota,

Toma su mano sobre el camino espinado.

Mi vida y mi muerte ya no me interesan,

Toma mi alma y haz lo que quieras,

Sólo te pido un poco de amor,

Sólo te pido que no me dejes jamás mi amor.

A veces me pierdo en tu caminar,

A veces deseo dejar de avanzar,

Pero sonríes venciendo mi mal,

Pero contigo hay un millón más.

Sonrío al terminar, todos aplauden y comienzan a felicitarme otra vez.

—¡Que empiece la fiesta! —grita Damián subiéndole volumen a su música.

Todo empiezan a bailar, hasta yo, nunca pensé participar en una fiesta virtual.

—Muchas gracias chicos —alzo la voz— no saben lo feliz que me hace que se hayan acordado, esto no me lo esperaba, es muy lindo.

Emma sonríe— te lo mereces, además todos necesitábamos una fiesta ¿sí o no chicos? —grita como si nadie la pudiera oír.

No puedo evitar preguntarme— ¿de quién fue la idea?

—Mía —habla Cristián— practicamos una semana entera para sincronizar todo —sonríe— me alegra que te haya gustado.

Me quedo viendo al rubio con una sonrisa— si pudiera te regalaría un abrazo —asiente— muchas gracias. Lo de la canción fue la cereza del pastel.

—Esa fue mi idea —habla Lucy— pensé que preferirías eso al típico "cumpleaños feliz".

Le sonrío con ternura— diste en el clavo —sonríe— ¿Cómo han pasado su cuarentena? —Muchos voltean los ojos, no puedo evitar sonreír.

—¡Es una mierda! —Grita Jason— Me tienen de esclavo haciendo el oficio de la casa y el poco tiempo que me queda es para hacer las jodidas tareas —Frunce el ceño.

—Re tweet a lo que dijo Jason —Replica Emma— Extraño mis clases de danza y ver a mi familia —baja su mirada.

—A mí me tienen de niñero, nunca había pasado tanto tiempo como mis hermanos, son 5 y ahora resulta que mi madre está embarazada, me van a matar —Y en ese instante aparece un bebé en pañales abrazándolo— A esto me refiero —No puedo evitar reírme.

Todo empiezan a quejarse una y otra vez, pero hay otros que están felices por pasar más tiempo con sus padres. Esta situación es un 50/50. Depende de cómo sea el núcleo familiar.

—¿Se acuerdan cuando se perdió el celular de Emanuel? —alzo la voz dispuesta a cambiar de tema. Ese recuerdo me invade, creo que es el momento perfecto para recordar todo.

—¿Cómo olvidarlo? —habla el susodicho— ese día casi me partes la boca con una patada.

Empiezo a reír— le gritaste a Lorena, pobrecita —trato de ponerme seria.

—Hasta me dejó llorando —Sonríe Lorena— que pena cuando te diste cuenta que estaba en tu bolsillo.

Voltea los ojos— a cualquiera le pasa, fue un descuido.

Un descuido que terminó en desgracia para él.

—¿Recuerdan para el mural de ética? —todos empezamos a asentir.

—A mí me tocaba llevar angelitos de foami —comienza a reír Jason— me pidieron hacerles pecas, pero terminaron con vitíligo. En mi defensa mis hermanitos regaron de más la pintura.

—Empezamos a pintar algunos con distintas tonalidades de piel y todos quedaron diferentes. Hasta otros diseños de cabello les hicimos para que concordaran.

Fue un día de locos, de estrés intenso y de muchos gastos.

—Ganamos por "inclusión", todo gracias a Marian —hablo entre risas.

—Soy una genia —alza los hombros con arrogancia— pero nada se compara a la exposición de geografía.

Frunzo el ceño— Aún no los perdono por eso —me cruzo de brazos— mucho menos a ti Mario.

Este empieza a negar— yo te había dicho desde un principio que tenía que exponer.

—¡Pasé una semana en el hospital! —chillo— mi mente no pensaba en esa exposición.

—Pero lo sacaste adelante —sonríe inocente— es lo bueno de ser muy lista.

—Cállate —empiezo a reír.

Estoy a punto de agregar otra cosa, pero veo como abren la puerta de mi habitación— Susy voy a salir —susurra Jenifer— no le digas a papá.

Apago mi micrófono y la cámara para acercarme a ella.

—¿A dónde vas? —la miro preocupada— es peligroso.

Niega— Voy donde Martina, necesito hacer algo —me mira con súplica— ¿me cubres?

Sé que si me niego de todas formas lo hará, además si sale es porque debe ser muy necesario. Sólo espero que cumpla todas las medidas de seguridad, cuando está con Martina se vuelve algo despistada.

—¿Te cuidarás mucho? —pregunto en suplica.

—Claro linda, vendré rápido —sonríe.

—Bien, diré que estás dormida entonces, vete antes que me arrepienta —beso su mejilla. Sé que estará bien, confío en ella.

La acompaño hasta la puerta y vuelvo a mi habitación para seguir con la "fiesta".

...

Ya son las 8 de la noche, Fernando no me envió ni un mensaje, lo olvidó.

Me acuesto sobre el suelo viendo hacia el exterior, el día fue perfecto ¿por qué me siento tan triste? ¿Tan importante es Fernando para mí?

Mi padre cocinó mi comida favorita, pasó el resto de la tarde conmigo. Jenifer se dedicó a peinarme y maquilarme como a toda una famosa y tomarme fotos para la cuenta donde compró los aretes. Mis otras hermanas me hicieron regalos fabulosos y además soy la madrina del pequeño.

Tengo mucho para estar feliz, pero me siento incompleta.

¿Seré una malagradecida?

Escucho como alguien toca la puerta de mi habitación, miro confundida hacia esa dirección, siempre mi padre o Jenifer entran sin tocar.

Me pongo de pie abriendo la puerta, el rostro emocionado de Jenifer me saluda. Sobre sus manos está mi laptop abierta, un gran ramo de flores amarillas y un pequeño pastel de chocolate se encuentran sobre el teclado. Miro la pantalla encontrándome con el rostro sonriente de Fernando.

—Feliz cumpleaños terremotito. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top