EPÍLOGO

- Sigue así y pronto podrás visitar a la tía Psique cuando quieras y por tu cuenta - Sonreí.

- ¡Lo estoy consiguiendo! - Ríe la niña aún sujeta a mis manos mientras movía sus pequeñas alitas.

- Sí, así es - Solté una de sus manos y ella permanece moviendo sus alitas y finalmente se soltó de mi - Bien hecho Hedoné -

- ¡Si! ¡Papá! ¡¿Me ves?! ¡Estoy volando! - Ella sonríe ampliamente pero casi cae de no ser porque la atrapé y ella se vuelve a colocar bien.

Eros se levanta del suelo y vuela hacia nosotras abrazando a la niña quien estaba muy emocionada.

- Lo haces excelente - Sonríe Eros y me mira mientras abraza a Hedoné.

- ¿Por qué no van a dar una vuelta juntos? Yo le enseñé a volar, ahora tú acompáñala - Mencioné.

- ¡Si! Vamos papá - Hedoné lo mira suplicante y él no pudo resistirse.

- Bien, pero no te alejes mucho de... -

- ¡Vamos! - Ella vuela rápidamente.

- Es igual a ti - Ríe entre dientes antes de volar hasta alcanzarla.

- ¡Tengan cuidado! - Dije mientras veía como se alejaban.

Yo sonreí enternecida y bajé, me acerqué al pilar del jardín y me senté allí mientras miraba el cielo y el paisaje.

- Eros realmente tuvo suerte con su pareja - Miré hacia atrás y me levanté.

- Ah... Eres tú, Apolo -

- Vamos ¿Qué es ese tono? Se supone que soy un Dios - Sonríe con arrogancia mientras se me acerca. Yo me di vuelta y empecé a caminar.

- Oh, entonces lamento mis palabras, Dios Apolo... ruego por su perdón - Dije con sarcasmo.

- Así está mejor - Responde aún así.

- ¿Qué haces aquí? - Cuestioné.

- Solo venía a ver... como estabas -

Llegué hasta las escaleras del palacio y me di vuelta para verlo.

- ¿A qué se debe? - Seguí mi camino subiendo las escaleras.

- Pues... no se debe a nada en particular - Terminamos de subir las escaleras y me acorrala contra una de las columnas - Pero me parece tan descuidado por parte de Eros dejar a su esposa... siendo que alguien más está interesado en ella... -

Y eso ya no era un secreto para mi, pero mi amor por Eros es mucho mas grande que cualquier sentimiento inexistente hacia Apolo.

- Que halago, gracias por preocuparse por mi... pero... ¿No debería estar regando un laurel por allí? - Hice a un lado uno de sus brazos y me zafé.

- Que graciosa... -

- Lo soy, a Eros y Hedoné les encantan mis chistes - Mencioné sonriendo y bajé nuevamente las escaleras pero volando - Hablando de ellos, no deben tardar en llegar... ¿Seguro que no prefieres ir a perseguir a otra mujer? -

- La única en la que estoy interesado ahora... eres tú -

- Lamento romper con su anhelo de poseerme... pero yo le soy fiel a mi marido, y sinceramente no me interesas -

Alcé vuelo pero enseguida sentí su mano en mi tobillo, lo miré frunciendo el ceño pero él me jaló hasta regresarme al suelo.

- Apolo, ambos sabemos que haces esto solo porque no te agrada Eros, pero no por eso tienes que meterte conmigo así que déjame en paz -

- Tal vez sea cierto... pero prefiero hacerlo -

Fruncí más el ceño e iba a empujarlo cuando una flecha se clava en su hombro, él se queja del dolor y yo aproveché para apartarme.

- ¡Le di como me dijiste, papá! - Hedoné sonríe mientras mira a Eros quien la felicita antes de volar hasta mi y colocarse en medio de Apolo y yo.

- ¿Le diste tu arco a la niña? - Me crucé de brazos y enarqué una ceja.

- Quería probar su puntería - Sonríe mientras me mira por encima del hombro pero entonces Apolo consigue arrancarse la flecha la cual era una común - ¿Quieres que vuelva a ocurrir lo de la última vez, Apolo? -

- ¿Ahora todos quieren hacerme recordar a Dafne? - Se queja mientras bufa.

- Ya deberías saber que no tendrías que meterte conmigo ni mi familia, así que deja a mi esposa en paz -

Mis alas se agitaron a la vez que mis plumas se erizaron, yo me sonrojé y Eros me sonríe y agarra mi mano, me coloqué junto a él y me abracé de su brazo.

- Mejor es momento de que te vayas a escuchar el chisme de otros - Mencioné - Aquí solo queremos convivir en familia -

- ¿Y qué te hace creer que tu esposo no tiene familias en otra parte? - Dice pero entonces otra flecha se le clava en el hombro - ¡Agh, oye controla a tu hija! -

Eros y yo nos miramos antes de ver hacia Hedoné, yo sonreí y me acerqué a ella.

- Hedoné... así no, dame eso - Ella hace un puchero pero me entrega el arco de Eros y sus flechas, yo sonreí - Es así, mira -

- ¿Qué? - Apolo consigue hacer a un lado su cabeza antes de que la flecha le diera en la frente.

- Ow, creo también me falta práctica - Mencioné, Eros y Hedoné ríen - No creas que me harás dudar de Eros, llámame tonta o como quieras pero confío a ciegas en él -

Eros me sonríe con adoración mientras que Hedoné me abraza. Finalmente Apolo se va luego de soltar una maldición; Hedoné y yo nos acercamos a Eros y yo le devolví sus cosas.

- Entonces... ¿Hedoné heredó la destreza del arco de ti o de mi? -

- Mhm... digamos que de ambos -

Eros sonríe, me toma de la cintura y me atrae a él para besarme mientras Hedoné vuela a nuestro alrededor feliz por sus alas y por haber manejado el arco de su padre.

- Vamos a comer - Mencioné.

- Vamos -

Llamé a Hedoné y los tres fuimos a dentro del palacio y comimos todos juntos y riendo por lo emocionada y feliz que estaba Hedoné.

Fin

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