Eros se sienta de golpe en su cama y mira a todos lados mientras siente una opresión en el pecho, era extraño... Había soñado con Thearis pero no era un sueño feliz...

- Thearis... - Murmura antes de levantarse y salir volando hacia su casa.

Entra en su habitación pero todo estaba vacío y frío, Eros se impacienta y decide ir a buscarla en el palacio de Psique, pero tampoco estaba allí. Fue en busca de Thearis en todos los lugares que conocía en donde ella podría estar pero no, no estaba en ninguno de ellos.

- ¿Qué... ? -

Aprieta los puños con desesperación, sabía que había pasado algo... así que se apresuró en ir a encontrarla hasta el amanecer, sin saber que ella estaba llegando a él hogar de un extraño que la había comprado.

- Hemos llegado... - Avisa el hombre mientras baja del caballo, Thearis mantiene la cabeza baja, bastante deprimida.

Ni quería estar allí.

- ¡Agh... ! - Ella se sorprende y casi tropieza cuando el hombre jala de la cuerda y consigue que baje del caballo.

- Vamos -

Él jala de ella como si de una mascota se tratase, Thearis lo mira y se detiene finalmente causando llamar la atención del hombre.

- ¿Qué? -

- Mi collar... -

El hombre mete una mano en su bolsillo y Thearis lo mira esperanzada y anhelando tenerlo por fin, pero saca su mano sin el collar.

- Pensándolo mejor... aún no te lo daré, primero tengo que asegurarme de que no escaparás -

- ¡Eso no era lo que acordamos! - Thearis intenta ir contra él pero dos hombres la retienen.

- Ahora estás en mis dominios, y aquí se hace lo que yo quiera... Lo que tu quieras... es insignificante -

- Eres un maldito tramposo... - Gruñe entre dientes.

- Deberíamos empezar por enseñarte modales... - Menciona y mira a sus hombres antes de asentir, estos le devuelven el gesto y empujan a Thearis para que comenzara a caminar, lo cual hace mientras maldice internamente.

Gruñe frustrada pero suspira profundamente.

"Eros... ayúdame..."

El Dios se detiene de golpe y abre los ojos de par en par, mira a todos lados más frustrado que antes y ahora mucho más desesperado. Acelera su vuelo a todo lo que sus alas podían dar y sigue buscando.

Thearis es llevada dentro del nuevo palacio en el que se encontraba, la guían arrastras por el lugar hasta que finalmente llegan a una habitación con más lujos.

- Aquí te quedarás - Dice el hombre mientras se acerca a ella quien retrocede - Será mejor que te acostumbres, pasarás el resto de tu vida aquí -

- Dame mi collar - Exige.

- Luego, preciosa... - La agarra antes de que se aleje y sonríe mientras sujeta su barbilla - ¿Por qué te importa tanto ese collar? Yo puedo llenarte de joyas más hermosas -

- No quiero otras joyas... quiero mi collar, dámelo -

- Realmente eres extraña... pero eso me agrada -

- ¡Hm! - Thearis se sorprende y espanta cuando él la tira sobre la enorme cama tras ella y se sube sobre su cuerpo.

El terror y nerviosismo la invadió de nuevo, comenzó a temblar sin poder evitarlo y su piel a arder como si estuviera en el infierno.

- N..No quiero... - Dice ella.

- ¿Qué no quieres? ¿Las joyas... ? - Él acaricia su mejilla pero ella se sobresalta e intenta apartarse.

- No quiero que me toques... - Suelta.

- Pues... eso será un problema para ti... porque yo si quiero tocarte... -

Thearis abre los ojos de par en par aún más mientras él sonríe ampliamente y con una mirada lujuriosa, su mano baja hasta su pecho pero ella se mueve bruscamente y agarrando su ropa intenta cubrirse más; se hace bolilla en su lugar y grita.

- ¡Déjame! ¡No quiero esto! -

- Lo que tu quieras no tiene importancia, idiota... - Agarra sus ataduras en las muñecas y las sujeta por encima de su cabeza - Solo importa mo que yo quiero... y ahora mismo... te quiero a ti por completo... -

Thearis casi comienza a llorar y queriendo gritar, pero en medio de su desesperación se le ocurrió una idea que no le agradaba pero sería la única forma...