21. El secreto familiar

Capítulo veintiuno.

La luna de repente se hizo más angosta y algunas estrellas aparecieron a su alrededor.

Pero le resto importancia cuando siento como los labios de Christian se mueven sobre los míos con una sincronía increíble. Sus manos bajan por mi cara y acarician mis hombros, luego mis brazos y llegan hasta mi cintura, donde me aprieta para dejarme pegada a él.

Y no lo detengo.

Paso mis brazos a los costados de su cara y rodeo su cuello, posando mis manos en su cabeza. Acaricio su cabello con mis dedos mientras que nuestro beso se intensifica y siento que me incendio cuando muerde levemente mi labio inferior. Siento el calor en mis mejillas mientras que el beso de Christian deja de ser suave, volviéndose más demandante, enloqueciendome por completo. Me olvido por completo del frío de la noche y me enfoco en poder seguir su apasionado beso, intentando hacerlo sentir lo que él a mí pero me es imposible.

Bajo mis manos hacia sus hombros y estiro su camisa del uniforme levemente mientras él separa del beso para lamer mi labio inferior y vuelve a juntar su boca con la mía. Una de sus manos comienza a bajar por mi espalda enviandome sensaciones electrizantes, pero me tenso cuando descubro que uno de sus dedos intenta meterse en mi falda y decido terminar nuestro magnífico beso. Christian suelta un gruñido de molestia mientras su respiración acelerada se escucha perfectamente junto con la mía.

—Si no te diste cuenta estamos delante del edificio de nuestros padres.—Le digo por lo bajo, intentando recuperarme,—Y en medio de un estacionamiento.

—¿Y?

—Y... que cualquiera puede vernos desde lo alto del edificio.

—¿Ajá?—Me responde con un tono divertido.

—Incluso nuestros padres.—Le afirmo frunciendo el entrecejo.

Christian da un paso hacia mí, subiéndose al pavimento y haciéndome retroceder. Sus ojos azules se reflejan por la luz de la luna y eso me desarmaría al instante si no fuera porque acabo de besarlo y no me desmayé luego. Se inclina hacia mí rostro para verme más de cerca y enarca una ceja mientras muestra una de sus lindas sonrisas torcidas.

—¿Tienes alguna otra duda que quieras resolver, Ana?

Lo veo relamerse los labios y yo muerdo el mío, dudando de qué responderle. Finalmente niego con la cabeza mientras desvío mi mirada de la suya.

—Bien.—Acepta y se incorpora nuevamente para darme la espalda y caminar hacia el edificio.—Vamos.

Sin decir nada más lo sigo y entramos al iluminado y alto edificio de la agencia. Tras pasar las puertas de cristal vemos a lo lejos un recibidor con dos mujeres detrás de este. Ambas están con computadoras y una especie de audífonos con micrófono a un costado. Estás nos ven antes de que lleguemos hasta su escritorio y nos muestran una gran sonrisa.

Bueno, a Christian mejor dicho.

Cuando llegamos hasta ellas veo que ambas visten de la misma forma, usando camisas blancas. También veo sus faldas negras por encima de las rodillas en el momento en que ambas se paran. Una es pelirroja y la otra castaña, las dos de ojos azules y cada facción de sus rostros es sumamente perfecto. Sin lugar a dudas ellas podrían ser modelos de la agencia. Además de que parecen ser jóvenes, a lo mejor tendrán unos tres o cuatro años más que nosotros.

—¿Puedo ayudar en algo?—Pregunta la pelirroja, quien solo ve a Christian.

—Yo puedo ayudarlo.—Insiste la otra chica también mirando fijo a Christian y me pregunto si alguna de las dos ha notado mi presencia.

—Díganle al señor Harrison y al señor Beckett que sus hijos están aquí.

—¡Claro!—Dicen ambas al mismo tiempo y cada quien llama a lo que supongo son los números de nuestros padres. Esperamos unos segundos antes de que cuelguen y dirijan su atención a Chris.

—Los señores James y Edgar lo esperan.—Pronuncia la chica pelirroja y al fin me dedica una mirada antes de volver a hablar,—Los esperan.

—Gracias.—Responde Christian y luego se voltea a verme.—Vamos.

—Adiós.—Susurro con la cabeza baja y sigo a Christian hasta un pasillo que lleva a un ascensor al cual entramos. Él marca el último piso y esperamos en silencio mientras el mecanismo de cuatro paredes lleno de espejos sube hacia nuestro destino.

Veo de reojo a Christian y no puedo evitar bajar la mirada hacia sus labios. Están más rojos de lo común y eso me hace pensar en si los míos estarán igual. Llevo una mano a mi boca, sin atreverme a ver en los espejos su aspecto. Aún puedo sentir la calidez del beso que nos dimos y vuelvo a recordar el momento. Suelto un suspiro y sonrío levemente mientras miro al suelo, totalmente satisfecha por su forma de responder mis dudas.

Christian Harrison me besó.

No puedo evitar pensar que estoy soñando, y si así fuera, no quiero volver a despertar. Desde que me gusta, siempre imaginé mil escenas donde Christian me besaba. Creía que se me declararía en algún lugar donde podría verse el atardecer en todo su esplendor, yo me sorprendería y aguantaría las lágrimas de la felicidad mientras él me sonríe de una forma muy encantadora y termina basándome de una manera totalmente pasional y tierna.

Pero, aunque aquella fantasía era perfecta en cada sentido, la manera en la que ocurrió la supera por montones.

Juego con mis dedos mientras que intento ver de reojo nuevamente los labios de Christian. Sonrío al ver el rojo intenso de su boca pero desvío la mirada avergonzada al notar que él también me estaba viendo y hago una mueca de disgusto. Las puertas del ascensor se abren al fin y Christian me pasa por un lado para salir primero.

—Dejé marcados tus labios como míos, Ana.—Susurra en mi oído y luego sale del ascensor. Trago saliva antes de seguirlo.

En el último piso hay una serie de habitaciones divididas por muros de cristal que permiten ver la estancia de cada grupo de trabajadores a lo largo del pasillo. Llegamos al final de este donde nos topamos con la última habitación. Como todas las demás esta tiene muros de cristal y vemos a través de ellos la gran mesa en el centro con muchas sillas a su alrededor.

—Es la sala de reuniones.—Me dice Christian mientras yo sigo analizando el lugar.

En el extremo de la mesa veo a los padres de Christian y a los míos charlando entre los cuatro. Ellos no tardan en vernos y nos hacen una seña invitándonos a entrar. Christian abre la puerta y me deja pasar primero. Nos acercamos hasta nuestros padres y ellos nos sonríen plácidamente.

—¡Hijo!—Dice el señor Harrison, levantándose de su asiento y abrazándo a Christian. Sonrío ante su gesto tan amable y él me ve por encima del hombro de su hijo, se separan y se dirige hacia mí con una emoción obvia en sus ojos.—Bienvenida a la agencia, Erica.

—Gracias, señor Harrison.—Estrecho su mano y miro a mis padres, quienes me dedican una sonrisa enorme.

—¡A ti! Y dime James.

—Gracias, James.—Digo algo avergonzada y mi vista va hacia su mujer, quien está sentada junto a mi madre.—Señorita Mary, hola.

—Es un gusto verte al fin aquí, Erica.—Me responde con amabilidad.—Por favor, siéntese.

El padre de Christian vuelve a su lugar y su hijo lo sigue, sentándose a su lado mientras que yo decido sentarme al lado de mis padre.

—Ya que ambos aceptaron, podemos comenzar con esta reunión para contarles sobre lo que harán.—Nos dice Mary con entusiasmo.

—Ya sabemos lo que haremos, modelar.—Responde Christian irónico.

—Bueno, sí, pero les explicaremos sobre la ropa, las fechas, las sesiones de fotos–

—Ya sé sobre todo eso.—Interrumpe Christian con una expresión seria y una frialdad que no puedo comprender. Mary se queda en silencio, al igual que el resto de los aquí presentes. El padre de Christian lo fulmina con la mirada y este da un largo suspiro.

—Yo no sé sobre esas cosas.—Le digo a Mary, intentando romper la inexplicable tensión.—¿Podrían explicarme?

James y Mary me dan una sonrisa de alivio y la señora Harrison comienza a explicarme de una forma breve el trato de los modelos en la agencia y los procesos que llevarán a cabo con la ropa de esta temporada. De vez en cuando mis padres explican pequeñeces que la señora y señor Harrison nombran y entre los cinco hablamos de las fechas para hacer sesiones de fotos para las revistas con las que firmaron un contrato este período.

—Estamos alrededor de 8 horas en el instituto contando las horas extras.—Les informo.—A veces entramos más temprano de lo usual para las clases de deporte y las prácticas para los campeonatos.

—Ya veo.—Concluye James,—¿Les parece un horario para después del instituto entonces?

—Pues...

—La semana entrante tendré prácticas que durarán una hora luego del instituto.—Habla Christian, quien estaba ajeno a la conversación.

—Ah.—Susurra James decepcionado por no fijar horarios que se ajusten a nuestra vida escolar.

—¿No podrían venir luego de las prácticas?—Pregunta Mary.—Tal vez Erica pueda esperar a que termines tus prácticas y venir juntos hasta aquí.

—Erica no va a estar esperando toda una hora en el instituto, Mary.—Responde Christian de una forma secante y yo me sorprendo al oír como él la llama por su nombre.

Ella baja la cabeza y le lanzo una mirada confusa a Christian sin entender su trato con su madre. Él me ve también y puedo sentir el frío de su mirada en mi ser.

¿Qué le ocurre?

—No tengo problemas con eso.—Afirmo, intentando defender a la señora Harrison.

—Tienes mejores cosas para hacer luego de las clases.—Me dice Christian, fulminandome con la vista pero le resto importancia y vuelvo a ver a Mary.

—Es igual, las puedo hacer después de venir aquí.—Me encojo de hombros,—Es una buena idea.

—¿Segura que no te desconcentrarás de tus deberes escolares, hija?—Pregunta mi padre preocupado.

—Puedo repartir mi tiempo, descuida.

—¡Entonces está hecho!—James alza la voz, satisfecho por mi decisión,—La primera sesión será a partir de la semana entrante, así tendrán tiempo de organizarse con anticipación para los cambios.

Asiento sonriente y James estrecha su mano con la mía en agradecimiento, luego Mary y por último mis padres, quienes me dan un ligero abrazo después.

—Gracias por venir.—Nos dice Mary mientras Christian y yo nos levantamos.

—Fue un placer.—Le digo cortésmente.

—Si me disculpan voy a llevar a mi hija a casa.—Dice mi padre, levantándose de su asiento también.

—Edgar, tenemos una reunión en 10 minutos...—Le advierte James con tristeza.

—Yo la llevo.—Dice Christian poniendo una mano en mi hombro.—Yo la traje después de todo. Usted no se preocupe señor Beckett.

Mi padre le da una sonrisa la cual Christian corresponde y nos despedimos de nuestros padres para luego salir de aquella habitación de conferencia. Caminamos por el pasillo mientras los empleados nos ven desde sus estancias hasta que llegamos al ascensor. Esperamos un momento a que este suba y a los segundos se abren las puertas, dejándonos entrar nuevamente en el elevador.

—¿Qué te sucede?—Aprovecho a decir cuando estamos solos en aquel pequeño espacio.

—¿A mí?—Me dice sin verme.—Nada.

—Christian.—Me volteo a verlo y él ni se inmuta.—¿Por qué te comportaste así?

—¿Así cómo?—Me pregunta desinteresado.—Fui como siempre, Erica.

—No sabía que siempre te comportas como idiota.—Le digo molesta.

—Tú no lo entenderías.—Susurra en el mismo tono que yo.

—¿Quién entendería que trates así a tu propia madre?

—¡No es mi madre!—Se voltea a verme con el ceño fruncido luego de alzar la voz, dejándome sorprendida.

Al mismo tiempo las puertas se abren, dándonos el paso al pasillo por el que entramos al edificio. Decido no decir nada y Christian me da una última mirada llena de seriedad antes de caminar hacia delante. Yo dudo antes de seguirlo y veo a las mujeres de la recepción, quienes vuelven a construir esas sonrisas enormes para Christian. Las pasamos de largo sin siquiera despedirnos o darles las gracias y salimos por las enormes puertas de cristal que dan a las afueras de la noche. El frío vuelve a invadirme pero me centro en seguir a Christian delante mío, quien camina rápido por el estacionamiento. Él baja hacia donde estacionan los autos y yo continúo mi camino encima del borde pavimentado más alto. Cuando llegamos a su auto, él entra sin mirarme y enciende el motor. Yo rodeo la camioneta y entro en el asiento de copiloto para luego comenzar a atravesar nuevamente el centro.

Las luces de cada semáforo resplandece a medida que pasamos cada calle y la luna vuelve a ser media. Suelto un suspiro y tanto Christian como yo nos quedamos en silencio hasta llegar al vecindario donde vivo.

Nuevamente nos encontramos en calles que ya logro reconocer, recargadas de luces más suaves y tenues. Las casas son características a las de las familias que viven a gusto en sus hogares. Algunas de dos pisos, otras de uno. Con ventanas de las cuales se escapan las luces que iluminan el interior y otras simplemente tienen oscuridad, posiblemente por la hora que es.

A todo esto no tengo la menor idea de qué hora es, solo que debe ser tarde. Christian dobla en el cambio de avenida antes de que yo pudiera decírselo y segundos después estaciona frente a mi respectiva casa.

—Lo recordaste.—Susurro con el fin de que no pueda oírme.

—Debo hacerlo a partir de ahora.—Me responde con una leve sonrisa.

Nos quedamos viendo y mis intenciones de despedirme son inexistentes. No me muevo de mi asiento y Christian suelta un suspiro largo antes de tirarse hacia atrás en su lugar y viendo al frente.

—Era la novia de mi padre. Pero se casaron un mes antes de comenzar el año escolar.—Relame sus labios, haciendo una breve pausa antes de continuar,—Hace un año mis padres se divorciaron y ella fue la razón.

Abro levemente la boca ante la sorpresa pero la vuelvo a cerrar, recomponiendome mientras él continúa.

—Aunque mi padre fue el infiel, ella era la mejor amiga de mi madre.—Dice con la voz cargada de ira.

Pongo una mano sobre su hombro, mirándolo con preocupación al notar su vulnerabilidad.

—Christian, no tienes que seguir contándome si no quie–

—Un mes después de la boda me enteré de que mi madre intentó suicidarse con las pastillas que medican su depresión.—Confiesa con la voz quebrada mientras lleva la mano a su frente y vuelve a verme.—Casi me quedo sin madre. Ahora está internada y voy a verla cada vez que puedo, pero no sé que, yo no sé, solo...

Duda en seguir hablando, su cara demostrando tantas emociones juntas. No lo soporto. Me quito el cinturón y tiro del cuello de su camisa, atrayendolo hacia mí para envolverlo en mis brazos. Él no duda y al instante me rodea con sus brazos, pegandome fuerte contra sí. La calidez de su cuerpo invade el mío y es la primera vez que siento un acercamiento tan gentil e inocente entre ambos.

—Lo siento.—Le susurro,—No eres un idiota, lo siento mucho.—Le insisto y él me aprieta aún más fuerte, enterrando su cara en la curva de mi cuello. Nos quedamos así un momento hasta que él decide separarse para poder verme el rostro.

Estamos tan cerca que ni siquiera me molesto en evitar mis impulsos. Acorto la distancia entre nosotros y lo beso tiernamente, envolviendo mis brazos alrededor de su cuello. Él me corresponde y se siente tan bien como la primera vez, con esos roces suaves y aquellas pequeñas mordidas.

—Ahora sabes un secreto de mí.—Dice contra mis labios.

Sonrío y me separo de él negando con la cabeza. Ambos salimos del vehículo y vamos hasta la puerta de mi casa. Busco las llaves en el bolsillo de mi falda y cuando las encuentro abro la puerta y me volteo hacia Christian.

—Buenas noches, Ana.

—Buenas noches, Grey.

Le doy una última sonrisa antes de darle la espalda y entrar a mi hogar. Me recargo sobre la puerta y doy un largo suspiro, aún con la sonrisa plasmada en mis labios. Mi teléfono suena en el otro bolsillo de mi falda y lo saco para revisar.

De Madi

¡Llevas no sé cuántas horas desaparecida! ¿Vas a contarme qué sucedió hoy o no?

Me muerdo el labio, recordando todo lo que pasó en tan solo unas cuantas horas y le envío.

¿Qué no sucedió hoy?

———

Nota de la autora: Hola hola hola!!! cuánto tiempo ufff, al fin terminé todas mis tareas de la semana y por eso estoy acá. Sepan que los extrañé❤
Ojalá les guste este cap, fue más largo de lo normal jsjdj
¿Qué les pareció la confesión de Chris sobre su mamá?, a mi me puso triste pero los besitos que se dieron lo compensan akjdks

No va a haber doble actualización pero si un capítulo de 2.600 palabras 🥳

Como siempre, voten, compartan y lo más importante: comenten qué les pareció porque siento que es medio aburrido este cap o no sé. Ustedes digan;(

Un besito, Cami♡

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