15- Búsqueda de tesoro y planes

Susan

Día 33 de cuarentena obligatoria.

Extraño ir al colegio. Allí pasaron muchas cosas que quedaron grabadas en mi mente, momentos divertidos y también amargos, pero, en fin, recuerdos que perdurarán hasta el fin de mis días.

Recuerdo que allí por primera vez le mostré mis escritos al "mundo". Fue para una presentación escolar, todos buscaban algo nuevo e innovador, así que decidí enseñarles mi cuaderno, les propuse que hiciéramos un mini concierto y a todos les gustó la idea. El problema era que no tenía una pista y no sabía cuál letra utilizar. Por ende, el hermano de un compañero (una especie de dj) escogió una letra que le gustó y creó una mezcla fabulosa.

Fue la única vez que escuché a alguien cantando alguna de mis creaciones, fue fantástico. Hasta una chica inventó una coreografía que hasta el día de hoy recuerdo.

También me llega a la mente todos los momentos que pasaba hablando por horas con las chicas, nunca era sobre temas sobresalientes, pero sí llegaban a ser entretenidos, lograban sacarme de mis enredos mentales y poder disfrutar un poco. Las extraño demasiado. Por chat nada es igual.

Mis ojos viajan hasta el cielo, el mismo cielo que admiraba desde el balcón del instituto, aunque me hiciera daño la suave brisa que nunca dejaba de circular.

También recuerdo que una vez pelee con una chica por insultar a Marian, sé que se lo tenía merecido, nadie la mandó a meterse con el novio ajeno, pero igual lo hice porque me agrada hasta cierto punto. Estudiamos en el mismo salón desde que entramos a la secundaria, conozco muchas cosas de ella y sí se da a querer, no es tan hueca como parece. Además no me arrepiento de nada, ella venía con sus amigas y 4 contra una no era justo.

Desde el ventanal puedo ver el colegio, se ve tan pequeño, distante; tantas excursiones, trabajos en grupos, obras de teatro, limpiezas, presentaciones, discusiones, consejos. Todos esos momentos llegan a mí.

¿Algún día volveremos?

¿Algún día reiremos como en aquellas épocas?

Mi relación con todos era buena, a pesar que me la pasaba discutiendo, siempre nos ayudábamos y eso es lo importante, pienso que todos nos extrañamos a pesar de ser un grupo "tóxico" como dice la consejera.

Dejo de mirar hacia afuera y centro mi vista en mi habitación. Todo se encuentra en perfecto orden, desde mis libros del colegio hasta los lápices en el escritorio. Noto como las paredes han perdido su color poco a poco y comienza a caer la pintura, sería mejor comprar papel tapiz, es más lindo y menos dañino para mí.

Me siento sobre mi cama dispuesta a seguir resolviendo las tareas. Fernando y yo decidimos no hacer videollamada ya que siempre terminábamos hablando idioteces y él no avanzaba nada, por eso después le tocaba quedarse hasta la madrugada resolviendo todo.

Enciendo la laptop fijándome en un nuevo correo ¿más tarea, es en serio? Al abrirlo me doy cuenta que proviene de un desconocido. Frunzo el ceño cuando leo el contenido.

"Si habéis leído esto significa que sois la elegida"

¿Qué carajos?

"Seréis la cabeza de la excursión, encontrareis la llave y el cofre de JoSu-JeMa y obtendréis el tesoro.

"Tenéis un tiempo límite de 3 horas, si os pasáis de este lapso el tesoro será destruido. Todas las instrucciones se encuentran en la carpeta que está en el segundo cajón a la derecha de vuestro armario.

Miro con espanto hacia mi armario ¿qué es esto? ¿Brujería? ¿Alguien entró en mi habitación?

"Corred pequeño espantapájaros, corred.

Me pongo de pie dirigiéndome con cautela hacia el armario, tomo el desodorante como arma de prevención, no quiero llevarme un susto desprotegida. Al abrir la puerta no encuentro a nadie como era de esperarse.

Vamos Susan, deja la paranoia.

Busco en el cajón correspondiente encontrándome con una carpeta roja. Al abrirla veo un papel con una foto mía de bebé, allí tengo un vestido celeste y medias de encaje del mismo color. También unos zapatitos blancos y un collar de oro. Hasta donde sé Lila se lo llevó junto a todas las otras joyas de mis hermanas. Le doy la vuelta a la página encontrándome con un texto.

"Si habéis llegado hasta aquí es porque habéis seguido correctamente las instrucciones ¿Recordáis qué hacíais cuando tomaron la foto? Seguid vuestros recuerdos y os guiarán al principio del final.

¿Qué hacía cuando me tomaron esta foto? Yo tenía un año apenas ¿cómo me voy a acordar? Pero más importante ¿quién hizo esto? Ha de ser un juego de Jenifer, estoy casi segura de esto.

Miro con detenimiento la foto, pareciera que estoy sentada sobre algo, pero ¿qué? Nos mudamos de esa casa hace tanto.

Vamos Susan piensa.

Vuelvo a leer el texto "Seguid vuestros recuerdos y os guiarán al principio del final" miro una vez más la foto notando algo que no había visto antes. En mi mano izquierda tengo un pequeño tenedor de juguete.

¡Claro! Supongo que estaba jugando a la cocinita...

Cocinita.

¡Cocina!

La cocina está al principio del departamento, pero desde mi perspectiva está al final.

Dios el que hizo esta cosa es muy inteligente.

Miro el reloj de mi habitación antes de salir, demoré media hora en esto, si no me apuro quedaré sin tiempo.

Corro hacia la cocina, pero detengo mis pasos bruscamente, siento como el aire me comienza a faltar de la nada. Tomo el inhalador de mi bolsillo y lo coloco entre mis labios. Fue buena idea cargarlo encima.

Sólo corrí un pequeño instante y ya me agité ¿no podré practicar más karate entonces?

Muerdo mi labio inferior con fuerza. No es tiempo para ponerse sentimental, tengo un tesoro por encontrar. Por hoy no me centraré en lo que no podré por ahora.

Camino despacio hacia la cocina. Al llegar a esta miro alrededor, todo está en perfecto orden ¿dónde busco ahora?

Miro la foto una vez más, lo único sobresaliente que veo es el tenedor.

¡El cajón de los tenedores!

Reviso y efectivamente hay otra carpeta, pero verde en este caso. La abro al instante.

"Vaya, seréis la competencia de Einstein ¿me encontrasteis a la suerte o por lógica? Me sorprendéis.

Esto lo hizo Jenifer, ahora sí estoy segura, ella siempre me dice que seré la competencia de Einstein.

Le doy la vuelta a la página encontrándome con una foto incompleta, sale una bebé en brazos de una persona, pero al parecer está sobre otros brazos también, está en el medio de dos personas ¿qué es esto? Volteo la página encontrándome con un texto a la mitad. Escucho pasos así que alzo la mirada. Veo como Jenifer se acerca a mí corriendo.

— ¿A ti también? —pregunta enseñándome una carpeta roja.

— Pensé que esto lo habías inventado tú —la miro sorprendida.

Frunce el ceño— ¿crees que mis neuronas dan para tanto? Mira esto —me enseña su carpeta, sale una foto de ella con dos dedos metidos dentro la boca mientras saca la lengua y pone los ojos bizcos. Volteo la página encontrado un texto también "Podéis adivinar esto. La fotografía os decí todo".

Vaya, que explicación.

— ¿Qué crees? —se para a mi lado— yo no entiendo nada.

Centro mi vista en la foto, sólo sale Jenifer haciendo una mueca— Ni idea y al parecer si no resolvemos esto yo no podré avanzar —le extiendo mi carpeta. Le da una ojeada mientras yo analizo la suya— ¿dónde eso fue? —frunzo el ceño, yo no recuerdo ese lugar.

Mira la foto— la cocina donde vivíamos antes —alza los hombros— eso verde de allí es el refrigerador —la miro con seriedad— ¿qué?

Camino hacia el refrigerador y abro ambas puertas, la carpeta verde se hace presente sobre el jugo. Ella corre hasta mi posición y la toma entre sus manos.

— ¿Tan literal y no lo adivinaste? —alza los hombros sonriente. Cuando abre su carpeta nos damos cuenta que tiene una foto también incompleta, en este caso sale una niña pequeña con sus brazos extendidos, además otros brazos rodean los suyos.

Ella junta ambas fotos y así nos damos cuenta que es un bebé cargando a otra— Estabas recién nacida, supongo que esa soy yo con 2 años —sonríe— no recuerdo cuando la tomaron —Le doy la vuelta de una vez, creo que perdimos mucho tiempo ya— "¡Enhorabuena! Habéis resolvió el acertijo, de ahora en adelante trabajareis juntas" —alzo la mirada notando como frunce el ceño— el correo dijo que sería una seguidora —achina los ojos— ¿serás la cabeza de todo esto no?

— Eso dijo el correo —alzo ambos brazos inocente— "Si podéis encontrar vuestra fuente de felicidad todo esto se resolverá" —me siento sobre un taburete.

¡Es que no dice nada concreto!

Coloco las fotos sobre la barra— ¿esos brazos de quiénes son? —pregunta. Alzo los hombros confundida también— por su delgadez supongo que son de niña, mira los que te sostienen a ti —tiene razón, ese bracito tiene una pulsera rosa... Dos bebés y dos brazos de niñas... fuente de la felicidad

— ¡SOMOS LAS CUATRO! —da un respingo asustada— entonces nuestra fuente de la felicidad es....

— El amor de hermanas —niego— ¿por qué no? Es lo más lógico.

— Eso no es algo que se pueda tocar —miro mi alrededor— debe ser algo táctil...

Cada domingo hacemos una videollamada... pero varía entre la tablet y la laptop, pero no vimos más carpetas en nuestra habitación, nos habríamos dado cuenta.

Fuente de la felicidad.

Cuando papá está con nosotras ¡exacto!

Empiezo a correr hacia la sala, en dirección a la televisión. Cuando papá está siempre nos juntamos en la sala.

Comienzo a toser mientras me agito una vez más. Debo dejar de correr, por mi bien. Coloco el inhalador entre mis labios con rapidez. Ojalá no se haya dado cuenta.

— ¿Estás bien? —se acerca Jenifer. Bien, sí se dio cuenta.

Asiento— sabes que me pongo así cuando me emociono —asiente sonriente— busca por la televisión, dame chance de recobrar el aliento.

La veo alejarse con completa curiosidad.

Me siento sobre el sillón respirando profundamente, al exhalar escucho como ese silbido molesto aparece. Jenifer no puede darse cuenta de esto, si lo hace ataría muchos cabos ya que debe acordarse que esto me pasó una vez hace años...

Veo como se acerca con una carpeta entre sus manos.

— "Habéis completado la primera fase con éxito, felicitaciones —sonrío al escuchar su "voz de pirata"— pero sólo es el principio, deberán resolver algunas tareas que las guiarán hasta el tesoro final" —frunce el ceño— mira —me extiende dos trozos de papel. Los rostros de Josefin y Madelen de pequeñas se hacen presentes, las junto con los otros pedazos quedando una hermosa foto que nunca había visto antes —Josefin tenía el cabello negro allí, se veía rara —burla— y mira cuantos ganchos tiene Madelen en el cabello, en verdad que desde pequeña le gustaban esas cosas.

Sonrío— No es raro que tenga su propia línea de accesorios —acaricio las fotos— cuando nos veamos deberíamos hacer un TikTok, ese que muestra una foto antigua y luego la recrean —asiste entusiasmada.

— Te vamos a tener que cargar —ríe— va a quedar muy lindo.

Una idea se me cruza— cuando todas tengamos hijos ellos podrían recrear nuestras fotos —la idea de imaginar a mis pequeños imitándome me causa ternura.

— Lo veo duro por parte de Josefin y mía —baja la mirada— sabes que no sé si quiero tener hijos.

— Serás la tía millonaria —le regalo una pequeña sonrisa mientras apoyo mi mano sobre su hombro.

— Exacto —me agarra las manos para ponerme de pie— tenemos más pistas por encontrar —Vira la hoja del texto mostrándome una foto de nosotras en el baño, yo jugando en la ducha y ella sentada sobre el inodoro viéndome.

— Al baño —sonrío con melancolía.

...

Nos encontramos como locas buscando una llave de juguete que Jenifer perdió hace años en alguna parte del departamento. El que hizo este bendito juego (mi padre por obvios motivos) metió el premio en un cofre de juguete que teníamos de niñas.

Nos quedan 10 minutos y aún no hayamos la maldita llave.

— ¿Por qué tienes todo así? —tomo un bulto de ropa y lo tiro sobre la cama— hace unos meses eras la adicta a la limpieza.

— Menos queja y más trabajo —grita desesperada— ¿cómo era esa llave?

Volteo los ojos— ¿llevas media hora buscando una llave que no recuerdas? Eres única hermana.

— Susan... —regaña.

— Arcoíris, como el cofre —sigo esculcando en su armario. Al mover un bulto de ropa veo una caja amarilla con morado al fondo ¿son dulces? La tomo entre mis manos y la abro con interés. Al hacerlo me encuentro con muchos paquetes del mismo color. Saco uno y leo lo que son... condones, vaya ingenuidad Susan. Pongo la caja en su lugar y sigo esculcando.

— ¡Aquí está! —chilla de emoción, veo como mete su brazo abajo del colchón— recuerdo meterla aquí para que justamente nunca se me perdiera —sonríe alegre.

Cuando la tiene toma el cofre entre sus manos e inserta la llave. Me paro a su lado esperando con suspenso, tanto trabajo y por fin veremos los frutos. Cuando lo abre nos encontramos con una notita y una cajita.

"Su papá las ama"

Jenifer toma la cajita mostrándonos dos collares, cada dije es como una clase de circulo pero más deforme, en el centro de cada uno dice nuestros nombres.

Escucho como alguien abre la puerta.

— El resto —mi padre se acerca con otros dos collares en la mano, parecen un cono de helado. Jenifer los toma y une todo formando un gran corazón, cada uno con nuestros nombres— simboliza mi corazón, para que siempre recuerden que las amo a todas y siempre están aquí —toca su pecho.

No pensé que haría algo así, mi padre es muy cariñoso, pero idearse una búsqueda del tesoro y todo el drama no me lo esperaba. Es el mejor.

— Nosotras también te amamos —lo abrazo con fuerza— muchas gracias por esto —beso su mejilla.

Jenifer se coloca su collar— es muy lindo, gracias —se acerca dándole un beso también— ¿pero por qué la búsqueda del tesoro? ¿No era mejor regalarlos de forma "normal"?

La miro mal, esto fue muy divertido, ella lo disfrutó, lo vi en su sonrisa ¿por qué tan aguafiestas ahora?

Se sienta sobre la cama— niñas, no sé qué pasa con ustedes —baja la mirada— Susan se la pasa encerrada en su habitación, no sale ni para comer, antes siempre pedía ayudarme a cocinar y ahora a duras penas la veo —mira a Jenifer— y tú también te la pasas aquí encerrada haciendo no sé qué, ya no hablan. Antes se la pasaban en la sala viendo televisión o buscando alguna receta nueva —Niega— Es como si todo se estuviera desintegrando frente a mis ojos y no sé qué hacer. Pensé en este juego para animarlas un poco y que socialicemos. No saben lo contento que me sentí al escuchar sus risas y discusiones otra vez.

Ambas bajamos la mirada. Me siento tan culpable por todo.

Decidí encerrarme porque no quiero que se den cuenta de mi empeoramiento, hasta he reducido las videollamadas con Fernando por eso. Pero no creí que hacía más mal que bien, nunca me puse a analizar los sentimientos de mi padre o Jenifer. He sido muy egoísta.

— Lo siento —rompo en silencio— me centré tanto en Fernando que me alejé de ustedes —miento con todo el dolor del mundo, siento como si lo estuviera usando— además me he viciado con esos malditos módulos, disculpa papá.

Mira a Jenifer— he tenido problemas en la universidad —la volteo a ver también, no me había contado nada al respecto ¿en verdad nuestra comunicación ha disminuido?— la carrera es más complicada de lo que había pensado y me centré en estudiar de más —suspira— perdón papá.

Niega— me alegra saber que es porque están ocupadas con su estudio y no por problemas emocionales o algo por el estilo —sonríe— entiendo eso de viciarse con los trabajos, pero no es bueno para ninguno de los tres, somos una familia y ahora debemos estar más juntos que nunca —se acerca a nosotras abrazándonos— ¿alguien quiere olvidarse de sus preocupaciones y disfrutar una tarde en familia?

El pánico me invade al instante, ya Jenifer me vio una vez en crisis, si me ve otra vez se va a preocupar. Pero no quiero defraudar a papá, además yo también los extraño a ambos.

— Hagamos galletas —propongo sonriente contradiciendo mis pensamientos.

— Cup cakes mejor —propone Jen.

— Ambos —sonríe papá— y luego haremos un karaoke, tenemos semanas sin hacer uno.

Muerdo mi labio inferior nerviosa.

Dios por favor, no dejes que me atormente en frente de ellos, por favor, déjame disfrutar este momento.

— Me parece un buen plan —Jen entrelaza su brazo con el mío— listas capitán.

— Papi... —Hace un gesto para que hable— ¿y si planeamos la búsqueda de tesoro para Madelen y Josefin? —Jenifer comienza a asentir.

— Cuando vengan tendrán que ganarse sus collares también —Mi padre sonríe— ¿no te podrás el tuyo Susy?

Abro los parpados sorprendida— Lo había olvidado —Río— ¿Me lo colocas papá?

Toma el collar y lo abrocha con delicadeza. No me lo quitaré nunca en la vida.

— Marchando niñas —reímos ante su orden— 1-2-3-4 1-2-3-4 —empezamos a pisar con fuerza.

Todo estará bien.

Fernando.

Tenía semanas sin cocinar, bueno tampoco soy un experto, desde que vine a este lugar siempre Isaac se encargaba de todo, y bueno, por ciertos motivos no me apetecía ayudarlo. Pero él ha estado raro últimamente, desde que lo vi hablando con Jenifer algo en él se apagó, y hoy lo pienso averiguar todo.

Comienzo a vertir sobre el pollo una pasta que encontré dentro del refrigerador, me pareció ver a Isaac usado esto un día.

No sé, pero se me da mejor hacer postres que comida. Una vez intenté hacer sopa y se me quemó. Pero Isaac es distinto, a él se le queman los postres. Ironías de la vida.

Escucho pasos acercarse despacio, como si estuviera arrastrando los pies, lo cual no es normal en él. Veo como aparece decaído y se sienta en el comedor, su mirada se encuentra perdida y sin ese brillo característico.

Me acerco hacia él decidido— Dime qué pasa —Me ignora— Desde que hablaste con Jenifer estás así, dime lo que ocurre o le preguntaré a ella misma —Sale de su trance de inmediato, como si hubiera tocado un botón rojo.

— ¿Cómo sabes eso? ¿Qué oíste? ¿Hablaste con alguien sobre eso? —Se acerca a mí amenazante— ¿Por qué me espiabas?

Coloco mi mano sobre su hombro— Bájale dos a tu drama, yo no tengo la mínima necesidad de espiarte —Frunzo el ceño— Iba a preguntarte algo y cuando entré a tu habitación escuché a Jenifer diciéndote que no sabía qué hacer —Alza ambas cejas— Además te llamó por tu segundo nombre ¿qué pasa?

Vuelve a mirar hacia un punto fijo, como que hablar del tema o mejor dicho de ella le cuesta mucho.

— Es algo personal de ella y no puedo decírtelo —Rasca su oreja.

— ¿Desde cuándo y de dónde la conoces? —Alza una ceja— Me parece muy raro que justamente ambos conozcamos a esas hermanas por "casualidad de la vida".

Suspira, su rostro refleja duda, quiere hablar, pero a la vez no. Vamos Isaac confía en mí— la conozco desde el año pasado. En una fiesta.

Alzo la mano de inmediato— Dijiste que habías dejado esa vida —Baja la mirada— Mentiroso.

Niega— No es lo que crees, soy joven Fernando, tengo derecho a divertirme —Alzo una ceja— No le digas a nuestros padres por favor.

Muevo la mano con desinterés— Fue el año pasado, ya no importa.

Asiente— La conocí en una fiesta, era para los chicos de nuevo ingreso, pero mi facultad se coló —casi volteo los ojos, pero me aguanto, me está contando algo serio, no seas imbécil Fernando— Si la hubieras visto Fernando, estaba hermosa, radiante —Sonríe como idiota— Me acerqué a ella y empezamos a hablar —Baja la mirada— Todo fue tan perfecto, bailamos hasta el amanecer y luego vinimos aquí.

Vuelvo a alzar la mano parando su relato, no me interesa saber lo que hicieron aquí.

Sonríe— Cuando la vi otra vez en la universidad le hablé y todo normal, éramos como una pareja, pero nada oficial —Ya veo, entonces sí o sí es mi cuñada o cuñada doble— Pasaron algunos inconvenientes y me alejé de ella, pero hace unas semanas —Alza la mirada— Específicamente días después de que conocieras a su hermana me habló y volví a caer ante ella. Me trae como un idiota —Rasca su cabello— Me contó sobre un problema que tiene y me trae la cabeza dándome vueltas, no sabes cuánto quiero estar con ella para protegerla.

— ¿Tan malo es el asunto? —Aprieta sus puños— Es muy malo por lo que veo —Asiente de mala manera— ¿Por qué no sabía sobre ustedes? Estoy seguro que Susan también es ignorante al tema.

— En teoría somos sólo amigos, no tenían que saberlo.

— Susan y yo somos amigos y tú te metes en el tema cuantas veces te da la gana, es exactamente lo mismo.

Cubre sus ojos— Tienes razón, pero Jenifer no quiere que se entere, digamos que Susan me conoce, pero sólo por mi segundo nombre, no sabe quién soy en realidad.

Lo miro mal, no estoy entendiendo nada de esto ¿acaso que estén juntos simboliza el fin del mundo? Estoy seguro de Susan aceptará todo normal, creo que hasta estaría feliz por su hermana. No veo los inconvenientes.

— ¿Por qué el misterio? —Alzo la voz estresado, ya esto no me gusta.

Vuelve a dudar, quiere decirlo, yo sé que quiere— Olvidemos el tema, yo no te pregunto por la vida personal de Susan, apuesto que te cuenta cosas que no quiere que Jenifer u otra persona se entere.

El recuerdo de su confesión me invade, aún no sé si estaré haciendo lo correcto y ese tema no me deja dormir en paz. Isaac tiene razón, hay cosas que simplemente no se pueden decir a otros por más cercanos que sean.

— No te quiero ver mal, pareces un muerto viviente —Pongo mi mano sobre su hombro— Si quieres desahogarte me puedes decir, no es necesario que me cuentes de su problema, quiero saber cómo te siente tú.

No me gusta verlo tan miserable y aunque aún no me cae tan bien no le deseo el mal, es mi hermano al fin.

Asiente— Gracias por el apoyo... —Frunce el ceño y comienza a mover su nariz— Huele como a quemado.

Me pongo de pie de inmediato, había olvidado que estaba cocinando. Al acercarme a la estufa veo la olla absolutamente negra, todo el pollo y los vegetales están calcinados.

— ¿Pizza? —Asiento derrotado— La próxima cocinamos juntos ¿va?

— Mejor postres —Sonrío.

Alza los hombros mientras toma el teléfono.

— Me pidió vernos pronto—Empiezo a negar. Es mala idea— Hermano, es necesario, me necesita.

El problema debe ser grave, pero es una locura salir ahora, podrían contagiarse y jodernos a todos. Sé que a veces las personas necesitan apoyo físico, pero en estos momentos es entendible que no pase eso. Debería aceptar unas palabras de aliento o qué sé yo.

Suspiro agotado, sé que va a ser inútil que le ruegue que no vaya.

Estoy a punto de botar el pollo. pero un recuerdo cruza mi cabeza— ¿Cuándo planeas verla? —Me mira extrañado.

— No lo sé ¿por? —Esto es una locura, no debería incentivarlo, es peligroso, pero si lo hará de todas maneras podría servirme, este era el detalle que faltaba para organizar bien el plan. Tal vez sea una señal...

Sonrío nervioso— Prométeme que usarás siempre la mascarilla, guantes, gel antibacterial y todo eso —Alza una ceja— pídele que se vean el sábado —Todo empieza a cuadrar en mi cabeza— Necesito que le mandes algo a Susan.

— ¿Me vas a usar? —Pregunta divertido.

— No me parece nada sensato este plan, pero sé que irás de todas formas —Camino por toda lo cocina— Dios Isaac, necesito que cuando la veas pienses con la cabeza y no con el corazón.

Esto es peligroso, muy peligroso, Dios por favor ayúdanos.

Asiente entusiasmado— Le diré que nos veamos donde Martina.

— ¿Quién es Martina? —Hace un gesto de desinterés.

Espero estar haciendo lo correcto.

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