-Perspectiva de Jonathan-

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Después de escuchar la versión de John, me quedé pensando en ello durante todo el resto de la clase hasta que sonó la campana avisando que ya era hora del almuerzo.

Cuando salimos Deian y yo, nos dirigimos hacia el comedor listos para devorar lo que hubiera. Nos moríamos de hambre y no teníamos ganas ni fuerzas para quejarnos.

Recogimos nuestro plato y buscamos un buen lugar para comer. La hora de la comida fue tranquila y aunque Deian no hablo mucho, di mi mejor esfuerzo para mantener una conversación. A pesar de yo también no tenía ánimos para platicar.

—¿Con quién te encontraste hace rato? —me cuestionó con mucha intriga en sus ojos.

No quería mentirle, así que traté de ganar tiempo, hasta que estuviera listo para decirle.

—Luego te lo diré.

Parecía morirse de ganas por saberlo, sin embargo se aguantó.

—Te lo prometo —le aseguré con una media sonrisa.

Deian me devolvió la sonrisa y comimos en silencio. Parecía ser que ambos teníamos problemas con los que debíamos lidiar.

Por mi parte, estaba molesto conmigo mismo por haber sido tan cobarde. Deian no tenía por qué verse involucrado por un estúpido malentendido entre Noah y yo. Era un asunto que debería y pude haber evitado si tan solo...hubiera aclarado todo, y aunque en su momento no funciono, lo menos que podía hacer era contárselo a Deian. Tal vez así se sentiría seguro...

Él seguramente tiene mil preguntas y yo solo las he estado evitando, pero ya es momento de decirle.

Tenía mucha determinación, así que decidí hacerlo en este momento, sentados uno enfrente del otro, pero el sonido de una notificación de mensaje me detuvo.

Saqué mi celular de uno de los bolsillos al frente de mi pantalón y al prenderlo el nombre de Mason apareció en la parte posterior del mensaje. Este decía lo siguiente:

Mason

Necesito hablar contigo, te veo en el salón del segundo piso.

Cuando él pide que nos veamos, es por un asunto de gran importancia. De otro modo no se arriesgaría en plena luz del día y en la escuela para hablar con su hermano mayor.

Estaba por avisarle a Deian que me ausentaría de nuevo, pero él se levantó sin previo aviso y me dijo que tenía que irse antes para hacer una llamada. Yo solo asentí confundido, pues no esperaba que fuera el primero en irse. Le seguí con la vista y a pesar de que diga que "esta como siempre" no lo aparenta en absoluto, sus acciones transmiten lo contrario a "estar bien".

No tenía tiempo que perder, así que me apresuré a encontrarme con él. Ya que la hora del almuerzo estaba a punto de acabar.

Llegar al primer salón del segundo piso, era bastante sencillo, pues aunque solo los de segundo año podían pasar, nadie, ni los conserjes o maestros revisan si eres o no de tal grado.

Una vez que llegue, vi a Mason recargado en la puerta del aula con la cabeza cabizbaja.

—¿No te preocupa que nos vean juntos? Considerando que en este espacio somos como enemigos —comenté en tono burlesco, mientras me acercaba hacia él.

Él de inmediato alzó la cabeza y se irguió.

—Créeme que evitaría causarte más problemas de los que tienes, Johny —dijo con pesadez en su voz.

Mason podría ser, a los ojos de los demás, como alguien temible y un "abusador", pero solo lo aparenta con el propósito de no ser la victima de otros. Le he dicho muchas veces que aunque pueda ser una "buena" excusa para no ser el objeto de burlas, no está bien fingir alguien que no eres. En especial si eres como un pan dulce con tu hermano mayor.

No bromeo cuando pienso que en verdad mi hermano menor me ama, pero finge odiarme en la escuela.

—¿Entonces...? —pregunté tratando de averiguar la razón por la que fui convocado.

—Es sobre Deian

Eso me dejo un poco conmocionado, ¿Acaso era sobre los casilleros?

—Paso esta mañana en la segunda clase del día. —explicó en voz baja— Deian llegó solo al salón y se me hizo extrañó, pues casi siempre suele llegar a la par que tú. En fin, la cosa es que un grupo de chicos del fondo del salón comenzaron a hablar sobre él acerca de su preferencia y a decirle un sinfín de malas palabras. Deian que estaba a solo tres pasos de ellos, parecía metido en su propio mundo.

—Los muchachos sabían que estaban cerca de él y como no vieron ninguna reacción de su parte, decidieron arrojarle cosas para llamar su atención, pero no funciono.

No interrumpí a Mason, pero no por cortesía, si no por impotencia.

—En resumen, todo termino en una pelea y Deian no se defendió, solo se dejó golpear como un saco de boxeo —concluyó soltando un suspiro y añadió— Al ver que no hacía nada, interferí.

Después de eso, solo pude sentir como mi enojo crecía cada vez más. Solo pensaba en agarrarlos por los cabellos a todos.

—Ya veo, gracias hermanito —dije conteniendo mis ganas de golpear un muro— Lo siento, pero tengo que ir a hablar con alguien.

Mason parecía asombrado y nervioso por la expresión tan fría de mi rostro.

—Nos vemos pronto en casa, tenemos que ponernos al día —comenté dejando de lado mi enojo por un segundo.

Después de eso, cada quién se fue por su camino.

En cuanto a mí, tenía que encontrar a Deian y pronto.