Como un ladrón
Notas preliminares: Este capítulo lleva como título una hermosa canción de un cantante de trova, Edgar Oceransky, a mi parecer tiene letras muy lindas, si no lo conocían dense una oportunidad de escuchar su música, es muy buena, y si pueden, lean esta parte mientras disfrutan de su encantadora voz.
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El medio día avanzó a pasos agigantados, como si el tiempo se posicionara a su favor, siendo un aliado para llevar a su lado al dueño de su nerviosismo, eran las dos de la tarde en punto, Milo seguía recostado en su cama, con los ojos cerrados, sin embargo, no estaba dormido, repasaba en su cabeza cuál podría ser el plan perfecto para llevar a su lindo Camus a las estrellas, si la primera impresión contaba bastante, la primera cita debía ser increíble, nunca en su vida se había sentido tan inseguro con alguno de sus ligues, y es que el aquamarina era mucho más que eso, era especial, sólo podía describirlo como un ser sublime, encantador, perfecto, no quería arruinarlo.
Estaba consciente de que sus personalidades no eran tan parecidas, se atrevería a decir que más bien eran contrarias, y es que con Shoko él tenía la ventaja de la experiencia, y de ser el que le enseñara el mundo, en cambio con el francés se sentía en igualdad de condiciones, si no es que en desventaja, el aquamarina era demasiado inteligente, ¿qué tal que en su estupidez lo llevaba a un puesto de hamburguesas?, lo iba a odiar, y definitivamente era lo último que deseaba, y por más que lo pensaba no se le ocurría un buen plan, tan emocionado estaba cuando el bello profesor le dijo que si, que no se detuvo a meditar qué es lo que el otro quisiera hacer, además le pidió que vistiera con elegancia, con esa indicación ya no lo podía llevar a patinar a la pista de hielo, o a hacer un día/noche de campo en el parque junto al lago artificial, Camus era impecable, se notaba a kilómetros de distancia, el Doctor Antares esta en un verdadero problema.
Milo tomó su almohada y la apretó con frustración en su cara, refunfuñó un "maldita sea", y decidió hacer algo que no le agradaba mucho: preguntarle a sus idiotas amigos, si, idiotas, hasta Shaka, que era el más tranquilo de todos, eso era un adjetivo de aprecio a su muy torcida manera de querer en una amistad, tomó nuevamente su teléfono celular y con desgano abrió el chat que tenían en una conversación colectiva, el nombre del grupo era "Santos Dorados", curiosa manera de llamarse a sí mismos, pero todo fue idea de Afrodita, dijo que eran demasiado fabulosos como para ser hombres cualquiera, llegando casi al nivel de los Dioses, y el término dorado era porque jamás se rebajarían a algo menos "fashion", como la plata o el bronce, su amigo en serio era una diva, sonrió al ver los apodos por los que se decían.
"Santos dorados"
Milo bicho venenoso 2:05 pm:
- "¡Hey! ¿qué tal?, quiero consultarles algo, a ver si me pueden ayudar."
Ángelo Death Mask 2:06 pm:
-"¿A quién hay que golpear?, ¿o es más serio?, como para un asesinato."
Afrodita Rosita 2:07 pm:
-"¡Ange!, eres un salvaje, deja que nos diga lo que quiere."
Shaka barbie dorada 2:07 pm:
-"Adelante Milo, creo que ya te diste cuenta que todos te prestamos atención, se concreto por favor, debo ir a mi clase de yoga".
Aioria golden michi 2:08 pm:
-"¡Alacrán!, ¿y ese milagro?, hace mucho que no nos preguntas nada."
Milo bicho venenoso 2:10 pm:
-"Recomiéndenme un buen plan para una cita...voy a salir con alguien".
Afrodita Rosita 2:11 pm:
-"Kyaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa, me muero, me muero, me muero, dime que es con ese hermoso niño francés, dímelo para que pueda seguir gritando."
Ángelo Death Mask 2:11 pm:
-"¿Qué?, oye mi florecita, no digas esas cosas, ¿cómo que hermoso?".
Afrodita Rosita 2:12 pm:
-"Ange, ya sabes que yo sólo te amo a ti, no seas celoso, además ese chico es propiedad de nuestro escorpión favorito."
Aioria golden michi 2:15 pm:
-"¡Lo sabía!, me da gusto por ti Milo, yo digo que por la pobre comida que damos en el hospital, lo puedes llevar a cenar, debe extrañar saborear algo más que no sea gelatina."
Milo bicho venenoso 2:15 pm:
-"Si Dita, si voy a salir con Camus, por fin pude acercarme, y si Ángelo, si todo sale bien, ese chico va a ser MÍO, no dramatices, por cierto, es buena la idea del gato, creo que la comida italiana no estaría mal."
Shaka barbie dorada 2:17 pm:
-"Hay un problema Milo, es 25 de diciembre, todo está cerrado, salvo un súper mercado cerca de mi casa, venden productos frescos y naturales, yo te sugiero que le cocines tú mismo, en tu departamento."
Afrodita Rosita 2:18 pm:
-"Y ya en la privacidad de tu casa, te puedes poner muy romántico con unas lindas rosas rojas, si quieres te doy algunas de las que estamos cultivando en mi invernadero mi hermano Albafica y yo."
Ángelo Death Mask 2:20 pm:
-"Uuuuuuuuuuy esto se va a poner candente, jajajajajajaja, ya en serio, acompaña todo de unas cuantas velas, eso también sirve."
Aioria golden michi 2:21 pm:
-"Estoy seguro de que tu querido paciente disfruta del vino tinto más que nada en el mundo, Marín un día lo comentó, sé que tú eres más del brandy y del whisky, y no tienes, así que también puedes pasar a mi casa, yo no estaré, pero le diré a Aioros que te regale una botella de nuestra reserva especial, ¡suerte bicho!"
Milo bicho venenoso 2:22 pm:
-"Gracias amigos, sabía que no eran unos inútiles jaja, discúlpenme, en serio estoy nervioso, ya pueden seguir con su vida, y ni sueñen con que les cuente los detalles, que ya los conozco, bueno, tú no Shaka, eres el único que respeto un poco, cambio y fuera caballeros de Atena."
Ahora ya tenía el plan perfecto, esperaba que Camus no lo malinterpretara por llevarlo a su departamento tan pronto, claro que se moría por hacerlo suyo en la intimidad de una habitación, sin embargo el respeto y admiración que le tenía eran igual de grandes, no haría nada que él no quisiera, además Shaka tenía razón, los lugares a los que le encantaría llevarlo, como un fino restaurante, el teatro, el cine, o la clásica cafetería Rodorio, estaban cerrados, los empleados tenían el día libre por ser festivo, así que tenía que esforzarse mucho para hacer de esa una noche mágica, y como un regalo extra a su bello aquamarina, se le ocurrió que primero darían un paseo por uno de sus lugares favoritos de Atenas: las ruinas griegas.
Se levantó muy rápido de la cama, era momento de ponerse manos a la obra, haría ejercicio en su gimnasio privado, se bañaría, comería algo, iría al mercado, luego con Afrodita y Aioros, después regresaría a cocinar pasta, se bañaría de nuevo, y ahora si, pasaría por su Cammie, necesitaría de la velocidad de la luz, y la alegría que lo inundaba ya le había despertado hasta el séptimo sentido, estaba muy seguro de que lo lograría.
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Camus se quedó dormido hasta las 5 de la tarde, todavía seguía bastante drogado por todos los medicamentos que tuvo que tomar en su estancia en el hospital "Santuario", aunque la debilidad de su cuerpo no sería ningún impedimento para disfrutar de la noche más esperada en sus 24 años de vida, ni siquiera se sintió así cuando tuvo su primera relación sexual, como todo en su existencia, eso fue fríamente calculado, con toda la intención de que pasara, pero con Milo... temblaba, se agitaba, se sonrojaba... lo hacía delirar con una sola mirada, miró el reloj, todavía faltaban dos horas, por lo menos esa siesta le hizo más amena la dulce agonía.
Notó que en su escritorio estaba un sándwich de jamón y queso panela, junto a una botella de agua purificada y una taza de yogurt griego sabor natural, Dégel era todo lo que podía desear en un hermano, no sabía qué haría sin él, se asomó a la sala, donde lo encontró leyendo mientras tomaba una taza de té, le dio las gracias con una sonrisa, que el mayor devolvió, al mismo tiempo que le dio la orden directa de comer y arreglarse para su cita, Camus obedeció contento, degustó sus alimentos como si no hubiera comido en meses, ya estaba harto del consomé de pollo, la sopa y todas esas cosas tan insípidas, esto por lo menos tenía más sabor, así que se puso de mejor humor, si es que eso era posible, limpió como obsesivo compulsivo que era, y se metió a la regadera, ¡cuánto extrañaba su propio baño!
El agua corriendo le dio una sensación de calor en su piel, le gustaba mucho el frío, pero últimamente, le agradaba más la temperatura cálida de cierto griego... estaba a la expectativa, y buscaría verse lo mejor posible, quería causarle una buena impresión, tal como era, con ese porte y elegancia que eran propios de él, de verdad deseaba gustarle a Milo Antares.
Al salir de asearse y desprender su suave fragancia cortesía de su perfume Ralph Lauren, tomó de su clóset un pantalón y zapatos café oscuro, cinturón café claro, una camisa blanca, con corbata, chaleco y saco azules marino, lo que le daba un realce al color de su cabello, haciéndolo lucir más lindo que nunca, tomó su inseparable reloj, regalo de su padre, y por si acaso, sus anteojos en su estuche, se miró al espejo, se veía realmente bien, formal tal y como era su estilo para vestir.
El sonido de su celular, que indicaba que le había llegado un mensaje lo distrajo, y le arrancó uno de sus ya tan acostumbrados sonrojos, era Milo, avisándole que ya había llegado y que iba en el ascensor hasta el piso donde se encontraba su departamento, lo único que le quedaba era esperar a que llegara, le quiso avisar a Dégel que se iría, pero en el pizarrón donde se dejaban recados el uno al otro, vio una nota de su hermano, que le decía que iría a ver a un amigo y que cualquier cosa lo contactara por teléfono, así que le mandó un mensaje y ya.
Las manos le sudaban, estaba casi encima de la puerta, dando pasos de un lado a otro, seguro dejaría una zanja en el piso si seguía así, el timbre sonó, ya era el momento de la verdad, de su cita con su amado Doctor, vaya que eran curiosas las vueltas que da la vida.
Abrió con una sonrisa, que se agrandó al ver a Milo con un pantalón ajustado de mezclilla azul oscuro, botas cafés, camisa y chamarra negra de piel, se veía realmente guapo, con un toque de rebeldía que le pareció lo más sensual del mundo; el griego por su parte, creyó lo mismo de Camus, su elegancia era algo sumamente atrayente y delirantemente sexy.
-¿Nos vamos Camus?
-Si Milo... gracias por venir por mi, solamente déjame cerrar con llave, mi hermano también salió.
-¿De verdad?, lo mismo me pasó a mi, verás yo no vivo con mi hermano, pero somos casi vecinos, quise pasar a saludarlo y tampoco estaba, quizá sea una señal para que te quedes solo conmigo, ¿no crees?
-Milo, por Atena, ¿eso fue una insinuación?
-Puede ser, o tal vez sea que adoro que te sonrojes conmigo.
-Basta, vámonos.
-Lo que quieras frío, pero adorable Cammie.
Ambos chicos se miraron con ese tinte carmín en la piel de sus mejillas y nariz, avanzaron al ascensor, y de ahí hasta la salida del condominio donde vivían los de L'eau, el auto deportivo azul eléctrico de Milo los estaba esperando, con su reluciente pintura, el médico le abrió galantemente la puerta al profesor para que se sentara en el asiento del copiloto, donde encontró una rosa roja preciosísima, la tomó en sus manos, al momento de que arrancaron rumbo a un lugar desconocido para él, sin embargo no tenía ninguna desconfianza, y simplemente se dejó llevar.
-¿Qué es esto?, es lindisima...
-Es mi primer regalo para ti Camus, aunque jamás podría compararse contigo.
-Tú ya me has regalado algo Milo, me salvaste la vida...
-Eso no fue un regalo Cam, la verdad es que cuando te vi, supe que debía mantenerte en este mundo como fuera, llámame loco, pero siento que llevo muchas vidas tratándote, no sé si me explique...
-Si lo haces, antes de saber de ti, yo siempre sentí que no estaba listo para el amor, había cosas más urgentes por hacer, mi carrera como investigador, mis experimentos, y mi docencia, no me dejaban ver más allá, no esperaba a nadie, es como si fueras un ladrón que entró de improviso...
-Eso me recuerda una canción que escuché de mi hermano Kardia, parece que la conoció en uno de sus viajes a México, creo que la tengo en una lista de reproducción.
Al pararse en un semáforo, Milo buscó la melodía de la que le habló a Camus, y unos suaves acordes sonaron en las bocinas del estéreo, cada palabra, describía lo que el aquamarina había tratado de expresar, y ambos rieron suavemente al darse cuenta de la complicidad del momento, el griego cantó unas estrofas mientras miraba al francés con sus profundos orbes azules.
Ella no estaba lista para el amor
Hay cosas mucho más urgentes pensó
Justo estaba por cambiar de dirección
Cuando a lo lejos escuchaba su voz.
Y así se decidió
Buscarlo y por instinto lo encontró
Cuando lo vió
Bajo la guardia y se debilitó.
La puerta se le abrió, se le paró el reloj
Se le apagó la luz y entró como un ladrón
La cama revolvió, buscando un corazón
Y lo encontró mientras le hurgaba el pantalón.
Camus lo observó de vuelta, nunca pensó en sentirse de esa manera por alguien, ya se habían estacionado y bajado del lujoso Audi de Milo, en una parte donde las ruinas de la antigua civilización griega eran visitadas por el público, le encantó el lugar, iluminado por la luz de la luna, se veían a lo lejos doce viejos templos, y de alguna extraña manera fue como si ya hubiera estado ahí, como si fuera otro hogar al que no conocía, la vista era maravillosa.
-Te traje aquí porque es uno de mis sitios favoritos, sé que quieres conocerme mejor, y que tengo muchas cosas que explicarte, comenzaré por decirte, que durante toda mi vida, he sentido una atracción especial por este lugar, es hechizante....y algo curioso es que al verte a ti, experimenté lo mismo.
-Yo...también pienso que te he visto antes, no lo sé, es algo que me gustaría mucho descubrir... sólo que... Milo... cuando estuve en el hospital, recibiste una llamada, debo aceptar que me dejó desconcertado, parecía que era tu pareja enojada porque no volviste a casa.
-¿Eso?, ay no Cammie, no pienses mal, esa mañana el que me buscaba era mi hermano Kardia, no te preocupes, yo tengo tres años soltero...
-¿Tu última relación terminó mal?
-Como no te imaginas... me a costado mucho superarlo, y a decir verdad, eres el primero que me gusta después de lo sucedido.
-¿Te gustaría contarme?
A Milo se le hizo un nudo en la garganta, ¿contarle a Camus de Shoko?, ¿sería correcto?, ya sabía que tarde o temprano le tendría que hablar sobre eso, pero no estaba preparado, pensar en ella todavía le provocaba profundos dolores en el pecho, que sólo el tacto de Camus era capaz de apagar, le tembló un poco la quijada, miró en dirección al suelo.
-Ella... creí que era el amor de mi vida, la verdad es que pensaba pedirle que se casara conmigo, sin embargo... una noche, mientras íbamos en mi motocicleta, camino a cenar, unos maleantes nos interceptaron, nos bajaron, a mi me golpearon como nunca... mientras ella sólo lloraba, no sé cómo, alguien nos vio y llamó a la policía, un tipejo no se quiso quedar de brazos cruzados, y me apuntó con una pistola... la bala era dirigida para mi, y ella se interpuso... no la pude salvar Camus...
Al francés se le contrajo el corazón, así que ese era el gran secreto de su lindo griego, no podía creer el dolor con el cual venía arrastrando tanto tiempo, se sintió conmovido, con ganas de protegerlo y borrar de su rostro esa tristeza que lo consumía, no había palabras que pudiera decirle, para expresarle que deseaba ser su cura, su bálsamo sanatorio, así que se acercó y lo tomó entre sus brazos, dándole todo la calidez que le era posible, le secó con sus blancas manos las lágrimas que empezaron a brotar de sus ojos, le regaló un suave beso en los labios, después en las mejillas, en la punta de la nariz, y en la frente, al momento que le susurró:
-No tenemos que hablar de eso ahora, quiero que sepas que ya no estás solo, yo estoy contigo, y aunque no soy ella... puedes contar conmigo.
-Camus, tú eres como un sueño para mi..., está bien, no hablemos de eso ahora, yo también quiero estar contigo, y te aviso que nuestra cita todavía no termina, como un ladrón que dices que soy... te robaré para llevarte a mi departamento unas horas...
-Eso suena muy tentador... ¿qué tienes planeado Antares?
-Una deliciosa cena... y una petición...
-Acepto la cena, dime tu petición.
-Me prometí a mí mismo que me controlaría, que no te lo diría, pero ya no puedo esperar más Cammie, lo deseo con toda mi alma, por favor, quédate conmigo esta noche...
-Milo... ¿estaré demente si acepto?, porque la verdad es... que yo tampoco puedo contenerme...
-Avísale a tu hermano que no llegarás a dormir... dormirás conmigo, yo te cuidaré...
-Le diré eso, aunque... no estoy seguro si voy a querer dormir...
El beso que se regalaron fue tan intenso como sus emociones, sus labios buscaban los otros con desesperación, con deseo, habían pasado tanto tiempo conteniéndose, Milo por el dolor y el duelo de una muerte, Camus por tener un corazón con tentaciones estériles que no le habían hecho amar, esa era la noche, su noche, con la luna como testigo anónimo de dos amantes, dispuestos a entregarse al más embriagante de las pasiones humanas, que se ve acrecentada con el amor, el resto de su velada, los esperaba con el aroma de éxtasis y sensualidad...
Continuará...
Comentarios: ¡Hola!, una disculpa, ya sé que había prometido que éste sería el capítulo de la cita de Camus y Milo, pero es que... hay tanto por decir de este par, que me va a quedar larguísimo, tienen mucho amor que darse jeje, así que decidí dividirlo en dos partes, esperen la próxima en unos días, y como un bonus extra, el sentimiento que tienen el acuario y el escorpión de conocerse de antes, también está inspirado en una canción de Edgar Oceransky que se llama N' otra vida, es muy bella, por si tienen oportunidad de escucharla lo hagan, ya saben, esta historia derrama más miel que las abejas, si les gustó recuerden dejar sus lindos votos y comentarios, nos leemos pronto.
Yare.
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