Megatron cambio
Megatron, aún débil por las heridas, se acomodó en la cueva mientras Rachet se acercaba con su equipo improvisado. Aunque la tecnología disponible era limitada, Rachet hizo lo que pudo con las herramientas a mano. Con manos firmes y rápidas, el médico Autobot comenzó a examinar las heridas de Megatron, que eran más graves de lo que parecía a simple vista.
"Esto no será fácil", murmuró Rachet, ajustando su visor mientras inspeccionaba el daño en los sistemas internos de Megatron. "La falta de recursos aquí me complica las cosas, pero intentaré estabilizarte."
Megatron, siempre acostumbrado a ser autosuficiente, permanecía en silencio mientras sentía las reparaciones. Su mente vagaba en pensamientos mientras Rachet trabajaba. Por primera vez en mucho tiempo, Megatron no estaba planeando su siguiente conquista o batalla. En su lugar, estaba tratando de asimilar todo lo que había ocurrido: desde su inesperado encuentro con David y su hija, hasta el hecho de que los Autobots ahora lo estaban ayudando.
"¿Cuánto tiempo tomará esto?", preguntó Megatron, su voz grave y con un tono de incomodidad, no por el dolor físico, sino por la vulnerabilidad que sentía.
"No puedo decirlo con certeza", respondió Rachet sin mirarlo, concentrado en su tarea. "Depende de cómo respondas al tratamiento y de si podemos conseguir más recursos. Pero haré todo lo que esté en mis manos con lo que tengo."
Mientras tanto, Optimus y Bumblebee permanecían fuera de la cueva, atentos a cualquier amenaza, aunque la situación era tranquila por el momento. Optimus cruzó los brazos, reflexionando sobre lo que estaba sucediendo. "Es una situación difícil, pero si Megatron puede cambiar, puede significar un nuevo capítulo en esta larga guerra."
Bumblebee emitió una serie de ruidos, asintiendo, pero con una ligera duda. La relación entre Megatron y los Autobots había sido tan conflictiva por tanto tiempo que era difícil creer que ahora estuvieran ayudándolo. Sin embargo, las circunstancias los habían llevado a este punto.
Dentro de la cueva, David y su hija observaban con respeto y cierta fascinación. El hombre no podía creer que estaban en presencia de los seres más poderosos de la galaxia, y aún menos que uno de ellos había salvado su vida.
"Gracias, Rachet", dijo David en voz baja, consciente del esfuerzo del Autobot por sanar a Megatron. "No sé cómo podremos devolverles todo lo que han hecho por nosotros."
"Solo asegúrate de mantenerte a salvo", respondió Rachet, sin apartar la vista de su trabajo. "Megatron no es fácil de reparar, pero haré lo que pueda."
Megatron miró al techo de la cueva, aún procesando las cosas. No era su lugar ideal, pero por primera vez en siglos, no se sentía obligado a luchar en ese momento. Mientras Rachet continuaba con las reparaciones, Megatron comenzaba a comprender que, tal vez, había algo más allá de la guerra y la destrucción. Aunque aún quedaba mucho por resolver dentro de él, este momento de descanso le brindaba una oportunidad de reflexión.
Megatron se quedó en silencio, sentado en una roca dentro de la cueva. Su mirada se posó en Rachet, quien seguía trabajando con concentración, ajustando las últimas conexiones y haciendo lo posible por estabilizar sus sistemas dañados. El líder Decepticon sabía que Rachet no lo estaba ayudando por voluntad propia, sino por órdenes de Optimus Prime. Eso le quedaba claro.
"Lo haces solo porque te lo ordenaron," murmuró Megatron, su voz resonando con un tono amargo, apenas audible. No era una pregunta, sino una afirmación cargada de resignación.
Rachet, sin apartar la vista de lo que estaba haciendo, respondió en tono neutro: "Optimus cree en el bien mayor, incluso cuando otros no lo ven. Mi deber es reparar lo que puedo, sin importar quién sea."
Megatron lo observó de reojo, recordando todas las veces que había estado al borde de la derrota, siempre confiando en que su poder y su determinación lo mantendrían en pie. Pero esta vez era diferente. Ya no estaba en el campo de batalla con sus Decepticons detrás de él, sino sentado, vulnerable y dependiendo del enemigo que había jurado destruir.
"Optimus siempre fue demasiado idealista para su propio bien," comentó Megatron, cruzando los brazos sobre su pecho. "¿Realmente cree que esto cambiará algo entre nosotros?"
Rachet se detuvo un momento, mirando a Megatron por encima del hombro. "No lo sé, Megatron. Eso depende de ti, no de él. Lo único que sé es que Optimus siempre hará lo que crea correcto, y por ahora, eso significa darte una oportunidad para sobrevivir."
Megatron no respondió de inmediato. Sabía que Rachet tenía razón. Optimus actuaba movido por su inquebrantable sentido del honor y la justicia, cualidades que Megatron solía despreciar, pero que ahora lo mantenían con vida. Al final, todo volvía a lo mismo: la lucha por el poder, por Cybertron, por el destino de ambos bandos. Y aunque ahora estaba recibiendo ayuda, no podía evitar preguntarse cuánto tiempo duraría esa tregua no declarada.
Sin decir una palabra más, Megatron desvió la mirada, prefiriendo sumirse en sus pensamientos. Sabía que en algún momento tendría que decidir su próximo paso. Pero por ahora, en esa cueva solitaria, se permitió unos momentos de silencio, aún sin confiar del todo en las intenciones de los Autobots, pero consciente de que necesitaba este respiro para recuperar fuerzas.
En la base Autobot, la atmósfera se tornó tensa tras escuchar el informe de Rachet sobre el estado de Megatron. La noticia de que el temido líder Decepticon parecía haber perdido su voluntad de pelear cayó como una bomba entre todos los presentes. Bulkhead, Streamline y Arcee intercambiaban miradas incrédulas, cada uno lidiando con una mezcla de emociones encontradas.
“¿Megatron… rendido? No puedo creerlo,” gruñó Bulkhead, cruzándose de brazos. Su ceño fruncido revelaba su frustración. “Debe ser una trampa. Siempre lo es con él.”
Streamline, quien había estado en silencio, frunció el ceño, sus pensamientos en conflicto. “No sería la primera vez que Megatron intenta manipularnos. ¿Y si está esperando el momento adecuado para atacar de nuevo?” Aunque había visto con sus propios ojos su debilitado estado, la desconfianza era natural. Después de todo, Megatron no era alguien que se diera por vencido tan fácilmente.
Arcee, siempre desconfiada, golpeó el panel de una consola cercana con el puño, claramente molesta. “Es Megatron. No podemos bajar la guardia ni un segundo. Si él está vivo, sigue siendo una amenaza, no importa lo derrotado que parezca ahora.”
Optimus, quien había permanecido en silencio escuchando los comentarios, intervino con calma. “Entiendo sus preocupaciones, pero Rachet ha dado su informe. Megatron está gravemente herido, no solo físicamente, sino en espíritu. Aun así, no debemos confiar ciegamente. Pero tampoco podemos ignorar la posibilidad de que algo en él haya cambiado.”
“¿Y si no ha cambiado?” preguntó Bulkhead, aún reacio a aceptar la posibilidad de un Megatron diferente. “¿Y si solo está jugando con nosotros?”
Optimus respiró profundamente antes de responder. “Si es una trampa, la enfrentaremos. Pero no puedo dejar que alguien, incluso Megatron, muera sin ofrecerle una oportunidad de redención.”
Streamline aún no podía creerlo. Para ella, el simple hecho de que Megatron no quisiera pelear iba en contra de todo lo que había conocido del líder Decepticon. Y ese pensamiento seguía causándole enojo. “Si resulta ser una trampa, todos aquí saben lo que debemos hacer. No dudaré en defendernos si es necesario,” concluyó, su voz cargada de determinación.
Todos en la base sabían que, aunque ahora reinara la incertidumbre, el futuro seguía siendo impredecible. La tregua tácita con Megatron solo añadía más tensión, y la desconfianza entre Autobots y Decepticons no desaparecería tan fácilmente.
Lincoln, Jack, Rafael y Miko estaban en una esquina de la base Autobot, escuchando en silencio lo que decían los Autobots. No podían creer lo que oían. Cuando Optimus mencionó que Megatron no quería pelear más, las miradas de los cuatro se cruzaron con expresiones de sorpresa.
“¿Están diciendo que Megatron se ha rendido?” preguntó Miko en voz baja, claramente incrédula. “Eso suena como algo que nunca pensé que escucharía.”
Jack, siempre más cauto, cruzó los brazos mientras trataba de procesar la noticia. “No tiene sentido... Megatron siempre ha sido el enemigo. ¿Por qué dejaría de luchar ahora? No sé, esto suena raro.”
Rafael, más analítico, trataba de encontrar una explicación lógica. “Tal vez esté herido más de lo que pensamos. Pero aun así, ¿Megatron rindiéndose? Es difícil de creer.”
Lincoln, con la mente ocupada en lo que había escuchado sobre Megatron, no pudo evitar preguntarse cómo alguien tan temido y peligroso podría haber llegado a este punto. “Si es cierto que ya no quiere pelear, entonces... ¿qué lo llevó a cambiar? ¿De verdad una herida puede cambiar tanto a alguien como él?” murmuró, en parte para sí mismo.
Los cuatro amigos humanos estaban atónitos. Si los Autobots, que habían estado luchando contra los Decepticons durante tanto tiempo, estaban dudando sobre la situación, ¿qué podían pensar ellos? La posibilidad de que Megatron pudiera estar cambiando era difícil de aceptar, pero también les hacía cuestionar lo que podría venir a continuación.
“Sea lo que sea, necesitamos estar preparados,” dijo Jack finalmente, tomando una decisión. “Porque, si esto es una trampa, será la peor que hayamos visto.” Miko asintió de acuerdo, aunque claramente seguía desconcertada.
Lincoln, aunque seguía sorprendido por todo lo que había escuchado, decidió enfocarse en algo positivo. Mientras los demás seguían desconfiando de las intenciones de Megatron, Lincoln no podía ignorar lo que había aprendido sobre su pasado.
Recordando las historias sobre cómo Optimus y Megatron alguna vez habían sido aliados, e incluso amigos, antes de la guerra, Lincoln comenzó a considerar que tal vez, bajo las circunstancias adecuadas, Megatron podría cambiar.
"Yo... creo que Megatron puede cambiar," dijo Lincoln, interrumpiendo el silencio entre sus amigos.
Miko lo miró incrédula, alzando una ceja. "¿Estás bromeando, Lincoln? ¡Es Megatron! El tipo ha hecho cosas terribles. No creo que pueda cambiar así como así."
"Lo sé," respondió Lincoln, mirando a sus amigos con seriedad. "Pero también escuchamos sobre su pasado. Antes de que todo esto empezara, él y Optimus estaban del mismo lado. Algo lo cambió, pero tal vez... tal vez haya una forma de que encuentre su camino de vuelta."
Jack suspiró, aunque no estaba completamente convencido. "Es difícil de creer, Lincoln, pero entiendo por qué lo piensas. Si alguien como Megatron pudiera cambiar, sería algo increíble... pero sigue siendo arriesgado confiar en él."
Rafael, siempre más inclinado a la lógica, agregó: "Lo que dices tiene sentido, Lincoln. Si alguna vez hubo bondad en él, tal vez aún quede algo, pero necesitaría más que un simple cambio de corazón para que todos lo acepten."
Lincoln asintió, sabiendo que sus amigos estaban siendo realistas. Aún así, no podía evitar tener fe en que, si alguien como Optimus había visto algo en Megatron en el pasado, tal vez, solo tal vez, ese líder Decepticon aún tuviera una oportunidad de redimirse.
Mientras Megatron descansaba en la cueva, recuperándose lentamente de sus heridas, notó que Bumblebee lo observaba fijamente desde el otro lado de la habitación. La mirada del joven Autobot era intensa, casi desconcertante. Megatron sabía muy bien por qué.
Era irónico, pensó. Él mismo le había arrebatado la caja de voz a Bumblebee en una de las tantas batallas entre Decepticons y Autobots. Ahora, allí estaban, frente a frente. Uno, un líder caído, debilitado; el otro, una víctima de sus acciones, convertido en un guerrero que había ganado el respeto de sus compañeros.
Megatron, por primera vez en mucho tiempo, sintió una mezcla de culpa y autoconciencia. No era fácil enfrentarse a las consecuencias de sus propios actos, y ver a Bumblebee de pie, firme, observándolo, hizo que esa verdad fuera imposible de ignorar.
Bumblebee no dijo nada, porque no podía, pero sus ojos hablaban por él. Megatron podía percibir la pregunta no formulada, el juicio silencioso. Sabía lo que el pequeño Autobot estaba pensando: ¿Podría confiar en él? ¿Podría alguien que le había causado tanto daño realmente cambiar?
Megatron no tenía una respuesta. Así que simplemente bajó la mirada, en silencio. Por primera vez, no tenía palabras, no tenía excusas. Solo quedaba el peso de sus decisiones y lo que el futuro pudiera deparar, si es que alguna vez podía redimirse.
El silencio en la cueva se rompió de repente cuando Optimus Prime entró, su voz resonando en el espacio cerrado.
"Debemos hablar, Megatron."
Los pasos de Optimus fueron firmes, pero había algo diferente en su tono. No era la típica autoridad del líder de los Autobots dispuesto a enfrentarse a su enemigo, sino una mezcla de preocupación y cansancio.
Megatron levantó la mirada, encontrando los ojos de su viejo rival. Había pasado tanto tiempo desde que ambos luchaban uno contra el otro, pero ahora, las circunstancias los habían colocado en un lugar que ninguno de los dos había anticipado.
"¿Qué tienes que decir, Optimus?" replicó Megatron con una voz baja, áspera por el agotamiento.
Optimus se acercó lentamente, manteniendo su distancia. Sabía que incluso en su estado debilitado, Megatron seguía siendo peligroso.
"Hay más en juego que solo nosotros dos, Megatron. Tu decisión de abandonar la lucha, si es sincera, podría cambiar el curso de esta guerra."
La mirada de Megatron se endureció momentáneamente, pero luego se suavizó, como si estuviera procesando esas palabras. El silencio volvió a llenar la cueva mientras ambos líderes intercambiaban pensamientos no pronunciados.
Rachet, que aún trabajaba en sus instrumentos cerca de la entrada, suspiró pesadamente. "Esto no puede durar para siempre. Necesitamos respuestas, Megatron. ¿Por qué ahora? ¿Por qué cambiar justo en este momento?"
Megatron se mantuvo en silencio unos segundos más, observando a cada uno de los Autobots en la cueva. Sentía que todos esperaban algo, una señal, una confirmación.
Finalmente, habló.
"Tal vez... porque ya no estoy seguro de lo que significa ganar esta guerra," dijo Megatron con un tono que sorprendió a todos, incluso a él mismo.
El aire en la cueva se volvió denso tras las palabras de Megatron. Era algo que nunca antes había dicho, ni siquiera insinuado. Los Autobots presentes, incluidos Optimus, Rachet, Bumblebee y Lincoln(quien fue para ver cómo está realmente megatron), se miraron entre sí, procesando lo que acababan de escuchar.
Optimus dio un paso adelante, su semblante solemne. "Has liderado a los Decepticons por milenios con un propósito claro, Megatron. ¿Qué ha cambiado? ¿Qué te hace cuestionar ahora aquello por lo que has luchado?"
Megatron permaneció en silencio un momento, la luz del Energon brillando débilmente en sus heridas. Sus pensamientos divagaban entre el pasado glorioso como gladiador en los campos de Kaon y las interminables batallas que lo habían llevado hasta ese preciso momento, debilitado y cuestionando todo lo que alguna vez defendió.
"En mis tiempos como Megatronus, luchaba por la libertad, por un Cybertron sin opresión. Pero las líneas entre la libertad y la tiranía se difuminaron con el tiempo." Megatron bajó la mirada. "Lo que comenzó como una rebelión para liberar a los oprimidos, se transformó en una obsesión con el poder. Y ahora, después de tanto caos, me pregunto si alguna vez valió la pena."
Bumblebee observaba a Megatron con intensidad. La ironía de que quien le había arrebatado su voz ahora parecía estar en la encrucijada más vulnerable no pasó desapercibida. Sus ruiditos de comunicación transmitían incomodidad.
Rachet, quien había estado trabajando en el equipo médico, se detuvo un momento. "Nunca pensé que te escucharía decir algo así, Megatron. Pero si realmente has cambiado, entonces... ¿qué sigue? ¿Qué quieres hacer?"
Megatron levantó la mirada hacia Optimus, que aún lo observaba con paciencia. "No sé cuál es el siguiente paso, Prime," admitió. "Lo único que sé es que no puedo seguir como antes. No puedo continuar liderando a los Decepticons hacia una guerra que no tiene fin."
Lincoln, quien había estado escuchando atentamente todo el tiempo, dio un paso adelante. "Si alguien como tú puede cambiar, entonces creo que hay esperanza. Todos merecen una segunda oportunidad, incluso tú, Megatron."
Las palabras del joven humano resonaron en la cueva. Era una perspectiva diferente, una esperanza que ni los Autobots ni los Decepticons solían considerar.
Optimus asintió con la cabeza. "Tal vez, Megatron, esta sea tu oportunidad de hacer lo correcto, de finalmente lograr la paz que tanto buscaste, pero de la forma correcta."
Megatron lo miró por un largo momento, como si estuviera considerando esa posibilidad por primera vez en su vida. Quizás, después de tanto tiempo, había llegado el momento de un nuevo camino.
"Tal vez, Prime... tal vez."
Optimus Prime, con su voz grave pero compasiva, se acercó un poco más a Megatron, asegurándose de que su antiguo rival lo mirara directamente. "Megatron," comenzó, "aunque has sido nuestro enemigo por milenios, ahora te encuentras en una situación distinta. Si en verdad has decidido no seguir por el camino que elegiste hace tanto tiempo, entonces debes saber que no estás solo en este proceso."
Megatron lo observó en silencio, todavía con rastros de incredulidad en su rostro metálico. Optimus continuó, sus palabras cargadas de sinceridad y responsabilidad: "Si necesitas algo, si en algún momento requieres ayuda... comunícamelo directamente. No importa lo que piensen los demás, esto ya no es una cuestión de Autobot contra Decepticon, sino de lo que es correcto."
El silencio en la cueva era palpable. Incluso Bumblebee, Rachet y Lincoln se quedaron inmóviles, sorprendidos por la oferta genuina de Optimus. Era una muestra de fe y de confianza que pocos habrían esperado, incluso de alguien tan compasivo como Prime.
Megatron lo miró por un largo momento, procesando la inesperada oferta de su más grande adversario. Las palabras de Optimus resonaron en su mente, despertando algo dentro de él que no había sentido en mucho tiempo: la posibilidad de confiar en alguien más.
"Es irónico," dijo finalmente Megatron, su voz baja y reflexiva. "Después de todo este tiempo, eres tú, Optimus, quien me extiende una mano cuando más lo necesito. No lo olvidaré."
Optimus asintió, dando un paso atrás. "Todos merecen una oportunidad de redención, Megatron. Incluso tú."
De regreso en la base Autobot, Lincoln se encontraba rodeado por sus amigos humanos, Jack, Rafael, y Miko, además de los Autobots que escuchaban con atención. El ambiente era tenso, todos estaban ansiosos por saber qué había sucedido en la cueva con Megatron.
"Bueno... ¿qué pasó allá, Lincoln?" preguntó Jack, sin poder ocultar su preocupación.
Lincoln respiró hondo antes de comenzar. "Megatron... no es el mismo de antes," dijo, captando la atención de todos. "Lo vi con mis propios ojos. Está herido, débil... pero más allá de eso, parece cansado de pelear. Optimus le ofreció ayuda, y él... la aceptó. No peleó, no hizo ninguna amenaza. Simplemente... escuchó."
El silencio invadió la sala. Bulkhead, Arcee y Streamline intercambiaron miradas de incredulidad. Nadie podía creer lo que Lincoln estaba diciendo. Megatron, el líder despiadado de los Decepticons, aceptando ayuda de Optimus Prime, sin intentar pelear o escapar. Era algo que sonaba imposible.
"¿Estás seguro de lo que viste, Lincoln?" preguntó Bulkhead, cruzando los brazos con desconfianza.
Lincoln asintió firmemente. "Sí. Megatron no parecía estar tramando nada... estaba simplemente agotado. No digo que confíe plenamente en él, pero... hay algo diferente en él ahora."
Arcee se mantuvo en silencio, claramente incómoda con la idea. "Esto no tiene sentido. Megatron no cambia de la noche a la mañana. Algo no encaja."
Streamline, aunque también dudosa, miró a Lincoln y vio la convicción en su rostro. "Si Lincoln lo dice, no tengo razón para dudar de su palabra. Pero aun así, debemos ser cautelosos. Megatron no es alguien en quien podamos confiar fácilmente."
Ratchet intervino, con su usual pragmatismo. "Sea lo que sea, debemos monitorear de cerca la situación. Si Megatron está considerando cambiar, será un proceso largo, y nosotros no podemos bajar la guardia."
El grupo permaneció en silencio, procesando la información. Lincoln, aunque algo nervioso, mantenía la esperanza de que, por primera vez, había una oportunidad para que las cosas fueran diferentes. Había visto algo en Megatron que los demás no alcanzaban a comprender del todo: una chispa de humanidad o lo que equivaldría a eso para un ser como él.
"Solo el tiempo lo dirá," murmuró Lincoln, mirando a sus amigos y a los Autobots.
Fin del capítulo
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top