Capítulo 2

El amanecer bañó las murallas del reino con su luz dorada, pero el ambiente en el castillo estaba cargado de tensión. La victoria de Izuku y Momo en la fortaleza no había pasado desapercibida. Los nobles corruptos, temerosos de que su poder fuera cuestionado por héroes verdaderos, se reunieron en secreto.

—Ese hombre es un problema —dijo el Duque Ragnor, su voz fría como el hielo—. Si sigue ganándose al pueblo, podría volverse más influyente que el rey mismo.

—¿Y qué podemos hacer? —preguntó otro noble—. Su poder es inigualable.

—No necesitamos derrotarlo —respondió Ragnor con una sonrisa maliciosa—. Solo necesitamos desacreditarlo.

Mientras los conspiradores tejían su red de intrigas, Izuku y Momo regresaban a la torre de los Mandamientos. Allí, los diez guerreros más fuertes del reino se reunían para discutir los peligros que acechaban al reino.

—Izuku, Momo —dijo Raynard, líder de los Mandamientos y antiguo mentor de Izuku—, la corrupción en el reino se extiende más allá de lo que imaginábamos. La caída de la fortaleza no fue un acto aislado. Hay rumores de que un antiguo Mandamiento exiliado está reuniendo fuerzas en las sombras.

Izuku asintió, su expresión seria como siempre.
—Si es cierto, no podemos permitir que gane más poder.

Momo, nerviosa pero decidida, agregó:
—¿Qué sabemos de este exiliado?

Raynard les explicó que el traidor, conocido como Zalthar, había sido un Mandamiento que una vez protegió al reino, pero que cayó en la oscuridad al buscar poder absoluto. Ahora, estaba formando un ejército de hechiceros oscuros y criaturas mágicas corruptas, con la intención de destruir el reino desde adentro.

—Izuku, Momo —continuó Raynard—, necesito que investiguen un campamento sospechoso en el Bosque Carmesí. Es posible que sea una base de Zalthar.

Sin dudarlo, ambos aceptaron la misión.

El bosque era un lugar inquietante, con árboles que parecían susurrar secretos oscuros al viento. Mientras avanzaban, Momo no podía evitar sentirse intranquila. Aunque confiaba en Izuku, sabía que enfrentarse a Zalthar sería diferente a cualquier otra batalla.

—Izuku —dijo Momo con timidez mientras caminaban—, ¿crees que podremos detenerlo?

Él se detuvo un momento, su mirada fija en el horizonte.
—No hay lugar para el fracaso, Momo. Protegeré este reino, cueste lo que cueste.

El tono serio de Izuku llenó a Momo de determinación. Ella sabía que, aunque él rara vez mostraba emociones, su sentido de la justicia era inquebrantable.

Cuando llegaron al centro del bosque, encontraron lo que buscaban: un campamento fortificado lleno de hechiceros oscuros. Pero lo que les llamó la atención fue la figura en el centro del campamento: un hombre alto, con una capa negra y ojos rojos brillantes. Era Zalthar.

—Así que el famoso Izuku ha venido a detenerme —dijo Zalthar, su voz goteando desprecio—. Y traes contigo a una niña. Qué patético.

Momo apretó los dientes, pero Izuku la detuvo con un gesto.
—Tus días de traición terminaron aquí, Zalthar.

Zalthar soltó una carcajada.
—¿Crees que puedes detenerme? Incluso tú, Izuku, no eres rival para el poder que he adquirido.

Con un movimiento de su mano, Zalthar invocó a una horda de criaturas mágicas corruptas. La batalla comenzó.

Izuku desató rayos y torrentes de agua con una precisión letal, eliminando a los enemigos que se acercaban. Momo, a su lado, usaba su magia de viento para repeler ataques y curar las heridas de su compañero. Sin embargo, Zalthar era más poderoso de lo que habían anticipado.

—¡Izuku! —gritó Momo cuando un hechizo oscuro lo golpeó, obligándolo a retroceder.

Pero Izuku no se detuvo. Con un rugido, combinó su magia de rayo y agua, creando una tormenta devastadora que arrasó con gran parte del campamento. Sin embargo, Zalthar logró escapar en el último momento, dejando tras de sí una advertencia.

—Esto es solo el comienzo. Pronto, el reino caerá, y tú serás testigo de su destrucción.

Mientras el bosque volvía a la calma, Momo ayudó a Izuku a levantarse.
—¿Estás bien? —preguntó con preocupación.

Él asintió, pero su mirada era sombría.
—Zalthar es más peligroso de lo que pensaba. Necesitamos prepararnos.

Aunque la batalla había terminado, sabían que la verdadera guerra apenas estaba comenzando. Juntos, Izuku y Momo se enfrentarían a la oscuridad que amenazaba con consumir al reino, fortalecidos por su inquebrantable vínculo y su deseo de justicia.

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Hola como prometí este es el segundo capitulo, espero les guste, no olviden comentar que les pareció y compartan, sin más me despido y les deseo feliz navidad.

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