Tras abandonar Frosthaven, el grupo continuó su viaje hacia las Tierras del Norte. Durante una parada en un pequeño pueblo para ayudar a un campesino atacado por bandidos, Izuku escuchó una interesante historia.

—Gracias, señor, por salvarnos de esos malditos —dijo el hombre mientras limpiaba el sudor de su frente. Sus hijos lo miraban con admiración hacia Izuku, Momo y Kirishima—. Pero si buscan verdaderos guerreros, deberían visitar el pueblo de Silentwood, a unos días de aquí. Allí vive una arquera de extraordinaria habilidad. Dicen que puede disparar flechas que atraviesan el viento mismo.

—¿Cómo se llama? —preguntó Izuku con su usual seriedad.

—Toru. Toru Hagakure —respondió el campesino.

Momo, intrigada, inclinó la cabeza.
—¿Es una cazadora?

—Algo así, aunque nadie sabe mucho de ella. Siempre aparece y desaparece como un fantasma. Pero créanme, su habilidad es legendaria.

Izuku asintió lentamente.
—Iremos a verla.

Aunque Kirishima no dijo nada, parecía emocionado por la posibilidad de conocer a alguien más de nivel paladín. Momo, por otro lado, estaba un poco más reservada.

—¿Otra persona en el grupo? —murmuró para sí misma, aunque Izuku la escuchó.
—Necesitaremos a los mejores si queremos llegar al Corazón de Naryon —respondió él sin mirarla directamente.

/Pueblo de Silentwood/

Silentwood era un lugar pequeño, rodeado de bosques densos y envuelto en una perpetua niebla. Los aldeanos eran reservados, y muchos cerraban sus puertas al verlos llegar. Sin embargo, cuando mencionaron el nombre de Toru, las actitudes cambiaron.

—¿Toru? Sí, vive en el bosque cercano —dijo una mujer mayor mientras entregaba pan a Kirishima.
—Pero no es fácil encontrarla. Solo se deja ver cuando quiere.

Izuku no perdió el tiempo.
—Entonces, iremos al bosque.

Momo suspiró.
—¿Qué tan fácil será convencerla de que venga con nosotros?

Izuku no respondió, pero su determinación era evidente.

El bosque de Silentwood era un lugar misterioso. La niebla dificultaba la visibilidad, y el sonido de las hojas moviéndose al viento hacía que todo pareciera vivo. Mientras avanzaban, una flecha pasó zumbando cerca de la cabeza de Kirishima, clavándose en un árbol cercano.

—¡Cuidado! —exclamó él, levantando su escudo instintivamente.

—No se muevan. ¿Quiénes son y qué hacen aquí? —dijo una voz femenina desde las sombras.

Izuku levantó una mano para indicar que no atacarían.
—Buscamos a Toru Hagakure.

De entre los árboles, una figura delgada y ágil apareció. Toru llevaba un arco largo en la espalda y un carcaj lleno de flechas encantadas. Su cabello corto y castaño enmarcaba un rostro sereno, aunque sus ojos estaban llenos de alerta.

—Soy yo. ¿Por qué me buscan?

—Soy Izuku Midoriya, de los Mandamientos —dijo, directo al grano—. Necesitamos un arquero para una misión en las Tierras del Norte. Me dijeron que tus habilidades son excepcionales.

Toru lo miró de arriba abajo, sin inmutarse por su reputación.
—¿Y qué ganaré yo con esto?

—La oportunidad de probarte contra desafíos que jamás encontrarás aquí —respondió Izuku, su tono lleno de convicción.

Toru parecía considerar sus palabras, pero Momo intervino.
—Es peligroso. No solo enfrentaremos al frío extremo, sino también a criaturas y fuerzas que están más allá de la comprensión de muchos.

—Eso suena interesante —respondió Toru con una sonrisa ladeada—. Pero quiero ver si ustedes realmente valen la pena.

Toru los llevó a un claro en el bosque donde preparó un desafío. Había colocado varios objetivos pequeños, todos colgados en ramas altas y moviéndose con el viento.
—Si quieren que me una, demuéstrenme que son un equipo digno. Golpeen todos estos objetivos antes de que yo lo haga.

Kirishima frunció el ceño.
—¿Estás segura de eso? Somos tres contra ti.

—Exacto. Si no pueden trabajar juntos, no tienen nada que ofrecerme.

Izuku aceptó el desafío con un breve asentimiento.

Momo usó su magia de viento para ralentizar los objetivos, permitiendo a Kirishima lanzar rocas pequeñas con precisión y a Izuku usar rayos para desintegrar los más lejanos. Toru, sin embargo, disparaba con una velocidad y precisión increíbles, acertando a objetivos que parecían imposibles.

Al final, el equipo logró superar la mayoría de los objetivos, pero Toru había acertado más. Sin embargo, en lugar de burlarse, sonrió satisfecha.

—No está mal. Tienen potencial, y parecen saber cómo cubrirse las espaldas. Está bien, iré con ustedes.

Kirishima sonrió ampliamente.
—¡Bienvenida al equipo, Toru!

Momo, aunque un poco recelosa, extendió la mano.
—Será interesante trabajar contigo.

Izuku simplemente asintió.
—Prepárate. Partimos mañana al amanecer.

Con Toru ahora como parte del grupo, el equipo estaba más equilibrado que nunca. Aunque aún había tensiones, especialmente entre Momo y la nueva integrante, todos sabían que la misión requería lo mejor de cada uno.

El viaje hacia las Tierras del Norte continuaba, y con cada paso, las sombras del pasado de Izuku parecían acercarse más. ¿Serían capaces de superar los desafíos que los esperaban? ¿Y qué papel jugaría Toru en el destino del grupo?

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Hola a todos, perdonen la demora pero he estado algo ocupado, pero bueno, al fin está aquí la nueva actualización, espero que les guste y que le den mucho apoyo, espero mañana poder subir un capítulo de mi amor posesivo, así que si tienen tiempo pasen a leerla y los demás fics qué tengo

Espero les haya gustado y si es así ni olviden dejar su me gusta y comentar que les pareció el capitulo, sin nada más que decir, que tengan un excelente día