Capítulo 7
Un nuevo día comienza para las dos chicas quienes ya estaban más calmadas, Thearis dejó sus emociones y problemas de lado para saber lo que había pasado con Psique quien, al querer que su amiga se distraiga, le cuenta todo lo que vivió en aquel palacio celestial.
- Y por estar allí... también te traje esto - Le entrega un brazalete de horo con algunos diamantes incrustados.
- No tenías porque... pero gracias, me encanta porque viene de ti - Sonríe Thearis, aunque estuviera forzada a hacerlo.
Pero entonces ambas se detienen mientras ven a Aimar presumiendo con otros hombres lo que había conseguido al fin y que sería el marido de Thearis.
- Thea... - Psique la mira pero ve el odio y la furia en su rostro, Thearis camina hacia hacia el guerrero quien estaba de espaldas, agarra un trozo de madera que era cargado por un hombre y golpea a Aimar en la cabeza.
- ¡¿Pero qué... ?! ¡Maldita desgraciada! - Aimar, en el suelo, mira furioso a Thearis.
- ¡Eres un asco, te odio! ¡Jamás me cansaré contigo, maldito infeliz! -
- ¡Thea! - Paique la abraza y la aleja mientras Aimar se levanta y camina hasta ellas.
- Has cometido un gran error al humillarme de esta forma... pagarás por esto Thearis -
- ¡Déjame en paz! ¡Ya me hiciste suficiente daño! - Grita ella tratando de safarce de Psique pero ella no la dejaba.
- Solo espera -
- Vámonos - Psique estira a Thearis y se la lleva para alejarla de allí y de las miradas de todos - Thea... cometiste un error, no debiste haberlo hecho -
- ¿Qué más podía hacer? ¡Él me violó! ¡Perdí lo que más quería conservar por su culpa! -
- Lo sé... pero ahora... no quiero que te haga algo más o peor... por favor Thea... solo déjalo... -
Ambas se miraron pero Thearis agacha la cabeza mientras intenta no volver a llorar, aprieta los puños pero asiente.
- Está bien... -
Thearis estaba devastada por lo que había ocurrido, así que se alejó de Psique y fue a ocupar su mente con trabajos que no tuvieran que ver con el palacio; no soportaría a las princesas mayores ahora.
Fue al templo de Atenea e hizo los trabajos que se le encomendaban por bastante tiempo. Se supone que para cumplir con sus labores debía de ser pura y virgen... pero hasta los Dioses pueden hacer excepciones por compasión y lástima.
***
***
Aimar no volvió a mostrarse y eso calmaba por el momento a Thearis, Psique fue a visitarla un par de veces hasta que ocurrió aquella horrible noche, luego de que sus hermanas hicieran que desconfiara de su marido y Psique intentara matarlo antes de descubrir que era un Dios... dejó de visitar a Thearis.
Ahora, ambas mujeres estaban cumpliendo con sus tareas con pesar y tristeza, ambas habían perdido.
Pero entonces... La Diosa Demeter le dio a Psique el consejo de pedir perdón y ofrecer sumisión a la Diosa Afrodita. Y eso hizo, comenzando así las tareas más dolorosas para ella.
Mientras que... Atenea, observaba a Thearis cumplir con sus labores y se compadecía de ella. Thearis todo el tiempo se pregunta: "¿Por qué todas las deidades se presentan... menos al que supliqué ayuda... ?"
- Pobre... Me compadezco de ti y por esa razón, te diré esto... - Thea mira atenta a la Diosa - Aquel por el que pediste su presencia está ahora bajo el efecto de su propia flecha así que estará pendiente de su amante, y por esa razón no fue en tu ayuda... -
- ¿Lo que dice... es que el Dios Eros se ha enamorado por su propia flecha? - Atenea asiente y Thearis baja la cabeza - Entiendo... pero entonces él ama a alguien más... -
- Aquel amor impuesto en Eros fue un accidente, no debió de ocurrir así que si quieres una solución te aconsejo que encuentres a Anteros y pidas su ayuda -
Thearis no estaba segura, pero finalmente terminó aceptando el consejo de la Diosa Atenea y partió en busca del templo de Anteros. Al estar allí, se arrodilló frente a él.
- ¿Qué te hizo venir a mi, tú... mujer que desde el principio no mostró ninguna lealtad por nosotros, el resto de Dioses... ? - Thearis agacha más la cabeza con culpa.
- Lamento mi atrevimiento al venir así ante el Dios del amor correspondido, me postro ante ti para suplicar tu perdón y pedir tu ayuda -
- ¿Qué te hace creer que ayudaré a una humana tan desleal e interesada? -
- Sinceramente... no espero que me ayude, sé que mi comportamiento desde el comienzo fue desleal, y eso no merece ayuda... pero... la Diosa Atenea dijo que podría ayudarme, aunque entenderé el que no quiera aceptar en ayudar a una humana como yo... -
El Dios, quedó sorprendido por las palabras de la chica, ella sabía que lo más probable es que sería rechazada y aún así vino a pedir ayuda.
- Si quieres mi ayuda, tendrás que hacer unos trabajos para mi... luego veré si eres digna de recibir mi ayuda o no -
- Haré lo que pida y ordene el Dios Anteros... -
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