Capítulo 42
Los Ángeles, 1969.
Sentados en la sala de Debra, una docena de personas entre las que destacaban Lynda Carroll y Harry y Clarissa Duncan, esperábamos su presentación en sociedad. Había estado desaparecida durante meses para dar lugar a la cirugía que Neville Peterson no tuvo el valor de negarle y, pese a que intenté reunirme con ella varias veces, no hubo pero que valiera. «Me verás cuando esté presentable como todos los demás.»
La noche escogida había llegado y el habilidoso responsable de su transformación estaba a mi lado, frotándose las manos con nerviosismo y rojo hasta la línea donde comenzaría su cabello. Me sorprendía que siguiera profesándole tal admiración luego de tanto tiempo, siendo que Debra nunca se aventuraba a darle un sí. «No es la clase de hombre que quiero», me decía, tratando de ocultar su sonrisa de adolescente. Lo más probable era que su trabajo juntos a la hora de realizar la intervención hubiese acrecentado su afecto hacia ella.
Los invitados empezábamos a impacientarnos cuando Debra dio la voz de alarma desde el piso de arriba. De inmediato, el ama de llaves corrió a encender el tocadiscos y Lynda no aguantó la risa al descubrir que la pieza seleccionada era Pretty Woman de Roy Orbinson. Entonces la colosal estatura de Debra asomó escaleras abajo y tuvo que tragarse sus palabras.
Fue mi turno de sonreír al oír a Neville suspirar. El panorama era para admirarse con la boca abierta. Apareció con una réplica exacta del vestido que Marilyn Monroe lució en su número musical más icónico —guantes y joyas incluidos— y un peinado que marearía hasta al estilista más profesional. Su cuerpo seguía siendo el de una gigante escuálida y la nariz, diminuta y respingona, no terminaba de acoplarse al resto de su rostro. Sin embargo, era bella de un modo que nadie sabía describir bien y al que ni Lynda ni sus compinches podrían acercarse nunca.
Era bella porque se amaba a sí misma. Porque llevaba ropa que le gustaba, porque su cabello le parecía impecable y porque por fin le daba al mundo la imagen que siempre había querido. Esa confianza, esa absoluta conformidad... ningún tratamiento estético podría proporcionarles eso a las demás concurrentes.
Y yo de repente me daba cuenta... su nariz nunca fue tan terrible para empezar. Debra no tenía ninguna razón para cambiarla y yo no tenía ninguna razón para haber sido tan cruel como sé que fui. Ahora que mis prejuicios estaban fuera del camino, veía en ella lo mismo que Neville Peterson vio: una mujer preciosa que jamás debió haberse sentido menos.
—Señorita Newman, está hermosísima —dijo él, besándole los nudillos—, aunque eso no es ninguna novedad.
—Adulador... —se rio ella, antes de pasar a mí para darme un abrazo.
Lynda y las otras estuvieron toda la fiesta hablando mal de la anfitriona a sus espaldas. No obstante, eran incapaces de engañarme. Sus reacciones iniciales no pasaron inadvertidas y todos lo captamos: en secreto, la admiraban.
De todas formas ella ni se hubiera enterado. A lo largo de la velada, no hizo otra cosa que charlar con Neville, acaramelados en una banca del jardín. Lynda Carroll no era la única que la envidiaba, por muy inocente que fuesen mis propios sentimientos.
—Comprendo que no se sienta atraída por mí... —Lo escuché murmurar.
—No es eso, Neville... —contestó Debra, y por el resplandor de su mirada supe que estaba siendo honesta.
Claro que no era eso. La manera en que actuaba al encontrarse con él la delataba. Su condena siempre fue ser demasiado trasparente. Así que horas más tarde, cuando todos se fueron y ambos llevábamos un par de copas encima, se lo hice notar.
—¿Por qué te opones a salir con Neville?
—Porque no me gusta —respondió con simpleza, retirándose las pestañas postizas frente al espejo.
—Eso no te lo crees ni tú.
Exasperada y con la cara a medio hacer, se dio la vuelta para mirarme.
—¿De qué lado estás, eh?
—Del lado en el que encuentras a un tipo que no te trate como basura y con quien puedas construir el futuro con el que llevas años obsesionándote.
Bufando, giró hacia el espejo de nuevo.
—¿Y por qué tiene que ser Neville? ¿Por qué no puede ser... no sé, Marlon Brando?
—Marlon Brando no está aquí... y Russell dice que es un patán.
—Ah, claro, Russell, el tipo que no te trata como basura y con el que puedes construir un futuro.
—Eso fue bajo —acusé tras unos segundos de shock— y estás cambiando el tema.
—No es mi intención.
—Es exactamente tu intención. —Dejando el sofá, me acerqué a ella y la observé a través de nuestro reflejo. En sus ojos pude ver la lucha interna—. Debra, no somos jóvenes. Sabes que no te castigaré por no querer casarte, pero a estas alturas ya deberías aceptar que no vas a casarte con Marlon Brando o cualquier otro galán de cine. Esos hombres no están aquí. Neville...
—Neville es un viejo decrépito que vive al otro lado del país. —Se le escapó una sonrisa cariñosa—. No puedo permitirme que no funcione y termine deshaciéndose de mí como todos los demás. Mi ego no lo soportaría.
Guardé silencio.
—Argh, de acuerdo, saldré con él, ¿estás feliz?
-o-o-o-
Ese viernes que no pude pasar con Russell, me instalé junto al teléfono escuchando el radio y esperé a recibir noticias de Debra. Neville Peterson se había tomado unas breves vacaciones de su trabajo en Nueva York para acompañarla en la inauguración de su nuevo rostro, y planeaba regresar al hogar el mismo sábado. Esa era la última ocasión que tendrían de reunirse en un buen rato y deseaba con cada célula de mi organismo que saliera bien.
A eso de las cuatro de la mañana, el aparato infernal sonó.
—¿Sí?
—Gordon, cariño, soy yo, Debbie. —Su voz llegaba torpe y risueña, poseída por el alcohol que, sin embriagarla, la había alegrado. A lo lejos se oía como alguien le besaba el cuello.
—Deb, ¿cómo te fue? ¿Qué te pareció?
—Oh, cielo, no te lo vas a creer...
Una pausa. Más besos. Un «basta ya, tonto, papá me va a regañar...»
—¡Estoy comprometida!
CONTINUARÁ...
N/A: Sé que es un capítulo corto, pero espero que les haya gustado. El próximo será más largo y el final del arco de capítulos dedicado a Debra. Así que si les gusta el personaje, les garantizo que sabrán mucho más de ella.
Quisiera también pedirles como favor especial que me apoyen en un nuevo proyecto en el que me embarqué hace meses y que recién ahora puedo mostrar. Se trata de una serie machinima usando Los Sims 2. Es decir, no es un let's play, sino una novela en formato audiovisual, básicamente. Se llama Playas Oscuras y sé que, si le dan una oportunidad, descubrirán que está hecha con mucho esfuerzo y contiene todo lo que, quizás, disfrutan de mis historias.
Ya publiqué el primer capítulo. Pueden encontrar la historia en mi perfil de Wattpad o mismo en mi canal de Youtube, pero les agradecería que accedieran a través de Wattpad, para ayudarme con el algoritmo.
Como una cortesía y para motivarlxs a que le den chance, les dejo el capítulo también aquí.
Esto NO va a afectar las actualizaciones semanales de esta novela, puesto que el manuscrito ya está terminado y ahora solo es cuestión de copiar y pegar. Gracias por su interés <3
https://youtu.be/LKw7W-ARM5U
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