Capítulo 6

El grupo avanzaba por un sendero montañoso cubierto de nieve mientras la fría brisa de las Tierras del Norte comenzaba a hacerse sentir. Toru y Kirishima caminaban adelante, charlando animadamente sobre estrategias de combate. Por su parte, Izuku y Momo permanecían en silencio al final del grupo.

Momo, envuelta en un abrigo de lana mágica que ella misma había creado, echó un vistazo a Izuku. Aunque el caballero parecía completamente concentrado en el camino, su expresión estaba más relajada que de costumbre.
—Izuku… —comenzó Momo, rompiendo el silencio—. ¿Recuerdas cómo nos conocimos?

Izuku asintió lentamente, sus ojos verdes brillando bajo la luz tenue del día.
—Sí, fue hace años, cuando tu madre…

Hace Diez Años

En aquellos días, Izuku ya era un guerrero reconocido, aunque aún no había alcanzado su estatus como uno de los tres más fuertes de los Mandamientos. Había recibido la tarea de escoltar a una destacada hechicera, Lady Yaoyorozu, quien tenía una misión crítica: investigar un antiguo sello mágico en una ruina cercana al Reino Oscuro.

Lady Yaoyorozu era famosa no solo por su poder, sino por su sabiduría. Era una mujer de imponente presencia y una mente brillante. Acompañándola estaba su hija, Momo, una joven de apenas 10 años en aquel entonces, que ya demostraba un talento innato para la magia.

—Señor Midoriya, ¿está listo para partir? —preguntó Lady Yaoyorozu cuando lo encontró en la entrada de su mansión.

Izuku, de pie con su espada en la espalda, inclinó la cabeza respetuosamente.
—Siempre estoy listo, Lady Yaoyorozu.

Momo se asomó tímidamente detrás de su madre, observando al imponente caballero con curiosidad. Sus ojos se llenaron de asombro al ver las cicatrices en su rostro y la manera en que su figura parecía irradiar poder.

—¿Eres un caballero de verdad? —preguntó con la inocencia de una niña.

Izuku bajó un poco su tono, aunque su expresión seria no cambió.
—Sí, lo soy. ¿Te interesan los caballeros?

Momo asintió con entusiasmo.
—¡Quiero ser como mamá y como tú algún día!

Lady Yaoyorozu rió suavemente.
—Eso es porque tiene la voluntad de un guerrero y el corazón de una hechicera. Vamos, Momo, no molestes al señor Midoriya.

Durante aquella misión, Izuku y Lady Yaoyorozu trabajaron como un equipo impecable, combinando la fuerza bruta de él con la magia estratégica de ella. Aunque los desafíos fueron formidables, lograron completar su tarea con éxito.

Lo que más impresionó a Izuku fue Momo. Aunque no participaba directamente en los combates, observaba con atención, memorizando cada detalle de los hechizos de su madre y los movimientos de Izuku.

En un momento de calma, mientras descansaban cerca de una fogata, Momo se acercó a Izuku.
—¿Cómo aprendiste a luchar así?

Izuku la miró por un momento antes de responder.
—Entrenando todos los días. Pero más importante, luchando por algo que vale la pena proteger.

Momo lo miró con admiración, como si esas palabras hubieran encendido algo en su corazón.

De Vuelta al Presente

Momo sonrió mientras recordaba aquellos días.
—Siempre admiré la forma en que trabajabas con mi madre. Ella decía que nunca había conocido a un guerrero tan dedicado como tú.

Izuku, aunque no era dado a mostrar emociones, permitió que una leve sonrisa apareciera en sus labios.
—Tu madre fue una de las personas más sabias que conocí. Siempre decía que la magia no era solo poder, sino también un medio para entender el mundo.

—Sí, ella me enseñó eso —respondió Momo con un tono melancólico—. Siempre quiso que yo tomara mis propias decisiones, pero también que nunca olvidara el propósito detrás de cada hechizo.

Izuku la miró de reojo.
—Y lo has hecho. Te has convertido en alguien de quien estaría orgullosa.

Las palabras de Izuku hicieron que Momo se sonrojara levemente, desviando la mirada hacia el horizonte nevado.
—Gracias, Izuku. Eso significa mucho para mí.

Desde adelante, Toru los interrumpió con su usual energía.
—¡Oigan, ustedes dos! ¿Van a unirse a la conversación o seguirán ahí atrás en su propio mundo?

Kirishima rió, golpeando su escudo.
—Déjalos, Toru. Probablemente están planeando algo importante.

Izuku regresó su mirada al frente, recuperando su expresión seria.
—Sigamos avanzando. Tenemos mucho camino por recorrer.

Momo, aún sintiendo el calor en sus mejillas, apuró el paso para seguirle el ritmo, sus pensamientos divididos entre los recuerdos del pasado y el futuro que les esperaba.

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Bueno aquí esta otro capítulo de esta historia, espero que les guste y que sigan apoyando el fic, no olviden dejar sus comentarios y darme ideas para el fic que creen que quedarían bien, sin más que decir me despido no sin antes pedirles que dejen su me gusta y su comentario, compartan el fic.

Eso es todo de mi parte, me despido y que tengan un excelente día.

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