13- ¿Conocer a tus padres?
Susan
Día 23 de cuarentena total.
Lo nervios consumían mi interior poco a poco. Esa sensación de estrés atentaba con reventar la vena de mi frente en cualquier momento. Creo que hasta hundí en piso de mi cuarto por tanto caminar de un lado para otro.
Es hoy.
Ya es hoy.
Analepsis.
Nos encontrábamos en nuestra primera "cita" virtual. Ya habían pasado 10 días desde que decidí darle una oportunidad a Fernando. Por oportunidad me refiero a dejarme llevar un poco, permitiéndole cautivarme con sus encantos.... por así decirlo.
— ¿Sabes? Nunca tuve una cita en mi vida, es raro que la primera sea virtual —río.
Yo pensé que mi primera cita sería en un cine, quizás una cena en un buen restaurante o un paseo nocturno por el parque. Había imaginado de qué hablaríamos o qué haríamos, todo bien calculado.
Que tonta era.
Ahora me doy cuenta que lo esencial no es el lugar, sino la persona. A pesar de que él está por allá y yo acá, tengo esa misma emoción que imaginé que sentiría, bueno, no es la misma, esta es más grande y gratificante.
— Yo sí tuve una —sonríe— la chica quería que fuéramos a la feria juntos. Acepté, pero luego me arrepentí con toda mi alma —ladeo el rostro curiosa— entramos a la casa embrujada, me llevó a un rincón oscuro y comenzó a besarme —se queda viendo un punto fijo— luego empezó a toquetearme todo y yo no quería, pero tampoco quería ser grosero así que la dejé —se ve tan distraído— cuando la cosa se salió de control la aparté, no me gustaba para nada su plan —alza la mirada enfocando la mía— ella me dio un bofetada diciendo que era un "maricon" y me dejó.
Eso no lo vi venir— ¿Por qué te negaste? —hasta donde sé a los hombres les gustan esas oportunidades. Yo he visto en mi colegio a estudiantes teniendo sexo en los baños.
Alza los hombros— No me llama la atención tener sexo con alguien, creo que podría decir hasta que no me gusta —alzo las cejas asombrada— no me mires así, tú tienes tu aura virginal intacta y yo no te he criticado.
— Que la tenga no significa que no me llame la atención eso.
Alza una ceja— ¿Eso? Las cosas por su nombre linda.
— Entendiste muy bien, pero ¿por qué no te gusta? ¿Entonces aún eres virgen?
Asiente— no sé, sólo no me llama la atención hacerlo.
Wao, eso no me lo esperaba.
— ¿Pero sí te gustan las chicas? —achino los ojos dudosa.
Ríe— no soy gay terremotito, bueno no lo sé, lo que sé es que tú me atraes y eso es lo importante ¿no?
"Lo que sé es que tú me atraes"
No sé por qué pienso que es lo más lindo que me han dicho— ¿Cuándo hablas de atraer a qué te refieres? —necesito sabes si su significado es el mismo que el mío. Para mí que alguien me atraiga es que me guste algo en especial, algo físico. Y si nos vamos por físico él me atrae mucho.
Me mira pensativo— Umm... me atrae tu cabello, tus ojos, tu sonrisa, tu mal genio —mira hacia el techo— debo recolectar más cosas para llegar a mi objetivo.
¿Objetivo?
— ¿Cuál objetivo?
— Enamorarme de ti —abro los labios exageradamente— ahora que lo recuerdo, mis padres dicen que te quieren conocer —abro aún más mis labios— están muy felices de que esté socializando.
Me pongo de pie de inmediato— ¿cómo me dices todo eso de la nada? —siento que mi pecho va a explotar ¿enamorarse? ¿Sus padres? ¿Qué le pasa?
Y así es como llegamos a este punto. Traté de retrasar este "encuentro" todo lo que pude, pero ya no se puede más, el día llegó y no sé qué haré.
Me he peinado más de cinco veces y nada me parece correcto, nada es apropiado ¿qué ropa usaré? ¿y si no les agrado?
Hasta donde me explicó Fernando, sus padres son "tranquilos" no sé qué me quiso decir con eso, no me explica nada, no me ayuda, sólo me causó más nervios.
Me da miedo que cuando me pregunten algo no sea capaz de responder apropiadamente o que olvide mis modales y haga una tontería o peor, que se me escape una grosería.
¿Y si mi papá me habla en ese momento? ¿O Jenifer?
Jenifer...
¡Claro Jenifer!
Salgo de mi habitación dirigiéndome hacia la suya, ella debe saber algo, podría ayudarme, debe tener experiencia.
¿Qué experiencia Susan? Nunca ha tenido novio.
Pero sí amigos y habla con sus padres ¿es parecido no? Sea como sea, ayuda es ayuda.
Abro su puerta de golpe— ¡Sus padres me quieren conocer hoy! —digo sin más. Veo como cierra su laptop y se aleja de su escritorio mientras me observa con cautela ¿qué estaba haciendo?
— ¿Por qué no tocas antes de entrar? —se pone de pie— podría estar en alguna clase —intercala su mirada entre el escritorio y yo.
Un gemido de desesperación se me escapa— Perdón, es que no sé qué hacer hermana, sus padres desde hace semanas me quieren conocer y me negaba, pero ayer le dije que sí en un momento de debilidad y no sé qué decir o cómo actuar —hago ojos de cachorro— si no les caigo bien será mi perdición —masajeo mi rostro con fuerza.
Camina hacia mí pasando su brazo sobre mis hombros mientras empieza a dirigirme hacia su cama.
Ahora que lo pienso ¿en qué momento pintó su habitación? Las paredes no eran lilas, estoy segura de eso.
— Susy, eres un sol, no le caerás mal a nadie —empieza a ver mi cabello— ¿por qué quieren conocerte?
Muerdo mi labio inferior— Fernando les habló de mí —siento mi rostro calentarse— y les dio curiosidad.
Toma mi rostro hacia su dirección— ¿te gusta? —sonríe.
Esquivo su mirada— No lo sé —siento mi rostro más caliente— me gusta hablar con él y siento mucha confianza —sonrío— me encanta escucharlo hablar, su voz es tan linda. También cuando habla de algo que le gusta, lo dice con un entusiasmo que hace sus ojos brillar. Cuando sonríe se acelera mi corazón y cuando susurra siento como si hormigas caminaran por mi estómago —suspiro.
Se cubre sus labios mientras comienza a chillar— ¡Estás enamorada! —cubre su rostro— ¡Nunca creí que hablarías así de alguien, que emoción! —vuelve a chillar.
Analizo su rostro con detenimiento, no creo que esté enamorada ¿o sí? No me lo había planteado.
— ¿Sabes Jen?, no quisiera darle un nombre a esto que siento —toco mi pecho— no quiero llenarme de inseguridades por idealizarlo ¿me explico? Si pienso que estoy enamorada de una vez llegaré a conclusiones de que lo estoy haciendo mal o no soy suficiente para sobrellevarlo —humedezco mis labios— hasta ahora todo ha sido tan bonito, simplemente nos dejamos llevar, bueno, yo me dejo llevar, no sé si él ya tiene claro lo que siente, yo sólo sé que me encanta lo que me trasmite —cubro mi rostro— creo que dije puras estupideces, pero es lo que pienso —río con nervios.
Veo sus ojos cristalizados, por inercia los míos se humedecen también. Siento como me envuelve entre sus brazos con fuerza y firmeza, yo la imito de inmediato, no sé por qué lo hace, pero me conforta.
— No sabes lo orgullosa que me siento de ti —acaricia mi cabello— tienes toda la razón ¿para qué darle nombre? Creo que no sería suficiente para abarcar todo lo que sientes —sorbe su nariz— me siento tan feliz de que vivas esto, de dejarte llevar por primera vez, salir de tu zona de confort, de abrirle tu corazón a alguien.
Acomodo un mechón de mi cabello tras mi oreja— No sé cuánto tiempo dure, pero quiero aprovechar cada instante junto a él —me separo de ella— y si dura hasta llegar a un matrimonio con dos hijos y envejecer juntos no me quejaría —sonrío.
Despeina mi cabello— Boba —se pone de pie y camina hasta su cómoda, la veo buscar algo con fervor ¿qué hará?— ¿a qué hora conocerás a tus suegros? —la miro mal— quita esa mirada o no te ayudo.
— A las 5:00 —mira su reloj de inmediato.
— Mierda ¿por qué no viniste antes? —veo su reloj de pared, apenas son las 1— tendré que hacerte algo sencillo.
¿Qué? Pero si hay tiempo de sobra. ¿Qué es sencillo para era? La veo sacar un secador, unas tenazas, un cepillo eléctrico...
— Ve a bañarte y lávate el cabello, en 15 minutos te quiero aquí —ordena.
— ¿Y si sólo me lavo el cabello? —Hago una mueca de obviedad.
— No querida, te necesito bien limpiecita, ahora mueve, mueve. El tiempo corre —Mueve sus manos "echándome" de su habitación.
Me pongo de pie obedeciéndola como buena soldado.
No puedo evitar emocionarme de más, Jenifer es una experta en estas cosas de maquillaje y peinado. Está de más decir que siempre se ve divina y para las fiestas es cuando más se luce.
Al entrar a mi habitación siento como me empieza a faltar el aire de la nada, esa presión en el pecho aparece con fuerza ocasionándome cerrar los ojos.
¿Por qué ahora?
Comienzo a toser con fuerza, cada vez más seguido.
Necesito mi inhalador.
Camino lo más rápido que puedo hacia mi cómoda, pero fallo en el intento, caigo de rodillas intentando encontrar aire. La tos aumenta y el dolor en el pecho empeora.
Vamos Susan, no te asustes...
Siento como lágrimas caen por mis mejillas, estoy tan cerca de la cómoda, pero no la puedo alcanzar. El dolor se intensifica más, abro la boca lo más que puedo tratando de conseguir aire, pero es inútil.
Ayuda.
— Su- —toso con fuerza e inhalo exageradamente— ¡¿Qué tienes?! ¡¿Qué está pasando?!
Jenifer.
Trato de alzar la cabeza, pero no puedo, me duele demasiado el pecho.
Siento sus manos sobre mi rostro levantándolo— Susy respira, respira —coloca el inhalador entre mis labios y lo presiona. Cierro los ojos permitiendo que la medicina llegue hasta donde debe y todo empieza a calmarse poco a poco.
Ya no me duele tanto el pecho como antes, la tos cesó y puedo respirar con una mayor normalidad.
Tomo el inhalador con mis propias manos presionando otra vez logrando sentirme más aliviada.
Lentamente abro los ojos, Jenifer se encuentra sentada sobre el suelo, aún con su mano sobre mi rostro.
Sonrío— ya estoy bien —intento ponerme de pie, pero no me lo permite— ¿qué ocurre?
— ¡¿Qué ocurre?! —alza la voz— ¡Susan, casi mueres! Si no hubiera llegado estuvieras... —cierra los ojos— ¿qué te pasa? ¿Cómo llegaste a esto?
Suspiro con la mirada fija en mis manos temblorosas— había olvidado donde estaba el inhalador, cuando lo busqué y no lo encontré me asusté —miento— pero por suerte llegaste y lo encontraste.
No le puedo decir que las crisis han estado más intensas, no puedo hacerlo.
— Toda tu vida lo has dejado en la cómoda —asiento— ¿cómo se te olvidó dónde estaba?
Muevo la cabeza con duda— No lo sé, tengo la cabeza llena de cosas, simplemente se me olvidó —vuelvo a sonreír— ya estoy bien hermana —beso su mejilla.
Me mira preocupada.
Vamos Jen, sólo fue uno más, estás acostumbrada a esto, no me mires así.
— Bien —se pone de pie y me ayuda a hacerlo también— ¿te sientes bien entonces?
Asiento— lista para la misión mi comandante —sonríe.
— Entonces a bañarse —busca mi toalla— entraré contigo, te esperaré sentadita sobre el inodoro, no estoy loca como para dejarte sola.
Sonrío con melancolía— me recuerda cuando tenía 8 años, todos los días hacías lo mismo —asiente.
— Te daba miedo tener una crisis y morir ahogada.
Río ante mi inocencia— ¿cómo iba a morir ahogada?
Alza los hombros— Yo no sé, pero me pegaste ese miedo, te acompañé por casi un año.
Camino hasta donde ella y la abrazo con fuerza— eres la mejor ¿lo sabes?
Besa mi cabello— tú eres la mejor linda.
...)
Ya iba a ser la hora, faltaban menos de cinco minutos ¿serán tan puntuales? No lo creo, pero mejor que me dejen esperando a mí que yo a ellos, sí, ser puntual es lo mejor.
Me pongo de pie mirándome una vez más frente al espejo.
Aún no puedo creer que dejé que me cortara el cabello e hiciera un flequillo, no se me ve mal, pero vamos, mi cabello es rizado y ella lo cortó mojado, si hubiera calculado mal habría pasado una desgracia la cual no le perdonaría nunca.
También me maquilló un poco, parezco una muñeca de porcelana, mis mejillas sobresalen por el rubor ¿me veo muy bonita?
Susan ¿de qué sirve verte bonita si no sabes hablar decentemente?
Tienes razón, aunque el físico causa una primera impresión.
Tu manera de pensar también la causa...
Susan, deja de imaginar que eres ignorante, no lo eres, tú tienes el mejor promedio de tu colegio, has ganado concursos de redacción y poesía, has sido líder de cada actividad estudiantil.
¿Por qué no podrías hablar con sus padres?
¿Y si son como Fernando?
Bueno, su hermano no es como él, no lo conozco, pero sí me ha contado sobre sus discusiones y me parece muy similar a Jenifer, y Jenifer no tiene nada en común con Fernando.
Respira Susan.
¿Y si me da otra crisis?
No, no me dará, si piensas que pasará entonces lo hará, ley de atracción Susan.
Escucho una musiquita proveniente de mi laptop, deben ser ellos.
Vamos Susan, no los hagas esperar.
Me siento sobre la cama colocando la laptop sobre mis piernas. Un botón azul me saluda invitándome a aceptar.
You can honey.
— ¡Hola Susan! —me saluda de forma animada una señora de unos 40 y tantos, su piel es morena, pero mucho más clara que la de Fernando, sus ojos son de un color caramelo precioso, como esos dulces de leche. Un turbante amarillo decora su cabeza negándome la oportunidad de ver su cabello. Siempre quise aprender a amarrar los turbantes así, pero no lo logré. Lo que más sobresale en ella es la gran sonrisa que me regala, se ve cargada de entusiasmo y alegría.
— ¿Cómo estás Susan? —Habla un hombre de unos 40 y tantos también, se encuentra pasando su brazo sobre los hombros de su esposa. Me doy cuenta que Fernando es la copia de su padre, tiene sus gruesas cejas, ojos negros y grandes, su tono de piel es un poco más oscura que la de Fernando, hasta la forma del rostro es similar. Su cabello se encuentra en un afro corto, supongo que el cabello suelto de Fernando es por parte de la mamá entonces. Al igual que su mujer, este me brinda una cálida sonrisa— Ella es Olivia y yo Larry, mucho gusto Susan.
— Hola, mucho gusto —Sonrío— Me llamo Susan —me doy una cachetada mental al procesar lo que dije— Lo siento —Río.
Me miran divertidos mientras me regalan una expresión de "tranquila, todo está bien".
— Bueno, ya la conocieron —Me centré tanto en sus padres que no me había fijado de la "presencia" de Fernando, este se ve mucho más tranquilo que yo, demasiado, pero eso me da a entender que está muy nervioso. Al menos no estoy sola en esto.
— Yo no he tenido la dicha aún —Veo como un muchacho abraza a Fernando por el cuello. Este tiene rastas y una barba ni tan larga ni tan corta, se ve bien. Ese es Isaac y me regala una gran sonrisa, al parecer el amargado de la familia es Fernando— Hola cuñada, soy Isaac —Fernando lo golpea— ¡Animal! —Se queja.
Empiezo a reír— Mucho gusto Isaac —Asiente— un placer conocerlos a todos.
La señora Olivia asiente— El gusto es nuestro. Sabes, Fernando dijo que eras linda pero no imaginábamos que tanto —Se apoya sobre el hombro de su esposo— ¿No crees que parece una muñeca Larry?
Me sonrojo— Sí, mi hijo tiene muy buenos gustos —Sonríe— Pensábamos que nunca íbamos a conocerte, aunque creo que presionamos mucho a Fernan, pero era por la curiosidad —Fernando restriega su rostro con sus manos.
— Es que tenemos muchas tareas, pero al fin se dio la oportunidad —Fernando achina los ojos. Soy una mentirosa, pero ¿qué les iba a decir?
"No, miren, me daba tanta vergüenza y decidí hacerles la ignoración por semanas". No soy tan estúpida. aunque sí me siento arrepentida, lo importante es que ya estoy aquí.
— Son tan distintos —comenta Isaac— Ella se ve toda linda, con todo respeto hermano —Mira a Fernando— Y tú eres una cosa.
— Respétame. Es más ¿qué haces aquí? Esto es entre mis padres, Susan y yo.
— Susan, queríamos conocerte y agradecerte —Todos miramos a la señora Olivia. Esta sonríe, pero sus ojos muestran "chicos ya cállense"— Fernando me comentó que gracias a ti decidió hablarme y arreglar las cosas.
Volteo a ver a Fernando, este me sonríe de boca cerrada mientras evade mi mirada. No puedo creer que está apenado, Dios que adorable.
Niego— Él solo necesitaba un consejo, en él estaba tomarlo o no e hizo lo correcto —Sonrío.
— Pero tú se lo diste, no sabes lo que feliz que me hizo —El señor asiente con ojos cerrados— Hubiéramos preferido agradecerte personalmente, pero por motivos que todos conocemos no es posible —Asiento con total comprensión.
— Muchas gracias Susan, por juntar a mi familia y por ser amiga de nuestro hijo.
Vuelvo a negar— No deben agradecer, yo soy muy feliz con Fernando, si alguien debería agradecer algo sería soy yo, por haberlo mandado aquí —Todos me miran fijamente. Las palabras dejaron mis labios sin mi permiso ¿por qué no te quedaste callada?
Silencio nos envuelve.
Empiezo a mover mi pie con nerviosismo. Sus padres sonríen mientras me miran sin decir nada. Volteo a ver a Fernando y este sonríe como estúpido ¡di algo maldita sea!
Sacude su cabeza aun con la sonrisa sobre sus labios— Yo también les agradezco porque me hayan mandado acá, me arreglé con este —Señala a Isaac— Y la conocí a ella.
Muerdo mi labio inferior tratando de ocultar la sonrisa ante esa confesión.
Susan no es momento para sus crisis de cursilería, sus padres están aquí.
Habla Isaac— Re tweet con lo dijo Fernando, claro, lo de Susan no —Reímos.
— Susan, me pareces una chica muy dulce y sincera, mi hijo te valora mucho y si él permitió que fueras parte de su vida nosotros los apoyaremos.
— Cuentan con nosotros para cualquier cosa, debes saber que acá en Los Valles ya tienes una familia —Sonríe el señor.
¿Me acaban de integrar a su familia? ¿Esto es real?
— Cuñada, ya tienes la aceptación de los suegros, sólo falta que tus padres acepten a Fernando —Sonríe.
Miro a sus padres— para mí es un honor escuchar esas palabras, me emociona que me acepten para su hijo —Volteo a ver a Isaac— Cuando a Fernando le toque hablar con mi familia se verá en medio de dos chicas y mi papá —Ríe Fernando.
— Susan tiene tres hermanas, ya a una le caigo bien.
— Le cae muy bien, en si gracias a ella fue que empezó todo con Fernando por así decirlo.
Su madre alza una ceja— ¿Empezó todo? ¿Ustedes son novios ya?
Me sonrojo al instante— Aún no mamá —Lo miro sonriente.
— Espero algún día conocerlos personalmente —Comento cambiando de tema— Fernando me dijo que hacen los dulces más ricos de todo el país.
El padre asiente— Nos da buena publicidad nuestro hijo —Me sonríe— Cuando todo esto pase te esperaremos ansiosos, bueno a los tres.
— Si iría sería también con mi hermana —Comento. Me acostumbré a ir con Jenifer a todas partes. Antes era por imposición, ahora es por decisión propia, aunque a veces no me gusta jalarla hacia todas partes conmigo.
La madre asiente— Tienes razón, yo no dejaría que mi hija se fuera a un pueblo lejano con dos muchachos.
Fernando bufa— Yo no le veo el problema. Isaac se ve así todo est... —la mamá carraspea— lento... pero es muy responsable.
— Lo que él dice —asiente— pero no me parece mala idea que vaya su hermana —alzo una ceja curiosa— ¿qué? ¿Acaso quieren violinista privado? Estoy muy grande para eso —Reímos.
Carraspea el padre— ¿Susan y qué te gusta hacer?
— Fernando nos dijo que tienes el mejor promedio del colegio.
Vaya Fernando, al parecer hablas mucho de mí.
Sonrío— Practico karate desde hace dos años —Isaac empieza a hacer sonidos con su boca.
— Te van a partir hermano, mejor que te portes bien —Fernando voltea los ojos.
— Ella me tiró al suelo una vez —Sus padres me miran sorprendidos— Tiene fuerza.
Intervengo para defenderme— No fue apropósito, él me tomó por el brazo de la nada y yo reaccioné —Empiezo a reír, me burlo en frente de sus padres, Susan no respetas.
— Tiene razón, fue mi culpa —ríe también.
Toso un poco, cuando vuelvo a ver la pantalla todos me miran de una manera extraña, las sonrisas desaparecieron de su expresión.
— ¿Estás resfriada? —Pregunta la señora Olivia.
Ladeo el rostro— No... —Vuelvo a toser más fuerte.
— ¿Estás bien? —Se ve preocupado el padre.
¿Qué me pasa? Debo parar de toser ya.
— Me tragué una mosca —miento. Hago mueca de asco para parecer más creíble— por eso la tos —otras ganas de toser me invaden, pero contengo la respiración para no hacerlo. Todos me miran aliviados a excepción de Fernando, este sí se ve muy preocupado— Soy becada, por eso trato de tener siempre las mejores notas —Cambio de tema cuando siento que la tos pasó.
— ¿En serio? ¿Qué quieres estudiar en la universidad? —La señora Olivia es muy curiosa al parecer, me recuerda a Fernando.
— Administración de empresas —Sonrío con ilusión— Mi hermana estudió eso y trabaja en Gloss Company.
Me miran con asombro, hasta Fernando lo hace, para él aun estos temas son información privada.
— Vas a estudiar lo mismo que tu cuñado —Habla Isaac— Habrá dos administradores en la familia mami —Sonrío.
La señora asiente— Me alegra escuchar eso Susan —Se acerca a la cámara— ¿Sabes?, tengo algo para mostrarte —Todos la miramos con curiosidad, hasta su esposo. Cuando regresa a su silla aparece con un grueso libro en sus manos. Veo como Isaac sonríe y Fernando se espanta— Este es el álbum familiar —Abro los ojos asombrada— ¿Quieres ver a Fernando de pequeño?
— ¡Sí! —Chillo. Ellos sonríen y comienzan a enseñarme foto por foto. En la mayoría está con su hermano. Era tan adorable y como me dijo, en todas las fotos está vestido absolutamente de blanco.
Esa tarde duramos horas hablando. Se enteraron de mi asma, mis hermanas, el trabajo de papá. De todo en sí. La información fue recíproca ya que Isaac me contaba anécdotas con Fernando. Este me miraba de vez en cuando sonriente y yo le devolvía la sonrisa.
Le caí bien a sus padres y ellos a mí, son personas maravillosas y de bien. Me di cuenta que se quieren mucho y hasta me contaron cómo se conocieron. Ellos son un romance puro.
Esa noche no dormí, cada vez que lo intentaba esa tos me invadía al igual que la falta de aire. Tuve que usar el inhalador varias veces hasta que amaneció y pude dormir un poco.
Estoy empeorando más rápido de lo que pensé.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top